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Café: no sólo es inofensivo, sino… ¿saludable? (estudios)

La importancia del café es tal que el control de su suministro y comercialización alcanza el estatus geopolítico de los productos de primera necesidad.

Peso cultural, efectos estimulantes e influencia (beneficiosa) sobre la salud y el envejecimiento hacen que, por ejemplo, las variedades de mayor calidad hayan dado pie a productos fraudulentos como el café de heces de civeta, que procedía de animales mantenidos en condiciones deplorables y no de la recolección de restos en los cafetales de Indonesia.

El gran público no necesita conocer a fondo las estrategias comerciales para obtener el supuesto mejor café según modas y vendedores de tendencias, para elaborar infinidad de leyendas urbanas acerca de los orígenes, propiedades y efectos del café para el ánimo y la salud.

Estimulantes y modernidad

La historia de estimulantes naturales como el café, el té o el cacao está tan relacionada con la expansión del comercio y los valores de la Ilustración como el reloj de bolsillo o los instrumentos de navegación modernos. No es casual que las sociedades de debate británicas donde se expandieron las ideas de la Revolución Francesa fueran “cafés”.

Las tertulias literarias proliferaron en la misma época, a menudo entreveradas con las científicas, políticas o filosóficas, desde los años de The Club, fundado por el ensayista Samuel Johnson y el artista Joshua Reynolds.

En pequeñas dosis, el café vigoriza e incrementa el nivel de alerta sin producir efectos secundarios en el ánimo al disminuir sus efectos; en cantidades elevadas, por el contrario, el café aumenta irritabilidad, ansiedad, insomnio, náusea o dolores de cabeza.

Pero en ningún caso, y a diferencia de la opinión extendida en todo el mundo, tomar café de forma regular sería perjudicial para la salud, si hacemos caso a las nuevas evidencias.

Distinguiendo entre café y las bebidas hipercalóricas con café

Eso sí, cuando hablamos de café, habría que distinguir entre:

  • el café negro (diluido en agua, más allá de su tipo, fortaleza e intensidad y relacionado con los últimos resultados positivos);
  • y las bebidas de gran tamaño y todavía mayor concentración calórica que contienen algo de café y llevan su nombre, servidos en establecimientos de comida rápida y de grandes cadenas de cafeterías.

Estas últimas bebidas, advierten los expertos, no pueden considerarse “café”, sino bebidas hipercalóricas con café como un mero elemento más. Son productos que entran en los baremos más preocupantes del patrón de dieta occidental.

Riesgos de las bombas calóricas: un “café” nunca saludable

Algunos ejemplos de “cafés” que poco tienen de los mejores efectos del “café”: el mocha grande que McDonald’s sirve en Estados Unidos cuenta con 500 calorías, 17 gramos de grasa y 72 gramos de carbohidratos de rápida absorción (los peores para el organismo), mientras el café mocha con chocolate blanco de Starbucks tiene 580 calorías, 22 gramos de grasa y 79 de carbohidratos; o el café grande con caramelo Coolatta de Dunkin’ Donuts, con 670 calorías, 8 gramos de grasa y 144 de carbohidratos. 

Una bebida comercializada como “café” que alcanza cotas sonrojantes es la bomba calórica Gotta-Have-It-Sized Lotta Caramel Latte, del establecimiento estadounidense Cold Stone Creamery: 1.790 calorías, 90 gramos de grasa y 223 gramos de carbohidratos.

A diferencia de estas bebidas hipercalóricas comercializadas como café, con riesgos para la salud similares a los que presenta el abuso de bebidas carbonatadas con exceso de azúcares refinados, el café negro preparado de cualquiera de las maneras convencionales (y, por tanto, variando en concentración, intensidad, nivel de cafeína, textura, etc.) suele contar con menos de 5 calorías y carece de grasa o carbohidratos, al elaborarse con café y agua.

Una larga historia de recelo sobre la sustancia

Pese a la inocuidad e incluso beneficios potenciales para la salud del café convencional, su percepción es muy distinta e incluso la comunidad médica, que ha relacionado históricamente la bebida con riesgos nerviosos y cardiovasculares, demanda más estudios para abandonar su prudencia ante la bebida.

El pediatra, investigador de la Universidad de Medicina de Indiana y bloguero en The Incidental Economist Aaron E. Carroll escribe en The New York Times que, cuando era niño, sus padres no le dejaban probar el café porque ello “limitaría mi crecimiento”. 

Tomar café habría alterado su ánimo y quizá ningún niño necesite estimular su ya de por sí despierto ánimo con sustancias ajenas a las producidas por el propio organismo, pero lo que seguro que no habría hecho es afectar a su crecimiento.

Contestando leyendas urbanas con metaanálisis

Estas y otras leyendas urbanas (que si el café absorbe el agua del cuerpo y produce deshidratación; o que estimula las enfermedades cardiovasculares; etc.) han situado al café a ojos de la opinión pública como una sustancia más próxima a la frontera de la nocividad que el té, la otra gran bebida estimulante global.

Los estudios científicos no comparten la certeza del gran público sobre la supuesta nocividad de la ingesta de café a largo plazo: un reciente metaanálisis (un estudio de estudios y, por tanto, carente de datos de campo)sobre café y riesgos cardiovasculares analizó el resultado de 36 investigaciones, con 1.270.000 de participantes en el conjunto de los estudios.

El metaanálisis no sólo refuta la idea de que la ingesta moderada de café afecta al corazón, sino concluye lo contrario: quienes toman dosis moderadas de cafeína -entre 3 y 6 tazas diarias- registran un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares que quienes no toman café.

Café y dolencias cardiovasculares

Más sorprendente, quizá: según el análisis de los datos de los 36 estudios, quienes consumen dosis elevadas de café (5 o más copas diarias) tienen un riesgo similar de padecer enfermedades cardiovasculares que quienes no toman café en absoluto. 

Aaron E. Carroll expone en su artículo que el café tendría más beneficios de los que pensamos a partir de una montaña de estudios difícil de refutar, ya que cada estudio de campo y metaanálisis ha sido confirmado por otras investigaciones posteriores.

“Nadie sugiere que debas beber más café para tu salud”, escribe Carroll. “Pero beber cantidades moderadas de café está asociado con niveles más bajos de prácticamente todas las dolencias cardiovasculares, al contrario de lo que muchos habrán oído acerca de los peligros del café o la cafeína”.

Otro metaanálisis, en este caso a partir de 11 estudios elaborados con un universo de 480.000 participantes, estudió específicamente la relación entre café y ataques al corazón. El estudio de estudios también detectó que los individuos que consumían entre 3 y 6 copas de café diarias tenían menos riesgo de padecer un infarto que quienes no lo ingerían.

Las propiedades psicoactivas del café

Tomada con moderación, la cafeína es un alcaloide que realiza su tarea con efectividad y sin causar daño, a diferencia de otras drogas psicoactivas. La sustancia traspasa la corteza cerebral y relativiza el efecto de los receptores que regulan el cansancio, incrementando de paso la lucidez, la capacidad de concentración y el rendimiento físico. 

Otras sustancias, como el cacao, regulan el cansancio de manera similar, aunque con menor efectividad: se necesita mucho más chocolate que café para que la teobromina, un alcaloide natural presente en el cacao, logre efectos estimulantes similares al café: una taza de la bebida contiene 100 miligramos de cafeína, mientas para lograr el equivalente en teobromina se requeriría media tableta de chocolate.

El café parece tomarse la revancha en los últimos tiempos y contrarrestar las leyendas urbanas con resultados científicos sobre sus efectos beneficiosos.

Numerosos estudios relacionan la ingesta de café negro (sin los aditivos hipercalóricos a través de los que se consume en muchos establecimientos) con varios efectos positivos para la salud, más allá del más instantáneo poder estimulante sin efectos secundarios relevantes, motivo que explicaría su popularidad.

Beneficios de evitar el tándem tabaco-café

El café comparte muchos de estos beneficios con otras sustancias alcalinas, tales como las mencionadas cacao y té. Otros efectos son más específicos.

¿Qué ocurre cuando se opta por elegir los estudios que secundan un punto de vista determinado, para así evitar la tan extendida fabricación argumental a partir de la búsqueda factual sirviéndose de Google?

En efecto, Carroll expone, estudios aislados han hallado una correlación entre café y ciertos tipos de cáncer, como el de pulmón donde el tándem tabaco-café parece incrementar el riesgo.

Y debido a estos casos particulares, arguye Carroll, que se ha especializado en la influencia del análisis de datos sobre la mejora de la práctica médica, existe una razón de mayor peso todavía para contrastar resultados aislados con investigaciones sistemáticas y metaanálisis.

Potencial de la cafeína en el tratamiento paliativo del cáncer

Recurriendo al análisis sistemático Aaron Carroll coincide con las conclusiones de estudios realizados a partir de varios estudios, como un metaanálisis de 2007 que relacionaba el aumento de la ingesta de café de 2 tazas al día con menor riesgo relativo de cáncer de riñón (un 40% inferior).

Asimismo, investigaciones sobre cáncer de próstata no han hallado mayor riesgo asociado al consumo de café. Ocurre lo mismo con el cáncer de mama.

En general, Aaron Carroll concluye que tomar café está asociado con una menor incidencia de cáncer; también se ha observado que el riesgo de padecer este tipo de dolencias decrece con una ingesta mayor de café.

Supuestos efectos (y beneficios) de la ingesta de café (estudios)

Los efectos del café sobre la salud no paran aquí. Hay evidencias que relacionan la bebida con menor riesgo de padecer cáncer de hígado y, en pacientes que ya han contraído esta dolencia, la ingesta de café previene contra la cirrosis asociada… 

Entre quienes ya padecen cirrosis pero no han desarrollado cáncer de hígado, el consumo de café reduciría el riesgo de contraer la otra dolencia según los estudios.

La lista sigue. Se asocia el consumo de café con:

  • mejora en la respuesta antiviral de los pacientes con hepatitis C que combaten la dolencia;
  • mejor respuesta al tratamiento en pacientes con dolencias hepáticas (relacionadas con el hígado) de origen no alcohólico, hasta el punto de alcanzar el estatus de sustancia “recomendada” en estudios sobre pacientes con dolencias hepáticas crónicas;
  • Aaron Carroll menciona también los últimos resultados en metaanálisis neurológicos que estudiaron los efectos del café: su ingesta redujo el riesgo de padecer mal de Parkinson, frenar el deterioro cognitivo y, de paso, proteger contra el mal del Alzheimer;
  • un estudio sistemático de 2005 relaciona beber café con un menor riesgo de padecer diabetes tipo 2 (y sí, a mayor café ingerido, menor riesgo).

Protección contra los radicales libres

Asimismo, se ha constatado que el café cuenta con más antioxidandes que el té (200 miligramos cada 100 mililitros): los antioxidantes regulan el envejecimiento celular y neutralizan los daños potenciales causados por los radicales libres del organismo.

¿Y qué ocurre con los estudios sobre el riesgo de muerte por cualquier causa entre consumidores de café? Dos metaanálisis, el primero a partir de 20 estudios y el segundo tomando 17 estudios, con un universo combinado de más de un millón de personas, concluyen que la ingesta de esta droga psicoactiva reduce el riesgo de muerte.

Dado el aumento de estudios y su prometedor resultado en relación con los efectos del café, Aaron Carroll concluye: “No puedo pensar en ningún otro producto que tenga el respaldo de una evidencia epidemiológica positiva tan importante”.

Afrontando estereotipos con escepticismo científico

Carroll demanda que, al menos, actuemos con un cierto escepticismo a la hora de afrontar convicciones que incluyan el riesgo de partir de leyendas urbanas o hipótesis no comprobadas o ya refutadas.

La relación entre la base científica de fenómenos que inciden sobre nuestra cotidianidad y su base científica es, a menudo, tormentosa.

Un ejemplo observable en cualquier lugar: los niños ya no caminan a la escuela ni juegan en la calle solos, pues tanto padres como sociedad consideran la ausencia de un tutor como poco menos que una negligencia (que acabado incluso con detenciones en Estados Unidos). 

¿Qué dicen los datos sobre la inseguridad ciudadana? Sorpresa relativa: vivimos en sociedades más seguras que hace unas décadas, cuando la práctica de acudir a la escuela o jugar en la calle con otros niños en ausencia de padres y tutores era generalizada.

Alcaloides psicoactivos

Ocurre otro tanto con la percepción pública del café. Se acumulan evidencias que no sólo refutan su supuesta nocividad, sino que recomendarían su ingesta moderada en prácticamente todos los adultos.

No obstante, la percepción pública del café se aparta poco a poco de un lugar próximo al tabaco (cuya nocividad se ha confirmado con creces) y acercarse al té, el cacao y otras sustancias estimulantes cuyos alcaloides psicoactivos nos mantienen alerta y, de paso, estimularían actividades en nuestro organismo beneficiosas a la larga:

  • propiedades diuréticas;
  • producción de serotonina (opioide natural para nuestro cerebro relacionado con la sedación y el buen estado de ánimo);
  • control de la saciedad;
  • propulsión de la actividad mental;
  • salud cardiovascular (y no lo contrario);
  • etc.

La cantidad de cafeína en una taza de café negro depende de la variedad del fruto, la cantidad de café empleada y la modalidad de preparación. 

El café sigue teniendo efectos estimulantes

Una taza de café filtrado contiene entre 95 y 200 miligramos de cafeína, mientras una cantidad equivalente de té negro (la variedad más estimulante) aporta entre 40 y 200 miligramos de cafeína.

Por el contrario, una copa de espresso cuenta con entre 58 y 75 gramos de cafeína, y el café instantáneo contiene entre 27 y 173 gramos. 

Para que la cafeína no afecte el sueño ni la estimulación se convierta en ansiedad, algunos estudios recomiendan no superar los 400 miligramos diarios de la sustancia, 200 miligramos en mujeres embarazadas.

Veamos hasta qué punto comunidad médica, medios de comunicación y demás actores con capacidad de influencia sobre la opinión pública actualizan sus propias ideas preconcebidas sobre el café, tan ubicuo en cualquier actividad que requiere esfuerzo intelectual.

Elogio de la prudencia

Aaron Carroll cree que hay signos de cambio en esta percepción, a medida que se analiza la información científica: el último informe de la USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos) argumenta que no sólo es inofensivo beber café con moderación, sino que sería beneficioso.

En su artículo para The New York Times, Carroll no sugiere que se ofrezca café a los niños, ni que las mujeres embarazadas beban más de dos copas al día, ni siquiera que los adultos sanos aumenten su dosis y empiecen a beberlo por litros.

Eso sí, la bebida estimulante se gana el derecho (no por propiedades percibidas por la opinión de la gente, sino por sus propiedades reales) de formar parte de cualquier dieta saludable.