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Guía de la inversión ética 2008

La inversión ética busca a clientes que quieran invertir en empresas y causas justas. Ahora, además, quienes ofrecen productos financieros responsables intentan comunicarlo de un modo sencillo.

Internet y la intermediación de expertos y gestores permite a cualquier inversor extraer rédito de su dinero mientras se asegura de que éste es empleado de acuerdo con criterios éticos. Eso sí, la definición de “ético” tiene tantas acepciones en este contexto como productos de inversión en el mercado.

Consolidación de los productos financieros éticos

Partiendo de la caridad tradicional europea -con profundas raíces laicas y religiosas-, así como de la filantropía de tradición anglosajona y del cambio de valores originado en la contracultura de los sesenta, la inversión socialmente responsable ha eclosionado en el nuevo siglo, sobre todo en Norteamérica y Europa.

El principal atractivo de los productos financieros éticos es la combinación entre el “beneficio social” y la búsqueda de la rentabilidad para el inversor.

La Inversión socialmente responsable ha crecido con robustez desde 2001. Las carteras de inversión ética representaban 2,15 billones de dólares ya en 2003, un incremento con respecto a los 2,01 billones de 2001.

Sólo en Estados Unidos, el mercado de la inversión ética moverá 3 billones de dólares en 2011, según la consultora Celent, mientras el mercado europeo pasó de 1 billón de euros en 2005 a 1,6 billones de euros en 2007. La inversión ética también gana fuerza en Europa: el Reino Unido, Francia, Italia, Suecia y Bélgica cuentan con el 63,7% de los fondos éticos mundiales. El cambio de mentalidad se puede contabilizar claramente, según Celent.

Y, a medida que los productos de inversión son adoptados por usuarios más heterogéneos, muchos de ellos sin grandes fortunas, las perspectivas de la inversión socialmente responsable se hacen todavía más halagüeñas. Ni el gran inversor institucional (pongamos por caso, el Fondo Noruego del Petróleo) ni el pequeño inversor, están interesados en invertir en prácticas que pongan en riesgo el medio ambiente, no respeten los derechos humanos o fomenten guerras remotas.

Tanto la literatura de grandes tiradas (desde el libro Green to gold, de Daniel C. Esty y Andrew S. Winston, hasta No Logo, “icónico” muy a pesar de la autora, Naomi Klein; o su última obra, La doctrina del shock) como el cine (Diamante de Sangre o El jardinero fiel son dos pruebas de ello), muestran el interés creciente por la responsabilidad social de las empresas y quienes invierten, directa o indirectamente, en empresas con aristas éticas.

Doble retorno de la inversión

La inversión socialmente responsable (ISR) da a los productos financieros tradicionales un sentido imprescindible para un número cada vez mayor de inversores: se trata de favorecer las prácticas corporativas que tengan en cuenta la protección del medio ambiente y el consumidor, la calidad de los productos, o la diversidad.

Muchos de estos productos de inversión (aunque no todos) evitan explícitamente la participación en empresas relacionadas con el alcohol, el tabaco, el juego, la producción o venta de armas o la industria militar en general.

Existen productos financieros que invierten en la lucha contra el cambio climático; u otros que invierten en energías renovables; en microcréditos para familias de países en desarrollo; o en proyectos de comercio equitativo, por poner algunos ejemplos.

Los gestores de estos fondos se basan en unas normas y criterios cada vez más definidos y homologados en todo el mundo, divididos fundamentalmente en dos estrategias:

  • Filtro negativo: no entrarán en un fondo ético las empresas que no representan los criterios éticos fundamentales (respeto por el medio ambiente y los derechos humanos, medidos con una serie de indicadores). Además de las entidades que deterioran el medio ambiente o crean situaciones laborales injustas, también son expulsadas empresas que producen armamento, tabaco, alcohol, aquellas que experimentan con animales y otros criterios, en función de la singularidad del fondo. Por ejemplo, un fondo ético de carácter religioso incluiría el aborto como filtro negativo.
  • Filtro positivo: según el asesor Juan Manuel Maza, consiste en “actuar ante empresas que no obran éticamente, tratando de cambiar aquellas normas y conductas desde dentro”. Desde este punto de vista, un inversor y accionista tiene derechos y puede actuar ante el consejo de la compañía con el ánimo de cambiar lo que estime injusto.

La Asociación Británica de Gestores de Inversión explica en profundidad ambos raseros (positivo y negativo) y su papel en las inversiones éticas. La explicación de estos criterios puede consultarse en profundidad en el documento Choosing an ethical fund (Elegir un fondo ético), publicado por el centro de investigación EIRIS.

Principios de la inversión ética

Las normas y criterios que definirían la inversión ética no se aplican a partir de una única e inequívoca lista de valores sociales y medioambientales. Debido a ello, los propios inversores han impulsado, con ayuda de la ONU (a través de los departamentos UNEP Finance Initiative -Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente- y UN Global Compact) los Principios para la Inversión Responsable (Principles for Responsible Investment).

Los Principios de inversión responsable los ha elaborado “un grupo internacional de inversores institucionales teniendo en cuenta la creciente importancia de las cuestiones ambientales, sociales y de gobierno corporativo para las prácticas de inversión”. El proceso fue convocado por el Secretario General de las Naciones Unidas.

Los principios son voluntarios y aspiracionales. No son prescriptivos, sino que proporcionan un conjunto de procedimientos sociales, medioambientales y corporativos a los inversores éticos. Los Principios para la Inversión Responsable pueden ser firmados por sociedades y entidades de inversión de todo el mundo.

“Firmarlos implica un grado de compromiso hacia los Principios, mostrando un apoyo desde los ámbitos de decisión de todo el sector de la inversión. Y aplicar los Principios no sólo debería derivar en mayores beneficios financieros a largo plazo, sino también en una mayor aproximación entre los objetivos de los inversores institucionales y los de la sociedad en su conjunto.”

Los Principios para la Inversión Responsable (consultar documento PDF en castellano) se dividen en 6 apartados, en los que los inversores que los suscriben se comprometen a:

  • Incorporar las cuestiones de gobierno empresarial en las inversiones (se pretende crear instrumentos y parámetros serios y homologables del buen gobierno empresarial, así como alentar la investigación universitaria).
  • Incorporar el buen gobierno (aplicación de políticas de responsabilidad empresarial) a las prácticas y políticas de identificación de inversiones éticas.
  • Pedir a las entidades en que inviertan que publiquen las informaciones apropiadas sobre buen gobierno y responsabilidad social (RSC o RSE: para más información sobre responsabilidad social corporativa, visitar los reportajes RSC para ‘dummies’: definición y RSC para ‘dummies’: herramientas).
  • Promover la aceptación y aplicación de los Principios para la Inversión Responsable en la industria de las inversiones.
  • Colaborar para mejorar la eficacia en la aplicación de los Principios.
  • Notificar entre los firmantes de la iniciativa las actividades y los progresos en la aplicación de los Principios.

En resumen: la falta de un marco regulado y reconocido por los inversores de todo el mundo que pueda delimitar definiciones y maneras de medir el buen gobierno de una empresa, la responsabilidad social o la inversión responsable, ha llevado a los propios gestores de las inversiones éticas a crear, con el amparo de la ONU, los mencionados Principios.

Su aplicación comportará una mayor garantía para los gestores de carteras de inversión ética y, por ende, para los propios inversores. Y, si entendemos que la inversión ética revierte beneficios sobre las sociedades del mundo, estos Principios benefician a los defensores del medio ambiente o los derechos humanos.

Productos éticos en que invertir

Existen varios productos relacionados con la inversión ética o ISR:

  • Fondos de inversión: productos cada vez más populares. Los criterios de sostenibilidad no se aplican sólo a la inversión en bolsa, sino también a “hedge funds”, o fondos de capital riesgo. Los consumidores reconocen ahora que “fondo ético” equivale también a rentabilidad. Como explican Laura Albareda, María Rosario Balaguer y Daniel Arenas en el libro Observatorio 2007 de la Inversión Socialmente Responsable, varias investigaciones muestran que los fondos ISR son tan rentables como sus equivalentes convencionales (La Inversión Socialmente Responsable: Tres Ensayos, de María Rosario Balaguer, también aborda este tema). Sólo en Estados Unidos, existen más de 200 fondos éticos, que representan alrededor del 13% de todas las inversiones en este país.
  • Fondos de pensiones: los fondos de pensiones dependen de los distintos gobiernos y empiezan a recibir la presión social ciudadana para que adopten políticas de inversión y de responsabilidad con la sociedad (“accountability“) que sean positivos para la sociedad y el medio ambiente. Varios fondos de pensiones tienen en cuenta el medio ambiente y omiten inversiones con un riesgo de violación de los derechos humanos. El Fondo de Pensiones del Gobierno de Noruega, por ejemplo, tiene como mandato evitar “aquellas inversiones que constituyan un riesgo inaceptable de que el Fondo contribuya a actos no éticos u omisiones, tales como violaciones de derechos humanos fundamentales, serias violaciones de los derechos humanos, corrupción o daños medioambientales severos”. El Fondo de Reservas Francés-FRR es un caso similar con objetivos y criterios similares a los del fondo noruego.
  • Banca ética: entidades especializadas en este tipo de banca (Triodos Bank); y bancos (HSBC, ABN Amro, Santander, BBVA) y cajas de ahorro con productos específicos relacionados con la inversión responsable (inversión en empresas con sostenibilidad homologada, proyectos ecológicos, proyectos solidarios, etcétera).
  • Entidades de microcréditos y otros productos: la inversión ética no sólo se refiere a la modificación con criterios medioambientales y sociales de los clásicos productos de inversión, sino también a nuevos productos, surgidos de ideas o iniciativas que permiten la inversión directa en la financiación de entidades, proyectos o personas de lugares necesitados, en forma de microcréditos y otros productos relacionados. En España, por ejemplo, BBVA ofrece el fondo de inversión en microfinanzas BBVA Codespa Microfinanzas, del que hablábamos en 2007 (ver El primer hedge fund español que invierte en desarrollo social). El objetivo de este producto es “promover la bancarización de los más desfavorecidos y de aquellos que, por no contar con una nómina o patrimonio mínimo, no pueden acceder a servicios financieros básicos”.

Guía de la inversión ética

Es posible conseguir un rendimiento considerable para la inversión propia y, a la vez, para el planeta, explica Harvey Jones en el diario británico The Guardian. El artículo ofrece, además, diez consejos prácticos para invertir éticamente, independientemente del dinero disponible para invertir. Al fin y al cabo, ¿dónde está escrito que la primera inversión de una persona joven sea una cuenta vivienda?

  1. Considerar lo que quiere decir “ético” para uno mismo: existen decenas de fondos éticos que elegir en cada país, cada uno de los cuales aplica a menudo sus propios criterios. A lo mejor tenemos claro que no queremos invertir en alcohol, tabaco, pornografía, o armas. Pero, ¿qué ocurre si creemos que la energía nuclear puede jugar un papel necesario y positivo en la transición a las energías renovables? O, ¿es el uso de animales para realizar pruebas igual si se trata de la industria cosmética o la de los medicamentos? Existen barreras que el propio usuario deberá establecer, en función de sus propias convicciones. Varios fondos (sobre todo, los más importantes) ofrecen en su cartera empresas como las principales petroleras europeas (BP, Shell, Total y Repsol, entre otras). Muchos de nosotros no estamos de acuerdo en que una cartera con estos valores pueda considerarse “ética”. El principal motivo de peso: ¿hay que explicar algo más sobre el petróleo y su omnipresencia en la sociedad? (Nótese, además, que quien escribe estas líneas, estuvo ayudando a pie de playa durante la catástrofe del Prestige, en la Costa da Morte gallega).
  2. Dedicar algo de tiempo a investigar: existen estudios, e informes de centros de investigación que mencionamos en este mismo artículo. Varios bancos, cajas de ahorros y empresas de gestión de carteras ofrecen herramientas para entender y profundizar en los productos financieros éticos. En España, la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) ofrece una explicación básica de los fondos de inversión éticos y solidarios.
  3. Encontrar a un asesor financiero en que confiemos (y que nos haga el caso debido, independientemente de la cantidad que vayamos a invertir). Una inversión ética no equivale a gestionar una cuenta de banca privada. No hace falta ser una gran fortuna para contar con los argumentos necesarios para entablar una relación fructífera con un asesor. Una vez elegido el producto, a hacer rendir nuestro dinero. Es la mejor opción si uno no se siente cómodo con las inversiones de riesgo. Cuando existe una cierta familiarización con el funcionamiento de los fondos de inversión y productos similares, uno puede prescindir del asesoramiento profesional.
  4. Considerar la actitud propia ante el riesgo y la predisposición a correrlo: algunos principios relacionados con la inversión funcionan del mismo modo cuando se invierte en renovables que en misiles balísticos. Existe un riesgo, que puede predefinirse en las características del propio producto financiero. Los inversores más agresivos y experimentados invierten en empresas con un alto riesgo, como pequeñas firmas que investigan nuevas técnicas en energías renovables. Los valores más seguros suelen ser muy estables, de modo que el retorno de la inversión puede ser muy limitado cuando no se corre tanto riesgo.
  5. Estudiar las deducciones fiscales que puedan obtenerse, en función de la política fiscal de cada país.
  6. Elegir un plan de pensiones ético (los hay). Si la oficina bancaria con la que hemos trabajado toda la vida no ofrece este producto, no está de más pedirlo. En ocasiones, es la propia oficina la que no impulsa debidamente los productos más novedosos, al requerir un conocimiento previo, el estudio de una cierta documentación, etcétera. Varias firmas especializadas en planes de pensiones ofrecen fondos éticos, como Axa, Friends Provident, Legal & General, Norwich Union, Prudential y Skandia, entre otras.
  7. Elegir cuidadosamente al gestor de nuestra inversión ética. The Guardian pregunta a la experta en fondos éticos Sagarika Chatterjee, de la firma F&C, sobre los criterios a seguir para elegir a un gestor de inversiones. No hay recetas mágicas, aunque la experta asegura que lo mejor es preguntarse uno mismo si los criterios éticos del propio gestor parecen rigurosos. Intuición, en definitiva.
  8. Estar listo para tener, sobre todo al principio, un retorno de la inversión modesto: los fondos éticos compiten con aquellos que permiten invertir en cualquier compañía. Existen compañías muy poco éticas que proporcionan espectaculares retornos de la inversión de modo que varios productos no éticos son financieramente más atractivos que los éticos, sobre todo a corto plazo. Aunque esta situación está cambiando, con una cada vez mayor atención industrial en mercados como el de las energías renovables, por ejemplo.
  9. El rendimiento de una inversión es fundamental, y el hecho de que ésta sea considerada “ética” no implica conformarse con condiciones que no son ventajosas como las de otros productos. The Guardian recomienda encontrar el equilibrio entre principios y beneficios. También recuerda que el rendimiento pasado de un fondo no garantiza retornos similares en el futuro.
  10. Ser consistente: no se entiende que conduzcamos un Hummer y vayamos a comprar el pan con él, o que compremos en el peor supermercado de nuestro país en términos sociales y medioambientales, y a la vez invirtamos en fondos éticos.

De qué datos fiarse: investigación sobre responsabilidad social

La inversión ética implica investigar en qué productos financieros, instituciones, empresas o personas quiere confiar el inversor, una vez éste se ha asegurado de que la inversión puede ser definida como socialmente responsable.

Pero, ¿cómo saber si una inversión es ética o una simple fachada más o menos “verde” y atractiva? ¿En qué información fehaciente, ránkings, informes, datos o empresas de medición se basan los expertos para dilucidar si una inversión es ética o no?

No hay una respuesta totalmente clara a estas cuestiones, aunque sí abundante información sobre responsabilidad social y buen gobierno. Numerosos centros de investigación y analistas financieros se han especializado en investigar el comportamiento empresarial responsable.

Estos centros de investigación analizan el comportamiento de las empresas a partir de parámetros de responsabilidad social, medioambiental y ética que ellos mismos definen. Ofrecen desde bases de datos en línea a rankings y perfiles de empresas, a partir de criterios sociales, medioambientales y éticos.

Todos ellos se enfrentan a la dificultad de cómo medir criterios que varían en función de la cultura empresarial de los países, el tamaño de las empresas, la coyuntura económica o el sector de actividad de las empresas o instituciones analizadas a partir de sus criterios. Pese a las limitaciones, la información facilitada por estos centros es la principal herramienta de trabajo de los gestores de inversiones éticas en todo el mundo.

Principales centros de investigación sobre comportamiento empresarial responsable (fuentes: Observatorio 2007 de la Inversión Socialmente Responsable, de Laura Albareda, María Rosario Balaguer y Daniel Arenas, publicado por el Instituto de Innovación Social de Esade; Wikipedia; Center for Responsible Business):

  • SiRi Company: red mundial de centros de investigación sobre comportamiento empresarial en los ámbitos de la inversión socialmente responsable y la responsabilidad social empresarial. Desarrollan análisis empresariales sobre las políticas de responsabilidad social, con las que trabaja en función de las características locales de cada mercado. Miembros: Analistas Internacionales en Sostenibilidad (España), Centre Info (Suiza), Dutch Sustainability Research BV (Holanda), GES Investment Services AB (Suecia), Kayema Investment Research & Analysis (Israel), KLD Research & Analytics (Estados Unidos), Jantzi Research (Canadá), Pensions & Investment Research Consultants (Reino Unido), Scoris (Alemania), y SIRIS (Australia).
  • Innovest: centro de investigación sobre comportamiento empresarial en relación con la inversión ética. Ofrece servicios relacionados con criterios de responsabilidad social, medioambiental y gobierno corporativo.
  • Mercer Investment Consulting: compañía de servicios de análisis financieros con una oficina en Londres dedicada a la inversión socialmente responsable.
  • Trucost: organización de investigación medioambiental que ayuda a empresas e inversores a analizar el impacto medioambiental de la actividad empresarial. Proporciona bases de datos y análisis sobre la emisión de gases de efecto invernadero y el desarrollo de energías renovables.
  • JP Morgan Climate Change Investment Research: el analista financiero JP Morgan ha creado un nuevo servicio de asesoramiento que analiza los riesgos y las oportunidades vinculadas al cambio climático. Ofrece información sobre el comportamiento empresarial en relación con la emisión de gases de efecto invernadero y el desarrollo de energías renovables.
  • EIRIS y FTSE4Good Index Series: centro de investigación británico que investiga el comportamiento ético de las empresas y publica bases de datos, informes y rating sobre comportamiento corporativo. Se ocupa de la investigación en que se basa el índice financiero FTSE4Good Index Series.

Los datos que proporcionan estos centros de investigación son fundamentales para los gestores de fondos. A partir de esta información, se elaboran las carteras de inversión de los fondos de inversión socialmente responsable.

Guía de recursos sobre inversión socialmente responsable (SRI) o inversión ética

Instituciones de Inversión Colectiva (IIC) sobre inversión responsable en España

Gestionadas por instituciones gestoras en España:

  • Ahorro Corporación Responsable.
  • BBK Solidaria.
  • BBVA Bolsa Desarrollo Sostenible.
  • BBVA Extra 5 II Garantizado.
  • BNP Paribas Fondo de Solidaridad.
  • Caixa Catalunya Europa Valor.
  • Caja Ingenieros Mundial ISR.
  • CAM Fondo Solidaridad.
  • Compromiso Fondo Ético.
  • Corporate Governance Spain Fund.
  • Foncaixa Cooperación.
  • Foncaixa 133 Socialmente Responsable.
  • Fondo Solidario Pro Unicef.
  • Morgan Stanley Fondo Activo Ético.
  • Santander Dividendo Solidario.
  • Santander Responsabilidad.
  • Urquijo Cooperación.
  • Urquijo Inversión Ética y Solidaria.

Gestionadas por instituciones gestoras extranjeras:

  • ABN Amro Funds-Sustainable Global Equity.
  • Aviva Morley-European Socially Responsible Equity Fund.
  • Axa World Fund Development Debt.
  • Crédit Suisse Equity Fund (Lux) Global Sustainability.
  • Dexia Equities L World Welfare.
  • Dexia Sustainable Accent Social.
  • Dexia Sustainable EMU.
  • Dexia Sustainable Euro Bonds.
  • Dexia Sustainable Euro Corporate Bonds.
  • Dexia Sustainable Euro Government Bonds.
  • Dexia Sustainable Euro Long Term Bonds.
  • Dexia Sustainable Euro Short Term Bonds.
  • Dexia Sustainable Europe.
  • Dexia Sustainable European Balanced High.
  • Dexia Sustainable European Balanced Low.
  • Dexia Sustainable European Balanced Medium.
  • Dexia Sustainable North America.
  • Dexia Sustainable Pacific.
  • Dexia Sustainable World Bonds.
  • Dexia Sustainable World Large Caps.
  • DWS Invest Sustainability Leaders LD.
  • European Responsible Consumer Fund.
  • Fortis L Fund Equity Socially Responsible Europe.
  • Fortis L Fund Strategy Balanced SRI Europe.
  • Fortis L Fund Srategy Growth SRI Europe.
  • Fortis L Fund Strategy Stability SRI Europe.
  • ING (L) Invest Sustainable Growth Fund.
  • JP Morgan Funds – Global Socially Responsible Fund.
  • Mellon European Ethical Index Tracker.
  • Pictet Funds – European Sustainable Equities.
  • Pioneer Funds – Activest Ecotech.
  • Pioneer Funds – Global Ethical Equity.
  • UBS (Lux) Equity Fund – EcoPerformance.
  • UBS (Lux) Equity Fund – Global Innovators.
  • UBS (Lux) Responsibility Fund – European Equities B.

Instituciones de inversión colectiva que destinan parte de su comisión de gestión a instituciones sociales (aunque no hay selección de la cartera en función de criterios de responsabilidad social):

  • Bankinter Solidaridad.
  • BBVA Solidaridad.
  • El Monte Fondo Solidario.
  • Fondespaña Catedrales.