Barcelona Forever es un proyecto con una potente poética en torno al uso y obsolescencia de los objetos y el mobiliario cotidianos.
La firma Mette Bak Andersen Studio es capaz de crear un espacio completo sólo con cosas que han sido desechadas en las calles de Barcelona, pintadas todas ellas de blanco.
Se trata de una búsqueda del porqué de tirar objetos que funcionan perfectamente, además de una declaración de principios básicos sobre el sentido común humano y el buen gusto: es posible decorar un espacio con una lámpara de los 60 del siglo pasado, que puede encajar junto a una silla de los años 30, a su vez colocada al lado de una mesa contemporánea.