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Microcoches: ¿estamos preparados para la vuelta de Isetta?

La industria prepara coches más pequeños y capaces de reducir sus emisiones a la menor expresión posible. La reducción del precio de las baterías eléctricas y el aumento de su fiabilidad convierte a los modelos eléctricos en los microcoches con mayor porvenir.

La compañía india Tata Motors ya ha anunciado una futura versión eléctrica de su “coche del pueblo”, cuyos modelos de gasolina, de aumentar exponencialmente en popularidad, representan de por sí un problema medioambiental, con decenas de millones de clientes potenciales, tanto en India como en otros países emergentes.

Una versión eléctrica del Tata Nano, algo más cara y con mejores acabados, lograría ventajas medioambientales inmediatas y podría beneficiarse de ayudas estatales a la compra de vehículos que no emitan CO2.

Que los futuros “coches del pueblo” sean eléctricos

El rival chino de Tata Motors, BYD, no ha anunciado, por el momento, ningún microcoche con motor eléctrico, aunque su vehículo más pequeño, el ultracompacto F0 basado en el Aygo (el Toyota más pequeño), es un serio candidato para albergar alguno de los motores eléctricos que desarrolla la marca. La versión de gasolina del BYD F0 se venderá en varios países a partir de la primavera de 2010, España entre ellos.

Tata Motors y BYD, representantes de la pujante industria automovilística de los países emergentes, competirá en el segmento de los microcoches eléctricos con veteranos fabricantes y startups de Europa, Estados Unidos y Japón.

Prestigio sin testosterona: microcoches de marca

Algo ha cambiado para siempre en la industria del automóvil cuando el fabricante de deportivos de lujo Aston Martin produce un microcoche con espíritu frugal y urbano para sus clientes más fieles, quienes además entienden la falta de testosterona del pequeño Aston Martin Cygnet, basado en el Toyota iQ.

Otro fabricante de automóviles de alta gama, la alemana Daimler, lleva años insistiendo en su marca Smart, especializada en microcoches y que cada vez es más respetada por la industria, aunque los vehículos urbanos más pequeños hayan tardado varios años en consolidarse, a la espera de que el gran público se acostumbrara al reto estético y cultural de cambiar un coche de grandes dimensiones por otro más reducido y orientado a facilitar los desplazamientos cortos, con un consumo mínimo y un mayor respeto por el medio ambiente.

La industria del automóvil no sólo parece perder testosterona, sino que varias de las ideas más rompedoras se relacionan o bien con una reducción general del tamaño de los vehículos, independientemente de su segmento, y por motores cada vez más eficientes.

La alternativa eléctrica a Tata Motors: la india Reva

En el segmento de los microcoches, además de los modelos de gasolina y diésel con consumo reducido, aparecen modelos íntegramente eléctricos e incluso compañías que se dedican exclusivamente a producir vehículos eléctricos ultracompactos, entre ellas la marca india Reva, que pretende comercializar sus microcompactos eléctricos en todo el mundo.

Daimler, a través de la marca Smart, fundada en 1994 a través de una alianza con Swatch y controlada íntegramente por la automovilística alemana desde 1998, no es el único gran fabricante en destinar recursos al desarrollo de microcoches, entre ellos el modelo eléctrico Smart fortwo ED.

Su rival alemán BMW lleva tiempo meditando devolver a la vida al Isetta, legendario microcoche europeo de dos plazas y ejes asimétricos (el eje delantero más ancho que el trasero, que se adaptaba a la forma ovalada del vehículo).

Isetta: un microcoche diseño italiano y fiabilidad alemana

El Isetta fue visto como una joya del diseño, la practicidad y la eficiencia urbanas; o bien como una diminuta aberración, falta del músculo y la agresividad que requería la conducción en una Europa destruida por las guerras.

Cuando la Vespa ocupó su espacio en la ciudad y, tras los difíciles años 50, volvió la confianza económica a Europa, los pequeños vehículos con una de las puertas más ingeniosas de la historia del automóvil pronto abandonaron las calles. Más caro y voluminoso que una Vespa para ir por ciudad; demasiado pequeño para usar en trayectos interurbanos por familias en plena eclosión demográfica, tras las dos guerras mundiales.

El clásico Isetta, con un aspecto compacto y ovalado, a la manera de una versión extremadamente reducida del Porsche 911 o el Volkswagen Escarabajo, fue producido inicialmente por una única marca, Iso, que logró una cierta notoriedad gracias al peculiar diseño (comparado entonces con un huevo), a sus prominentes faros y a sus características ventanas de burbuja, que le otorgaban un cierto carácter futurista. Unas características ranuras en los laterales de la carrocería, a la manera de las hendiduras branquiales de los tiburones.

El vehículo que surgió de la Europa del Plan Marshall

Aunque su éxito en una Europa destruida por la II Guerra Mundial, falta de recursos económicos y combustible barato, hizo que otros fabricantes produjeran el vehículo bajo licencia en varios países: además de Italia, de donde parte su diseño, se fabricó en España, Bélgica, Francia, Alemania y el Reino Unido.

Posteriormente, el diminuto Isetta dio el salto a América y se fabricó en Brasil, Chile y Argentina. El microcoche, ideado en momentos difíciles para Europa, que también favorecieron el surgimiento de otros vehículos igualmente compactos y eficientes con el combustible, como la simbólica Vespa, fue conocido en Europa y América Latina como, “el huevo”, el “huevo con ruedas” o el “tarro de yogur”, entre otros apodos.

Como Aston Martin y Daimler, BMW quiere no sólo potenciar el Mini, que ha contado con una versión eléctrica a prueba en Estados Unidos (aunque de momento sin versión comercial), sino que planea recuperar de la versión del Isetta que ya fabricara la marca alemana.

BMW Isetta 250, 300 y 600: sorprendentemente actuales

BMW produjo 161.728 de los 3 modelos de Isetta modificados por la marca: los pequeños BMW Isetta 250 (motor de 250 cc de 4 tiempos procedente de las motos de la marca) y BMW Isetta 300 (298 cc y mayor compresión en el motor, manteniendo la velocidad del 250, aunque con mayor aceleración y flexibilidad); y el BMW 600.

El BMW 600 fue el mayor de los microcoches de BMW, con frontal similar al Isetta original, aunque carrocería alargada para acoger 4 plazas y un eje trasero convencional con suspensión independiente, que la marca usaría posteriormente en todos sus vehículos, durante las siguientes 4 décadas.

Como el resto de los fabricantes que produjeron bajo licencia el microcoche italiano Isetta, a finales de los años 50, gracias al inicio de la recuperación económica en Europa y pasada ya la crisis energética de 1956-1957, los consumidores europeos dejaron de interesarse por los microcoches urbanos, pese a sus ventajas en consumo y movilidad.

Los culpables de la rápida decadencia del “concepto Isetta”

En Francia, el compacto aunque mayor Renault Dauphine; en el Reino Unido, el icónico Mini; en Italia, la Vespa y los compactos de Fiat; y en Alemania, el todopoderoso Volkswagen Escarabajo. Económicos y populares, los compactos de los principales fabricantes abandonaron el formato micro y aumentaron tanto el espacio como el consumo de sus modelos más pequeños.

Hasta ahora. En los últimos años, BMW no sólo apuesta por el exitoso Mini, sino que el BMW Isetta podría tener, tras más de 50 años, de nuevo el favor del gran público

¿Hay futuro para un BMW Isetta contemporáneo con motor eléctrico?

A sabiendas de que hay un creciente interés en Estados Unidos por los microcoches eléctricos, la empresa con sede en Munich medita la rentabilidad de una versión contemporánea del BMW Isetta con motor eléctrico.

El consejero delegado de BMW, Norbert Reithofer, declaró a mediados de 2008 que, con las normativas sobre emisión de vehículos en Estados como California homologables a las europeas, la marca tendría los incentivos para fabricar un vehículo con 0 emisiones, y un coche eléctrico “es la respuesta más probable”.

BMW estudia lanzar no sólo un microcoche, sino toda una gama de coches urbanos que podrían llevar motores de gasolina y diésel de la marca, además de motores desarrollados para su segmento de motocicletas y, además, el ya mencionado motor eléctrico.

El aspecto del heredero del Isetta de los 50 tendría un aspecto, según Autocar, más parecido a una versión diminuta de los actuales modelos BMW que al legendario “huevo”, aunque otras imágenes difundidas en Internet son más fieles al diseño original o transmiten una mayor comprensión del espíritu del vehículo original.

La marca alemana no ha dado, sin embargo muchos más detalles acerca de su plan de producción de microcoches, que podría competir con la gama Smart de Daimler. Por ejemplo, no se habría decidido bajo qué marca se comercializaría el nuevo Isetta: podría ser BMW, Mini o una marca autónoma de nueva creación.

Los microcoches con más proyección

Mientras BMW decide si apuesta por una gama de microcoches para competir con Daimler-Smart en el espacio de la movilidad urbana, que ahora copa con sus motocicletas, varias marcas comercializan o desarrollan modelos eléctricos de sus ultracompactos y microcoches.

Merece la pena seguir de cerca a las promesas eléctricas del segmento de ultracompactos. Entre otros, el Tata Nano eléctrico; el Fiat 500 eléctrico, pensando en buena medida en el mercado estadounidense; el Smart fortwo ED, que este año estrena nueva versión; y la gama de eléctricos Reva.

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