¿Qué tienen en común un arqueado puente de más de 100 metros sobre una autopista noruega emulando un diseño de Leonardo da Vinci de 1502, el yate de 50 metros de eslora Scheherazade y los aeroplanos Falco? Además de ejemplos de fina ingeniería y robustez, los tres diseños son de madera.
Cuando la madera es nutrida y recibe un cuidado acorde con sus necesidades, es capaz de mantener sus propiedades no ya durante años, sino siglos. Lo corroboran ejemplos de diseño humano como la iglesia de madera de Borgund, en Noruega, íntegramente de madera y todavía en pie… casi 1.000 años después de haber sido construida.
La madera en aplicaciones tecnológicas
La madera ha probado su valía en aplicaciones que demandan flexibilidad y resistencia. Por ejemplo, el caza más loado de la II Guerra Mundial, “la maravilla de madera” de Havilland Mosquito, de fabricación británica. Su estructura era íntegramente de madera, volaba a 640 kilómetros (400 millas) por hora, destacaba por su agilidad, debido a su estructura liviana, aunque robusta.
Además de la estructura de automóviles, aviones e hidroplanos, rifles de precisión como el Springfield M1903, usado por la infantería estadounidense desde la I Guerra Mundial a la Guerra de Corea, demostraron su durabilidad y versatilidad (como palanca, muleta, rifle de caza para veteranos y otras tantas aplicaciones).
Y qué decir del papel de la madera en la construcción naval desde mucho ante de la era de los descubrimientos hasta prácticamente el siglo XIX. En la navegación deportiva y de recreo, cuando el coste no es un obstáculo, la madera sigue siendo el material elegido por constructores y aficionados.
Diseños vivos
Los diseños de madera están vivos, como la terminología marina recoge acertadamente: se llama “obra viva” a la superficie sumergida de un navío. La obra viva puede ser mantenida, adaptada, reparada o mejorada en alta mar, lo que permitió el descubrimiento de América o la circunnavegación del globo.
La madera de calidad, adecuada para su uso en aplicaciones donde se imponen ahora materiales industriales, es cara. Asimismo, la madera se adapta peor a la producción en cadena que los derivados del plástico y las aleaciones metálicas. Motivos por los que la madera ha sido sustituida en aplicaciones que demandan un material robusto, ligero y capaz de absorber impactos.
Material adecuado y bello, pero difícil de producir en cadena
La llegada de la producción en cadena y, sobre todo, el uso de derivados del petróleo para producir polímeros de plástico robustos, resistentes e ideales para las economías de escala, transformaron industrias como la automovilística, la náutica y la aeronáutica.
Paralelamente, el uso de la madera se redujo proporcionalmente al ascenso del plástico, por su coste y demanda continua de expertos y artesanos, difíciles de formar y más caros de mantener. Una industria que depende de artesanos y expertos es más difícil de deslocalizar, ya que requiere maquinaria sofisticada y una gran inversión en el entrenamiento de trabajadores cualificados.
Incluso el sector de la construcción emplea cada vez menos madera incluso en sus elementos estructurales más nobles, debido a su coste y escasez, decantándose por polímeros de plástico, aleaciones de metal y compuestos de distintos materiales, entre ellos madera reciclada o celulosa procedente de desechos vegetales.
Reinado del acero barato, los polímeros de plástico y la fibra de carbono
Metales cada vez más baratos y ligeros, además de plásticos y fibras de carbono tan o más robustas que los metales que sustituían, apartaron a un material que ha demostrado históricamente su belleza, durabilidad y robusted, la madera, de la industria tecnológica.
La madera no es sólo un romántico material del pasado, propio de finos muebles y suelos para quienes pueden permitírselo. Las propiedades técnicas de las maderas más resistentes rivalizan con cualquier material en todo tipo de aplicaciones.
Bicicletas de madera
Por ejemplo, varias familias de madera permiten crear cuadros para bicicletas loados por corredores profesionales, ingenieros y artesanos. Eso sí, se trata de cuadros cuya producción y acabado requieren el trabajo artesanal de expertos e impiden que su labor pueda ser sustituida fácilmente.
Debido a las dificultades de los países ricos para crear y mantener puestos de trabajo cualificados y difíciles de deslocalizar, esta limitación puede ser vista más como una ventaja que como inconveniente.
Si el coste y el tiempo de fabricación no son un escollo, la madera de buena calidad trabajada por expertos mantiene su valor como material alternativo al metal y el plástico en, por ejemplo, el cuadro de una bicicleta.
El caso de Renovo
La pequeña empresa Renovo, con sede en la densa -para ser estadounidense- ciudad de Portland, Oregón, se ha especializado en fabricar y vender robustas bicicletas con diversos diseños, adecuados para la carretera, la montaña, la ciudad, la carga, etcétera.
No obstante, todos los modelos tienen un denominador común: su cuadro, cuya duración está garantizada por la compañía, es de madera noble y ha sido trabajado en el taller artesanal de la firma en Oregón, lo que hace que sus operarios no hayan sido sustituidos por el encargo de un producto similar, pero de inferior calidad a alguna empresa localizada en Asia.
“Elegimos la madera porque era el mejor material”
Renovo explica su elección y razón de ser: “no elegimos la madera porque sea algo diferente, ni siquiera por su carácter sostenibile, sino simplemente porque creemos que sus propiedades de ingeniería se adecúan mejor que cualquier otro material a los requisitos de la mayoría de los usos de una bicicletas”.
Los ingenieros de esta firma de Oregón no creen trabajar con un material de inferior calidad, menos adecuado o más frágil que las alternativas (acero, aluminio, fibra de carbono, etc.) usadas en el sector para fabricar cuadros de bicicleta.
Trabajos difíciles de deslocalizar
En Renovo reconocen, eso sí, que la madera es un material más costoso con el que trabajar. “Diseñar [con madera] es difícil porque sus propiedades varían entre especies, y trabajar con madera es exigente y difícil, de modo que la producción masiva es generalmente descartada”.
Pero, allí donde la producción es limitada y las propiedades naturales de la madera coinciden con las demandas estructurales del producto, “es un material difícil de superar”.
La bicicleta de Leonardo
Pese a que la bicicleta moderna es una invención del siglo XIX, se ha atribuido el bosquejo de un vehículo idéntico a las primeras bicicletas, incluyendo un mecanismo equivalente a los pedales, a Gian Giacomo Caprotti, discípulo de Leonardo da Vinci.
El dibujo, que conectaría las ideas de Da Vinci con la invención de la bicicleta, ha sido puesto en duda por el investigador Hans-Erhard Lessing, pese a la insistencia del lexicógrafo y filólogo Augusto Marinoni, experto en la obra de Da Vinci, sobre la veracidad y procedencia del documento.
A falta de verificar la autenticidad de la historia tras el bosquejo de la “bicicleta de Leonardo”, la invención del vehículo, que ha recuperado vigor en el siglo XXI debido a los retos poblacionales y de medio ambiente a los que se enfrentan las sociedades, se atribuye al alemán Karl von Drais, que diseñó la “laufmaschine” o máquina corredora (“draisine” en inglés, y “draisienne” en francés).
Cuando las bicicletas eran de madera
El diseño de Von Drais se comercializó en Europa y las Américas como velocípedo, sin pedales, era conocido como “caballo de recreo” o “caballo de dandies”, debido a su público objetivo, la nueva clase urbana bienestante beneficiada de los avances y espíritu renovador de la Ilustración y la Revolución Industrial.
Los velocípedos y, a partir de 1863, primeras bicicletas con pedales y otras mejoras en el diseño, incorporaron cuadros de madera reforzada, ya que su fabricación era artesanal.
No obstante, a medida que el vehículo fue perfeccionándose, la madera dejó de ser el único material empleado, como había ocurrido con la “draisine”. El cuadro, o estructura central del vehículo, continuó siendo mayoritariamente de madera.
Fabricantes y diseñadores de bicicletas con cuadro de madera, reconocen que la madera, incluso la mejor tratada y más resistente, no es la solución para todo.
Usar madera cuando tiene sentido
Según Renovo, que también fabrica las bicicletas de madera de la firma automovilística alemana Audi, “como material estructural, sabemos que la madera es tan buena para el cuadro de una bicicleta como para la estructura de aeroplanos, botes y un puñado de otras cosas”. Pero, cuando son inquiridos por clientes para crear también llantas y ruedas, manillares, horquillas y otros componentes, declinan fabricar una versión de madera, ya que cada uno de estos componentes, fabricados en madera, tendrían “inconvenientes prácticos o de ingeniería”.
El acero, el aluminio y, posteriormente, la fibra de carbono, se impusieron a la madera noble en la fabricación de cuadros de bicicleta. Si bien la composición de estos materiales apenas amortiguan la vibración molecular tras un impacto, haciéndolos más rígidos e incómodos, su resistencia, facilidad de fabricación y coste hicieron posible que la bicicleta se universalizara.
Hace poco más de un siglo, decenas de compañías se decantaban todavía por construir bicicletas con un cuadro artesanal de nogal, olmo y bambú. Por un tiempo, el bambú fue la gran esperanza de supervivencia de estas compañías: era barato de producir, abundante, fácil de transportar y, sobre todo, más ligero y tan resistente, aseguraban, como el acero.
Bicicletas de bambú
Pero en 1899, coincidiendo con la ascensión del automóvil y la motocicleta, los inversores de las pocas compañías que habían apostado por el bambú declararon sentirse engañados. Años más tarde, la madera había perdido su cuota de mercado en el sector.
No obstante, varias compañías y artesanos producen, en Norteamérica y Europa, bicicletas con cuadro de madera. El coste de estos modelos producidos en pequeñas series, si bien más elevado, se sitúa en el rango de las bicicletas con componentes de calidad, para aficionados a este medio de transporte dispuestos a apreciar el detalle, la diferencia, el detalle artesanal.
Compañías como Audi o Renovo explican que las bicicletas de madera actuales, a diferencia de los modelos de hace un siglo, sí están a la altura de las expectativas por varios motivos:
- Los adhesivos actuales unen con solvencia metal y madera, mientras los acabados no evitaban el deterioro producido por el sol, la humedad o la lluvia. Materiales y productos modernos han solucionado estos inconvenientes.
- Las compañías actuales usan maquinaria para trabajar la madera controlada por ordenador, con lo que se comprueba desde el propio diseño del molde cuál es la resistencia de la pieza.
- Hasta hace unos años, era una tarea demasiado ardua y costosa producir un cuadro de madera con un interior hueco, lo que hacía que las bicicletas de madera que no usaran bambú fueran demasiado pesadas, en comparación con los modelos de aluminio. Ahora, varias compañías producen cuadros de madera con interior hueco.
Diseñadores, fabricantes, usuarios y artesanos de bicicletas de madera destacan varias ventajas de estos modelos con respecto a sus alternativas de acero, aluminio y fibra de carbono:
- La madera absorbe la vibración mejor que sus alternativas, lo que repercute en la comodidad y dinamismo de la conducción.
- La tolerancia al estrés de las maderas más robustas y adecuadas supera al acero y el aluminio, y no está muy lejos del carbono.
- No padece la rotura a través de la propagación de grietas con la facilidad de los metales, ni tan susceptible a los golpes como el carbono.
- La madera adecuada es prácticamente tan resistente al peso como los metales.
- Cuando procede de bosques y plantaciones controladas, la madera tiene un impacto ecológico inferior a sus alternativas y su cuadro es totalmente biodegradable, si en sus acabados no se usan productos que contengan compuestos orgánicos volátiles y sustancias con una peligrosidad equiparable.
Además de los datos objetivos, hay otras ventajas potenciales de una bicicleta de madera, que equiparan el diseño de su cuadro con el valor de cualquier otra fina creación humana concebida con una madera noble trabajada con criterio.
La textura, propiedades y color de cada pieza de madera son únicas, incluso procediendo del mismo árbol. Cada cuadro es, por tanto, único, con sus marcadas peculiaridades, rememorando propiedades del diseño que evoca la simpleza rústica de la madera.
La R4 Road de Renovo es una bicicleta de carretera pensada para trayectos interurbanos donde predomine el asfalto. El cuadro es íntegramente de madera y de 8,5 kilogramos de peso (18,8 libras). No se encuentra entre los más ligeros del mercado, pero la hace suficientemente liviana para cualquier tipo de trayecto.
A diferencia de la competencia, cualquier golpe o rasguño puede ser lijado y desaparece sin dificultad. Eso sí, sólo el cuadro de madera cuesta 2.950 dólares, 2.162 euros al cambio actual.
La Giuliano es definida por su diseñador, Rafaello Ape, formado en la Universidad Politécnica de Milán, como una cómoda bicicleta urbana con lo esencial para garantizar la comodidad y el estilo, entre retro, contemporáneo y minimalista.
Para garantizar la robustez del cuadro sin sacrificar su ligereza, Ape ha usado una estructura básica interior de acero, recubierta por una fina lámina de teka. La teka, una madera tropical, quizá no sea la elección más sostenible, pero el diseñador de Inverigo ha realizado hasta ahora sólo un modelo conceptual.
3. Lagomorph Design Droolworthy
Un aura de diseño escandinavo rodea a la sobria y ligera bicicleta de carretera Droolworthy, de Lagomorph Design. La bicicleta es diseñada artesanalmente con madera de nogal e incluso la orquilla de las ruedas es confeccionada en madera.
El acabado de la madera ha sido loado por el resultado práctico y estético, lo que ha llevado a algunos críticos a hablar de la Bentley de las bicicletas. Eso sí, cuesta 6.000 dólares (4.400 euros).
La filial de gama alta de Volkswagen se decidió a comercializar bicicletas de paseo y carretera tras un acuerdo con Renovo, la pequeña empresa de Portland, Oregón, fabricante de sus propios modelos de paseo, carretera y competición, todos con marco de madera. Como los modelos de Renovo, las Audi -es el caso de la Duo City- incluyen estructura de madera noble con su interior hueco, para así reducir el peso del vehículo.
Audi destaca la comodidad de la Duo City, debido a la habilidad de la madera para absorber golpes y vibraciones. La Audi Duo City se vende por 6.530 dólares (4.800 euros), la Duo Sport por 7.350 dólares (5.400 euros), mientras la Duo Road alcanza los 7.460 dólares (5.500 euros).
5. Flat Frame Systems Wooden Bicycle
La bicicleta de madera de Flat Frame Systems tiene un cuadro con diseño aplanado, como evoca el nombre de la firma. El cuadro Zebrano ha sido confeccionado con una pasta de madera reforzada, similar al contrachapado, pero a diferencia de éste las láminas de madera son más anchas, fabricadas con haya, fresno, arce y roble.
Su diseñador, Michael Cubbage, se inspiró en un programa televisivo de su infancia, donde aparecía una motocicleta con una estructura aplanada, en lugar del las tradicionales formas redondeadas. El resultado es un sobrio y limpio diseño, con aire racional y escandinavo.
6. SplinterBike
La SplinterBike demuestra que es posible construir un vehículo usando únicamente madera capaz de codearse con diseños que usen materiales más sofisticados, tales como la fibra de carbono.
SplinterBike es una bicicleta de competición que alcanza los 50 kilómetros por hora (31 millas por hora), pese a que sus ejes, las ruedas, el engranaje, los pedales y el manillar (estos dos últimos elementos, obtenidos a partir de un palo de escoba) son íntegramente de madera.
Los británicos Michael Thompson y James Tully reconocen que lo más complicado de resolver en el diseño de esta bicicleta de 31 kilogramos fue la transmisión. ¿Cómo sustituir una cadena con madera? Su ingeniosa solución fue incluir un engranaje de 128 dientes que conecta el pedal con la rueda trasera, al modo de cualquier maquinaria clásica que convierta movimiento lineal en continuo.
Además de barata, sostenible y estéticamente agradecida, la madera de contrachapado puede ser extremadamente resistente. Al estar confeccionada por varias láminas de madera, amortigua los golpes con mayor eficacia que el resto de la madera, a su vez mucho más eficaz absorbiendo golpes que el acero, el aluminio o la fibra de carbono.
La Bonobo, firmada por el diseñador polaco afincado en Varsovia Stanilav Ploski, es una bicicleta con cuadro de contrachapado y aspecto ágil y ligero, a la vez que flexible. Su diseñador destaca, sobre todo, la comodidad del diseño, que de ser producido en serie podría ser comercializado por un precio inferior a la mayoría de sus competidoras con cuadro de madera.
A excepción del manillar; la barra del sillín; los radios de las ruedas; y el plato, piñón, cadena y pedales; la bicicleta de Jan Gunneweg es íntegramente de madera sólida.
La bicicleta tiene un asentado aspecto retro, modernizado por el diseño poco convencional de la llanta de las ruedas, que incluye un único radio de madera.
Su robustez la hacen adecuada para el paseo y entornos urbanos no demasiado densos, donde la aceleración y la maniobrabilidad sean esenciales, ya que existen otros modelos de madera más versátiles y livianos. Incluye gafas de sol con marco de madera, a juego con la bicicleta.
9. Bicicleta eléctrica de madera Fritsch-Durisotti
La Fritsch-Durisotti es un modelo poco convencional. Su diseño recuerda, en cierto modo, los primeros velocípedos de principios del siglo XIX confeccionados con madera, que carecían de pedales y dejaban al usuario la responsabilidad de desplazarse, deslizando los pies en el suelo al modo de los patines.
La bicicleta Fritsch-Durisotti recupera este espíritu y carece de pedales, recuperando espacio central para colocar los pies, al modo de patines y vehículos personales tan contemporáneos como el Segway.
Y, como el Segway y sus competidores conceptuales, la bicicleta con marco de madera Fritsch-Durisotti incorpora motor eléctrico, lo que facilita cualquier desplazamiento corto por el barrio, cualquier recado a la tienda, el médico o el centro de estudios, etcétera.
Precisamente, el tipo de desplazamiento que gobiernos y expertos recomiendan a los usuarios ahorrar, ya que cuando son realizados en coche contribuyen a la obesidad, además de constituir un gasto superfluo de gasolina (y, consecuentemente, un problema para el medio ambiente y la economía familiar).
10. Renovo Pandurban Commuter (P1)
La Pandurban Commuter P1 de Renovo convenció a Audi que podían confiar en la empresa con sede en Portland, Oregón.
El fabricante alemán no se habría arriesgado a asociar su marca a bicicletas poco solventes. La Pandurban Commuter es un modelo de paseo con diseño asentado e impecable, entre clásico y ligeramente deportivo.
Su cuadro, de madera noble hueca, es ligero, estético y cómodo, al amortiguar los golpes con mayor solvencia que otros materiales. Por un precio inferior a los modelos Audi, se obtiene un medio de transporte con la misma garantía y calidad.