El metal corrugado ha pasado de latón para cobertizos a material prestigioso en la era arquitectónica del clima extremo y el diseño que combina reminiscencias de la superada era industrial con alta tecnología.
Los paneles de metal ondulado han sido históricamente un sistema de construcción modular tan económico y funcional como tosco, idóneo sólo para vestir naves agrarias, hangares, granjas, industrias y otros edificios funcionales.
Pero la percepción de los revestimientos de metal ondulado está cambiando.
Entre el “back to the land” de Thoreau y la distopía “Mad Max”
Arquitectos y entusiastas de una estética sencilla, industrial, minimalista y económica compiten en un contexto de “alta arquitectura” asequible, usando materiales como el metal corrugado, sea nuevo o reciclado.
(Imagen: la “yurta metálica” de Buckminster Fuller como casa de campo prefabricada y económica)
Más allá del interés despertado entre arquitectos, medios especializados y público, los paneles de metal ondulado son un viejo conocido de la construcción: económico, durable, fácil de transportar y mantener, resistente tanto al paso del tiempo como adaptable a climas variopintos.
Buckminster Fuller: el futurista que diseñó yurtas de metal corrugado
El polímata estadounidense Buckminster Fuller, arquitecto, diseñador, inventor, autor y futurista, conocido por concebir la cúpula geodésica y patentarla en 1954, se interesó por el acero galvanizado corrugado como material estructural para el diseño de sus casas circulares prefabricadas, un encargo del gobierno de Estados Unidos en la década de los 40.
(Imagen: “yurta metálica” de acero galvanizado corrugado DDU de Buckminster Fuller)
Nacían las DDU (Dymaxion Deployment Unit) casas prefabricadas circulares con tejado cónico y escotillas como ventanas.
Viviendas para zonas de conflicto, el patio trasero… o colonizar otro planeta
El diseño facilitaba y abarataba la producción en cadena, ensamblaje y transporte a zonas de conflicto bélico y humanitario. Su estructura, aunque metálica, tiene un equivalente en los abrigos tradicionales de los pueblos nómadas: la yurta mongol.
Curiosamente, uno de los polímatas más brillantes del siglo XX llegó a conclusiones similares sobre fabricación, diseño y distribución del espacio de un abrigo de campaña que pueblos nómadas ancestrales de Norteamérica y Eurasia: planta circular y tejado cónico, transpirabilidad, reparabilidad.
Eso sí, las casas circulares de acero ondulado con tejado cónico de Buckminster Fuller estaban revestidas íntegramente de acero corrugado. Su diseño sigue vigente en países en desarrollo, pero podría inspirar a una nueva generación de arquitectos interesada en pequeños espacios prefabricados, más allá del poder adquisitivo del cliente.
Orígenes de los paneles de “hierro” galvanizado corrugado
El proceso para obtener paneles de hierro galvanizado corrugado (CGI en sus siglas en inglés) fue inventado en 1820, cuando el arquitecto e ingeniero británico Henry Palmer buscaba paneles tan sencillos de fabricar y transportar como baratos y resistentes, para así erigir edificios prefabricados incluso en lugares sin acceso a madera ni otras alternativas.
(Imagen: interior de la casa prefabricada DDU de Buckminster Fuller)
Fue así como nació el proceso para fabricar paneles de hierro galvanizado corrugado, láminas prefabricadas que al principio se componían de hierro forjado ; de ahí su nombre.
Del hierro forjado al acero y las aleaciones de aluminio y zinc
El invento de Palmer ha sobrevivido hasta la actualidad por sus costes, idoneidad en zonas remotas donde no existen alternativas naturales que explotar y una sencilla ventaja tecnológica: las ondulaciones o estrías regulares de su superficie aseguran su resistencia y protección.
El hierro forjado, producido por primera vez en cantidades industriales en el siglo XIX, se usó en las obras emblemáticas de ingeniería como puentes y edificios: la torre Eiffel, la estructura de los primeros rascacielos, ventanales, barandillas, escaleras de incendio, o los primeros grandes puentes metálico.
Los paneles de metal galvanizado sustituyeron el hierro forjado por el acero al carbono a partir de 1890. Asimismo, debido a su coste y demanda, el acero al carbono ha sido sustituido en las últimas décadas por acero recubierto con aleaciones de aluminio y zinc (por ejemplo, acero Galvalume), así como láminas revestidas de pintura.
Cuando los errores del fibrocemento afectaron la imagen del acero corrugado
Ya después de la II Guerra Mundial, los paneles de metal corrugado inspiraron paneles de igual forma y consistencia, aunque más baratos de producir y, en ocasiones, peligrosos: los paneles corrugados de plástico y fibra de vidrio perdieron su popularidad debido al uso durante décadas del amianto-asbesto (cancerígeno y tóxico por inhalación) en algunos de ellos hasta la prohibición de la sustancia en la mayoría de laíses.
(Imagen: interior de una DDU desde el exterior de una de sus ventanas)
La retirada masiva -y por normativa- de tejados, revestimientos, suelos y canalizaciones que contienen fibrocemento con asbesto instalados en Europa, Norteamérica y otras zonas del mundo hasta finales de los ochenta coincide con la reivindicación de arquitectos y constructores de los paneles de acero corrugado, durables, sin efectos para la salud y adecuados para la construcción prefabricada de viviendas y edificios con estética funcional y minimalista.
Otro material constructivo prefabricado y sufrido: orígenes del contrachapado
Tres décadas antes que Henry Palmer, en 1797, el también inventor británico Sir Samuel Bentham registró las patentes para producir láminas de madera de manera económica y ensamblarlas con pasta adhesiva en paneles más gruesos. Nacía la madera de contrachapado, el otro material surgido en la Revolución Industrial para acelerar y abaratar los procesos de construcción y ensamblaje en todo el mundo.
(Imagen: adaptación comercial de una casa DDU de Bucky Fuller)
Como los paneles de metal galvanizado corrugado, los de contrachapado se han labrado en los dos últimos siglos la fama de material barato, resistente, transportable y con la estética minimalista de los proyectos de construcción rural, humanitaria, militar o en zonas de clima extremo: desde graneros y hospitales de campaña a casas en el Outback australiano, Chile o las antiguas colonias británicas en África.
Una trayectoria paralela: humildad y prestigio de metal corrugado y contrachapado
La convivencia y paralelismos entre los paneles de metal corrugado galvanizado y de madera de contrachapado no acaban aquí:
- han compartido estereotipo: por su conveniencia en proyectos prefabricados y de bajo coste, ambos materiales se asocian en muchas regiones del mundo con edificios poco nobles o dignos de ser considerados arquitectura, aunque la percepción se haya transformado desde la segunda mitad del siglo XX;
- contrachapado y metal galvanizado corrugado redujeron el precio de sus alternativas tradicionales aumentando el rendimiento y la resistencia: tanto las láminas metálicas onduladas como el contrachapado resisten comparaciones exigentes de rendimiento y resistencia, y pasan de considerarse soluciones provisionales o de campaña a materiales estructurales para una arquitectura más ligera y funcional.
De materiales vilipendiados a fetiche de diseñadores mid-century modern
Las connotaciones más negativas desaparecen, pero no así los usos tradicionales: el metal corrugado y el contrachapado están presentes en las zanjas de construcción residencial, rural e industrual desde el primer momento, puestos a prueba por las inclemencias del tiempo.
En el Reino Unido, Estados Unidos y Canadá, por ejemplo, los paneles de madera de contrachapado prevalecen como material estructural, además de usarse para el vallado y andamiaje en todo tipo de obras. Las láminas de metal corrugado han cumplido con una función histórica similar.
(Imagen: desembarco de un cobertizo Quonset en Japón, años 40)
A mediados del siglo XX, varios diseñadores y arquitectos, influenciados por las ideas de la escuela de diseño Bauhaus (fundada por Walter Gropius) y la arquitectura moderna (Ludwig Mies van der Rohe, Le Corbusier, Frank Lloyd Wright), redescubrieron ambos materiales, integrándolos por primera vez en el mobiliario y la arquitectura de autor:
- Charles y Ray Eames, el creativo matrimonio del arquitecto y la diseñadora compartiendo una oficina multidisciplinar, germen de los actuales laboratorios de ideas, usaron contrachapado y metal corrugado; muchas de las sillas y piezas de mobiliario de Charles y Ray Eames, todavía en fabricación -Herman Miller tiene la licencia para Norteamérica, mientras Vitra las fabrica en Europa- incluyen materiales hasta entonces tan poco “nobles” como el mencionado contrachapado y el plástico;
- los paneles de metal galvanizado corrugado para revestimientos y cubiertas se unieron al cemento, el acero, los grandes paneles de vidrio y el contrachapado como materiales recurrentes en muchos edificios del movimiento de la arquitectura moderna o la corriente orgánica: uso de materiales modernos y técnicas contemporáneas para, resaltando la estructura de los edificios en lugar de esconderla, adoptar una estética simple, supeditada al uso (“la forma sigue a la función”, diría el mentor del arquitecto orgánico estadounidense Frank Lloyd Wright, Louis Sullivan);
- los revestimientos y tejados de metal galvanizado corrugado son reconocidos tanto por su rol en la construcción tradicional como en la arquitectura de autor en lugares variopintos: Australia, Japón -donde la arquitectura de autor, áspera, minimalista y con aspiraciones estéticas “wabi-sabi“, o de inspiración panteísta, también aprecia la madera de contrachapado-; o Escandinavia, donde la arquitectura orgánica y contemporánea favorecen el minimalismo, la funcionalidad de los espacios, con aperturas y orientación para captar siempre la mejor luz, así como materiales ásperos y duraderos.
Prestigio histórico del metal corrugado en países sin madera barata: Islandia y Australia
Por razones similares, aunque opuestas en latitud, el acero corrugado es un material recurrente para los arquitectos modernistas islandeses y australianos:
- en ambos países, el clima extremo y el aislamiento han reducido históricamente la disponibilidad y han aumentado el precio de maderas adecuadas para la construcción;
- tanto Islandia como Australia subsistieron hasta tiempos modernos gracias a su estrecha relación comercial con Gran Bretaña -por proximidad geográfica, en el caso de Islandia; y por pertenencia a la corona británica, en el caso de Australia, un aislado penal británico a inicios de su colonización, como explica magistralmente Robert Hughes en The Fatal Shore.
De chozo de latón a alta arquitectura
Una vez el invento de Henry Palmer había demostrado su ligereza, durabilidad y resistencia a la corrosión, fue transportado a Australia y Nueva Zelanda a partir de 1840, donde se ha convertido en parte de la identidad arquitectónica del país, reivindicada por innumerables proyectos arquitectónicos.
Un ejemplo: Tinshed en Sídney, una vivienda unifamiliar contemporánea firmada por el arquitecto australiano Raffaello Rosselli, cuyos revestimientos son viejos paneles de metal galvanizado corrugado sin restauran, lo que le infiere un cierto aspecto entre post-industrial, stemapunk o incluso escultórico (con ciertas reminiscencias a lo Richard Serra).
(Imagen: diagrama y especificaciones de un cobertizo Quonset)
Islandia también celebra su uso histórico del metal galvanizado corrugado desde 1860 cuando, escriben Adam Moremont y Simon Holloway en Corrugated Iron: Building on the Frontier, los barcos británicos que atracaban en Reykjavik para comprar ovejas descargaban los paneles de metal, una vez la isla había comprobado que “el material era idóneo para la aislada isla volcánica con materiales de construcción limitados”.
Popularidad contemporánea del metal galvanizado corrugado
En el siglo XIX, tanto Australia como Islandia contaban con sociedades aisladas y pobres, alejadas de los grandes centros de producción industrial, característica que explicaría el éxito del metal galvanizado corrugado en Chile por razones similares, o en las antiguas colonias británicas, desde buena parte del África subsahariana a la India.
La razón que garantizó la popularidad de este material de construcción idóneo para edificios prefabricados ha propulsado su popularidad contemporánea.
Según el arquitecto islandés Pall Bjarnason, se trata de un material idóneo incluso en climas tan duros como el de su país, sin apenas mantenimiento, que puede durar para siempre.
Cuando el rendimiento determina el prestigio
Ello explicaría por qué, en Australia o en Islandia, tanto los edificios contemporáneos más exclusivos, las mansiones más selectas, los edificios comerciales o públicos, los centros religiosos o las casas y naves agrarias o pesqueras más humildes, a menudo comparten un aspecto estructural, más allá de la estética: el uso de revestimientos de acero galvanizado corrugado.
Láminas de acero, aleaciones de aluminio, fibra de vidrio y plástico (a menudo translúcido) recuperan en nuevas viviendas la estética y prestaciones de los paneles clásicos de metal galvanizado corrugado, tomando la estética áspera, desnuda e industrial de los edificios prefabricados más icónicos del siglo XX, como las naves alargadas y semicilíndricas Nissen y Quonset.
Reaprender de los mejores diseños prefabricados de metal corrugado
Los refugios de guerra prefabricados diseñados por Buckminster Fuller, las casas DDU -versión industrial, rígida y prefabricada de las yurtas mongoles-, son reivindicadas coincidiendo con la vigencia del acero corrugado, el concepto prefab y de los espacios pequeños que incluyen lo esencial y maximizan su potencial con lo justo.
(Imagen: detalle técnico de la cubierta de una nave Quonset)
Arquitectos y entusiastas atentos al diseño industrial y la arquitectura de mediados del siglo XX, influidas por la escuela Bauhaus y el movimiento de la arquitectura moderna, destacan la vigencia de diseños como la yurta de acero galvanizado corrugado de Fuller.
Mientras tanto, los modelos construidos de estos diseños permanecen en el semi-anonimato, a menudo pobremente conservados. Lo explica Alastair Gordon en The New York Times.
Naves Quonset y casas DDU
Fred Carl, un profesor de instituto retirado, se ocupa de conservar los edificios de la base del ejército estadounidense en Wall Township, Nueva Jersey, donde varios cobertizos semicilíndricas de acero corrugado Quonset usadas en la II Guerra Mundial -e inspiradas en naves similares británicas para la I Guerra Mundial, las Nissen- conviven con las tiendas metálicas cilíndricas con tejado cónico de Bucky Fuller.
Las DDU se fabricaron, ensamblaron y distribuyeron en la década de los 40 a bases militares de todo el mundo, pero el fin de la guerra acabaría con su producción.
Inspirado en los graneros cilíndricos de Illinois y el resto del Medio Oeste, Fuller concibió una casa que sirviera como vivienda de emergencia en campamentos y zonas de conflicto; en tiempos de paz, el mismo habitáculo se convertiría en casa de invitados, espacio de trabajo en el jardín, etc.
Sobre la importancia de la ingenuidad
Resistentes a bombas y armas de fuego, las casas DDU incluían acabados interiores de cartón yeso, escotillas en lugar de ventanas convencionales, cocina y nevera de queroseno, cortinas y mobiliario a prueba de incendios, así como 4 espacios separados por cortinas de lona retractables a través de un sistema de cadenas. Su coste en los años 40: 1.250 dólares.
Las casas pequeñas de metal corrugado de Fuller se ajustan al lema que aplicó durante toda su vida, fuera al inicio de su jornada laboral o de un discurso: “atrévete a ser ingenuo”.
10 casas contemporáneas que celebran la estética y prestaciones del metal corrugado
Recopilamos a continuación 10 casas contemporáneas erigidas con paneles de metal galvanizado corrugado.
1. Tinshed -“cobertizo de latón”- (por Raffaello Rosselli; Sídney, Australia)
2. Casa y Atelier para Lara Ríos con cubierta de acero corrugado (por F451; Gijón, Asturias, España)
3. Rebel House (por Atelier van Wengerden; Almere, Holanda)
4. Casa futurista de aleación de zinc-aluminio corrugado Crofthouse (por James Stockwell; Victoria, Australia)
5. Casa minimalista con estilo mid-century modern (por Farley Studio; Fort Worth, Texas, Estados Unidos)
6. Renovación económica de dúplex con paneles de acero corrugado (por Nick Deaver; Austin, Texas)
7. Casa con tejado y paredes de acero corrugado Bru 1.25 (por SoHo Architektur; Baviera, Alemania)
8. Renovación de apartamento alquilado (por Im y David Schafer; San Diego, California, Estados Unidos)
9. Casa sureña-moderna revestida de acero corrugado (para Rick y Susan Moreland; Baton Rouge, Louisiana)
10. Oficina de aluminio corrugado Studio R-1 (por architecten|en|en; Eindhoven, Holanda)
Pingback: De los Grandes Lagos a las Rocosas: por la senda de Oregón – *faircompanies()
Pingback: Best 21 Casas De Metal Interconex()