(hey, type here for great stuff)

access to tools for the beginning of infinity

3 generaciones de hilanderas navajo y su filosofía de vida

Reflexionamos sobre modos de vida, vocaciones y filosofías personales mientras viajamos desde el centro de Oregón hacia el norte de la Gran Cuenca, un altiplano de clima desértico continental entre Sierra Nevada y las Montañas Rocosas.

En nuestras visitas por la zona, saludamos a autores y constructores de casas pequeñas mientras hacemos altos en antiguas localidades olvidadas de la senda o “ruta de oregón”, el camino de migración desde el río Misuri hasta el territorio de Oregón.

Nuestra primera parada es Bend, Oregón, donde el constructor retirado Gary Beaudoin nos introduce en el mundo de la artesanía textil del pueblo navajo y su sentido en esta cultura, que trata de recuperar sus olvidadas raíces y orgullo en el contexto de Norteamérica.

(Bend, Oregón)

Autosuficiencia en el presente y en las culturas ancestrales

De fondo, resuenan las grandes preguntas de nuestros viajes, vídeos, reportajes.

¿Qué papel juegan nuestra situación económica y posesiones en nuestro bienestar? Estudios y sentido común nos dicen que, una vez atendidas las necesidades básicas, podemos ocuparnos de actividades menos apremiantes para la supervivencia y más intelectuales.

Lo que no queda claro es el nivel de bienestar que necesitamos; filósofos y psicólogos coinciden en que la autorrealización o bienestar a largo plazo es correlativo a nuestra autosuficiencia, tanto material como espiritual.

Cuanto menos dependientes somos y mayor respeto percibimos de nuestro entorno, más energía queda para destinarla a proyectos intelectuales o creativos.

Antes de nuestro viaje: descanso en Sunriver

Siguiendo el propio instinto y consejos de lecturas (viejos amigos, los que nunca fallan) y amigos, el constructor retirado y coleccionista de arte Gary Beaudoin llegó a la amable, deportista y rodeada de naturaleza ciudad de Bend, en el interior de Oregón, para combinar la introspección con la exploración natural.

Beaudoin, que precedió a las muchas familias y personas con afición a deportes al aire libre que se han asentado en el desierto montañoso alrededor de Bend en los últimos años, fue nuestro primer encuentro del viaje anual de *faircompanies por la geografía estadounidense.

(Revista oteada en un supermercado rural de la localidad apartada de John Day, noreste de Oregón)

Recién llegados de Japón a San Francisco, descansamos en familia en el remanso natural entre el río Deschutes y la zona volcánica de Mount Bachelor, en la cordillera de las Cascadas.

Simplificando el día a día para estudiar los tejidos navajo

Días después, de vuelta a la carretera, paramos en Bend para saludar a Beaudoin, desde cuya pequeña casa, erigida en una colina del centro de Bend, se divisan al oeste el valle del Deschutes y los triangulares picos de la zona y la nieve perpetua de su geométrica cúspide: enfrente, las Three Sisters, además de Mount Bachelor y, al norte, Mount Hood.

La idea de plenitud de Gary Beaudoin no requería una casa demasiado generosa. La suya, una esbelta casa de madera con pronunciado tejado a dos aguas, es modesta, aunque confortable y adecuada para una existencia apacible en el ocaso de la vida.

(Imagen: tras los pasos de la ruta de Oregón -“Oregon trail“-)

Beaudoin, sin pareja actual y con hijos ya mayores, ha dedicado los últimos años a explorar dos pasiones que han atraído a la prensa local y especializada.

Su vivienda se ha convertido en un paradigma de vivienda cómoda y barata y, con una superficie total más próxima a estándares europeos o japoneses que estadounidenses, ha sido edificada en una pendiente desde donde todas las estancias disfrutan de la luz que Gary Beaudoin imaginó para ellas en función de las estaciones, desde el lánguido amanecer invernal a las prolongadas puestas de sol veraniegas.

Vida sencilla en el alto desierto del interior de Oregón

Hace 15 años, cuando Bend empezaba a atraer a amantes del esquí y la naturaleza preocupados por el exceso de popularidad de otras zonas, la recién erigida vivienda de Beaudoin era una excepción en el vecindario, hasta el punto de atraer el interés de quienes la observaban, asentada sin pretensiones entre la vegetación circundante.

La casa, con fachada de estuco amarilla y marcos de puertas y ventanas de madera roja, es una interpretación personal de la máxima de la arquitectura moderna de que establece que la forma de un edificio debería supeditarse a su función (las necesidades de sus ocupantes).

Beaudoin redujo al máximo el presupuesto para la vivienda realizando él mismo todo el trabajo excepto las instalaciones de lampistería.

Y desde su refugio sin pretensiones Beaudoin exploró sus otras vocaciones, entre ellas el coleccionismo de antigüedades y la cultura de los pueblos originarios de Norteamérica, desde los grupos de nativo-americanos del Noroeste del Pacífico a las principales culturas de la zona hasta la llegada de los europeos.

(Imagen: la pequeña casa subterránea erigida por Dan Price, alias “Hobo artist”)

Vestigios de culturas pretéritas en el Oeste

Sus indagaciones en la cultura del pueblo navajo, descendiente de los anasazi (la misteriosa cultura urbana Pueblo que se desvaneció en el siglo XIII dejando tras de sí complejas ruinas en la cuenca del río Colorado), le llevaron a especializarse en las técnicas y patrones de los ricos tejidos navajos.

Su estudio culminó en el libro Unbroken Web: The Art of Ellen & Lucy Begay, un recorrido a través de la transmisión intergeneracional de conocimientos artesanales ancestrales y la supervivencia de culturas aletargadas en las distintas regiones que conformaron las costumbres y personalidad de las familias de nativos americanos. De norte a sur y de oeste a este:

  • norte: pueblos del subártico;
  • costa noroeste: noroeste del Pacífico; meseta de las Rocosas; Gran Cuenca;
  • suroeste de Norteamérica;
  • grandes llanuras;
  • zona del noreste;
  • sureste.

Edward S. Curtis: un legado fotográfico en el ocaso de decenas de pueblos

Los pueblos del noroeste y suroeste comparten similitudes en lenguaje, intercambios materiales y culturales y creencias, así como en técnicas artesanales, la mayoría olvidadas.

Gracias a trabajos fotográficos realizados en el ocaso de la cultura nativa americana del Oeste antes de desaparecer o ser asimilada, como los extensos reportajes del fotógrafo de Seattle Edward S. Curtis a principios del siglo XX durante sus visitas a numerosos asentamientos, sabemos pormenores sobre técnicas, atuendos y costumbres ceremoniales (danzas, iniciaciones) de distintos pueblos.

(Imagen: Dan Price en el interior de su pequeña vivienda subterránea en Joseph, junto a las montañas Wallowa)

Más de un siglo después de que el aventurero Curtis tomara tantas fotografías como pudo de los pueblos que perecían ante sus ojos, tanto nativos americanos como aficionados y expertos en su cultura recopilan historias personales y ancestrales, añadiéndolas al acervo estadounidense.

La relación entre vivienda (“hogan”) y tejido tradicional navajo

Es el caso del trabajo de Gary Beaudoin sobre tejidos y tramas sobre lana y otros materiales que el pueblo navajo ha realizado durante siglos, inspirándose tanto en patrones naturales y en su propia cosmogonía como en técnicas foráneas adoptadas como propias.

Es el caso del uso de lana en sus alfombras y tejidos ceremoniales, cuyos patrones geométricos y cromáticos son una representación bidimensional de los ocres y las formas del ecosistema desértico donde este pueblo, el más numeroso de entre los nativos americanos de Norteamérica, ha vivido durante milenios.

Gary Beaudoin explica en su libro el paralelismo entre el mundo circundante (el desierto, las humildes casas tradicionales semienterradas del pueblo navajo, conocidas como hogan) y los recurrentes motivos geométricos del arte textil de este grupo.

(Imagen: Unbroken Web: The Art of Ellen & Lucy Begay, por Gary Beaudoin)

Conocer el pasado para interpretar el presente

Aunque en su mayoría cazadores y recolectores, los distintos grupos navajo conocían y practicaban técnicas agrarias que se remontan a la cultura anasazi o Pueblo (maíz, legumbres y calabaza), mientras el contacto intermitente y temprano con los españoles aportó el pastoreo ovino que proporcionó la hoy tradicional lana.

El ganado ovino mejoró la dieta de los navajo y alimentó su cosmogonía: la riqueza y complejidad de los tejidos, así como el número de cabezas de ganado que cada familia podía mantener, se convirtieron en signos de estatus y prosperidad.

Gary Beaudoin abre su libro, con abundante documentación fotográfica, con una cita del novelista y activista medioambiental Wendell Berry, a su vez influido por otro amante de la naturaleza y la vida sencilla e introspectiva a la manera de los trascendentalistas (Thoreau, Emerson, Walt Whitman, John Muir): Aldo Leopold.

(Imagen: la tejedora navajo -ya desaparecida- Mary Bia Begay, a quien Gary Beaudoin dedica su libro)

Saber por dónde pisa uno

La cita elegida por Beaudoin sintetiza el significado más inclusivo y universal de pertenecer a una cultura ancestral que, por su carácter intangible, a menudo se disipa hasta desaparecer.

Wendell Berry en la introducción de Unbroken Web de Gary Beaudoin: “Si no sabes dónde estás, no sabes quén eres. Un tipo de conocimiento que implica a los sentidos, la memoria, la historia de una familia o tribu. 

“Viene de trabajar bajo todas inclemencias del tiempo, sobreviviendo a sus catástrofes, viviendo sus mañanas o atardeceres o calurosos mediodías, valorándola desde la profunda inversión en trabajo y sentimiento que tú y tus padres, abuelos e incluso ancestros desconocidos han depositado en ella.”  

Transmisión intergeneracional

Sólo conociendo los pormenores de la artesanía textil navajo, primero coleccionando piezas y a continuación indagando en ella, Gary Beaudoin se sintió capaz de contar la historia de estos tejidos a través de los ojos de tres tejedoras pertenecientes a tres generaciones consecutivas de una misma familia: la anciana Mary Bia Begay (desaparecida, a quien Beaudoin dedica el libro); su hija Lucy Begay; y la nieta Ellen Begay.

(Imagen: tres generaciones de tejedoras navajo: de izquierda a derecha, Mary Bia Begay; Lucy Begay; y Ellen Begay)

Las Begay son portadoras de una rica forma de expresión artística que, como tantas otras en distintas zonas del mundo, se desvanece del día a día familiar, entrando en el capítulo de las culturas documentadas en peligro -cuando hay suerte, ya que a veces simplemente se desvanecen (como los yámana, en la Tierra del Fuego chilena).

Los tejidos navajo “explican la historia de una cultura viva en contacto con la tierra”, explica Beaudoin en “Unbroken Web”, y son la representación finita, visual y táctil de un esfuerzo consciente por lograr un propósito coherente en la propia existencia.

Olvidada conexión española

Paciencia, agilidad, dedicación, constancia, humildad, son algunos de los calificativos que estudiosos y expertos han dedicado a los artesanos textiles del pueblo navajo, cuya olvidada conexión con los exploradores españoles evolucionó en una forma de arte práctico con ecos en la historia mitológica de la Norteamérica precolombina.

Mientras Gary Beaudoin nos dedica su libro y Kirsten habla con él, medito sobre su apacible existencia en la espaciosa y verde localidad de Bend, todavía amable y segura de sí misma al observar ante sí los esbeltos y siempre fotogénicos picos de la cordillera de las Cascadas. 

Un paisaje dominado por la cuenca de alta montaña del río Deschutes, serpenteando entre bosques que juegan con la luz en el atardecer de esta colina de Bend. 

De la cordillera de las Cascadas a las montañas Wallowa: conversación con Hoboartist

Poco después nos dirigimos hacia el noreste de Oregón, donde otra cordillera montañosa, los verticales picos de las montañas Wallowa, inspiraron a los nativos americanos de la zona.

Allí, en la localidad montañera de Joseph, enriquecida con una legión similar, aunque menos numerosa -todavía- que en Bend, de entusiastas de deportes alpinos y al aire libre, nos encontramos con otro amante de la vida sencilla, la aventura, el contacto con la naturaleza y la cultura de los pueblos nativos americanos.

Saludamos a Dan Price, un delgado surfero, constructor de pequeñas estructuras y dibujante conocido como Hoboartist, cuyas piezas de arte, cómics y novelas gráficas retoman a menudo las memorias de los bosques y lugares antes habitados por nativos americanos. 

Conversamos con Dan Price y nos regala su única copia de uno de los libros que más aprecia de su biblioteca personal: Harlan Hubbard and the River: A Visionary Life.

De la casa pequeña subterránea de Dan Price a los edificios del pionera Mike Oehler

Poco después nos adentramos en Idaho. Conducimos hacia el límite septentrional del Estado y pasamos Coeur d’Alene y Sanpoint, al encuentro de Mark Oehler, veterano constructor “underground”, en el sentido contracultural y literal de la expresión, pues sus casas y estructuras se erigen semienterradas para aprovechar, así, la inercia térmica de sus emplazamientos. Oehler es autor de The Earth-Sheltered Solar Greenhouse Book.

Desde la propiedad de Oehler, junto a la frontera entre Idaho y Canadá, recopilamos el trayecto realizado y miramos hacia el inmediato futuro, que nos conduce a explorar una conexión entre la memoria ancestral del interior de la región norteamericana del Noroeste del Pacífico y una de las culturas de Europa Occidental con un pasado superviviente más ancestral: visitaremos en los próximos días a miembros de la numerosa colonia vasca de Idaho.

Mientras tanto, acabo esta entrada en la casa de unos amigos de la familia a la orilla del lago Pend Oreille, divisando en la otra orilla las apacibles localidades de Sandpoint y Ponderay. Pronto nos encaminaremos hacia Boise, hacia el suroeste del Estado.