No era un sueño: 20 empresas europeas invertirán 400.000 millones de euros (553.000 millones de dólares) para construir plantas solares con capacidad para suplir una quinta parte de las necesidades energéticas europeas. El proyecto ha sido bautizado como Desertec.
El brillante futuro de la energía solar térmica o de concentración, que cuenta con más de 50 proyectos en marcha sólo en España, que planea obtener 2 GW de electricidad (energía equivalente a la producida por dos plantas de generación eléctrica convencionales) en 2015, recibiría su impulso definitivo con el proyecto Desertec.
La conveniencia de los concentradores solares
Un consorcio público-privado liderado por empresas alemanas, aunque con presencia del think tank Club de Roma y firmas del resto de Europa, planea hacer realidad un sueño: instalar suficientes centrales térmicas solares en el Magreb como para proveer a Europa con el 15% de sus necesidades energéticas a medio plazo, así como para propulsar una red de plantas potabilizadoras de agua marina.
El semanario alemán Der Spiegel ha publicado hoy detalles del proyecto, adelantado por el periódico Süddeutsche Zeitung: se trata de un plan internacional que pretende erigir gigantescas centrales térmicas solares, más económicas y sencillas de mantener que las centrales que emplean paneles fotovoltaicos.
Desertec: un “Green New Deal” energético para Europa
Las líneas maestras del proyecto (explicada en este documento en castellano) ya habrían sido desarrolladas por un grupo de científicos y políticos europeos, miembros de la asociación Cooperación Transmediterránea sobre Energías Renovables (TREC en sus siglas en inglés).
Ya en 2004, se apuntaba hacia las oportunidades de negocio y cooperación, tanto para Europa como para el Magreb, de llevarse a cabo una cooperación transmediterránea en la construcción de plantas solares.
No en vano, TREC fue fundada en 2003 y constituye una iniciativa de la representación política y empresarial alemana en el Club de Roma. El impulso de Desertec daría sentido al trabajo realizado por el Club de Roma y TREC para que la Unión Europea supla buena parte de sus necesidades energéticas con energías renovables.
A finales de mayo de este año, Greenpeace presentaba un estudio sobre las posibilidades de la tecnología de concentradores solares (energía solar térmica a gran escala) en todo el mundo (Global Concentrating Solar Power Outlook 2009).
El estudio, que menciono en la anterior entrada de este blog (El brillante futuro de la energía solar térmica), explica cómo la energía solar térmica puede crear 90.000 puestos de trabajo antes de 2015 y producir el 7% de las necesidades energéticas del mundo en 2030, mientras que lograría copar hasta el 25% de la energía que el mundo necesitará en 2050.
Un sueño que sólo requiere voluntad política y empresarial
A diferencia de la energía fotovoltaica, que disminuye su rendimiento con el exceso de calor, la energía solar térmica aumenta la producción energética no sólo con la fuerza de los rayos solares que inciden sobre un conjunto de espejos, sino con el calor concentrado en el ambiente.
Las centrales térmicas solares que más energía producen en la actualidad convierten el calor en vapor que es empleado más tarde para mover generadores, que lo transforman en electricidad.
Una gran infraestructura solar térmica en un lugar tan árido como el Sáhara no sólo no presentaría dificultades técnicas, sino que multiplicaría la capacidad de generación energética de las centrales térmicas solares que se erigieran en el norte de África y Asia Menor.
Si el Magreb presenta una oportunidad preclara para la generación eléctrica a partir de la tecnología solar térmica, ¿qué ha impedido hasta el momento su desarrollo? No existe una única respuesta, aunque desde TREC y el Club de Roma se apunta a los principales causantes de la inacción europea ante esta oportunidad: el riesgo de inestabilidad política y ataques terroristas en varias de las localizaciones que parecen más adecuadas; y la falta de liderazgo político y empresarial mientras el petróleo seguía siendo barato y la concienciación sobre el cambio climático todavía no había calado entre la sociedad europea.
Energía solar térmica en el Sáhara: potencial global
Un gráfico explicativo publicado por Der Spiegel, a partir de información proporcionada por Desertec, no deja lugar a dudas sobre la conveniencia de emprender un proyecto de estas características.
En el gráfico aparecen tres recuadros situados en el desierto del Sáhara, junto a la frontera entre Argelia y Libia; el recuadro más grande tiene el tamaño de Austria; el segundo recuadro sería algo mayor que el de la provincia de Barcelona; mientras que el recuadro más pequeño equivaldría a la extensión de una comarca española de tamaño medio.
Instalando la superficie equivalente a cada una de las zonas delimitadas por los recuadros con centrales térmicas solares:
- El recuadro mayor podría producir suficiente energía para suplir energéticamente… A todo el mundo.
- El segundo recuadro proporcionaría a la Unión Europea toda la energía que necesita.
- La superficie señalada más pequeña serviría para copar las necesidades de Alemania, principal economía europea.
Desertec explica el potencial y las implicaciones de crear una red eléctrica inteligente (“smart grid”) capaz de conectar grandes parques de energías limpias en el norte de áfrica con diferentes puntos de la red energética europea.
De llevarse a cabo, el proyecto supondría una oportunidad de desarrollo para el Magreb; para la Unión Europea, Desertec es un modo de obtener energías limpias a un precio similar o inferior al carbón y el gas natural, empleados masivamente en la co-generación energética.
Quién hay detrás de Desertec
Desertec todavía no ha desvelado todas las empresas y organizaciones que conforman el consorcio para instalar la red de centrales térmicas solares en el Sáhara, aunque Der Spiegel y Süddeutsche Zeitung adelantan la presencia de Munich Re, RWE, Siemens, y Deutsche Bank. El encuentro que la fundación Desertec ha planeado para el 13 de julio servirá para desvelar todos los socios del proyecto y su papel en éste.
Torsten Jeworrek, directivo de Munich Re, cree que la iniciativa “dispondrá de planes concretos en un período de entre dos y tres años” y estará preparada para enviar la energía generada a Europa en menos de una década. La iniciativa promete, según Jeworrek, ser el proyecto de energías renovables más grande del mundo.
Si el proyecto no sufre retrasos importantes, la capacidad energética de la instalación de centrales térmicas solares en pleno Sáhara permite soñar a Europa con un horizonte energético que suprima el uso del carbón y el gas natural para la generación eléctrica, lo que reduciría drásticamente las emisiones de CO2 de la UE en su conjunto.
Miopía histórica ante el potencial energético del sol
Gerhard Knies, científico de la asociación paneuropea TREC, impulsora del proyecto Desertec, lo explica con contundencia “los desiertos reciben en 6 horas más energía del sol que la que la humanidad consume en un año”.
La inversión de 400.000 millones de euros para construir centrales térmicas solares en el Magreb forma parte de un proyecto más amplio concebido por TREC, consistente en crear una vasta red de plantas de producción de energías renovables a lo largo de todo el norte africano y Asia Menor que generaría empleos y riqueza a ambos lados del Mediterráneo, con beneficios y estabilidad económica (que contribuye a la estabilidad social y política) en los países árabes más cercanos a Europa.
Además de centrales térmicas, se construirían parques eólicos, centrales hidráulicas, centrales de biomasa e instalaciones de energía geotérmica.
¿Para qué sirve la Unión para el Mediterráneo?
Por su situación estratégica, España e Italia son las puertas naturales para la llegada a Europa de toda la energía renovable que Desertec generaría en el Magreb.
Aumentarían las oportunidades de crear trabajos “de cuello verde”, o aquellos relacionados con las energías renovables en particular y las tecnologías sostenibles en general, así como las oportunidades de cooperación entre ambas orillas.
La Unión del Mediterráneo, organización con sede en Barcelona con el ánimo de funcionar como interlocutor político, cultural y económico entre la UE y los países árabes de la orilla sur del Mare Nostrum, podría contribuir a hacer realidad Desertec.
La diplomacia española haría bien en estudiar detenidamente los planes impulsados por TREC y el Club de Roma.