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Objetivo: plantar 1.000 millones de áboles

Se ha anunciado a bombo y platillo, como si se tratara de una gran victoria del sentido común: la ONU lanzará una campaña de reforestación para plantar 1.000 millones de árboles en 2007. Dicho así, parecería que la lucha contra el calentamiento global está ganada.

No es así: la realidad es que, según Reuters, para contrarrestar los efectos de la deforestación sufrida por la tierra sólo en la última década, haría falta plantar 14.000 millones de árboles al año durante los próximos diez y devolver al planeta la masa forestal perdida en tan corto espacio de tiempo, incluso si la vara de medir es una vida humana. O lo que es lo mismo: sería necesario plantar catorce veces lo anunciado por la ONU en su loable campaña para aportar comparativamente lo esquilmado.

El objetivo del Programa de Medio Ambiente de la ONU (UNEP en sus siglas en inglés) es, no obstante, remarcable, al pasar de la mesa de negociación y de las eternas buenas palabras y sesudos libros blancos a la acción.

Cómo sumarse a la reforestación del Programa de Medio Ambiente de la ONU

Una página web invita a particulares, organizaciones, empresas y Administraciones de todo el mundo a sumarse a la iniciativa de plantar mil millones de árboles en un año.

Lo que deben hacer los colaboradores es especificar su compromiso: cuántos árboles van a plantar, en qué momento y en qué lugar, así como las especies elegidas, que deben ser acordes a cada zona elegida. La UNEP se compromete a verificar que las plantas sobreviven.

Hasta el momento, se han plantado dos millones de árboles de los 155 millones que personas a título individual, organismos públicos, empresas y otras organizaciones han prometido formalmente.

La prensa española se hacía eco de, por ejemplo, la iniciativa de la comunidad de Internet ubicada en Barcelona Tree-nation.com, con sede en Barcelona, que pretende plantar ocho millones de árboles en el desierto del Sáhara. Su plan es descrito por UNEP en la página de esta organización dependiente de la ONU.

Aportación de Wangari Maathai, creadora del Green Belt

La ONU ha querido que Wangari Maathai, ecologista keniana a la que le fue otorgado el Nobel de la Paz en 2004 por sus labores conservacionistas en África, sea la máxima responsable de impulsar la iniciativa de UNEP.

La Fundación que dirige Maathai ha plantado más de 30 millones de árboles en 12 países africanos durante las tres últimas décadas.

En 1977, Maathai fundó el Movimiento Cinturón Verde (Green Belt Movement), en Kenia. Desde su nacimiento, esta organización ha logrado que 900.000 mujeres de zonas rurales trabajen en la lucha contra la deforestación, ligada en África al intento de salir de la pobreza extrema mediante la quema indiscriminada de zonas boscosas para destinarla a la agricultura, proceso que lleva a la desertización de áreas cada vez más amplias.

El Movimiento Cinturón Verde aporta a la iniciativa de UNEP el conocimiento de la realidad en las zonas rurales del África subsahariana, donde ha certificado que la degradación ambiental provoca pobreza, sequía y varias de sus peores consecuencias, incluidas miseria, guerra y hambrunas.

  • La deforestación es una de las principales causas del cambio climático.
  • La pérdida de vegetación en el mundo equivale a casi el 20% de las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la quema de combustibles fósiles.
  • Entre las recomendaciones ofrecidas por la web de la campaña coordinada por Wangari Maathai, se especifican zonas prioritarias en las que es necesario evitar la deforestación, entre las que destacan amplias zonas de los países menos desarrollados.