Los páramos europeos y norteamericanos tienen ahora nuevos gigantes quijotescos: la energía eólica es la renovable con mejores perspectivas de crecimiento.
La energía eólica no es una promesa distante, sino la fuente de energía renovable más consolidada y que muestra un crecimiento más sólido para los próximos años.
También es cierto que sólo el 1,5% de la energía consumida en el mundo proviene de parques eólicos, según BusinessWeek (poco más del 1%, según la Asociación Mundial de la Energía Eólica).
Y, si bien los costes de generación eléctrica han disminuido hasta los 4 o 5 céntimos de dólar por kilovatio hora, todavía se trata de un precio superior al de la electricidad generada a partir del carbón o el gas natural.
En un mercado sin regulación ni incentivos -y sin penalización por emisiones a la generación eléctrica a partir de carbón o gas-, la producción eólica no sería viable para la industria privada. De ahí que la energía eólica haya crecido en Europa y Estados Unidos al amparo de ayudas.
La ecuación: RE
La mejora y abaratamiento de las tecnologías empleadas para producir aerogeneradores han aumentado drásticamente la fiabilidad de los parques eólicos, cada vez más rentables.
De proseguir con la actual evolución, la energía eólica podría pronto resolver la ecuación planteada por Google.org, la filial filantrópica de la empresa de Internet, cuyo apoyo al desarrollo de las tecnologías renovables se resume en un contundente RE Es decir: conseguir que las energías renovables (“RE”) sean más baratas que el carbón (“ Energía eólica: cada vez más eficiente y barata La energía eólica ha evolucionado desde finales de los 70 del siglo pasado. La mejora constante de los mecanismos y materiales tecnológicos empleados sitúa a la energía eólica a gran escala cerca de cumplir la ecuación de Google: lograr el el KW producido con viento sea igual o más barato que el producido con carbón. Las primeras turbinas fueron fabricadas a partir de componentes procedentes de la construcción de navíos. Los materiales compuestos y diseños empleados en la actualidad parten de la industria aeroespacial, lo que ha permitido que los aerogeneradores, cada vez más potentes, se muevan con la ayuda de palas cada vez más largas y geométricamente sofisticadas. Los diseños son, asimismo, más inteligentes: cuando el viento sopla demasiado fuerte y podría dañar un aerogenerador, las palas pueden flexionar su estructura para repeler parte del viento, o incluso detener la estructura, si es necesario. El viento, más ecológico que el carbón (pronto, más barato) Las turbinas actuales no son únicamente más sofisticadas, resistentes e inteligentes que sus predecesoras, ideadas a principios del siglo XX a partir de los diseños de Albert Betz: según Victor Abate, cuando GE entró en el negocio de los aerogeneradores, en 2002, la turbina media permanecía fuera de servicio el 15% del tiempo. En 2008, este porcentaje se ha reducido hasta el 3%, lo que ha reducido el coste de la energía generada hasta 8 céntimos de dólar por kilovatio hora (kWh), en ocasiones menos. Los avances tecnológicos, el aumento de las regulaciones relacionadas con la lucha contra el cambio climático y, sobre todo, la dramática reducción de costes en la producción eólica han permitido que ésta sea competitiva con la electricidad producida con carbón en los próximos años. Producir energía con carbón es todavía más barato (5 céntimos de dólar por kilovatio hora). No obstante, según un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts, estos 5 céntimos por kWh subirán hasta los 8 céntimos si en los próximos años se impone el mandato de capturar el CO2 generado para evitar la emisión de gases con efecto invernadero. Producir electricidad con carbón limpio es, por tanto, tan caro como la energía eólica, que no depende de combustibles fósiles ni genera emisiones, o efluentes que deban ser procesados. A finales de 2007, la capacidad mundial de los generadores eólicos fue de 94.1 gigavatios, según el Consejo Global de la Energía Eólica. Mientras la eólica genera alrededor del 1% del consumo de electricidad mundial, representa alrededor del 19% de la producción eléctrica en Dinamarca, 9% en España y Portugal, y un 6% en Alemania e Irlanda (Datos del 2007). Recurso abundante, aunque intermitente La energía eólica es un recurso abundante, renovable, limpio y ayuda a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero al reemplazar termoeléctricas a base de combustibles fósiles, lo que la convierte en un tipo de energía verde. Sin embargo, el principal inconveniente es su intermitencia. Las compañías eléctricas no sólo han invertido en mejoras técnicas relacionadas con los materiales empleados y la potencia de los aerogeneradores. Los principales operadores de esta fuente renovable emplean equipos de meteorólogos que estudian sofisticados modelos para determinar cuáles son los mejores emplazamientos de los parques eólicos. No se trata sólo de averiguar dónde sopla el viento, sino cuán fuerte y con qué regularidad histórica. Una diferencia de un kilómetro o dos con respecto al mejor emplazamiento posible repercute significativamente sobre la energía generada. Energía eólica: tan ibérica como el jamón serrano y la tortilla de patatas El arquitecto Juli Capella ha compilado en un libro los 101 diseños ibéricos más célebres, en los que no faltan el darwiniano Anís del Mono, la fregona, la baraja española, el primer helicóptero o el toro de Osborne. Este último sigue presente en la red viaria española (para deleite del turista jubilado europeo que, despistado, se desliza por las autopistas españolas y se frotará los ojos un par de veces antes de comentar el hallazgo con su mujer, en pleno duermevela). Es el mismo toro retirado de las carreteras catalanas e inmortalizado en Jamón Jamón, entrega cinematográfica de la trilogía ibérica dirigida por un Bigas Luna que hacía imaginar a Javier Bardem un sabor a jamón y tortilla de patatas en los pechos de Penélope Cruz. Capella no ha incluido en su libro (al no tratarse de un diseño español, aunque bien pudiera serlo culturalmente, si se recoge la importancia simbólica de los quijotescos molinos de viento en la literatura universal), a un nuevo símbolo que se asoma en el horizonte de los páramos montañosos de la Península: los parques eólicos, compuestos por decenas de aerogeneradores, usados para producir energía eléctrica renovable (leer entrada de blog relacionada). A diferencia de los molinos de El Quijote, los nuevos molinos de viento no son gigantes contra los que haya que luchar, sino los responsables de la generación de cerca del 10% de la energía solar consumida por países como España y Portugal. Energía eólica: cosa seria La energía eólica no es una promesa futura, sino la más floreciente de todas las tecnologías consolidadas de generación de energía renovable y con una historia de éxito iniciada a finales de los 70 del siglo pasado, como respuesta tecnológica danesa a la crisis del petróleo de 1973. Desde que, en 1979, los fabricantes daneses Kuriant, Vestas, Nordtank y Bonus iniciaran la producción en serie de turbinas para aerogeneradores, los parques eólicos han multiplicado su capacidad de generación eléctrica. Asimismo, el mercado eólico es el que más rápido crece de todas las energías renovables, según un informe de Research and Markets. La capacidad de generación de los parques eólicos se ha más que cuadruplicado entre 2000 y 2006 (datos de la Asociación Mundial de la Energía Eólica). El fenómeno, si bien todavía localizado (el 81% de las instalaciones se encuentran en Europa y Estados Unidos), va camino de hacerse mundial: los cinco países que más energía eólica producen pasaron de acaparar el 71% del mercado en 2004 al 62% en 2006. La Asociación Mundial de la Energía Eólica estima que en 2010 habrá 160 gigavatios instalados en el mundo desde los 73,9 gigavatios existentes en 2006, lo que supondría un crecimiento anual de más de un 21%. Europa lidera (de momento) la instalación eólica Europa lidera la instalación de parques eólicos, tanto instalados en tierra como en el mar (instalaciones “offshore”, como la que se extiende, imponente, en el Mar del Norte, a las afueras de Copenhague). Según Windtech International, Alemania ostenta el liderazgo mundial en número de parques eólicos y capacidad energética instalada (20.622 megavatios, a finales de 2006). En Europa, le siguen España (11.615 MW, o un 9% de la demanda energética total), Dinamarca (3.136 MW) e Italia (2.123 MW), Reino Unido (1.693 MW), Portugal (1188 MW), Francia (918 MW) e Irlanda (496 MW). Pese a la actual crisis mundial y al descenso de los precios del petróleo, que daña las previsiones de inversión privada en el sector, el mercado de limitación de emisiones impulsado por la Unión Europea y una política de subsidios públicos en varios países han logrado que las empresas europeas consoliden su negocio en Europa y el resto del mundo. Mientras la española Iberdrola Renovables (el mayor operador mundial de energía eólica) y la portugesa EDP Renovaveis se encuentran entre los principales actores del cada vez más interesante mercado eólico estadounidense (lo explica BusinessWeek), las firmas europeas tampoco se han dormido en casa. Alemania es el país con más parques eólicos y con la mayor turbina de viento, construida sobre el mar, mientras Escocia alberga el mayor parque eólico del Viejo Continente, con 140 aerogeneradores de 2,3 megavatios cada uno: la potencia total instalada asciende a 322 megavatios. Estados Unidos: a la espera de Barack Obama Si Barack Obama cumple en los próximos años con los objetivos de su programa de reducir la dependencia energética de su país, a través de la incentivación de las energías renovables, Estados Unidos podría sobrepasar a Europa en el liderazgo mundial del sector eólico. Según The Economist, la energía eólica proporciona alrededor de un 1% de la energía consumida en Estados Unidos, aunque en 2020 la figura podría situarse en torno al 15%, un salto colosal en el principal consumidor de energía del mundo. En Estados Unidos se hallan los parques eólicos más grandes del mundo. El más grande en términos de generación de energía es el Stateline Wind Project (Proyecto de Viento Línea Estatal), en la frontera entre los Estados de Oregón y Washington, con una capacidad máxima de 300 MW. El mercado estadounidense, tradicionalmente menos regulado que el europeo, es visto como una gran oportunidad, tanto para operadores energéticos como para fabricantes de turbinas con sede en España y el resto de Europa. En palabras de Michael McNamara, especialista en tecnologías limpias de la firma londinense Jefferies International, “Estados Unidos es enorme, plano, ventoso, y necesita mucha energía”. Grandes y sencillas verdades que explican el interés de las empresas europeas del sector (con España y Portugal liderando, por una vez), ya se trate de operadores energéticos o de fabricantes del equipamiento (aerogeneradores, palas, torres, elección y estudio de emplazamientos, consultoría, etcétera). Si bien Estados Unidos es superado por Alemania en capacidad eléctrica derivada de las instalaciones eólicas, la potencia instalada en el primer país ascendía en marzo de 2008 a 18.302 megavatios, suficiente para abastecer a 4,9 millones de hogares. El mensaje expresado por Michael McNamara puede parecer incluso torpe por la falta de concreción. McNamara sabe lo que dice, y sus palabras ganan peso tras la inapelable victoria electoral de Barack Obama: varios estudios, auspiciados incluso por el Departamento de Energía de Estados Unidos, concluyen que la energía eólica que podría recolectarse en las Grandes Llanuras (Texas, Kansas y Dakota del Norte, principalmente), podrían generar energía suficiente para abastecer al país entero. Del mismo modo, la instalación “off-shore” (granjas eólicas instaladas a lo largo de la costa) podría igualmente abastecer a todo el país, y cálculos realizados sobre la implantación de parques en los grandes lagos) hablan de podría generarse hasta el 80% de la energía producida anualmente por Canadá y Estados Unidos. El mayor parque eólico del mundo se encuentra en el condado de Taylor, en Texas: el centro Horse Hollow cuenta con 421 molinos de viento que generan 735 megavatios. Se planea la construcción de parques con una capacidad similar. Si existen dudas sobre ello, Victor Abate, vicepresidente de renovables de General Electric, explicaba en junio de 2008 a The Economist que está tan convencido de que en 2012 la mitad de la nueva energía generada en suelo norteamericano será eólica que está basando los planes de negocio del gigante industrial en esta arriesgada asunción. De momento, la compañía tejana T. Boone Pickens ha anunciado la construcción en este Estado de la mayor granja eólica mundial, capaz de generar 1 gigavatio de electricidad (similar a la capacidad de las plantas de generación eléctrica a partir de gas natural o carbón, las más convencionales y contaminantes), con un coste de 2.000 millones de dólares. General Electric, que espera vender turbinas por valor de 6.000 millones de euros sólo en 2008, proporcionará los aerogeneradores de la futura planta. El despertar del resto del mundo Además de Europa Occidental y Norteamérica, la energía eólica se desarrolla rápidamente en otras zonas del mundo. Los principales mercados emergentes, sobre todo los que conforman el cada vez más importante polo económico denominado BRIC (Brasil, Rusia, India y China), ya realizan fuertes inversiones en energía eólica, sobre todo en el caso de India y China. India es el cuarto país con mayor energía eólica instalada, sólo por detrás de Alemania, Estados Unidos y España. En 2007, el segundo país más poblado del mundo producía 8.000 megavatios, el 3% de toda la energía consumida por el país. El Estado indio de Tamil Nadu cuenta con varios parques eólicos, impulsados por las compañías locales Suzlon y Micon, así como por la danesa Vestas. Además de Tamil Nadu, también hay instalaciones eólicas en Maharashtra, Karnataka y Gujarat, mientras se planean nuevos proyectos en al menos otros 4 Estados indios. Partiendo de una mediocre octava posición en 2006 (sólo 2.300 MW instalados), China ya era en 2007 en quinto mayor productor de energía eólica (con más de 6.000 MW), justo por detrás de la otra gran potencia asiática, gracias a un crecimiento mucho más acelerado que el registrado en cualquier otra gran economía. En principio, el gobierno chino había establecido como objetivo producir 5 GW de energía eólica en 2010; al cumplirlo en 2007, se dobló el objetivo, hasta 10 GW en 2010. De continuar con el crecimiento mostrado hasta 2008, China podría llegar a 2010 con alrededor de 20 GW de energía eólica instalados, lo que hace peligrar el liderazgo mundial de Alemania y Estados Unidos. Las últimas predicciones hablan de que China podría ser el principal productor mundial de energía eólica ya en 2009. Por de pronto, China ha modificado el objetivo de energía eólica instalada para 2020, de unos iniciales 20 GW a un mínimo de 30 GW. Brasil muestra también un potencial eólico colosal, aunque de momento se halla retrasado con respecto a India y China. Listado de los 20 principales productores de energía eólica, en megavatios -MW- instalados (años 2005 / 2006 / 2007): Qué ocurre si el petróleo baja El petróleo ha bajado, lo que puede suponer un freno en la expansión de las renovables. A petróleo más barato, menos presión para cambiar hacia un sistema de producción energética distinto. Eric Schmidt, quien apoyó personalmente a Obama en el último tramo de la campaña, se encuentra en el equipo de transición que ayudará al presidente electo a preparar su llegada a la Casa Blanca en enero de 2009. Schmidt tendrá un papel crucial en el equipo. Ha explicado que las investigaciones llevadas a cabo por Google.org, la filial filantrópica de Google, uno de los principales inversores en “cleantech” de Estados Unidos (el segundo mayor inversor en tecnologías limpias en el tercer trimestre de 2008), corroboran que es posible disminuir drásticamente la dependencia energética de EEUU con una clara apuesta por las energías renovables. Lo que dice Schmidt, y que Obama podría escuchar atentamente (acceso a propuesta Energía Limpia 2030, de Google): Más cerca de la red eléctrica inteligente que sueña Al Gore (y Vinod Khosla) Las ideas de Eric Schmidt no difieren mucho de la imagen sobre el futuro energético de Estados Unidos explicado por Al Gore en la conferencia Web 2.0, entrevistado por el organizador del evento Tim O’Reilly y el periodista John Battelle. Gore apoya un detallado plan para el desarrollo de renovables y eliminación de la dependencia de combustibles fósiles todavía más ambicioso. El ex vicepresidente (ver fragmento de la entrevista en que habla sobre el plan energético que, según él, necesita Estados Unidos), habla de una red energética inteligente (“smart grid”) que se alimentaría de dos colosales infraestructuras de generación de renovables en el país: Lograr que colosales instalaciones eólicas sean capaces de transportar energía de un modo transcontinental es uno de los retos de la red eléctrica inteligente que envisionan no sólo Eric Schmidt y Al Gore, sino también inversores privados como Vinod Khosla, fundador de Khosla Ventures. Para Khosla, es necesario sustituir los poco eficientes y obsoletos sistemas de corriente alterna (AC) instalados en Estados Unidos y Europa a finales de la II Guerra Mundial por una nueva red interconectada que emplee corriente continua (DC). La corriente continua está mejor preparada que la alterna para transportar energía a largas distancias. Asimismo, los cables con este tipo de corriente pueden disponerse en el lecho marino sin perder energía, algo imposible con los sistemas actuales de corriente alterna, como explica The Economist. Eric Schmidt, Al Gore y Vinod Khosla trabajan vigorosamente para disminuir las emisiones de Estados Unidos, a la vez que crean oportunidades y empleo para miles de personas (millones, a largo plazo) y reducen la dependencia energética de su país, reduciendo de paso fricciones con países petrolíferos poco amigos. Pese a la crisis mundial, la victoria electoral de Barack Obama hace que las previsiones sobre las energías renovables en general, y la energía eólica en particular, sean halagüeñas, por mucho que el petróleo se encuentre en torno a los 60 dólares el barril, a menos de la mitad que hace unos meses. El potencial de crecimiento de la energía eólica nunca había sido mayor. Se abre una era de oportunidades, con el permiso de las miradas políticas cortoplacistas, el precio y las influencias (a menudo, mafiosas) de las grandes compañías petrolíferas y energéticas.