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El cambio climático pone en peligro al oso polar

Por primera vez, Washington admite oficialmente los efectos del calentamiento global, al incluir al oso polar en su lista de especies amenazadas.

Estados Unidos es el país rico más contaminante del planeta y, pese a haber estado presente en la confección del Protocolo de Kioto, no lo ha ratificado hasta el momento; a principios de 2007, sólo dos países desarrollados se han mantenido al margen, pese a la creciente presión de sus opiniones públicas.

La postura oficial de Estados Unidos ante el calentamiento global está cambiando: reconoce de facto que el efecto invernadero es inequívoco responsable de que el oso polar pase a ser una especie amenazada.

Tras los últimos datos recogidos por el Gobierno de Estados Unidos sobre la situación del oso polar en Alaska y otros territorios que forman parte de su hábitat (Canadá, Groenlandia y Noruega), la administración estadounidense ha reconocido oficialmente que el gran mamífero está amenazado por el cambio experimentado en los hielos árticos en los últimos años, según una nota de prensa difundida por la agencia Reuters.

Incluyendo al oso polar en su lista de especies amenazadas, el Gobierno de Estados Unidos lleva a cabo el primer acto de reconocimiento oficial del cambio climático. El diario estadounidense The Washington Post, citando a una fuente del Departamento de Interior, recoge que oficialmente se ha admitido que la capa de hielo de la que los osos polares dependen para subsistir ha retrocedido ostensiblemente en las últimas décadas. Varios han movido al Gobierno norteamericano a considerar el oso polar especie amenazada:

  • El calentamiento global está afectando a las latitudes árticas casi el doble que al resto del planeta. Como consecuencia de ello, la capa de hielo ártico en verano podría reducirse a la mitad o incluso desaparecer a mediados de este siglo.
  • El hielo veraniego es imprescindible para el oso polar: se trata de la plataforma que los osos polares emplean para cazar focas, su principal sustento. Al disminuir el grosor del hielo y espaciarse la distancia entre los grandes bloques, el oso polar ha visto disminuidos sus índices de supervivencia y tasas de reproducción.

Nadadores de corta distancia

Los científicos han observado que el mantenimiento o incluso expansión del número de osos polares depende en buena medida del mantenimiento del hielo en el ártico durante el verano, algo que no está asegurado debido al calentamiento global.

En zonas como la canadiense Bahía de Hudson, el hielo empieza a romperse tres semanas antes que hace treinta años cuando llegan las temperaturas estivales, y el oso polar es uno de los animales que más empiezan a acusar este tipo de fenómenos.

Los osos polares son nadadores de corta distancia. La caza de focas les obliga a menudo a nadar cortas distancias entre placa y placa. No obstante, científicos del Gobierno de Estados Unidos han avistado en los últimos tiempos a decenas de osos polares nadando largas distancias y han certificado la muerte de, al menos, cuatro de estos osos, que perecieron ahogados.

El oso polar es una de las 16.000 especies que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) considera amenazadas. Actualmente, se calcula que hay en el mundo entre 20.000 y 25.000 osos polares.

Según una información publicada a propósito por el diario El País, el 12% de las aves, el 23% de los mamíferos y el 33% de los anfibios sufren algún tipo de amenaza.

Las principales amenazas para las especies son, según IUCN, la degradación de su hábitat, el abuso de la cazay la pesca, la colonización del espacio por especies invasoras y el cambio climático.