Todo empezó con una entrada de blog en Harvard Business Review (26 de agosto de 2010). En ella, un profesor y un especialista en marketing proponían a la comunidad de lectores crear una casa modular de 300 dólares, adaptable a culturas, clima y circunstancias ecológicas de cualquier lugar (reportaje de *faircompanies cubriendo la iniciativa).
“La idea básica: crear una casa de bajo coste, con tecnología básica, que cualquiera pueda mejorar paulatinamente” (ver presentación).
Resultados del $300 House Open Design Challenge
Menos de un año después, el 15 de junio de 2011, 300House.com, el sitio y organización creados para hacer realidad la casa de 300 dólares, ha presentado los 16 diseños ganadores del $300 House Open Design Challenge, un concurso abierto a cualquiera.
Los jueces del concurso, escogidos entre la comunidad de colaboradores de 300House.com y un panel con diseñadores, arquitectos y otros expertos, analizaron más de 300 diseños presentados.
Las promesas de la innovación inversa: lo mejor puede ser lo más barato
Los distintos proyectos tratan de demostrar que es posible crear una vivienda digna, mejorable y ecológica por un precio inferior a un teléfono móvil actual. Entre ellas, cómo convertir caóticos barrios de barracas en zonas residenciales dignas; qué aspecto tendría la “casa de los pobres”; cómo usar tecnologías avanzadas para resolver el problema de la vivienda; qué lecciones de innovación inversa se pueden extraer de cada proyecto; o cómo podrían los más desfavorecidos comprar una casa, por muy barata que sea.
Los ganadores comparten un premio de 25.000 dólares, que incluye una aportación en metálico de 10.000 dólares a los 16 diseños más populares según los votos de la comunidad de entusiastas y colaboradores en el proyecto, y 15.000 dólares en becas para 6 participantes (tres elegidos por la comunidad, y otros tres por el panel de expertos), que acudirán a un taller de creación de prototipos: PStouter, iLINES, RogerioAA, architecturecommons, DVS y elsap11.
En busca de la vivienda barata digna, adaptable, ecológica
Vijay Govindarajan (vídeo-entrevista sobre el proyecto), profesor de Tuck en la Universidad de Darmouth, y Christian Sarkar, consultor de marketing y especialista en medio ambiente, plantearon al inicio una vaga idea acerca de qué características podía tener, según ellos, una casa modular barata, adaptable a cualquier lugar y respetuosa con el medio ambiente.
Al comprobar la respuesta obtenida por la idea, Govindarajan y Sarkar decidieron exponer los retos a los que se enfrenta un proyecto con un mercado potencial de cientos de millones de personas: el primer artículo con la idea se ha completado durante varios meses con artículos adicionales específicos sobre: aspectos financieros, diseño, energía, co-creación, marketing, rendimiento, producción industrial, sostenibilidad y urbanismo.
Mercado mundial para una casa que vale menos que un iPhone
Como explicábamos en el artículo Empieza la carrera para construir la casa de 300 dólares, el mercado potencial para una vivienda modular de bajo coste es incuestionable:
- 3.300 millones de personas viven en barrios de barracas de grandes ciudades.
- Más de la mitad de la población mundial vive en ciudades desde 2008, y el porcentaje alcanzará el 60% en 2030.
- Las mayores migraciones del campo a la ciudad se producen en los países en desarrollo. Como se ha demostrado en Brasil, tener una casa (por humilde que sea) en régimen de propiedad es un pasaporte para dejar la economía informal, ya que garantiza el acceso al crédito.
- La Fundación Ashoka estima que el tamaño del mercado global para viviendas económicas alcanza 424.000 millones de dólares.
- Sólo en India, hacen falta 25 millones de viviendas para alojar a familias que viven con menos de 2 dólares al día. A los que se pueden sumar los millones de hogares que viven con entre 160 y 450 dólares mensuales.
De acuerdo con el concepto de innovación inversa (ver artículo sobre innovación inversa en *faircompanies), del que el propio profesor Vijay Govindarajan es uno de los impulsores, las mejores innovaciones creadas primero para los países en desarrollo, pueden extenderse luego a los países ricos cuando muestran su valía y conveniencia (precio competitivo, buen diseño, utilidad, resolución con solvencia de retos complejos).
Una casa modular que se pudiera adaptar en función del lugar, clima y ecosistema y, además, tuviera un coste de 300 dólares, podría usarse para atender a víctimas de catástrofes en cualquier lugar, crear infraestructuras básicas temporales en zonas devastadas, etcétera.
El experimento que se convirtió en prometedor proyecto de innovación colectiva
Al principio, Vijay Govindarajan y Christian Sarkar definieron el reto de 300house.com como un experimento. “Sin embargo, creemos que merece ser explorado. Desde las chozas con una única habitación de la meseta central de Haití hasta las concentraciones de barracas en torno a Delhi, pasando por las favelas de São Paulo, el problema de la vivienda para los pobres es realmente global”, concluyen.
Recopilamos a continuación los 10 proyectos más votados del $300 House Open Design Challenge. El resto de proyectos pueden ser consultados en Jovoto, sitio web usado por 300House.com para alojar el concurso y los proyectos presentados.
1. PStouter: construcción tubular de “superadobe”
El proyecto PStouter ha logrado crear una casa por 293,80 dólares con materiales sencillos y locales. Los resultados son espectaculares.
La construcción con sacos de tierra ha sido históricamente empleada para improvisar diques contra inundaciones, así como líneas de defensa bélicas. Pero la técnica también puede ser aplicada a construir casas modulares.
Para erigir esta casa de bajo coste, que puede construirse con tecnología y materiales locales y es sostenible medioambientalmente, se emplean gruesas bolsas rellenas de escombros o gravilla como cimientos.
Paralelamente, se crea un armazón a modo de guía para erigir los muros. El interior de éstos está compuesto por bolsas cilíndricas alargadas rellenas de paja o restos vegetales, que son humedecidas con arcilla para que aumente su solidez y consistencia. Acto seguido, se superponen los cilindros de adobe siguiendo las guías del armazón.
Esta técnica de construcción basada en el uso de sacos de contención ha sido bautizada como superadobe por su promotor, el arquitecto iraní Nader Khalili.
El proyecto incluye instrucciones para construir cimientos resistentes a inundaciones, o capaces de hacer frente a seísmos, sin por ello aumentar el precio de la casa.
Una vez las paredes han sido erigidas, pueden ser recubiertas con una capa de zarzo (tejido de varas, cañas, mimbres o juncos hasta formar una superficie). Para acabar la pared, se aplica sobre el tejido vegetal una mezcla de barro, hierba y estiércol animal.
2. iLINES: estructura modular con sacos de contención
El segundo proyecto más votado del $300 House Open Design Challenge también emplea una técnica basada en sacos de contención, como los empleados a modo de diques o muros de defensa temporal.
iLINES destaca que la construcción con sacos rellenos de cualquier material sólido local al alcance puede adaptarse a cualquier circunstancia, apenas requiere entrenamiento ni conocimientos previos y obtiene resultados contrastados prácticamente sin inversión.
Entre otras ventajas del sistema de sacos de contención, este proyecto destaca que:
- Resiste todo tipo de circunstancias climáticas extremas.
- Se adapta a diseños modulares.
- Incluso el mobiliario básico puede erigirse con sacos rellenos.
- Reduce costes.
- Aporta solidez y seguridad, con mayor protección para sus ocupantes.
A diferencia de PStouter, el proyecto iLINES aboga por una construcción comunitaria. Usando sacos de contención y materiales básicos similares, se pueden crear islas de viviendas al estilo de la villa romana, con estancias que dan al exterior y patios centrales donde la comunidad converge.
Este tipo de construcción fomenta una relativa y ordenada densidad urbana, además de favorecer la planificación urbana y reducir el coste derivado de instalar servicios básicos como agua o electricidad, que serían compartidos por toda la comunidad de propietarios.
El diseño propuesto por iLINES recomienda que los sacos que componen los cimientos incorporen gravilla, cuando la casa comunitaria se erija en áreas húmedas, mientras que el armazón para puertas y ventanas puede ser construido con madera o cualquier material local disponible.
El resto de sacos pueden incorporar materiales locales que favorezcan, en función del clima, el aislamiento térmico, la transpiración, la solidez, etcétera: desde tierra o arena a roca volcánica aplastada, pasando por fibras vegetales como el cáñamo, la corteza de coco, cáscaras de arroz, paja, etcétera. Una vez se ha erigido la estructura de la casa, las paredes se pueden acabar con adobe o mezclas de tierra y restos vegetales y/o animales con propiedades y consistencia similar, como el cob.
La estructura del tejado y sus vigas pueden realizarse con bambú, madera local, o metal. Una capa de cartón favorece su aislamiento. Finalmente, se instala una cubierta de metal corrugado reutilizado.
Como alternativa a la cubierta metálica para el tejado, sobre todo en climas especialmente áridos, iLINES sugiere los biocompuestos (fibras vegetales comprimidas y mezcladas con resinas).
3. RogerioAA: una casa de “superadobe”
El proyecto de casa modular, de bajo coste y sostenible de RogerioAA también aboga por la construcción con sacos de contención, para armar una estructura de superadobe.
Construir el superadobe es rápido no requiere conocimientos previos ni costosas infraestructuras. Basta una lona cilíndrica que pueda ser cortada y rellenada, para crear los sacos alargados que irán superponiéndose para crear cimientos y paredes.
RogerioAA recomienda que entre saco y saco exista un alambre de espino que mantenga la pared alineada y evite futuros problemas estructurales, así como prolongar cada muro más allá del vértice de unión con otro muro, al estilo de las cabañas de troncos de madera, para que la casa gane en solidez.
Usando una estructura básica de superadobe, es sencillo erigir hileras de casa, o combinar, por ejemplo, dos hileras cuyos tejados inclinados conduzcan el agua de lluvia a un canalón central que la evacuaría acto seguido en un depósito comunitario.
Si bien construir una sola casa con la técnica de superadobe propuesta por RogerioAA asciende a 447,50 dólares, el precio disminuye dramáticamente usando su estructura modular para construir más casas. A más viviendas erigidas, menor el precio de coste.
4. mahmuda: diseño de viviendas de bajo coste en Dinajpur, Balgladesh
Crear casas modulares de bajo coste en localizaciones como Dinajpur, Bangladesh, puede servir de ejemplo para que otras comunidades mejoren sus condiciones de vida con una inversión mínima, compartiendo conocimiento y obteniendo materiales a su alcance, a menudo sin coste alguno.
El proyecto pretende resolver los problemas causados por el hacinamiento y las condiciones insalubres relacionadas con las aguas negras, que a menudo contaminan el agua de boca.
Todas las casas, dispuestas en dos hileras que se dan la espalda, para aislar la evacuación de aguas negras y separarla del resto de la actividad.
La estructura de las viviendas es ligera y se adapta al clima local. Las paredes están recubiertas de zarzo (varas, cañas, mimbres o juncos hasta formar una superficie) y, sobre el tejido vejetal, están rematadas una mezcla de barro, hierba y estiércol animal.
El tejado y los voladizos de la casa están recubiertos de plantas para proteger de los rayos del sol y refrescar el interior. Las plantas podrían ser comestibles.
El tejado, inclinado para hacer frente a la estación de las lluvias, aparece suspendido sobre una estructura de vigas ligeras, soportada por unas paredes cuya parte superior favorece la evacuación del aire caliente, mientras que el aire más fresco permanece en el interior.
5. Owen Geiger: casa abovedada de sacos de contención y cob
El quinto proyecto más votado del concurso convocado por 300House.com también usa sacos de contención, aunque partiendo de un diseño y obteniendo resultados muy distintos.
Owen Geiger ha optado por una planta de base circular y abovedada que culmina en un tejado cónico, imitando los diseños de la naturaleza (biomimética) que mejor se comportan en aspectos como la termorregulación.
El diseño resultante, recubierto con una mezcla de tierra, agua y restos vegetales y animales (cob), se asemeja vagamente a un termitero africano, o también a una vivienda salida de El Señor de los Anillos.
Los materiales usados y su coste:
- Escombros y suelo: gratis.
- Sellador: 100 dólares.
- Alambre de espinas: 50 dólares.
- Recubrimiento de cob para suelo y pared: gratis.
- Acero corrugado reciclado para el dintel de puertas y ventanas.
- 2.000 bolsas de grano recicladas (pagadas a 5 centavos la unidad): 100 dólares.
- Madera o bambú reciclados: 10 dólares.
- Puerta reciclada: 10 dólares.
- Colector de agua de componentes reciclados: 10 dólares.
- Pica, cañerías y mobiliario reciclados: 10 dólares.
- Total: 300 dólares.
El constructor ha cumplido con los retos planteados en la casa erigida como modelo: bajo coste; capaz de ser construida y mejorada por cualquiera; con técnicas arquitectónicas básicas; ecológica; fácilmente reproducible.
6. elsap11: proyecto “300 possibilities”
El proyecto de elsap11 no se centra únicamente en la construcción de una sola casa o calle modular, sino en la urbanización a gran escala, pensando en regenerar barrios de barracas de las mayores urbes de los países en desarrollo.
En función del entorno donde se emplacen las casas, sus calles pueden orientarse en función del sol, la pendiente y las corrientes de aire, para aprovechar al máximo las conduciones climáticas del emplazamiento. La casa de 300 dólares modular debe formar parte de un ecosistema y comportarse como tal (algo recogido por disciplinas como la permacultura, que relacionan construcción con entorno natural inmediato).
El proyecto 300 possibilities de elsap11 ofrece recomendaciones básicas que pueden adaptarse más tarde a cualquier realidad local: por ejemplo, en áreas secas y calurosas recomienda suelo elevado, tejado plano, muros gruesos para favorecer la reflexión solar, o pequeñas ventanas para evitar que entre calor en el interior.
En áreas próximas a los trópicos especialmente lluviosas, el suelo podría levantarse, mientras el tejado adoptaría una forma de dos aguas y los muros pasarían a ser finos y transpirables, con aperturas en la parte superior para fomentar la circulación de aire.
También se tiene en cuenta la adaptación de una estructura urbana básica en forma de cuadrícula, sobre la que se dispondrían los módulos. El diseño básico se adaptaría en función del clima, orografía y vegetación, aprovechando corrientes de viento, riachuelos, pendientes para evacuar y controlar las aguas negras, etcétera.
Entre los materiales empleados en cada uno de los prototipos diseñados por ordenador, destacan el cartón, el bambú, los paneles de fibra vegetal, los ladrillos de tierra comprimida, las láminas de madera o las varas de metal modulares o la tierra. Los materiales preponderantes, así como el diseño de los módulos, cambian en función del clima y entorno.
7. architecturecommons: proyecto Ground Up
Ground Up Project nace de una constatación: 100 familias podrían vivir en una aldea confortable y construida desde cero con una inversión de 30.000 dólares, a 300 dólares por casa.
“Las condiciones de saneamientos en los barrios de barracas son desastrosas”. El proyecto Ground Up trata de hacer frente a este problema con un diseño que permita evacuar las aguas grises, mientras el wáter se convierten en unidades de compostaje cuyos residuos pueden ser usados como fertilizante.
Para construir la aldea de 100 casas, Ground Up Project crearía dos microempresas, una dedicada a la producción de tejas; y la otra especializada en ladrillos de tierra comprimida. La producción industrial en la localidad proporcionaría, además, trabajo remunerado en la aldea, que serviría para repagar los gastos domésticos.
Las microempresas serían inicialmente financiadas con un préstamo avalado por alguna organización o entidad, pública o privada.
El proyecto sugiere, además, que la aldea florecería si sus habitantes lograran organizarse como una cooperativa. Una vez la fase de construcción finaliza, la producción de las dos microempresas creadas aportaría ganancias a sus habitantes, que podrían ser completadas con trabajos agrarios o artesanales.
Entre los materiales usados, además de las tejas (tejado) y ladrillos (paredes) fabricados en las microempresas, destacan la grava, el cemento y la arena (cimientos y suelo); y la madera natural o el bamboo para la estructura del tejado, puertas y ventanas.
8. bogdanelsiecheru: vivienda humilde para los más necesitados
El proyecto bogdanelsiecheru pretende mejorar las condiciones de extrema pobreza en que viven muchos de los habitantes de la Rumanía rural.
Partiendo del diseño de las casas rurales tradicionales, el proyecto cree que, usando materiales locales y técnicas que no requieren conocimientos previos, es posible construir una casa digna por 300 dólares o menos en un país de la Unión Europea como Rumanía.
La arquitectura tradicional de la zona ofrece pistas valiosas para el proyecto, según su autor. Suele ser rectangular, con tejados de paja de cuatro aguas; paredes de arcilla natural; porche, o espacio público donde los habitantes de la casa y visitantes se interrelacionan; un interior acogedor; estructura de madera; cocina tradicional, en torno a la que gira la actividad de la casa.
El diseño propuesto, más contemporáneo, conserva las ventajas del diseño tradicional local, mejorando algunos aspectos, acelerando y simplificando tanto la construcción como el mantenimiento de la vivienda.
Materiales: cimientos de piedra natural, madera reciclada y tierra compactada; 4 pilares de madera para el armazón de la casa; vigas estructurales de madera; cocina y chimenea de tierra y arcilla; paredes de arcilla mezclada con restos vegetales y animales; y tejado de paja.
9. Benjamin Jennings y Catia Polido (bdj108): la comunidad COB
Los responsables del proyecto The COB Community han tratado de cumplir varios objetivos:
- Proporcionar conocimiento y herramientas a cualquier comunidad pueda construir y ampliar su casa.
- Dignidad: que los hogares diseñados sean atractivos, seguros y cómodos.
- Fortalecimiento de los lazos comunitarios, colaborando en el diseño y construcción de las casas.
- Precio asequible, desde 241 dólares por un microestudio de 6 metros cuadrados a 774 dólares por un apartamento de 26 metros cuadrados.
El cob es el material sobre el que gira todo el proyecto. Una mezcla de arcilla, arena, paja y agua, se trata del material más usado en la construcción con métodos tradicionales.
El cob empezó a usarse en Europa hace 800 años; según Benjamin Jennings y Catia Polido, existen más de 50.000 edificios de cob todavía en uso, la mayoría de ellos erigidos en los siglos XVIII y XIX.
El cob es, además de un material barato y local, ecológico, eficiente, durable, flexible, fácil de fabricar y aplicar, rápido y resistente.
El estudio es descrito como un edificio circular de 6 metros cuadrados, puerta de acero, cama y cocina (con pica) incorporadas en a estructura, techo de pasto y luz natural a través de ladrillos y botellas de vidrio, por un precio comprendido entre 241 y 363 dólares.
La casa de 26 metros cuadrados tiene una forma y características estructurales similares. Las paredes, el suelo y el mobiliario estructural están recubiertos por una capa de cob con partículas más finas y sin paja, para inferirle un acabado esmerilado, similar al cemento pulido.
10. DVS: casa híbrida
El proyecto Hybrid House propone una estructura que combine las ventajas de regulación ambiental de la masa térmica con una estructura ligera que sea adaptable a circunstancias cambiantes.
Se usa ladrillo de tierra comprimida, estructura y marcos de madera, paneles ligeros de madera contrachapada, que funcionan como ventanas abatibles para bloquear o promover las corrientes de aire, techo de metal corrugado y un canalón que recoge el agua de lluvia y lo conduce a una cisterna central.
Las casas se construirían en torno a patios y placetas interiores, donde se instalarían equipamientos comunitarios como paneles solares, cocina solar, purificador de agua solar, cisterna, lavadero, etcétera.
Hybrid House también concede importancia a la configuración de las calles, para que favorezcan el tránsito y el encuentro de los vecinos, con abundantes zonas a la sombra para la tertulia, el juego o la instalación de comercios.
La estructura de la casa puede variar en función del clima, sin que por ello lo haga el precio.