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Nuevos Kindle vs. iPad: las guerras del libro electrónico

El iPad ya ha vendido más de 3 millones de unidades y quiere competir seriamente en el mercado del libro electrónico, Amazon ya vende más libros para Kindle que títulos en edición de tapa dura, Barnes & Noble trata de no perder fuelle con Nook ante Apple y Amazon… Y la industria editorial asiste a un acontecimiento que muchos creían, como poco, improbable: el libro electrónico aumenta su cuota de mercado y, como la música o el cine, el libro deberá convivir con el formato digital.

Amazon ha desplegado una estrategia para facilitar la lectura de sus libros en cualquiera de los soportes usados por el usuario: Kindle, Windows, Mac, iPad, iPhone, BlackBerry o Android.

Nuevos Kindle: wifi grafito (139 dólares), 3G+wifi grafito o blanco (189 dólares), DX grafito (379 dólares) 

La empresa con sede en Seattle ofrecía hasta el 28 de julio 2 modelos de libro electrónico, el básico Kindle y el Kindle DX, anteriormente en blanco y ahora en negro grafito, con mayor contraste y capacidad. Este último con una pantalla mayor, pensada para facilitar la lectura de documentos, libros de texto y prensa. Pero no es necesario siquiera disponer de este soporte digital, ya que, al adquirir libros y otros contenidos, éstos son almacenados remotamente en un perfil digital actualizado al instante (Whispersync), a través de la red (Whispernet) empleada también para la descarga de libros.

El 28 de julio de 2010, Amazon ha revelado detalles sobre la nueva estrategia Kindle: mayor flexibilidad a un precio más ajustado. A diferencia del Kindle original y el denominado Kindle 2 (la segunda generación del dispositivo), la tercera generación del lector cuenta con una versión básica que depende de una conexión wifi, por 139 dólares, color negro grafito y un diseño similar, aunque más redondeado que la generación Kindle 2 y, sobre todo, que el Kindle original.

El modelo 3G (también incorpora wifi), con las mismas capacidades de red globales que el Kindle 2, mantiene su precio en 189 dólares, aunque ahora puede adquirirse en negro grafito, además del blanco, y una pantalla con un 50% más de contraste que la original, una evolución que también ha experimentado el Kindle DX.

Los Kindle wifi y 3G+wifi aumentan su capacidad para almacenar libros, que pasa de los 1.500 a los 3.500 libros, una ampliación ya adelantada por el primer modelo de la nueva hornada Kindle en ser anunciado, el DX grafito.

Con mayor detalle, el Kindle 3 renueva varios aspectos con respecto a la anterior generación del aparato, además de aumentar el contraste de la pantalla y la capacidad de almacenamiento. El nuevo modelo reduce su cuerpo un 21%, aunque mantiene el mismo tamaño de pantalla (6 pulgadas); es un 15% más ligero; fuentes más claras y con mayor contraste; vuelta de página más rápida; wifi; lector de PDF mejorado; parte trasera con textura suave; nuevo navegador basado en webkit; y menús de voz.

Plataforma ubicua contra un poderoso -y controlado con esmero- dispositivo

Pero Kindle es también software y, de hecho, es posible comprar libros electrónicos a través de la plataforma y leerlos exclusivamente en soportes alternativos, si el usuario no desea adquirir un dispositivo exclusivo para la lectura. Quienes adquieren, además, algún modelo Kindle, pueden proseguir la lectura de varios libros o documentos sin perder la página o las anotaciones, ya se esté usando el Kindle o por el contrario la aplicación con el mismo nombre, en el ordenador (Windows, Mac), el iPad o en el teléfono (iPhone, BlackBerry, Android).

Los 3 Kindle disponibles actualmente (Kindle con wifi grafito, 139 dólares; Kindle 3G y wifi grafito o blanco, 189 dólares; y Kindle DX 3G grafito, 379 dólares), son más económicos que el iPad. Los modelos básicos son, asimismo, más económicos que el Nook de Barnes & Noble-, incorporan -a excepción del nuevo modelo sólo wifi- conexión 3G con cobertura mundial (o, al menos, en amplias zonas de las Américas, Europa, norte y sur de África, Asia y Oceanía), para la descarga instantánea de libros y contenidos adicionales sin cargo adicional ni contrato con terceras empresas para garantizar el funcionamiento de la red.

Por el contrario, el iPad, con conexión wifi y 3G -esta última adicional, con cargo extra- es un dispositivo sustancialmente más caro y diseñado para otros propósitos que la lectura exclusiva, lo que repercute sobre la experiencia de lectura del usuario.

Como dispositivo de lectura esporádica y consulta de contenidos de Internet, prensa, revistas y contenidos multimedia, el iPad, sobre todo con una buena conexión, recibe impresiones mayoritariamente positivas de sus usuarios.

iPad y Kindle, dos animales distintos

Sin embargo, como Jeff Bezos, consejero delegado de Amazon, ha repetido constantemente desde la llegada del iPad, el dispositivo de Apple y los libros electrónicos con pantalla que imita la tinta impresa, E-Ink, entre ellos el Kindle, no son comparables y compiten en distintos segmentos. 

El iPad es, según Bezos, un aparato de ocio digital centrado en las aplicaciones, Internet y los contenidos multimedia, mientras que la plataforma Kindle ofrece libros y contenidos similares donde predominan, sobre todo, grandes cantidades de texto impreso. El Kindle es para leer y tiene vocación de sustituir al libro.

La estrategia de Amazon consiste en intentar que Kindle -y su tienda con acceso instantáneo- se conviertan en una aplicación de lectura digital ubicua. De ahí el interés mostrado por la firma para convertir el Kindle en una plataforma que facilita la lectura no sólo en un dispositivo diseñado exclusivamente para ello, sino en la pantalla de ordenadores, tabletas electrónicas y teléfonos, pese a que Jeff Bezos aproveche cualquier oportunidad para recordar que, cuando se trata de textos largos, las pantallas con tinta electrónica -imitan el contraste del papel, permiten leer a plena luz y no están retroiluminadas- ofrecen una experiencia de lectura superior y no cansan la vista. 

Una aseveración que sirve para cualquier dispositivo con este tipo de pantalla que, sin embargo, es muy limitada en el uso de contenidos multimedia.

Los usuarios de la tienda Kindle no necesitan el dispositivo con el mismo nombre para leer los títulos descargados en su perfil, sino el software de la plataforma, ya sea en PC, Mac, iPad, iPhone, BlackBerry, Android o todos. No importa si el usuario no tiene lector Kindle, lo ha perdido o se le ha roto: los libros adquiridos se almacenan en su perfil individual y pueden ser consultados a través de cualquiera de los medios especificados.

Apple cree, como Barnes & Noble (Nook), Sony (eReader) y otros, que puede competir en el mercado del libro digital con Amazon Kindle. Para ello, ha creado un dispositivo, el iPad, fácil de usar, que se nutre del sistema operativo y la plataforma de aplicaciones creada para el iPod, y preparado para consultar Internet, correo y contenidos multimedia.

Su peso, la duración de su batería (horas, en lugar de días, como el Kindle y el Nook) y su pantalla retroiluminada le sitúan, en principio, en desventaja tecnológica si lo que el usuario pretende es leer libros. Para el resto (Internet, multimedia, aplicaciones, videojuegos, gestión del ocio digital personal), el iPad brilla, en comparación con los simples lectores con pantalla de tinta electrónica.

Kindle y su aplicación para varios dispositivos, respaldados por la mayor oferta de libros hasta el momento, convierten al proyecto electrónico de Amazon en una alternativa viable. El lector avezado, interesado en viajar con decenas de libros y publicaciones en un soporte cómodo para la lectura y, en momentos de apuro, consultar su librería en otros soportes, puede mostrar interés (es la intención de la apuesta de Bezos) en un aparato simplón y algo espartano, aunque consistente y fácil de utilizar por cualquiera, incluso los menos interesados en el mundo de la permanente novedad tecnológica (entorno geek).

Sencillez tecnológica no equivale a atraso

El carácter espartano del Kindle físico y el Kindle aplicación no deben confundirse con atraso. Un aparato ligero, que sincroniza sus contenidos con el resto de aparatos del usuario, permite consultar y comprar libros y otros contenidos de lectura sin ordenador, es resistente, tiene batería de larga duración y no cae en la renovación a corto plazo puede interesar a un mercado familiarizado con la lectura de libros, publicaciones, bitácoras y documentos PDF.

Para el iPad, por el contrario, la compra y lectura de libros no son más que una de sus múltiples posibilidades. Y no es la que el dispositivo resuelve de la mejor manera. Los libros son más caros de media en iBook Store, la pantalla y la duración batería se asemejan más a un teléfono o un ordenador portátil que a un lector con pantalla de tinta electrónica, y el iPad carece de conexión 3G con cobertura prácticamente mundial ni cargos adicionales posteriores a la compra del aparato.

La abundancia de la oferta, y no sólo la facilidad para acceder a ella, es importante. La tienda para el Kindle ofrece 630.000 libros de pago, además de 1,8 millones de títulos libres de derechos de autor.

Barnes & Noble, Sony, Borders y las otras compañías interesadas en competir con la plataforma Kindle deberán ganarse su supervivencia. A diferencia del Kindle y el iPad, no la tienen garantizada, ya que pocas compañías podrán mostrar el músculo global de Amazon y Apple, y competir en los principales mercados con la todavía poderosa industria editorial local.

De momento, no hay una propuesta paneuropea de peso y con vocación global.

Amazon, Apple (…y Google)

Amazon y, con el respaldo del mercado tras un éxito fulgurante (más de 3 millones de unidades vendidas en 80 días, pese a su precio y a tratarse de un dispositivo situado en un segmento hasta ahora poco afortunado, el de las tabletas electrónicas), el iPad, son los dos dispositivos llamados a popularizar el libro en formato digital, tras años de promesas de la industria tecnológica, aplicaciones y prototipos poco afortunados.

Pero, ¿cómo se compara el todavía pingüe mercado editorial digital con el resto de la industria editorial, tradicionalmente ligada a mercados lingüísticos y regionales que permanecían inmutables?

Efectivamente, el libro electrónico sigue siendo minoría, pero algo ha cambiado: no sólo analistas, fabricantes de libros electrónicos y demás partes interesadas creen que el libro electrónico acabará sustituyendo a un cierto tipo de libro físico (las ediciones especiales, los libros fotográficos, etc., tienen, como la música o el cine en edición especial, un mercado futuro garantizado).

Y, tras la desafortunada experiencia de los mercados musical y cinematográfico, que batallan por mantener su relevancia en el mercado de las ventas domésticas debido al imparable aumento del formato digital y a menudo han confundido evolución tecnológica con un problema de litigación sobre derechos de autor, la industria editorial deberá hacer frente a la nueva competencia electrónica, que ya cuenta con al menos dos gigantes con intención de convertir en centralizado y universal un mercado fragmentado y regional: Amazon y Apple.

Todavía una fracción diminuta del mercado

De momento, el mercado editorial electrónico es, según un informe de Publisher’s Weekly, todavía diminuto en comparación con la oferta del sector en formato papel. En 2009 las ventas del sector en edición de tapa dura alcanzaron 4.400 millones de dólares, la edición de bolsillo 5.100 millones de dólares en el mismo período, mientras los libros sonoros generaron 218 millones. 

El libro electrónico se situaba en 2009 en unas ventas de 81 millones de dólares. O menos del 1% del mercado, y ello sin contar libros de texto, libros religiosos y profesionales. Con estos últimos incluidos, el mercado de libros impresos supera los 35.000 millones anuales en ventas.

La competencia tecnológica del libro electrónico rivalizará todavía con mayor entidad y dureza con respecto a los segmentos de tapa dura, bolsillo y segunda mano, con la entrada de Google, que pretende competir con Kindle e iBook Store, añadiendo una tienda electrónica gestionada por la marca a su ya potente plataforma Google Books, que cuenta con millones de títulos libres de derechos de autor para su libre consulta y descarga en formatos PDF y ePub, además de un sistema de consulta parcial de libros con derechos de autor, que incluye enlaces a tiendas para su compra en formato físico.

Google podría estar interesado en crear una plataforma ubicua para la descarga y venta de libros electrónicos como la ofrecida por Amazon con su aplicación para varias plataformas. La empresa con sede en Mountain View todavía no ha aclarado si su apuesta de software se centrará totalmente en la web, mediante el uso de HTML5. Google ha insistido en la estrategia de crear aplicaciones web que, en función del navegador usado, se adaptarían a las circunstancias de cada usuario: ordenador, tableta electrónica y teléfono inteligente, a través del navegador de cada dispositivo concreto.

Pero el uso del navegador como base para una tienda de libros tiene varios riesgos, la necesidad de conexión permanente y falta de homogeneidad en la integración de HTML5 en los distintos navegadores y dispositivos entre ellos.

Google prepara Chrome OS, un sistema operativo para netbooks y tabletas electrónicas centrado en el navegador. Su tienda de libros podría estar relacionada con este lanzamiento, aunque la empresa está más interesada en ofrecer un programa ubicuo (estrategia Amazon) que una experiencia cerrada y optimizada únicamente para un sistema operativo (estrategia Apple).

Amazon ya vende más libros electrónicos que tapa dura: ¿punto de inflexión?

Tenía que ocurrir, aunque no estaba tan claro cuándo. Amazon, la primera tienda electrónica mundial en volumen de venta de libros, tanto impresos como digitales, anunciaba en julio de 2010 que ya vende más libros electrónicos para usuarios de Kindle que títulos de tapa dura, un tipo de edición más lujosa y cara que el bolsillo.

Quede todo dicho, Amazon sigue sin ofrecer números exactos sobre ventas y sólo ofrece datos relacionados con el crecimiento en la venta de dispositivos Kindle, en la adopción de su aplicación Kindle para distintas plataformas, o en la venta de libros con respecto a períodos anteriores. No obstante, no existen números absolutos sobre unidades de Kindle vendidas, unidades de la aplicación Kindle en uso, o número de libros vendidos.

Distintos medios coinciden en la importancia del acontecimiento. Si la mayor tienda de libros vende ya más copias en formato digital que en tapa dura, negar un punto de inflexión, o un cierto reconocimiento del libro electrónico como un formato viable por parte del usuario, sería un error de apreciación comparable al que ha llevado a la industria musical tradicional a una crisis sin precedentes desde la popularización del mercado musical doméstico tras el fin de la II Guerra Mundial.

Por primera vez, Amazon vendió en el segundo trimestre de 2010 143 e-books por cada 100 libros en edición de tapa dura vendidos y, más interesante, la tendencia se está acelerando. En junio (último mes del segundo trimestre), Amazon vendió 180 libros electrónicos por cada 100 títulos en papel. En los primeros 6 meses de 2010, Amazon ha vendido 3 veces más títulos electrónicos que en todo 2009.

La meta alcanzada habría tardado mucho más tiempo en llegar, de no ser por el hecho de que los libros de tapa dura cuestan una media de 26 dólares en la tienda, mientras los libros para Kindle cuestan mucho menos. Más de 510.000 de los títulos de pago existentes en el catálogo electrónico de Amazon cuestan 10 dólares o menos, incluyendo varios superventas del New York Times.

La empresa también ha anunciado en julio de 2010 que las ventas del lector Kindle básico se han triplicado desde la última debaja en su precio, desde los 260 dólares hasta poco menos de 190 dólares.

Amazon lo explica de otra manera: con el descuento especificado, un usuario tendría que comprar sólo 11 libros electrónicos para justificar los 180 dólares del Kindle, asumiendo que, como alternativa, el mismo usuario hubiera adquirido el mismo número de títulos en tapa dura.

Hacia dónde va el iPad

El iPad no es un lector electrónico en sentido estricto. No obstante, su éxito de ventas, que consolida probablemente un nuevo segmento en la informática personal, el de las tabletas electrónicas, así como la creación de una tienda propia por parte de Apple, iBook Store, convierten al dispositivo en competidor directo de dispositivos “puros” para la lectura de libros y publicaciones similares, tales como el Kindle, el Nook, el eReader de Sony y aparatos similares, todos ellos con pantalla de tinta electrónica.

El iPad no es el mejor aparato para leer largos libros, pero alcanza la excelencia en la lectura de textos cortos, en la web o en aplicaciones, la lectura de contenido sindicado (canales o “feeds” RSS) y, sobre todo, el contenido multimedia, ya se trate de vídeos on-line, películas, videojuegos y aplicaciones de todo tipo, etc.

Amazon proporciona, a través de la App Store, una versión de su software Kindle para el iPad (además de la del iPhone). La aplicación de libros electrónicos más popular de la App Store es iBook Store, seguida de Amazon Kindle y del software Nook de B&N.

Existen otras aplicaciones para la lectura de libros electrónicos a través del iPad, y pronto Apple aprobará otras, muchas de las cuales intentarán diferenciarse a través de la especialización en algún nicho concreto o estrategias similares. Sea como fuere, hay una limitación innegable para leer libros de manera regular en el iPad. Pantalla (la retroiluminación hace la lectura más pesada para la vista, independientemente de nuestras primeras impresiones) y batería (a lo sumo, varias horas, pero necesitaremos el cargador junto a nosotros).

Un estudio publicado la firma de investigación de mercado ComScore en marzo de 2010 aclara las principales prioridades de los usuarios del iPad a la hora de emplear el dispositivo. Los resultados del estudio confirman que la lectura de libros electrónicos no es una de las principales prioridades del usuario potencial de la tableta de Apple.

Según el estudio, la mayor parte de los usuarios de Internet de Estados Unidos emplearían el iPad para navegar por la Red (50%), enviar y leer correos electrónicos (48%) y escuchar música (38%). En cuarta posición aparece la lectura de libros, con un 37% de los encuestados “interesados” en leer libros con el aparato.

Sorprendentemente, los encuestados interesados en leer revistas y diarios, un tipo de contenido potencialmente más atractivo y adaptado para la lectura-consulta en el iPad, llegaron sólo al 34%, por detrás del mantenimiento de una lista de contactos (37%!) visionado de vídeos y películas (36%), o el almacenamiento y visionado de fotos (35%).

Poco más de un tercio de los usuarios potenciales del iPad está interesado en leer libros con el dispositivo.

En cambio, quien compra un Kindle o adquiere un libro a través de la tienda Kindle e instala el software en alguna de las plataformas adicionales, lo hace con un propósito único: leer, sobre todo, libros. Los contenidos adicionales, tales como bitácoras, publicaciones y documentos PDF, son también consultados a través de la lectura.

La guerra se recrudece: contratos de exclusividad con autores

Amazon tiene mucho ganado en la llamada “guerra de los e-book“, al haber creado un perfil remoto (almacenado “en la nube“) de sus usuarios y facilitar la lectura en prácticamente cualquier dispositivo de uso diario que pueda tener un usuario interesado en la lectura electrónica.

No obstante, la empresa dirigida por Jeff Bezos nota la presión de Apple. De no ser así, no se entendería el interés de Amazon por lograr la exclusividad de numerosos libros con derechos de autor considerados “imprescindibles” por muchos lectores, entre ellos títulos de Philip Roth, Vladimir Nabokov o Hunter S. Thompson.

Amazon aprovechó las recientes desavenencias entre la editorial Random House y el agente literario Andrew Wylie para ofrecer a este último un contrato preferente, si una veintena de libros de sus clientes eran vendidos en edición electrónica exclusiva a través de Amazon.com.

El acuerdo amenaza con afectar a otros autores insignia en manos de Andrew “El Chacal” Wylie para la edición en inglés, entre ellos Martin Amis, Salman Rushdie, Orhan Pamuk, John Updike, o las obras de los ya fallecidos Saul Bellow, Norman Mailer o William S. Burroughs, entre otros. 

Las editoriales, temerosas de que el acuerdo entre Andew Wylie y Amazon siente un precedente, han mostrado su descontento público ante la noticia.

La historia merece un seguimiento.

Leer (Kindle) y consulta web y multimedia en el sofá (iPad)

Amazon y Apple emergen como las dos empresas con mayores posibilidades de consolidar su mercado para la lectura de libros, tanto de pago como libres de derechos de autor. No hay que descartar a Google y a su anunciado lanzamiento de una tienda de libros digitales, que complementará Google Books.

Om Malik, entre otros expertos, cree que Amazon ha tomado la senda más fructífera y ganará “la guerra”, debido a que lo más importante es el software y no el soporte y, pese a ello, no se ha olvidado de la importancia de tener un lector propio con solvencia.

Sea como fuere, la batalla no ha hecho más que empezar. Yo ya he elegido un dispositivo, aunque aclaro que lo que pretendo es usarlo para la lectura de libros, sobre todo no ficción en inglés. Para mí, claro, no hay color. Y, en este caso, ni falta que me hace.

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