La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, fue debatida en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992 y adoptada en mismo año en Nueva York.
La UNFCCC, en vigor desde 1994, pretende reforzar la conciencia pública mundial de los problemas relacionados con el cambio climático.
En 1997, los gobiernos acordaron incorporar una adición al tratado, conocida como Protocolo de Kioto, que incluye medidas más enérgicas, concretas y jurídicamente vinculantes de lucha contra el cambio climático.
Asimismo, desde 1988, un Grupo Intergubernamental Sobre el Cambio Climático (IPCC) ha examinado las investigaciones científicas y ofrecido a los gobiernos resúmenes y asesoramiento sobre los problemas climáticos.
El objetivo de la UNFCCC es lograr la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera:
- A un nivel que impida daños peligrosos en el sistema climático.
- En un plazo que permita a los ecosistemas adaptarse de la manera menos traumática a un cambio climático que ya puede constatarse y cuantificarse.
- Asegurando que la producción de alimentos no se vea amenazada.
- Permitiendo que el desarrollo económico prosiga de manera sostenible.
Las bases del Convenio
La Convención Marco sobre el Cambio Climático “establece una estructura general para los esfuerzos intergubernamentales encaminados a resolver el desafío del cambio climático”, como asegura la página oficial de la Convención.
También reconoce que el sistema climático es un recurso compartido cuya estabilidad puede verse afectada por actividades industriales y de otro tipo que emiten dióxido de carbono y otros gases que retienen el calor.
En virtud del Convenio, los gobiernos:
- Compilan y comparten información sobre las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Emprenden estrategias nacionales para abordar el problema de las emisiones de gases y adaptarse a los efectos previstos.
- Cooperan para prepararse y adaptarse a los efectos del cambio climático.
El texto de la Convención se abrió a la firma en Río de Janeiro en 1992. Un año después, el texto había recibido 166 firmas.
Los Estados que no han firmado siquiera la Convención (no ya las medidas de actuación de reducción de emisiones vinculantes establecidas en el Tratado de Kioto) pueden acceder a ella en cualquier momento.
Los firmantes
Los firmantes de la Convención se dividen en tres grupos:
- Grupo de países del Anexo I: países industrializados. Estos países (con la salvedad de Estados Unidos y Australia, que no han ratificado el Protocolo de Kioto) acceden a reducir sus emisiones por debajo de las realizadas en 1990. Si no pueden llevarlo a cabo, deben comprar créditos de emisión o invertir en medidas de conservación.
- Anexo II: países desarrollados que pagan, a modo voluntario, para que los países en desarrollo reduzcan sus emisiones.
- Grupo de países en desarrollo, que no deben cumplir con estos objetivos de reducción de emisiones.
Qué se puede hacer
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático establece varios campos de actuación para reducir las consecuencias de un cambio climático ya irreversible. Entre las medidas, destacan:
- Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, punto desarrollado en el Tratado de Kioto.
- Ampliar la superficie forestal y proteger la superficie existente.
- Cambiar los estilos de vida y las normas que los provocan.
- Medidas de adaptación para afrontar los cambios ya inevitables.
Las culturas y los hábitos de millones de personas -en particular, si derrochan energía o la utilizan con eficiencia- tienen importantes repercusiones en el cambio climático.
Lo mismo cabe decir de las políticas y reglamentos gubernamentales.