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De ruina a casa moderna: 10 establos/graneros transformados

Una nueva tendencia se afianza en arquitectura: casas en entornos rurales o periurbanos que aprovechan la a menudo áspera y generosa estructura de antiguos establos, cobertizos o graneros, reconvirtiéndola en viviendas con interior moderno y exterior aclimatado al entorno.

Los graneros, establos y otros edificios agrícolas tradicionales varían en tradición arquitectónica y materiales en función de la cultura agraria de cada lugar. 

Las Américas, desde Canadá hasta la Tierra del Fuego, integran tradiciones de construcción rústica de distintos lugares, en función del origen de los fundadores de cada explotación:

  • los inmigrantes del norte de Europa prefirieron a menudo la ligereza, frugalidad y provisionalidad de los graneros y cobertizos de madera (una muestra de viejos graneros de madera en Oregón), algunos de los cuales se mantienen íntegros y empiezan a ser valorados por propietarios tradicionales e interesados en su reconversión;
  • mientras los lugares del mundo donde se asentaron inmigrantes del mediodía europeo favorecieron construcciones más sólidas y con el carácter permanente y pegado al terrero de la piedra, el ladrillo cocido y/o el adobe.

De edificios rústicos minusvalorados a casas modernas con carácter

El granero y el establo son edificios rústicos funcionales, definidos por su propósito mucho antes de que la arquitectura moderna y el diseño se identificaran con la máxima de “la forma sigue a la función” (edificar sólo lo necesario, evitando lo superfluo y enseñando los elementos estructurales -vigas, pilares, etc.).

Las extensas y regulares explotaciones del norte de Europa y Norteamérica, pero también en zonas rurales del Cono Sur, albergan una de las muestras más funcionales de arquitectura rústica.

Los galpones (en inglés, “barn”, del inglés antiguo “bere” y “beretun”, lugar para almacenar grano), cobertizos de tamaño generoso y tradicionalmente de lamas de madera y/o tejuelas, cuya estructura se ha adaptado a la modernidad con nuevos materiales, desde el metal corrugado a la madera de contrachapado sobre estructuras reticuladas de metal y hormigón para facilitar su resistencia al viento y (en el Medio Oeste y el sur estadounidenses) a acontecimientos meteorológicos extremos, desde tormentas tropicales a tornados.

De voluminosos galpones a casas rurales con tejado francés

A menudo, los galpones o graneros tradicionales, tan presentes en la cultura popular a través del cine, han evolucionado desde el más sencillo tejado a dos aguas hasta la cubierta de mansarda o tejado francés, que combina dos pendientes -la superior con menor inclinación que la inferior-, lo que maximiza el espacio bajo el tejado, creando un desván.

El estilo de mansarda, que toma su nombre del arquitecto barroco francés que lo popularizó, François Mansart, maximiza el espacio en el interior de la cubierta, una novedad importante en las ciudades europeas que aumentaban su densidad urbanística a inicios de la Ilustración.

Si hay algo aparentemente antagónico a las buhardillas o mansardas de los edificios parisinos impulsados por George-Eugène Haussmann son los solitarios graneros con el mismo tipo de cubierta elevados en territorios remotos de las Américas, pero las ventajas de este tipo abombado de cubierta permanecen: más espacio interior con el mismo esfuerzo constructivo.

Madera ajada por el tiempo: galpones en el paisaje estadounidense

Si en París u otras ciudades europeas, las mansardas o buhardillas integradas en los tejados abombados cumplieron con la doble función de proteger los edificios de la lluvia y eludir las restricciones de los códigos de edificación de la época, pues se añadía un piso más sin considerarlo como tal, en la arquitectura rústica el tejado abombado se usó en los graneros estadounidenses para acumular más grano en menos espacio, justo cuando el país se convertía en potencia exportadora agropecuaria.

A mediados del siglo XIX, Norteamérica y otros territorios donde la madera era más abundante y barata que la piedra, como en zonas del Cono Sur célebres por las edificaciones con tejuelas y tablones de madera (el archipiélago de Chiloé, al sur de Chile, usó tejuelas de alerce como moneda en la época colonial), los graneros y establos evolucionaron hacia estructuras de tablones enmarcados, que reducían la cantidad de madera necesaria, al reservarla sólo para grandes vigas y cerchas (o arcos de la cubierta).

El resto de la estructura se reducía a menudo a tablones clavados, en ocasiones reutilizados donde la madera escaseaba. Hasta inicios del siglo XX, cuando las grandes explotaciones agropecuarias iniciaron la transición hacia silos y graneros de acero corrugado y, en ocasiones, hormigón o ladrillo visto, la madera se impuso en la mayoría de zonas de Norteamérica, desde Nueva Inglaterra hasta California.

Recuperando establos de piedra olvidados

En el centro y norte europeos, los graneros espaciosos con tejado a dos aguas (en ocasiones, con cubierta vegetal o muy baja, hasta situarse cerca del suelo, a la manera de las casas rústicas bajas o Fachhallenhaus de Sajonia, en el noroeste alemán) se edificaron con distintos materiales, a menudo combinando la madera con el ladrillo o los entretejidos de varas de madera –zarzo o cañizo-, arcilla y barro o cob, así como estiércol animal (bahareque). 

Zonas del Reino Unido, Francia y el mediterráneo europeo, así como las zonas de influencia de estas áreas durante la época colonial, erigieron graneros y establos de piedra, que a menudo remontan su estructura rústicas a épocas prerromanas y romanas (la inspiración partió de la organización de las villas y domus romanas y sus edificios aledaños).

Hórreos, cabañas pasiegas y establos de masías y caseríos

Una mención aparte merecen los hórreos ibéricos, aunque también presentes en suiza y, en menor medida, Escandinavia, pequeños graneros de madera o piedra sobre pilastras para proteger el grano de roedores y de la humedad del suelo.

Por su uso original, la mayoría de establos y graneros carecen de protección, salvo cuando forman parte de complejos que han sido declarados de interés histórico. 

Es el caso de, por ejemplo, los hórreos catalogados en España o los establos que en Estados Unidos forman parte del Registro Nacional de Lugares Históricos (NRHP), que proporciona incentivos fiscales para conservar edificios de interés, incluyendo graneros y establos.

En España, otros edificios rústicos con un interés arquitectónico remarcable, tales como:

  • las cabañas pasiegas de Cantabria; 
  • los edificios anejos a casas rústicas catalanas (el “mas” es la unidad superior y puede contar con varios núcleos en distintos emplazamientos, mientras “masía” se refiere a unidad de explotación individual, con una casa y edificios aledaños), carecen de protección especial y los edificios no catalogados por el catastro como casa a menudo sucumben al abandono;
  • o los edificios en torno a los caseríos vascos o baserri, a menudo agrupaciones con establos y graneros.

Segunda vida de un edificio rústico pegado al terreno

Establos y otros edificios desaparecen sin noticia en Europa y Norteamérica cuando a menudo ni siquiera se conservan edificios célebres en el corazón de Manhattan (sólo en los últimos dos años, desaparecieron la librería Rizzoli en la calle 57 oeste, un concesionario de automóviles diseñado por Frank Lloyd Wright en Park Avenue, y el edificio Bancroft -siglo XIX, ladrillo visto- en la calle 29 oeste.

Las oportunidades de conservación vienen a menudo de los propios proyectos arquitectónicos en antiguas propiedades agropecuarias; en los últimos años, se ha consolidado la rehabilitación de establos como viviendas rústicas, con numerosos proyectos en el Mediterráneo, el norte de Europa y Norteamérica.

En España, *faircompanies ha visitado dos de estas reconversiones y ha podido hablar con los arquitectos y propietarios de ambas propiedades:

  • un granero de piedra que forma parte de una masía familiar en la Costa Brava, reconvertido por David Pou van den Bossche y Estel Ortega en una pequeña vivienda vacacional en forma de cubo y con dos alturas;
  • y un viejo establo de piedra aislado en la vertiente extremeña de la Sierra de Gredos, cuya estructura fue mantenida por Camino y Carlos Alonso, de Ábaton Arquitectura, para crear una espaciosa casa vacacional orientada al sur sobre una pendiente bañada por un riachuelo que discurre por el interior de la casa, bautizada Casa en Extremadura.

Cuando una simple casa de aperos se transforma en un pequeño y moderno retiro rústico

En España, incluso las pequeñas casas de aperos (casas para guardar materiales en suelo rústico donde no existe el permiso de edificación ni hay ruinas de casas catalogadas con potencial, a menudo reconocido legalmente, de reconstrucción), han servido para crear agradables casas vacacionales.

Un caso que conocemos de primera mano: la minimalista casa de aperos transformada en compacta vivienda rústica con aspecto moderno y vistas al valle alicantino de Laguar y al Mediterráneo por Pascual Alberola y Enproyecto Arquitectura.

La tendencia a reconvertir edificios rústicos en casas con reconocido potencial arquitectónico no se circunscribe sólo al sur de Europa y a la piedra como único material viable: viejos graneros de madera son recuperados en los últimos años, aunque en esta ocasión como viviendas de fachada ajada por el entorno donde se emplazan.

Conservando el doble nivel de los viejos establos

En ocasiones, los establos de madera de localizaciones como Nueva Inglaterra son adquiridos y trasladados a un nuevo emplazamiento, donde renacen como casa rústica; es el caso de la espaciosa vivienda en un viejo granero canadiense del siglo XIX del interiorista S. Russell Groves, adquirido y trasladado a una finca de Connecticut.

La tendencia no sólo se circunscribe a la Costa Este de Norteamérica: Architectural Digest recopila otros ejemplos en Lexington, Kentucky; el norte rural del estado de Nueva York; el condado de Bucks, en Pensilvania; o California.

El grado de fidelidad a los planos originales del edificio rústico reconvertido en vivienda varía en función de la sensibilidad de la renovación. Tanto David Pou como los hermanos Alonso han mantenido la distribución original del granero y establo que han reconvertido en la Costa Brava y el la vertiente extremeña de la Sierra de Gredos, respectivamente:

  • la estancia principal, a nivel del suelo, la ocupaban los animales;
  • mientras unas escaleras permitían acceder a un altillo donde se almacenaban cosecha y herramientas.

Lenguaje de patrones en viejos edificios rústicos

En otras ocasiones, apenas se aprovecha el material de viejos establos y graneros para su uso en nuevos proyectos, que retienen así desde el principio los efectos del paso del tiempo:

  • es el caso del retiro rústico del director de cine Joel Schumacher en Carpintería, en la costa norte de Los Ángeles, que usa madera de un viejo granero;
  • o la minimalista casa de fin de semana en Remsenburg, Nueva York, de un ejecutivo y su mujer, que combina elementos de áspera sencillez rústica (por ejemplo, la madera de un viejo establo canadiense de hace 200 años) con elementos contemporáneos (amplias ventajas y hogar de cemento).

En todos estos casos, tanto propietarios como arquitectos tratan de respetar el lenguaje arquitectónico de los edificios rústicos originales, a menudo sirviéndose de técnicas que recuerdan la visión interdisciplinar de la arquitectura que Christopher Alexander expone en su ensayo El lenguaje de patrones.

El sentido de una puerta

El libro, publicado en 1977, se inspira en la arquitectura tradicional para detectar hasta 253 patrones unitarios, desde estancias a ventanas, celosías, elementos estructurales o entradas principales.

El lenguaje de patrones expone que cualquiera puede diseñar su propia casa, así como contribuir al diseño de una calle y una comunidad: “Esta idea… procede simplemente de la observación de que la mayoría de los lugares más maravillosos del mundo no fueron edificados por arquitectos, sino por la gente”.

Asimismo, el ensayo expone los que cree que serán los materiales del futuro (por ejemplo, el hormigón ultraligero), y alerta sobre los muchos diseños tradicionales que evolucionaron en base a intereses específicos y que, por tanto, pueden mejorarse con ideas del presente que carezcan de los condicionantes negativos originales. 

Un ejemplo es la entrada principal a un edificio servía de punto de control y defensa; de modo que viejos edificios restaurados, como un establo reconvertido en vivienda, no tienen por qué incorporar una única puerta, sino varias entradas a espacios comunes y privados, en función del interés y necesidades de cada proyecto.

Se trate de proyectos fieles al edificio rústico original o, por el contrario, de remodelaciones libres, los establos y graneros reivindican su espacio en el paisaje, aunque en esta ocasión para albergar a personas y no a cosechas y animales.

10 cobertizos transformados en casa rústica moderna

A continuación recopilamos 10 graneros y corrales reconvertidos en viviendas modernas.

1. Estudio del arquitecto Peter Zumthor en Haldenstein, Graubünden (Suiza), inspirado en los graneros y cobertizos de la zona

2. Casa de Aperos con vistas al valle de Laguar y al Mediterráneo alicantino reconvertida en retiro rústico por Enproyecto Arquitectura (Alicante, España)

3. Casa en Extremadura: establo de piedra con dos niveles transformado en espaciosa casa rural en la Sierra de Gredos por Camino y Carlos Alonso (Ábaton Arquitectos)

4. Granero de masía abandonado reconvertido en compacto retiro rústico con dos niveles por David Pou y Cubus Taller d’Arquitectura (Costa Brava, Girona, España)

5. Establo de piedra Cat Hill en Yorkshire con 2 niveles reconvertido en espacioso retiro moderno por Snook Architects (Inglaterra)

6. Viejo establo de piedra y cubierta de pizarra a dos aguas en Bretaña convertido en estudio artístico con interior minimalista por Modal Architecture (Sizun, Bretaña, Francia)

7. Scandinavian Middle: granero de madera reconvertido en vivienda y oficina minimalistas por Kichi Architectural Design (prefectura Ibaraki, Japón)

8. Stealth Barn: edificio rústico contemporáneo con fachada de madera negra e interior de contrachapado de virutas (OSB) por Carl Turner Architects (Norfolk, Inglaterra)

9. Establo de ladrillo del siglo XVIII con tejado a dos aguas transformado en retiro vacacional por Lynch Architects (Norfolk, Inglaterra)

10. Viejo establo belga transformado en casa rural minimalista con cubierta a dos aguas por Hendrik Vermoortel y Rita Huys (Flandes, Bélgica)