No hace falta contar con grandes conocimientos para hacer nuestro propio yogur, ni siquiera disponer de mucho tiempo libre. El kéfir de leche, que puede ser edulcorado con azúcar, fruta o miel, es un alimento cremoso parecido al yogur líquido que, gracias a su componente de bacterias probióticas y levaduras, ayuda a regenerar la flora intestinal.
El consultor residente en Barcelona José Antonio Hernández, consumidor junto con su familia de kéfir de leche durante los últimos años, explica lo poco necesario para elaborar kéfir propio en casa.
Basta con adquirir un puñado de nódulos de kéfir (a través de un amigo, tiendas especializadas, sitios web con listas locales de consumidores del producto) y mezclarlo con leche para poder regenerarlo indefinidamente, sin necesidad de mayor inversión que la leche que añadamos periódicamente.
Las bifidobacterias presentes en el kéfir de leche promueven la proliferación de componentes químicos esenciales y regeneran la flora intestinal, así como reducir los niveles de colesterol “malo”, o LDL.
Por sus propiedades, el kéfir ayuda en el trabajo digestivo y, como el yogur, contiene lactasa http://es.wikipedia.org/wiki/Lactasa, la encima que descompone la lactosa, azúcar dominante en la leche. Se ha comprobado, asimismo, que el kéfir de leche reduce en un 70% los problemas digestivos derivados de ingerir lactosa entre aquellas personas que presentan intolerancia a este azúcar.
El kéfir también puede ingerirse como yogur líquido, acompañarse con todo tipo de cereales o preparados como la granola o, incluso, puede usarse para elaborar un alimento lácteo con una textura más sólida, el quesillo (similar al requesón, el queso de Burgos o el mascarpone).
Es fácil de elaborar, gratuito, se confecciona sin esfuerzo, se regenera como cualquier otra levadura y tiene innegables propiedades culinarias, así como beneficios directos sobre la salud.