Son mucho más que un portátil pequeño, barato y con acabados pobres. Más eficientes que los ordenadores convencionales y a menudo con Linux, son un acceso liviano a las aplicaciones web.
Los netbook, pequeños ordenadores portátiles con pantallas comprendidas entre las 7 y las 12 pulgadas, abundan cada vez más en salas de espera de aeropuertos, clases universitarias, ruedas de prensa, ferias y convenciones profesionales.
Los portátiles más pequeños han convertido sus limitaciones en una razón para aumentar sus ventas: son equipos con una capacidad de proceso limitada, que facilita un menor consumo energético y una mayor duración de la batería. Además de un precio más reducido.
¿Más sostenibles que los portátiles convencionales?
Celeste LeCompte argumenta en GigaOM por qué estos pequeños aparatos son supuestamente más verdes.
La gran mayoría de modelos, dice LeCompte, incluye el procesador de bajo consumo Atom, catalogado como muy eficiente por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y listado con la etiqueta Energy Star.
Los Atom necesitan menos energía para no recalentarse (Thermal Design Power, TDP): llegan a un TDP máximo de 2,5 vatios, por un máximo de 65 vatios en los procesadores Core 2 Duo. Los nuevos Atom, a la venta en 2009, llegan con un TDP de 1 vatio.
Asimismo, una mayor eficiencia energética de los netbook se traduce, según LeCompte, en otras ventajas: menor peso de la batería y del resto del equipo, lo que reduce la energía necesaria para fabricar, empaquetar y enviar cada unidad a las tiendas (es el concepto “embodied energy”, o energía gris).
Ello ayuda a los fabricantes con estándares medioambientales como el programa EPEAT, en Estados Unidos, que califica a cada producto en función de un baremo medioambiental.
Los modelos Lenovo ThinkPad SL400 y SL500, así como la serie N de Asus, tienen la certificación EPEAT Gold (mejor puntuación posible), mientras el HP Mini-note atesora una certificación EPEAT Silver.
Certificaciones como la propia EPEAT o la directiva europea sobre sustancias peligrosas (RoHS), de obligatorio cumplimiento para quienes quieran vender sus productos eléctricos y electrónicos en la UE, ha provocado que Lenovo y Fujitsu vendan netbook sin materiales potencialmente perjudiciales para la salud o el medio ambiente.
Pero, según LeCompte, la característica más sostenible de los netbook estriba en el concepto: no ofrecen un gran rendimiento, sino una orientación al uso de Internet y un puñado de aplicaciones. La estrella no es la fuerza bruta del equipo, sino su transparente mediación entre usuario y tarea.
Por primera vez, para muchos usuarios mejor no equivale a más rápido, más grande, más potente, más sofisticado.
Netbook: más que un teléfono, menos que un portátil
El término ha agradado tanto a prensa especializada y usuarios que, desde abril de 2008, designa a una categoría consolidada dentro del mercado informático, que cubre el vacío existente entre los teléfonos inteligentes (iPhone y competidores) y los ordenadores ultraportátiles (generalmente con mayores prestaciones).
No todo el mundo se pone de acuerdo acerca de qué es un netbook y qué un mero ordenador con un tamaño mínimo o ultraportátil, un año después de que Intel usara por primera vez el nuevo calificativo.
Intel empezó a usar el término en abril de 2008 para designar a una categoría de portátiles, ya que los netbook (pequeños, habitualmente baratos, sin unidad óptica, con poca capacidad de proceso y almacenamiento), son usados casi exclusivamente para trabajar con Internet.
Pero estas aparentes limitaciones, que permiten reducir el precio de los equipos, no impiden trabajar con programas que funcionan en el navegador y almacenan la información del usuario en la propia Red.
Pese a las limitaciones técnicas, los también llamados subportátiles (del inglés “subnotebook”), incorporan versiones completas de sistemas operativos de escritorio, tales como Windows o Linux, en lugar de sistemas específicos para dispositivos móviles (iPhone OS, Blackberry OS, Windows Mobile, Linux -Android y otras distribuciones-, o Palm OS).
Netbook y ultraportátiles
Pero la frontera entre los netbook con mayores prestaciones y los ultraportátiles es tan difusa como la definición de ambos tipos de ordenador.
Por ejemplo, Sony aprovechó la celebración de la feria de informática Consumer Electronics Show (CES) en Las Vegas para presentar oficialmente, tras una campaña de marketing viral, el Vaio P, un diminuto portátil con pantalla panorámica y un extensivo teclado.
La marca, que no pasa por uno de sus mejores momentos (con pérdidas económicas y, peor aún, de prestigio entre sus usuarios potenciales), reitera desde la presentación del producto en la edición de CES de enero de 2009 que el Vaio P no es un netbook, sino un portátil en toda regla, aunque diminuto.
Ante la insistencia de Sony en definir a su manera la naturaleza del Vaio P, Charlie Sorrel intentaba explicar por qué este producto no es un netbook:
- El P usa un procesador algo más pequeño que los Intel Atom integrados en los últimos netbook: 1,33 GHz, en lugar de 1,6 GHz.
- El teclado define el diseño alargado del portátil de Sony. La marca ha intentado incluir un teclado espacioso e íntegramente funcional, para lograr una escritura confortable.
- La pantalla, de sólo 8 pulgadas incluye una resolución de 1600×768 (muy superior a los 1024×600 píxeles que se usan en los netbook convencionales).
- Puertos: para evitar que los puertos ocupen más espacio del necesario, el Vaio P incluye un adaptador de pantalla externa y conexión a redes Ethernet en una misma ranura, a la que se conecta un adaptador.
- Diferencia fundamental: Sony tiene una razón para insistir en que el P, cuya publicidad incluye a jóvenes profesionales introduciéndose el aparato en el bolsillo, no es un netbook. El equipo se vende a partir de 900 dólares en Estados Unidos, y 999 euros en Europa.
Con sólo 620 gramos de peso, teclado pensado para el uso intensivo y otras especificaciones situadas entre un ordenador ultraportátil y los netbook convencionales, el Vaio P quizá no sea comercializado bajo este término, pero comparte la mayoría de características de estos nuevos aparatos, que se convirtieron en los dispositivos informáticos más vendidos de los últimos meses de 2008, incluida la campaña navideña.
Seguramente, a Sony le agrada mucho más la denominación portátil ultraligero.
Marcas como Asus, MCI, Acer, HP, Lenovo, LG, Samsung, Toshiba, VIA, Intel, OLPC o la española Airis no caen en el equívoco de Sony y esperan haber vendido más de 50 millones de subportátiles en 2011.
Entonces, ¿qué es un netbook?
Fabricantes y usuarios parecen de acuerdo en definir un netbook como un ordenador portátil pequeño, barato y con suficientes prestaciones como para trabajar con aplicaciones que residen en el navegador de Internet.
Para los analistas, la principal razón del éxito de los subportátiles es la llegada de las aplicaciones web y la popularización de las redes inalámbricas, que permiten un rápido y sencillo acceso a la Red en cualquier lugar.
Se ha consolidado la llamada computación en nube (cloud computing), programas que permiten trabajar desde el navegador y guardar la información en aplicaciones que residen en Internet y no en el disco duro del propio ordenador.
Un creciente número de usuarios realiza las principales tareas ofimáticas (edición de textos e imágenes, hojas de cálculo, presentaciones, correo electrónico, mensajería) y de ocio (redes sociales, visionado y gestión de vídeos, fotografía, música, etc.) a través de su navegador.
No es casualidad que la eclosión de la computación en nube y los servicios de la Web 2.0 coincida cronológicamente con el renacimiento de la guerra de los navegadores (“browser wars“).
Tras la polémica conquista de este mercado por Microsoft con Internet Explorer en detrimento de Netscape Navigator, la batalla revive de nuevo con la competencia de varios actores: Firefox (Fundación Mozilla), Safari (Apple), Opera (Opera Software, única alternativa europea de peso) y, desde mediados de 2008, Google Chrome.
La ya conocida como II Guerra de los Navegadores es el punto de partida de una batalla estratégica por el control del centro de acción informática del futuro: el programa que usamos como interfaz para acceder a las aplicaciones de Internet.
Los netbook son otra consecuencia comercial de esta transformación de la industria.
El software se convierte en servicio al que se accede y no es necesario descargar y usar en local. La información se almacena de manera permanente en servidores de Internet accesible desde cualquier lugar y con dispositivos que sólo necesitan manejar la caché temporal de los servicios del usuario, en lugar de manejar pesados programas instalados en el disco duro.
El éxito de los netbook no se entiende sin este cambio de paradigma: los programas y contenidos de muchos usuarios se han trasladado a la Red y, como consecuencia, tanto teléfonos inteligentes como ordenadores con modestas prestaciones son suficientes para realizar cualquier tarea básica.
De ordenador para pioneros a segundo equipo
Michael Copeland explicaba en Fortune en octubre de 2008 a qué se debía el inesperado éxito de los pequeños portátiles comercializados como netbook.
“Como suele ocurrir en tecnología -decía Copeland-, los usuarios pioneros [“early adopters“] fueron los primeros en reconocer el potencial de los Eee PC cuando llegaron a Estados Unidos en la segunda mitad de 2007. Parte de este interés se debía al sistema operativo Linux (ahora existen versiones Windows), pero como con el resto de la tecnología, fue la novedad la que acabó atrayendo a compradores”.
“Lo que ha ocurrido a continuación [tras el éxito comercial entre los pioneros] fue lo que Asus había esperado: adolescentes, mamás y personas en busca de un segundo ordenador están comprando estos equipos”.
Los netbook se inspiraron en el ordenador XO que la organización sin ánimo de lucro bostoniana One Laptop Per Child (OLPC) desarrolló para los niños de los países pobres.
También ayudó el desarrollo de potentes procesadores diseñados para pequeños dispositivos -primero de Transmeta, luego de Intel-, que creó los eficientes procesadores Atom asustada por la apuesta -finalmente fallida- de la primera.
Tampoco hay que olvidar el esfuerzo de Mark Anderson, de la publicación tecnológica en forma de newsletter Strategic News Service. Ya en 1997, Anderson urgió a los principales fabricantes informáticos a crear una nueva generación de dispositivos para los países emergentes.
Se trataba de crear dispositivos estables, duraderos, portátiles, económicos y con el tamaño y peso adecuados. Anderson pensó en el Carry Along PC, un ordenador con una pantalla de unas 9 pulgadas y alrededor de 1 kilogramo (2 libras) de peso.
Nicholas Negroponte retomó más tarde la idea para desarrollar el ordenador para los niños de países en desarrollo: el XO-1 de OLPC.
Tras el éxito mediático del proyecto de Negroponte, antiguo director del Laboratorio de Medios (Media Lab) del MIT y uno de los fundadores de la revista Wired, el fabricante Asus lanzó en 2007 el primer Eee PC (Linux, 900 gramos de peso, pantalla de 7 pulgadas, teclado completo y capacidad para funcionar con distintos sistemas operativos simultáneamente).
Hardware y software
A pesar que las prestaciones de los netbook continúan evolucionando, un artículo de Fortune de finales de 2008 sugiere, como componentes estándar, una pantalla de 9 pulgadas, conectividad inalámbrica, Windows XP o Linux como sistema operativo, procesador Intel Atom y un peso inferior a 1,4 kilogramos (3 libras). Todo con un coste inferior a 400 dólares.
Comparación de distintos modelos de netbook:
El creciente poder de Linux
Varios modelos netbook incluyen alguna distribución de Linux, una tendencia tan creciente que Microsoft se ha esforzado en introducir su Windows XP en estos modelos, además de lanzar mucho antes de lo esperado una versión beta, con descarga gratuita, de Windows 7, una versión menos intrusiva y, sobre todo, más eficiente y liviana de Windows Vista.
Windows 7 permitiría a Windows, según previsiones de la marca, recuperar a los usuarios que se han mostrado profundamente contrariados e incluso reticentes a migrar desde Windows XP a Vista.
Los principales fabricantes de netbook optan mayoritariamente por Windows XP, aunque también incluyen diversas distribuciones de Linux de serie, la mayoría indicadas para trabajar con escasos recursos de memoria y espacio en disco: Linpus, Mandriva, Debian, gOS Rocket, Xandros, Knoppix, Suse y Fedora, además de Ubuntu, la distribución más popular (ver relación de sistemas operativos incluidos de serie en los netbook más populares).
La mayor parte de versiones de Linux son gratuitas y pueden instalarse a posteriori, de modo que el sistema operativo incluido por defecto en un equipo puede ser sustituido por el usuario en cualquier momento.
Ubuntu, la distribución más popular y sencilla de emplear para el usuario no experto, es en buena parte responsable de que Linux haya llegado finalmente al público de todo el mundo.
La creciente popularidad de Ubuntu ha llevado a esta distribución, creada por la firma Canonical del millonario surafricano Mark Shuttleworth, a traspasar, como en el caso de los netbook, la barrera de los usuarios pioneros y crece entre usuarios informáticos habituales, muchos de ellos sin un conocimiento técnico superior al necesario para emplear Windows Vista, Windows 7 o Mac OS X.
The New York Times ya habla de un populista del software que no se conforma con Windows, en referencia clara al emprendedor Shuttleworth. El diario estima que a principios de 2009 existen 10 millones de usuarios de Ubuntu. Y existen más distribuciones de Linux.
Punto de inflexión para la informática, ya seas usuario, industria o ambas cosas
La nube computacional ha sido el detonante del punto de inflexión en que nos encontramos: una nueva guerra por el control de los navegadores, ascenso de hardware económico centrado en el uso de Internet, popularización del software libre y las distribuciones de Linux menos elitistas.
Quizá, sólo quizá, este nuevo punto de partida sirva para que la alfabetización informática del resto de la humanidad se lleve a cabo con nuevo modelo informático: ordenadores baratos y, sobre todo, respetuosos con la energía que consumen, nuestra salud y el medio ambiente; productos de software gratuitos que sólo cuestan dinero cuando optamos por un soporte personalizado; y una ventana más transparente, con menos músculo y testosterona, hacia las oportunidades de Internet.