(hey, type here for great stuff)

access to tools for the beginning of infinity

Whole Earth, un fanzine que se adelantó a Google

Catálogo publicado bianualmente entre 1968 y 1972 -también ocasionalmente de 1972 a 1998- con carácter independiente y contracultural que pretendía ofrecer educación y acceso, a través de un listado de recursos y herramientas, a una visión crítica y ecológica de la Tierra y el futuro de la humanidad.

La portada del número de otoño de 1969 de The Whole Earth Catalog muestra una foto de la tierra y la luna vistas desde el espacio. Bajo el propio título del catálogo, puede leerse una única línea de texto, en minúscula: “access to tools” (acceso a herramientas).

Esta portada sintetiza la filosofía del catálogo: un manual con espíritu artesanal e independiente que permitiera a cualquier individuo interesado reducir su impacto medioambiental.

La Tierra era, como mostraba la fotografía desde el espacio que la NASA había cedido a Stewart Brand, impulsor del catálogo, un pequeño astro lleno de vida entre un marasmo de oscuridad inerte, una rareza que el ser humano tenía la responsabilidad de proteger.

“Stay hungry, stay foolish” (frase final de la contraportada de la edición de 1974 del catálogo)

El Whole Earth Catalog, que ganó el galardón National Book Award en 1972 (la única vez que un catálogo ha ganado este reconocido premio literario), se convirtió en un éxito de ventas en círculos ecologistas y fue rápidamente asociado al movimiento contracultural con epicentro en la Bahía de San Francisco, California.

Su confección y venta comercial estaban coordinadas por un enérgico grupo de fundadores, con Stewart Brand y su familia a la cabeza.

Las primeras ediciones del catálogo, publicadas por el Portola Institute, dirigido por Richard Raymond, difundieron muchas de las ideas asociadas en la actualidad con la contracultura y los movimientos ecologistas de los 60 y 70.

Ediciones posteriores y publicaciones relacionadas, también coordinadas por Brand, tales como Whole Earth Review, han difundido numerosas ideas innovadoras entre los 70 y 90 del siglo pasado.

Precursor de Internet

Puede comprenderse el valor de los catálogos de Whole Earth sólo en un contexto histórico sin la existencia de un medio descentralizado y con alcance mundial como Internet; el Whole Earth Catalog constituía un índice artesanal e independiente con innovaciones y visiones alternativas de distintas disciplinas, tanto científicas como cotidianas, en un momento dominado todavía por los medios de comunicación de masas.

Hacia finales de los años 60, Brand, un joven biólogo educado en Stanford, epicentro del movimiento contracultural estadounidense, creía necesario renovar la sociedad industrial norteamericana a partir de baremos ecológica y socialmente justos (cualesquiera que estos acabaran siendo). De ahí nació el número uno del catálogo, confeccionado con herramientas de maquetación e impresión rudimentarias y la ayuda de un puñado de amigos.

Brand había explicado la idea a J. Baldwin, para enrolarle en el diseño del catálogo, en estos términos: “Stewart Brand acudió a mí porque había oído que yo leía catálogos. Dijo, ‘Quiero hacer esta cosa llamada Whole Earth Catalog para que cualquier habitante de la Tierra pueda coger un teléfono y averiguar toda la información sobre cualquier cosa… Ese es mi objetivo.'”

Para personajes influyentes en el cambio tecnológico que supusieron la informática personal e Internet, como el co-fundador de Apple y actual consejero delegado de la empresa, Steve Jobs, creen que The Whole Earth Catalog es un precursor conceptual de los motores de búsqueda nacidos con Internet.

Jobs: “Cuando era joven, había una increíble publicación llamada The Whole Earth Catalog, que era una de las biblias de mi generación… Era como Google en versión papel, 35 años antes de que llegara Google: era idealista, repleto de herramientas bien diseñadas y grandes nociones.”

Función y propósito

La primera página del Whole Earth Catalog de otoño de 1969 sintetizaba la función y el propósito de la guía.

Del catálogo:

Función

El Whole Earth Catalog funciona como una evaluación y dispositivo de
acceso. Con éste, el usuario debería conocer mejor qué merece la pena
obtener, así com dónde y cómo obtenerlo.

Un ítem es listado en el catálogo si es considerado:

  • Útil como herramienta.
  • Relevante para una educación independiente.
  • De alta calidad o bajo precio.
  • Fácilmente disponible a través del envío por correo.

Los listados del catálogo son revisados constantemente de acuerdo
con la experiencia y las sugerencias de los usuarios del catálogo y el
equipo que lo confecciona.

Propósito

Somos como dioses y también podemos ser buenos en ello. Hasta ahora,
el poder y la gloria creados remotamente -como a través del gobierno,
las grandes empresas, la educación formal, la iglesia- ha triunfado
hasta tal punto que los grandes defectos ocultan cualquier beneficio.

En respuesta a este dilema y a estas ganancias, un ámbito de poder
íntimo y personal se está desarrollando -poder del individuo para
dirigir su propia educación, encontrar su propia inspiración, moldear
su propio entorno, y compartir su aventura con quienquiera que esté
interesado. Las herramientas que ayudan en este proceso son promovidas
por el Whole Earth Catalog.

Contenido

El catálogo se dividía en siete secciones:

  • Comprender sistemas completos.
  • Vivienda y uso de la tierra.
  • Industria y artesanía.
  • Comunicaciones.
  • Comunidad.
  • Nomadismo.
  • Aprendizaje.

Cada sección incluía las mejores herramientas, libros y documentación que los editores eran capaces de compilar y listar, además de imágenes, críticas, usos, precios y proveedores. El lector podía, en algunos casos, encargar productos directamente a través del catálogo.

El primer número del catálogo y sus sucesores usaban una definición inclusiva de “herramientas” (tools): el término podía referirse a herramientas de información -libros, mapas, publicaciones profesionales, cursillos, clases, y similares-; y a herramientas especializadas, tales como materiales de jardinería, carpintería, albañilería, equipos de soldadura, sierras de cadena, materiales de fibra de vidrio, tiendas de campaña, zapatos, ruedas de alfarero… Incluso sintetizadores y ordenadores personales en un momento primigenio para la informática personal.

La publicación del catálogo se llevó a cabo en un contexto de experimentación social, ruptura de convenciones y actitud independiente asociadas a la contracultura, y apelaba tanto a la intelectualidad de este movimiento social como a su lado más creativo, artesanal y pragmático: no sólo teoría, sino trabajo práctico.