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10 innovaciones sostenibles: energía, transporte y más

No es posible cambiar en un día el modelo productivo desde sectores con poco valor añadido y mano de obra no cualificada (construcción, turismo estacional) hacia sectores con mayor valor añadido y productos que requieren investigación (tecnologías de la información, energías renovables, bioquímica, aeroespacial, materiales técnicos, vehículos eléctricos).

Los trabajos de cuello verde (en contraposición a la tradicional división entre trabajos de cuello azul, o poco cualificados; y de cuello blanco, o profesionales), o empleos con alto valor añadido en el emergente sector de las tecnologías limpias, son estimulados por la Administración de Barack Obama y, siguiendo sus pasos, por otros gobiernos, varios de ellos europeos.

Faltos del discurso intelectual de Barack Obama, todavía en estado de gracia pese a la situación de la economía de su país, otros países deben conformarse con el nerviosismo de sus gobernantes, que improvisan medidas para “salir de la crisis” y no perder más votos de la cuenta en los comicios que llegarán, en clave local o supranacional (elecciones europeas) en breve. Desde España, se dice que hacen falta más ordenadores y menos ladrillo. En eso parece todo el mundo estar de acuerdo desde hace años.

Los trabajos tecnológicos y relacionados con las tecnologías sostenibles surgen en entornos socioeconómicos donde existe educación de calidad, capital privado, cultura que favorece la creación de empresas, respeto por el emprendedor y espíritu competitivo.

Realizamos un recorrido por algunos de los avances tecnológicos que, aunque no estén directamente relacionados con los llamados trabajos de cuello verde, fomentan la sostenibilidad mediante su uso.

1. Célula solar en el interior del vidrio de ventanas

La empresa solar Konarka ha desarrollado una célula solar que se embebe en ventanas. Konarka espera que las ventanas sean capaces de generar suficiente electricidad durante el día como para alimentar la iluminación nocturna de un hogar convencional.

La empresa, con sede en Massachusetts, ha acordado con la firma de construcción Arch Aluminium & Glass integrar sus células fotovoltaicas transparentes en todo tipo de materiales de construcción, incluyendo ventanas.

Además de transparentes, las láminas solares pueden ser tintadas en distintos colores. El producto de Konarka empleado en los materiales de construcción de Arch es el último exponente de una tendencia en uno de los sectores que más notan la crisis en todo el mundo y mayor huella ecológica provocan: la construcción: los materiales fotovoltaicos integrados en edificios, BIPV en sus siglas en inglés.

Otras startup investigan en los últimos años métodos para conseguir que ventanas y otras superficies no sólo aislen de las inclemencias del tiempo y el ruido, sino participen activamente en la generación de energía o la integración de servicios para los habitantes de un edificio.

Universal Display ha desarrollado una lámina transparente OLED (diodos orgánicos emisores de luz) que puede tener usos tan diversos como la propia construcción, la industria textil, la electrónica y la del mueble y decoración.

Su prototipo de “ventana transparente”, recogido por *faircompanies al inicio de nuestra andadura, es una lámina integrada en los vidrios de las ventanas que durante el día permanece transparente y, cuando la luz natural desaparece, se ilumina y actúa como una lámpara, empleando la luz captada previamente como energía.

Konarka espera poder aplicar su producto en tiendas de campaña, cargadores portátiles de aparatos electrónicos y sensores para distintas industrias, incluyendo la del automóvil.

La tecnología debe, no obstante, mejorar para que su uso pueda extenderse: su duración es todavía corta, aunque se espera que pueda alcanzar los 25 años, así como aumentar su eficiencia en la captación de rayos solares de un todavía mediocre 6% actual al 20%.

2. Materiales y superficies de construcción que disminuyan nuestro impacto: Eco de Cosentino

Eco es una superficie de altas prestaciones desarrollada por la pyme española Cosentino, con sede en Macael, Almería.

La superficie está compuesta por un 75% de materiales reciclados: espejo, vidrio, porcelana, gres porcelánico y cenizas vitrificadas, derivados tanto de productos finales como del excedente de procesos productivos. Es decir: el “gasto” de otros productos y procesos equivale a “alimento” del nuevo producto, uno de los mandatos de la certificación Silver de Cradle to Cradle (C2C) lograda por la nueva gama de superficies.

Santiago Alfonso, directivo de Cosentino, explica a *faircompanies que el 25% restante del procuto está compuesto por materiales que, si no reciclados, son en cierto modo ecológicos: por ejemplo, cuarzos y sílices de otras industrias y piedras de escombreras.

El proceso de producción de Eco “es limpio, según el mandato de certificaciones como Cradle to Cradle, donde controlamos las emisiones, consumimos la menor energía posible y reciclamos hasta el 94% del agua empleada. Las superficies Eco son a su vez un nutriente para fabricar el mismo producto sin impacto adicional”.

Cosentino, que presentó Eco en Nueva York y Barcelona en abril de 2009, no se conforma con haber logrado comercializar su gama de superficies y encimeras Silestone en todo el mundo.

Ahora parecer inviertir en investigación y desarrollo propios, pese a estar lejos de los epicentros económicos españoles de Madrid y Barcelona.

Otros productos básicos para la construcción exploran modos igualmente interesantes de reducir el impacto de esta industria. La empresa italiana Italcementi, por ejemplo, comercializa en los últimos años un revestimiento para cementos, pinturas exteriores y productos prefabricados capaz de absorber gases contaminantes generados por el tráfico rodado en entornos urbanos.

El revestimiento emplea una mezcla de titanio (TX Active) que interactúa activamente con las partículas contaminantes en suspensión y provoca su cristalización, cuando la superficie es estimulada por los rayos solares.

Su cemento anti-smog es empleado en edificios e infraestructuras de obra civil para reducir los niveles de polución.

3. Neumáticos más eficientes contra el cambio climático

El debate sobre el futuro del automóvil se centra actualmente en la transición desde el motor de explosión hacia el coche eléctrico, pasando por una transición donde convivirán motores de explosión de bajo consumo e inyección, híbridos y, finalmente, vehículos íntegramente eléctricos, a medida que las baterías se abaraten, aumenten su fiabilidad y reduzcan su coste.

Pese a haber sido mejorado, el motor de explosión no ha evolucionado en su mecanismo fundamental que le hace depender de la quema de combustibles fósiles, o sustitutivos que imitan el comportamiento de éstos. De ahí que gobiernos e industria centren sus recursos, debilitados por la crisis mundial, en la tecnología motriz.

Existen, no obstante, otros campos para la innovación en una industria todavía demasiado contaminante.

La Unión Europea quiere estimular con medidas legislativas el desarrollo de neumáticos no contaminantes que sean, además, capaces de reducir el consumo de combustible, la siniestralidad y la contaminación sonora.

Se trata de ruedas tecnológicamente más sofisticadas y que disminuyen la fricción con el pavimento y, por tanto, el consumo de combustible. Las emisiones de ruido también se reducen con los nuevos prototipos, además de mejorar la seguridad.

La UE premiará los nuevos modelos de neumático con la imposición de un sistema de etiquetado que, a partir de 2012, especificará el consumo energético y clasificará las ruedas en función de su eficiencia, adherencia en mojado y generación de ruido.

El sistema de etiquetado evitaría, según cálculos de la Comisión Europea, la emisión de 20 millones de toneladas de CO2 en los 27 países de la UE y un ahorro de 13.000 millones de dólares en combustible.

4. Aplicaciones “verdes” para iPhone, Android, BlackBerry OS, Windows Mobile

El iPhone se convirtió en el modelo a seguir por el resto de la industria de telefonía para la gama de teléfonos inteligentes o smartphone: dispositivos con gran pantalla táctil, acelerómetro, capacidad de proceso, funciones multimedia y navegador de Internet íntegro.

La llegada de la App Store, un mercado donde cualquier compañía puede vender su aplicación para el iPhone (si es aprobada de Apple) ha sido un éxito que ahora es imitado por Google, RIM, Microsoft, Nokia y otros actores de la industria.

De momento, son los usuarios del iPhone los que se benefician de aplicaciones diseñadas para ayudarnos a reducir nuestra huella ecológica.

Existen decenas de aplicaciones, tanto gratuitas como de pago, que prometen servicios como facilitar información detallada sobre transportes públicos, calcular el impacto ecológico de actividades cotidianas, calcular el gasto de nuestro vehículo, encontrar personas para compartir coche, encontrar productos vegetales en un entorno local, comprobar la calidad ética de un producto y muchas otras posibilidades.

Algunas de estas aplicaciones permiten reducir el consumo o aumentar la eficiencia y conveniencia de nuestras emisiones cotidianas.

  • Greeenpeace Tissue Guide: la última gran aplicación en llegar. Aunque pensada para Estados Unidos, ofrece pistas sobre el impacto ecológico de centenares de productos de papel. Ofrece un pormenorizado estudio medioambiental de más de 100 marcas en 4 categorías: papel higiénico, servilletas de papel, pañuelos de papel y toallitas faciales. Sólo en Estados Unidos, se podrían salvar 400.000 árboles si cada familia reemplazara sólo un rollo de papel higiénico por un rollo de papel higiénico reciclado.
  • Stanza: la mejor aplicación para leer libros en el iPhone. Evita acarrear pesados libros, facilita la lectura de decenas de títulos en cualquier lugar y el acceso a centenares de libros de dominio público, además de títulos comerciales contemporáneos.
  • GoodGuide: guía interactiva que ayuda contrastar información sobre un producto antes de comprarlo. Incluye productos de cosmética, alimentación, productos de limpieza y juguetes.
  • Locavore: guía interactiva para localizar productos vegetales saludables y sus proveedores en un entorno local, para así garantizar un apoyo económico a la comunidad propia y reducir el impacto medioambiental de los alimentos, que no emplean pesticidas ni viajan para llegar a la mesa. Éstos son, además, más sanos.

Existen muchos otros ejemplos para iPhone, aunque la quinta aplicación incluida en este pequeño listado ha sido desarrollada por Microsoft:

  • Vine: aplicación multiplataforma diseñada para ayudar al usuario si se produce una emergencia o desastre natural. El objetivo de la aplicación es permitir al usuario comunicarse con su red de contactos, incluso cuando una o varias redes de comunicación se hayan visto afectadas. Vine usará para ello Facebook, LinkedIn, SMS, correo electrónico y la propia interfaz del programa, con 3 funciones básicas: enviar alerta, publicar informe e investigar información relevante sobre lo ocurrido. Para que sea realmente útil, Vine deberá ofrecer soporte para Twitter y una versión de su interfaz tanto para ordenadores como teléfonos que no incluyan Windows.

5. Amazon Kindle DX: ¿primer paso hacia un libro electrónico viable de alcance mundial?

El libro electrónico de Amazon estrena una versión adicional al estrenado recientemente Kindle 2, que mejoraba la interfaz del primer modelo e incluía funciones como la narración sonora, que ha incluido una polémica acerca de si la empresa con sede en Seattle tenía o no los derechos para explotar comercialmente la lectura sonora.

El Kindle 2 ha estrenado un modelo adicional, el Kindle DX, pensado para el uso con libros de texto universitarios y la lectura de ediciones electrónicas de diarios y revistas, en un momento de profunda crisis para la prensa escrita estadounidense, que ve cómo bajan los ingresos por publicidad y han desaparecido los clasificados.

El Kindle DX, en período de pruebas entre un grupo de universitarios, sigue siendo caro (489 dólares) y eminentemente cerrado: sólo se pueden adquirir títulos de la tienda de Amazon y leer un puñado de revistas y bitácoras. Además, si Amazon quiere que los universitarios acaben usándolo como contenedor de sus libros de texto, deberá mejorar la interfaz para hacer de actividades como la anotación una experiencia más sencilla.

El usuario no tiene conexión wifi con plena libertad ni mucho menos disfruta de una experiencia de navegación similar a la de una tableta electrónica.

El precio de los libros, sobre todo las novedades editoriales, es tan similar al de las versiones en papel que decenas de usuarios critican en la página de Amazon en qué ganan con el cambio, a excepción de la compra instantánea y la posibilidad de acarrear varios títulos y revistas sin por ello llevar a cuestas un pesado fardo.

Pero el Kindle DX, como el Kindle 2 y el predecesor de ambos, representa un acierto en otros sentidos: incluye una pantalla con tecnología e-Ink, o tinta electrónica, cuya calidad, contraste y bajo consumo la hacen adecuada para el soporte; conexión a redes telefónicas que el usuario no paga (aunque lo desembolse al principio, el usuario no paga por conexiones a datos), por lo que la compra de libros es segura, sencilla e instantánea; el soporte es, además, cómodo; la calidad de la experiencia es, finalmente, comparable a la de un libro, con la ventaja de poder llevar siempre encima un buen puñado de títulos.

Asimismo, como el iPod hiciera con la música digital, Amazon ha logrado que el público estadounidense asocie el Kindle con un aparato electrónico viable para leer libros, todo un logro para un soporte que tiene la quimérica tarea de hacer olvidar al usuario el soporte papel de libros, libros de texto y publicaciones periódicas.

El Kindle 2 y el Kindle DX representan el primer paso hacia una nueva generación de soportes electrónicos para la lectura de libros y publicaciones periódicas.

Una versión en código abierto, que permita al usuario consultar y editar sus propios documentos de texto y sirva las veces como sustituto de una tableta electrónica, capaz de adquirirse en todo el mundo y con una oferta bibliográfica suficiente, tendría clientes en todo el mundo.

La firma PVI, fabricante de las pantallas e-Ink que emplean el Kindle y el Sony Reader, así como Pixel Qi, una startup californiana fundada por Mary Lou Jepsen, que formó parte del proyecto que creó el portátil para los niños de países pobres XO, de la organización OLPC, trabajan en tecnologías para crear pantallas baratas, flexibles, de alto contraste, bajo consumo y a color. Serán las pantallas que incluirán los nuevos libros electrónicos y netbooks.

6. Avances para disminuir el impacto ecológico de los centros de proceso de datos

Los centros de proceso de datos son enormes centros de computación con centenares, en ocasiones miles de servidores que permiten a usuarios y empresas usar aplicaciones web y servicios en línea cada vez más infalibles y sofisticados, que no requieren ser descargados en local por el usuario, sino que pueden ser utilizados en el navegador de Internet.

Asimismo, los contenidos de usuarios y empresas, así como las propias aplicaciones web, son alojadas en infraestructuras que se denominan “cloud computing”, o computación en nube: gracias a la virtualización, los centros de datos permiten a quien lo desee pagar sólo por el uso del espacio, la capacidad de proceso y ancho de banda empleados.

Ello ha permitido reducir dramáticamente los costes de grandes infraestructuras de Internet y ha hecho de la escalabilidad, antes un quebradero de cabeza, algo al alcance de cualquier startup, por pequeña que sea.

Son también la infraestructura relacionada con las tecnologías de la información que más ha aumentado su huella ecológica. Se calcula que los centros de datos generarán tantas emisiones de CO2 como toda la industria de la aviación antes de 2020, de no corregirse el curso de su impacto medioambiental.

De ahí que las innovaciones en este campo sean estratégicas en los próximos años para empresas que apoyan su modelo de éxito en Internet en estas infraestructuras, entre ellas Google y Amazon.

Una consorcio global, The Green Grid, del que forman parte las principales empresas tecnológicas (listado), cree haber hallado un modo de reducir tanto la factura eléctrica como el impacto ecológico de los grandes centros de datos, siempre que éstos no estén instalados en lugares excepcionalmente cálidos.

Se trata de emplear corrientes de aire exterior en los edificios que albergan los servidores, reduciendo así la necesidad de recurrir a sistemas de refrigeración a través de aire acondicionado o agua.

Empresas como Google comparten la arquitectura y detalles de sus centros de datos, además de formar parte de la iniciativa Climate Savers Computing, un consorcio conformado por empresas y ONG que pretende incrementar la eficiencia de las conexiones eléctricas de servidores y aparatos electrónicos, responsables de hasta la mitad de la pérdida energética.

Asimismo, Google y General Electric investigan conjuntamente para mejorar la generación, transmisión y distribución de electricidad a grandes infraestructuras tales como los centros de datos.

Sea como fuere, las empresas de las que se sospecha que cuentan con más servidores en funcionamiento, entre ellas Google, Microsoft, Amazon y eBay, como reseña Slashdot, no ofrecen detalles sobre el número de equipos y la huella ecológica exacta que supone mantenerlos en funcionamiento.

Proveedores de servicios de alojamiento web para empresas, con infraestructuras mucho más pequeñas que las de las firmas mencionadas, superan los 50.000 servidores en sus centros de datos: entre ellas, Rackspace, 1&1 Internet, The Planet y Akamai.

7. Motos eléctricas con futuro: Zero Motorcycles Zero S electric

El modelo Zero S de la compañía de Zero Motorcycles, con sede en Santa Cruz, California, ha sorprendido a la crítica especializada en este país por su agresivo diseño, rápida aceleración y porte nervioso, así como por su potencia en relación con su peso: sólo 102 kilogramos (225 libras).

La Zero S cuenta con 31 caballos de potencia y una velocidad máxima pensada para un entorno metropolitano: 112 km/h (70 mph). El rango de acción de su batería eléctrica es de 100 km, suficientemente amplio para un uso cómodo y viable.

Su precio: se vende a 9.950 dólares, alrededor de 4.000 dólares más de lo que podría costar una motocicleta de 250 cc con prestaciones equivalentes. Aunque, eso sí, mucho más contaminante.

Las motos eléctricas finalmente ganan tracción, con la llegada de varios modelos viables y lo suficientemente económicos como para ser tenidas en cuenta por un público urbano preocupado por la economía doméstica y el medio ambiente.

La motocicleta de baja cilindrada se ha hecho imprescindible en ciudades con clima benigno, alta densidad urbana y orografía regular, tales como las grandes urbes del Mediterráneo. Roma es la ciudad europea con más motos y Barcelona la sigue a corta distancia (la ciudad catalana es mucho más pequeña, por lo que cuenta todavía con mayor densidad de motocicletas: 142 motos cada 1.000 habitantes, por 90 de Roma).

Su bajo consumo y capacidad de maniobra hacen que los escúter ganen adeptos incluso en sociedades que se habían mantenido al margen de este medio de transporte, como Norteamérica.

Pero contar con más de un cuarto de millón de motos en las calles, como tiene Barcelona, tiene un impacto sobre la convivencia: aumenta el nivel relativo de siniestros, así como la contaminación auditiva y, sobre todo, medioambiental.

La motocicleta media contamina, según Wired y Los Angeles Times. El motor de las motocicletas es mucho más eficiente que el de los vehículos y, por tanto, emiten mucho menos dióxido de carbono.

No obstante, los motores convencionales de motos y escúteres emiten grandes cantidades de óxidos de nitrógeno, que con los hidrocarburos y monóxido de carbono son algunos de los principales responsables de las partículas en suspensión que empeoran la calidad del aire en ciudades como la propia Barcelona. No es casual que la Ciudad Condal registre una calidad del aire especialmente preocupante.

8. Coches eléctricos con futuro: Tesla Model S

Hasta hace poco, Tesla era una startup californiana que se había dado a conocer por el peso de sus inversores en Silicon Valley (los fundadores de Google entre ellos) y la fabricación de un superdeportivo, el Tesla Roadster, tan exclusivo como los modelos contra los que compite, y un precio de 109.000 dólares por el modelo de 2009, del que planea vender 1.500 modelos en todo el año, que se sumarán a los 320 entregados hasta abril de 2009.

Pero el Model S ha cambiado todo. Se trata de una berlina con un diseño deportivo del que ya se han realizado más de 1.000 reservas.

Es un coche íntegramente eléctrico cuyo modelo básico se venderá por 49.900 dólares y empezará a entregarse en 2011.

Entre sus especificaciones, destacan: autonomía de hasta 480 kilómetros (300 millas) con una sola carga de batería; modo de carga rápida de 45 minutos de duración; aceleración de 0 a 100 en 5,6 segundos; asientos para hasta 7 personas; el doble de eficiente que un vehículo híbrido; pantalla táctil de información y entretenimiento de 17 pulgadas.

Tesla tiene grandes planes para el Model S, que competirá como una versión de diseño e íntegramente eléctrica de la nueva edición del híbrido más vendido del mundo, el Toyota Prius; y el vehículo híbrido que ultima General Motors, el Chevrolet Volt.

Sea como fuere, el Tesla Model S ha logrado, casi dos años antes de ser entregado a los consumidores, lo que parecía imposible: que un coche fabricado y diseñado íntegramente en Estados Unidos fuera percibido por el público especializado como un vehículo capaz de rivalizar en diseño y prestaciones con las mejores berlinas europeas y japonesas.

Si alguien está en poder de devolver el prestigio a la industria automovilística estadounidense, no parece tratarse de las Big Three de Detroit, sino más bien una pequeña startup de Silicon Valley, tildada por muchos de elitista. Pero lo cierto es que el Model S no valdrá más que algunas de las camionetas SUV más vendidas en Norteamérica.

9. La distribución de Linux para un público masivo y no experto: Ubuntu 9.04

Los netbooks, una nueva gama de ordenadores portátiles con prestaciones limitadas, ha contribuido a popularizar varias distribuciones de Linux entre un público que ya no es necesariamente experto en tecnología ni forma parte de una reducida elite universitaria.

Hace tiempo que Linux, sistema operativo de código abierto que cualquiera puede personalizar a su antojo, aunque con una curva de aprendizaje mayor que las alternativas comerciales Microsoft Windows y Mac OS X, es usado por medianas y grandes empresas de todo el mundo en sus grandes infraestructuras de datos.

Canonical, una pequeña empresa fundada por el millonario joven emprendedor sudafricano Mark Shuttleworth, ha logrado que su principal distribución gratuita de Linux, Ubuntu, se convierta en la primera alternativa de peso a los sistemas operativos tradicionales.

Ubuntu está basado en la distribución Debian, facilita tareas hasta ahora complicadas para neófitos como la instalación del sistema operativo o el soporte de contenidos multimedia e incorpora en su última versión, la 9.04, cuyo nombre de pila es Jaunty Jackalope (siguiendo la tradición de la startup de bautizar las versiones del sistema operativo con nombres de animales africanos), una edición con pantalla de inicio rápido pensada para usuarios de netbooks.

Además de su éxito entre usuarios especializados y un nuevo público más mayoritario, Ubuntu gana peso también entre las empresas que emplean servicios de computación en nube (cloud computing) y servidores convencionales.

En enero de 2009 el diario The New York Times informaba de que Ubuntu había alcanzado la cota de los 10 millones de usuarios en todo el mundo.

10. Los cimientos de una nueva industria del automóvil: enchufes estándar para coches eléctricos

La Administración de Barack Obama lo ha dejado claro, al retirar las ayudas públicas a la investigación de la tecnología del hidrógeno para su empleo en automóviles, por cara e inviable para su aplicación masiva a corto y medio plazo.

La industria del automóvil se decanta definitivamente por los vehículos eléctricos y los próximos años estarán dominados tanto por modelos híbridos tales como el Toyota Prius como por vehículos fundamentalmente eléctricos que podrían incorporar un pequeño motor de gasolina para emergencias, como el Chevrolet Volt de General Motors.

De modelos como el Toyota Prius al Chevrolet Volt no existe una variación tecnológica insalvable. Tesla ya trabaja para producir en masa el siguiente paso en la industria: berlinas y coches compactos con un precio relativamente asequible y unas prestaciones equiparables a las de los modelos de gasolina, diésel o híbridos actuales.

El Model S de Tesla, que se empezará entregar a los clientes en 2011, será capaz de cargar la mayor parte de su batería en menos de una hora y acercará su autonomía a los 500 kilómetros por carga completa, unas cifras que hacen viable la nueva tecnología.

Los vehículos eléctricos serán dos veces más eficientes que los híbridos que menos consumen en la actualidad, y podrán ser cargados tanto en casa como en estaciones de recarga que gobiernos (entre ellos, el español, con una prueba piloto en varias ciudades) e iniciativas privadas (tales como el proyecto Better Place de Shai Agassi, en colaboración con Renault y el gobierno israelí) ultiman.

Pero el coche eléctrico no podrá despegar sin la existencia de un enchufe de alta capacidad que sea estándar, seguro para el usuario y permita cargar la batería de un vehículo eléctrico en minutos, y no en horas como ocurre en la actualidad.

De ahí que la industria pueda dar un paso de gigante, si se confirma que los principales fabricantes interesandos en fabricar vehículos eléctricos usarán el sistema de carga, desarrollado por la firma Yazaki.