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10 segundas residencias pequeñas, baratas y bioclimáticas

Varias tendencias convergen en la franja más asequible y libertaria del mercado residencial de Europa y Norteamérica.

Por un lado, las viviendas prefabricadas, más económicas y con menor impacto, se ganan el favor del público joven profesional cuyas referencias se acercan más a los postulados de Henry David Thoreau y Mohandas Gandhi (vida sencillafrugalidadestoicismoespiritualidad), que a los estereotipos de éxito promocionados por la industria del entretenimiento.

Por otro lado, lo pequeño pierde su carácter peyorativo por motivos ecológicos, económicos o emocionales. El diseño en general y la arquitectura en particular no son ajenos a estas tendencias: respeto social por la vida sencilla y diseños compactos (además de durables y de calidad).

La felicidad quiere independizarse del consumo impulsivo

La cultura popular todavía relaciona felicidad con riqueza material pero, poco a poco, la concienciación medioambiental y el sentimiento de que el consumo desaforado de recursos no aumenta el bienestar y perjudica el entorno redefine nuestros modelos.

Si bien una mayoría social continúa dedicando sus mayores proyectos vitales a conseguir una casa más grande y lujosa o un mejor automóvil, proliferan los casos de profesionales ejecutivos que deciden invertir en experiencias, o simplemente en tiempo.

El tiempo, dicen los expertos, es el bien más preciado de los profesionales más demandados, de manera que muchos de ellos quieren dedicar los mejores años de su vida a realizarse como individuos, independientemente de lo que ello signifique: pasar más tiempo con la familia, profundizar en la conciliación laboral, viajar más, cumplir con un sueño creativo personal.

Experiencias vs. productos

Varios estudios sostienen que son la creación y las experiencias, y no los productos, las que aumentan el bienestar. Del mismo modo que se ha demostrado de manera consistente que la frugalidad, la escasez y la necesidad aumentan la creatividad y la necesidad de emprender humanas.

La felicidad depende de tantos factores que su mero estudio es tan complejo como el resultado de las distintas indagaciones, siempre parciales, sobre la materia. En los artículos sobre la felicidad en distintos lugares y sociedades, aparecen datos que se han convertido en lugares comunes para la prensa de análisis: se afirma el PIB (producto interior bruto) es un indicador obsoleto para medir la riqueza y el nivel de bienestar de una sociedad, ya que sólo cuenta “actividad económica” (de modo que, por ejemplo, la inversión bélica aumenta la “riqueza” de un país).

También se plantean sus alternativas, siempre imperfectas; desde las que miden indicadores más objetivos (tales como riqueza material, acceso a educación y sanidad, salud de los habitantes, esperanza de vida, etc.), hasta los más espirituales, como el indicador de la “felicidad” de Bután, el pequeño país budista del Himalaya.

Cómo medir la felicidad

Bután es un país relativamente pobre (si contamos la riqueza del modo tradicional, atendiendo al PIB) que ha decidido centrarse en un cierto bienestar material digno de sus habitantes, acorde con su budismo (esto es, frugalidad, mesura), y reforzando la ecuación con indicadores “espirituales”.

Bután propone Una Felicidad Nacional Bruta (Gross National Happiness, GNH), en lugar de PIB (y su derivado, la renta per cápita) o sus alternativas más justas y realistas, como el coeficiente de Gini o el índice de Atkinson. El país apuesta por un turismo selecto, de calidad y en pequeño número, que garantice ingresos y, al a vez, no cause problemas medioambientales.

Asistimos al fin del culto al producto interior bruto y muchas personas abandonan el consumo suntuoso y superficial, en consonancia con una actitud más frugal, acorde con los postulados ecologistas y éticos que les acercan al trascendentalista Henry David Thoreau.

Un Silicon Valley con emprendedores “trascendentalistas”

El mundo de los negocios tampoco es ajeno a la tendencia e incluso los emprendedores de Silicon Valley abrazan la frugalidad y la vida sencilla. Hasta ahora, los más exitosos han sido relacionados con mansiones y excentricidades propias de una estrella musical (la película The Social Network profundiza en los nuevos arquetipos del éxito, equivalentes a los músicos que alcanzaban la portada de Rolling Stone en los 60 y 70).

Un artículo de Los Angeles Times constata esta tendencia. Los símbolos de estatus de Silicon Valley dan ahora mayor preponderancia a lo espiritual sobre lo material.

Y, cuando algo está de moda y se convierte en tendencia incluso entre quienes actúan como ídolos de una generación, quizá se puede hablar de movimiento. El artículo de Los Angeles Times abre con una frase que resume el nuevo sentir: “¿coches espectaculares? Bah. Las jóvenes estrellas tecnológicas depositan su riqueza en causas sociales y nuevas ideas de negocio. Una cultura que mide los logros a partir de lo que los emprendedores construyen, y no lo que compran”.

Cuando una casa pequeña puede albergar bienestar

¿Cómo se traduce la nueva tendencia en arquitectura? Proliferan los apartamentos, casas y segundas residencias con dimensiones humildes, aunque diseñadas con atención y construidas a menudo con los mejores materiales, así como otros elementos de calidad.

El tamaño no importa tanto; sí la calidad de los elementos que nos rodean, dicen muchos aficionados e interesados en la vida sencilla y en hogares relacionados con una existencia frugal.

Muchos se marcan incluso el objetivo personal de reducir sus utensilios cotidianos a apenas un puñado de elementos, como hizo el propio Mohandas Gandhi, que al final de su vida había reducido sus posesiones personales de uso diario a poco más de una decena, incluyendo sus anteojos, su dhoti (vestimenta tradicional bengalí), un reloj y un par de sandalias.

Lo pequeño puede ser hermoso

Lo pequeño no tiene por qué ser inferior ni generar infelicidad, del mismo modo que, como mostraron Thoreau y Gandhi, existen modos de “mejora” o “crecimiento” personal que priorizan lo material por encima de lo inmaterial.

Como respuesta a las consecuencias de la crisis del petróleo de 1973, el intelectual y economista E.F. “Fritz” Schumacher reivindicó ese mismo año la belleza del diseño reducido, a través del influyente ensayo Small is Beautiful: Economics as if People Mattered (Lo pequeño es hermoso: Economía como si la gente importara).

En Lo pequeño es hermoso, Schumacher denunció la tendencia autodestructiva de la industria mundial, que había sacrificado atributos en los bienes de consumo como la calidad o la fiabilidad en favor del tamaño y la renovación constante (cuanto más grande y nuevo, sea un coche, una casa, una televisión o una botella individual de bebida carbonatada, mejor).

La evolución del tamaño de los automóviles y viviendas en países como Estados Unidos preocupaba a E.F. Schumacher y creía que el buen diseño y la calidad de los bienes más reducidos podían aumentar su popularidad, pero era consciente de que luchaba contra una corriente preponderante, todavía presente entre la mayoría de la población en los países desarrollados y economías emergentes: “bigger is better” (cuanto más grande, mejor).

Plenitud en espacios reducidos

Como el autor de Small is Beautiful, muchos de quienes simpatizan con el “movimiento de las casas pequeñas” creen que la frugalidad y la vida sencilla les libera de cargas que dificultan su plenitud y felicidad, más que aumentarla. Arguyen, además, que ha llegado el momento de reconocer a título individual que el mundo es finito y actuar en consecuencia, también a título individual.

En *faircompanies hemos contactado en los últimos años con varias de las personas que han logrado mayor reconocimiento impulsando una arquitectura con un tamaño mucho más compacto, un precio mucho más asequible y una huella ecológica que supone una fracción de las viviendas convencionales, sobre todo en sociedades que, como la estadounidense, han aumentado dramáticamente el tamaño de sus hogares en las últimas décadas, sin que el aumento del bienestar haya sido proporcional.

Es el caso de Jay Shafer, fundador de Tiny House Company, y muchas otras personas, en Estados Unidos y Europa.

Tendencias en segundas residencias

Mostramos a continuación varias casas erigidas en distintos lugares de Europa y Norteamérica con una filosofía común. Pretenden abrigar a sus moradores y contribuir a su bienestar mientras, a la vez, se abren a un entorno natural que ayuda a desconectar y, como se ha publicado en Nature, aumentan las posibilidades de que nuestra reacción ante situaciones de estrés sea equilibrada y positiva.

Varias de estas casas son prefabricadas, lo que reduce su precio e impacto medioambiental. La mayoría también comparte unas dimensiones discretas, sin llegar a extremos. Muchas de ellas, asimismo, emplean materiales locales en su construcción.

Hay unanimidad en una característica. Sus habitantes han promovido su construcción para resarcirse de los errores cometidos al comprar o construir una casa o apartamento convencional, a menudo mucho más grande. Estos retiros de fin de semana devuelven al individuo su dimensión espiritual y le invitan a conocer el entorno.

1. Hus.Ett: micro-casa sueca que reivindica el biomimetismo

En ocasiones, el diseño de un sencillo y diminuto refugio puede alcanzar el estatus de icónico, por su memorable diseño, el espíritu que es capaz de evocar o ambas cosas. Es el caso de Hus.Ett, un pequeño cobertizo de madera ideado por Torsten Ottesjö que irradia la sobriedad y el espíritu práctico de la cultura escandinava tradicional, que tuvo que sobreponerse a las inclemencias del tiempo para prosperar.

Este microrefugio con aspecto ovalado y la imperfección geométrica de las formas orgánicas y vivas (algo así como una reinterpretación boreal de Antoni Gaudí), evoca la predilección escandinava por la pesca. Las paredes del habitáculo, que también constituyen su tejado, están recubiertas por las tradicionales piezas de madera usadas como aislante en el norte de Europa y Estados Unidos, que en este caso evocan las escamas de un pez fantástico.

Este pequeño habitáculo sueco, diseñado por Torsten Ottesjö, es tan reducido que devuelve al refugio su carácter de abrigo sencillo, frugal, apenas creado para garantizar el bienestar de su morador.

El espacio interior sorprende tanto como el exterior, con un suelo conformado por pequeños tacos de madera no tratada que infieren al conjunto un aspecto rústico, con una elegancia desnuda y primitiva. Los laterales curvos de las paredes invitan a imaginar un bote de pesca al revés, o acaso el vientre de una ballena mitológica.

Sea como fuere, el espacio devuelve al individuo a su estado ancestral y le invita a mirarse a sí mismo. Si las casas pudieran ser más o menos estoicas, este diminuto refugio lograría la loanza de los simpatizantes de la frugalidad y la vida sencilla.

(A través de Inhabitat).

2. Micro-casas prefabricadas minimalistas Dwelle

En *faircompanies hemos constatado el interés que suscitan las viviendas de reducidas dimensiones, por su precio reducido, escaso impacto ecológico y concordancia con los rasgos básicos del estilo de vida frugal y austero de los defensores de la vida sencilla.

Varias compañías combinan las ventajas de las casas prefabricadas, cuya producción cuesta una fracción del precio de casas convencionales, con espacios de reducido tamaño pero se adaptan a las exigencias de un público interesado en el minimalismo y la ecología. Debido a ello, estas firmas usan materiales reciclados o con escaso impacto medioambiental en sus modelos prefabricados.

La empresa británica Dwelle es un ejemplo de ello en Europa. Ha diseñado dos pequeñas casas prefabricadas la más grande de las cuales tiene 23,5 metros cuadrados (253 pies cuadrados). Ambos modelos incluyen una habitación principal que actúa como sala de estar; cocina, sobre la cual se encuentra la cama; y lavabo. Las micro-casas Dwelle han sido diseñadas para facilitar la instalación de energías renovables y lograr, de este modo, autogestionar la energía que consume.

Además del cuidado por un diseño moderno y sobrio, se incluyen detalles como ventanas de doble acristalamiento para mejorar el rendimiento térmico y evitar al máximo el uso de aire acondicionado o calefacción.

Las paredes están forradas de madera tratada con certificación FSC, mientras que el interior de las paredes el suelo y el techo están aislados con fibra de celulosa obtenida de periódicos reciclados. Incluyen calefacción por suelo radiante, mientras que todos los acabados interiores han sido escogidos para mejorar la calidad del aire en el interior del habitáculo.

El mayor de los dos modelos, Big Dwelle.ing, tiene una planta de 6,7 por 3,5 metros (22 por 11,5 pies), unas dimensiones a menudo propias de un dormitorio convencional, cuesta entre 35.000 y 50.000 libras (39.000-56.000 euros; o 52.000-75.000 dólares).

El pequeño de los dos modelos de micro-casa prefabricada de Dwelle, Little Dwelle.ing, tiene 4,9 por 2,65 metros de superficie (16 por 9,5 pies) y un coste de entre 20.000 y 35.000 libras (22.000-39.000 euros; o 30.000-52.000 dólares).

(A través de Inhabitat).

3. Casa de campo pasiva de materiales reciclados (sur de Gales, Reino Unido)

A diferencia de los modelos prefabricados, más económicos y fácilmente adaptables a casi cualquier entorno, lo que les convierte a menudo en construcciones anexas a una vivienda u oficina tradicional, o en vivienda móvil (pese a que a menudo no son inscritas como tales), existen viviendas que parten del concienzudo estudio de su emplazamiento definitivo: cultura, clima, horas de sol, orografía y orientación del emplazamiento, etcétera.

Es el caso de Ty Pren, una residencia construida en la verde y ondulada campiña del sur de Gales, junto al parque nacional de Brecon Beacons (Reino Unido), por el estudio de arquitectura londinense Feilden Fowles.

El elegante y austero exterior de la casa de campo combina la geometría minimalista de la arquitectura contemporánea con la esencia de las casas tradicionales de la zona, y adopta las principales técnicas de sostenibilidad de las casas pasivas.

La construcción emplea materiales locales en su estructura y la pizarra usada en la vertiente norte de la fachada fue recuperada de antiguos edificios abandonados. Asimismo la madera no tratada que cubre las 3 caras restantes fue obtenida de una granja situada a menos de 3 millas del emplazamiento. Asimismo, se han plantado ocho alerces para reemplazar el revestimiento en 25 años, período después del cual la antigua capa de madera sería empleada en la chimenea.

La planta alargada de la vivienda tampoco es casual; facilita la ventilación de los distintos habitáculos mientras, a la vez, se proporciona luz natural a todas las estancias durante el día.

Las persianas correderas de la fachada sur aseguran una temperatura agradable durante el verano, mientras el interior ha sido aislado con paneles estructurales, para facilitar la acumulación de masa térmica durante el día y los meses calurosos, que es liberada durante la noche y en los meses de invierno.

(A través de Inhabitat).

4. Una cabaña acristalada como eficiente retiro familiar entre naturaleza (isla Vashon, Seattle, Estados Unidos)

Muchos habitantes de Seattle aprovechan el fin de semana para perderse en el entorno natural que rodea la ciudad, con bahías, lagos y majestuosas montañas.

Es el caso de la familia que encargó al estudio de arquitectos Vandeventer + Carlander la construcción en 2009 de una pequeña casa de campo con aire contemporáneo en la isla Vashon, un entorno semi-natural en el condado de King, para usarla el fin de semana como segunda residencia.

Pese a tener un 60% más de superficie que la isla de Manhattan, Vashon cuenta con sólo 10.123 habitantes censados, lo que garantiza la privacidad y la conservación de un entorno natural dominado por arboledas y senderos poco transitados.

La casa está situada a la orilla del extremo sur de Puget Sound, conectada por ferry al centro de Seattle, al este de la bahía. Pese al reducido tamaño de la parcela (172 metros cuadrados), la planta cuadrada del edificio está completamente acristalada para favorecer las vistas y, gracias a la luz natural, calentar su interior de forma pasiva con la luz del sol.

Pese a la sencillez del diseño y al relativamente limitado tamaño de la propiedad, los dos edificios que conforman la vivienda (un añadido de madera en la entrada, de espaldas al lago, y la planta acristalada principal) incluye dormitorio de matrimonio, lavabo y cocina en la planta principal; y sala de estar, dos dormitorios y lavabo adicional en la planta baja, situada al nivel del descenso de la pendiente hacia la orilla de Puget Sound.

El suelo del habitáculo, con 3 habitaciones, es de cemento pulido con calefacción por piso radiante (hidrónica), que sirve como almacén del calor adquirido pasivamente de la luz solar durante los meses más fríos.

Por el contrario, los protectores solares y ventanas correderas protegen de la incidencia directa del sol y proporcionan ventilación cruzada en los meses más cálidos y evitar el uso de aire acondicionado.

(A través de Inhabitat).

5. Micro-cabaña de diseño con servicios autogestionados y rendimiento bioclimático (Cape Russell, Tennessee)

El clima húmedo y cálido del sur de Estados Unidos ha influido sobre la evolución de la vivienda sureña que, independientemente de su tamaño, favorece la ventilación y suele incluir un porque donde pasar la velada.

Ocurre lo mismo incluso con las casas más pequeñas. Es el caso de esta micro-cabaña en Tennessee, definida por el blog medioambiental Inhabitat como “una actualización contemporánea del tradicional retiro junto al lago”.

Si Henry David Thoreau hubiera nacido en Tennessee en lugar de Nueva Inglaterra, habría construido su cabaña junto al lago en un emplazamiento similar a esta pequeña vivienda de fin de semana. Situado en Cape Russell, el refugio combina las pequeñas dimensiones, el carácter espartano y minimalista de la vida sencilla, con un diseño cuidado y sobrio, a cargo de Sander Pace Architecture.

La micro-cabaña, que autogestiona tanto el agua como la energía, tiene una estructura de láminas acero que, de día, permiten las corrientes de aire y dejan pasar algo de luz tamizada; mientras de noche la luz se escapa intermitentemente de las pareces. La sobria estructura de la fachada, de madera de cedro, incluye pantallas transparentes para disfrutar del aire fresco nocturno evitando los insectos.

Protegida por los árboles, así como beneficiada por el intercambio térmico entre la orilla del lago y las montañas circundantes, la cabaña convierte su porosa estructura en el aire acondicionado más económico y eficiente.

El tejado, diseñado en forma de alas de mariposa, sobresale generosamente de la fachada tanto para evitar la radiación solar cuando el sol está alto, como para generar energía (paneles solares) y recolectar agua de lluvia, recolectada en la confluencia de las dos vertientes.

El agua recolectada es potabilizada con luz solar, usando un filtro ultravioleta, y almacenada en un tanque con 1.500 litros (400 galones) de capacidad, lista para usarse como agua de boca, para la ducha exterior y para fregar los platos.

(A través de Inhabitat).

6. Casa Garoza: prototipo de casa modular prefabricada que crece con el tiempo (Segovia, España)

El estudio español Herreros Arquitectos ha logrado notoriedad en los medios especializados de todo el mundo con su proyecto de casa prefabricada minimalista capaz de expandirse con el tiempo, ganadora del Premio Construmat 2011.

Casa Garoza es una vivienda industrializada cuyo primer prototipo, completado en 2010, tiene una superficie de 75 metros cuadrados aunque, debido a su naturaleza modular, podría aumentar o disminuir sus dimensiones bajo demanda.

La vivienda, con un exterior parco en detalles y una elegancia entre clásica e industrial, es definida por sus creadores como “una vivienda industrializada modular que puede crecer y cambiar con el tiempo”.

El sistema de construcción, sobre pequeños pilares, es en seco y muy fácil de situar en el emplazamiento definitivo, como muestra el vídeo difundido por Herreros Arquitectos.

Cada una de las unidades modulares completas, construidas en fábrica, tienen 3 metros de anchura por 2,50 metros de altura, y hasta 12 de longitud, en función del encargo.

Los resultados son tan sobrios como satisfactorios; de ahí que hayan cosechado buenas críticas en publicaciones como TreeHugger o Inhabitat.

La planta rectangular cuenta, de momento, con una planta sin tabiques y dos niveles, que alberga las funciones principales de la vivienda, tales como vivir, cocinar y comer; mientras los rincones y espacios de transición incluyen los lugares para dormir, trabajar y almacenar.

La fachada trasera de la casa se abre a un espacio usado de momento como terraza-observatorio, situado también sobre pilares, al mismo nivel que la vivienda, lo que minimiza el daño sobre el entorno, al carecer de cimientos o cualquier otro trabajo que requiera movimiento de tierras o piedras, o cualquier trabajo de mampostería.

Los resultados: una casa prefabricada que respeta los principios de economía sostenible y reciclaje, de coste e impacto ecológico limitados, adaptable a las circunstancias cambiantes de sus propietarios, con interiores espaciosos y elegante diseño minimalista.

7. Antiguo refugio de pastores escocés reconvertido en confortable vivienda

Hay paisajes que condicionan, más que otros, la evolución de su arquitectura tradicional. Es el caso de la costa noroeste de Escocia, situada en el mismo paralelo que Estocolmo y, por tanto condicionada por la inclemencia climática (lluvia y viento abundantes) y la tenue luz durante la mayor parte del día, sobre todo durante los meses de invierno.

El paisaje de las tierras altas escocesas, con el verde sempiterno de sus pastos y la ausencia de grandes bosques, obligó a su dispersa población a construir casas sólidas, con muros de piedra y tejado verde, sobre el que crece el mismo pasto del paisaje.

Es el caso de esta segunda residencia emplazada en una colina junta al mar en la Isla de Harris, en el noroeste de Escocia, basada en las construcciones tradicionales de los pastores de la zona, restaurada con materiales locales a partir de un antiguo establo de ovejas. De ahí su nombre: Black Sheep House.

El estudio Channel 4 Grand Design consiguió el premio Home of the Year 2008 por la readaptación del edificio tradicional abandonado en una lujosa segunda residencia con características bioclimáticas, simbiosis con el paisaje y las comodidades de una vivienda moderna.

Los muros de piedra de granito de la zona, con un metro de grosor, fueron recuperados y realineados por un picapedrero tradicional sin ayuda mecánica, mientras que el tejado sólo requirió la ayuda de dos operarios locales adicionales.

Black Sheep House es la construcción habitada más antigua de la isla de Harris y su aspecto es común tanto en las islas escocesas como en Escandinavia, origen de antiguas influencias y pobladores de la zona.

Su interior es fiel a esta herencia cultural y guarda un aspecto nórdico, origen también de la ancestral técnica de construcción, sencilla, adaptada al medio y con escaso impacto ecológico: muros dobles de piedra y tierra, y vigas de madera recubiertas con pasto o paja.

(A través de Inhabitat).

8. Pequeño refugio mediterráneo de montaña elegante y minimalista (Vall de Laguar, Alicante, España)

Pocas veces un único bloque compacto logra su objetivo con tanto acierto como el pequeño refugio de montaña (25 metros cuadrados, 270 pies cuadrados) ideado por el estudio Enproyecto Arquitectura en el montañoso mirador mediterráneo de Fleix, Vall de Laguar, en Denia (Alicante).

El refugio se eleva en el árido y escarpado entorno con elegancia extrañamente antigua y, por sus finas líneas rectas, a la vez contemporánea, sin que la contradicción sea, en este caso, un tópico.

Lo consigue erigiéndose sobre el terreno como un bloque compacto con fachadas de piedra local. La regulación permite construir en la zona únicamente edificaciones para herramientas y utensilios rurales de un máximo de 25 metros cuadrados, que la cabaña de piedra cumple a rajatabla, pese a su confortable interior.

Pero el refugio alberga una sorpresa: un fresco sótano subterráneo (por tanto, evita la normativa, que sí cumple el edificio) de 50 metros cuadrados (538 pies cuadrados), que incluye estudio, lavabo y dormitorio. La planta adicional bajo el nivel del suelo está iluminada por dos agudos lucernarios que sirven también de bancos, situados en el patio adyacente a la casa.

El interior de la planta principal está compuesto por una confortable y luminosa sala de estar con cocina en uno de sus extremos. Asimismo, el tejado esconde un sobrado convertido en dormitorio adicional.

(A través de Inhabitat).

9. Vivienda cilíndrica prefabricada con rendimiento bioclimático (Pszczyna, Polonia)

Pocos lugares centroeuropeos han tenido tantas influencias compartidas como la Silesia polaca, en el suroeste del país, donde conviven lenguas (polaco, alemán), religiones (catolicismo, mayoritario en Polonia; y luteranismo) y tradiciones arquitectónicas.

Robert Konieczny, de la firma polaca KWK Promes, ha sabido reinterpretar la arquitectura tradicional de esta región centroeuropea con una casa prefabricada de planta cilíndrica con una estructura exterior de madera.

De aspecto austero, funcional, no es una casualidad que el primer modelo de esta casa familiar prefabricada se haya erigido en Pszczyna, mientras el segundo se emplazará en Berlín. Su planta, de 220 metros cuadrados (2.400 pies cuadrados), converge en un punto central ocupado por una escalera de caracol para subir a la primera planta y el desván.

Pese a sus dimensiones generosas, en comparación con otras viviendas prefabricadas, el uso de madera reduce el coste de la vivienda y facilita cualquier personalización.

Construida con materiales naturales, fundamentalmente madera, y diseñada para incorporar energías renovables, su planta redonda suaviza su impacto sobre el emplazamiento, además de maximizar el tamaño de la parcela, sin por ello reducir dramáticamente el espacio interior, con tres habitaciones flexibles, adaptables a cada caso.

La orientación de la casa puede modificarse en función de las vistas deseadas y el clima local, mientras la forma y los materiales del tejado son fácilmente adaptables según el estudio KWK Promes, según las preferencias estéticas del usuario, el clima, etcétera.

Además del uso de madera, que abre la puerta al empleo de madera reciclada si los futuros usuarios lo demandan, la casa cilíndrica incluye aislamiento térmico y sigue las directrices de las casas pasivas, donde la orientación y el rendimiento de los materiales inciden sobre la masa térmica del habitáculo en verano (refrescando) y en invierno (calentando).

(A través de Inhabitat).

10. Casa prefabricada de acero en Yucca Valley (Palm Springs, California)

La ciudad desértica de Palm Springs sobrevive en el medio del desierto por la devoción de los residentes más acomodados del sur de California, que acuden a la localidad a desconectar de la gran ciudad. De ahí que abunden establecimientos selectos y experimentos arquitectónicos, a menudo relacionados con el mundo artístico de Los Ángeles.

Pero no todo son enormes casas de lujo con estilo dudoso. El fabricante Blue Sky Homes, especializado en construcciones prefabricadas, y el estudio O2 Architecture, lo vuelven a ratificar construyendo en al árido Yucca Valley, a las afueras de la ciudad, una pequeña elegante y minimalista casa prefabricada de acero con estructura acristalada.

Construida como cálido retiro invernal de un residente en la Columbia Británica, se trata de una vivienda luminosa y relativamente compacta (sobre todo, para los estándares de Palm Springs): 113 metros cuadrados (1225 pies cuadrados).

La estructura, de una sola planta, es acero galvanizado, un 70% del cual es reciclado, lo que aceleró el proceso de construcción, culminado en 3 meses y medio.

Gordon Graham, su propietario, participó en el diseño con O2 Architecture y contactó con el fabricante de viviendas prefabricadas Blue Sky Homes para que lo hicieran realidad por una fracción del precio de una casa de diseño convencional.

Con interior tan simple como su exterior, ha sido concebida como un simple y austero retiro que permite la entrada de luz cuando el sol está bajo (por la tarde, en los meses de invierno) y lo bloquea cuando irradia alto y con más fuerza, gracias a sus cornisas.

Los materiales han sido elegidos por su durabilidad, rendimiento medioambiental y mínimo mantenimiento. Incluye un espacio abierto con cocina americana, comedor y sala de estar, así como dos dormitorios, lavabo y un alargado porche de acero en la fachada.

(A través de Inhabitat).