Una de las fronteras en arquitectura es la capacidad de desplegar un habitáculo completo (por tanto, un objeto tridimensional capaz de guarecernos) a partir de una estructura plana o bidimensional.
El origami logra crear objetos complejos a partir de una sola hoja de papel y la única asistencia de una estrategia de doblado de este objeto bidimensional. ¿Puede el origami aplicarse a la arquitectura, más allá de los modelos de papel a pequeña escala que combinan origami canónico (modelos a partir del doblado de una única hoja de papel) y técnicas de recorte de papel que no requieren pegamento (kirigami)?
Hace cinco años pudimos visitar a un amigo que ha convertido su afición a construir pequeños y baratos habitáculos, desde una caravana para bicis a un pequeño bote motorizado artesanal, pasando por refugios mínimos para dormir durante su trayecto a Burning Man: Paul Elkins.
Durante nuestra visita, Elkins, un ingeniero retirado de la compañía aeronáutica Boeing que dejó la construcción de fuselajes por el diseño DIY, nos confesó una de sus últimas fascinaciones: por aquel entonces se había aficionado a comprar comida para llevar de un restaurante asiático cercano a su casa en una colina rural entre Seattle y la frontera con Canadá, y su plato. preferido, una sopa caliente con todo tipo de condimentos llegaba en un envoltorio de papel.
Recibir comida para llevar y pensar en una barca
Lo curioso o más bien chocante para Elkins era el hecho de que ese recipiente improvisado (un objeto tridimensional que debía cumplir estrictamente con el requisito de servir comida líquida y caliente y aguantar un arduo trayecto entre el restaurante y el destinatario) había sido creado con una hoja plastificada con la ayuda de meros pliegues y sin ayuda de anillas de goma, pinzas ni cualquier otra astucia.
Fue entonces cuando Elkins se puso manos a la obra y comprendió que su vieja intuición de ingeniero, según la cual la tradición japonesa del origami escondía un potencial incuestionable para campos como el diseño industrial y la arquitectura de emergencia, estaba lista para materializarse.
Con el espíritu de inventor polímata que le caracteriza, Elkins aplicó a la inversa el principio del recipiente creado a partir de una hoja de papel plastificado para contener líquidos, y se demandó si podía hallar un material suficientemente flexible y a la vez resistente como para flotar y albergar a un adulto en un estado de estanqueidad sin necesidad de otra técnica que el mero doblado del material: fue así como surgió la barca de Paul Elkins, lograda con un polímero de plástico comprado en la tienda de bricolaje local y creada con un coste irrisorio.
Elkins no es el único genuinamente interesado con aplicar técnicas de origami para crear estructuras tridimensionales complejas a partir de materiales planos suficientemente flexibles y resistentes como para permitir un doblado que se inspira tanto en el origami como en fórmulas matemáticas.
El sueño de un habitáculo desplegable
Otro viejo conocido, el profesor y emprendedor tejano Jeff Wilson, conocido como «Professor Dumpster» (debido al proyecto homónimo de concienciación sobre acceso a la vivienda y precariedad de poblaciones en exclusión) y creador de Kasita (vídeo), un modelo modernista de tiny house que quiso producir en serie, muestra interés en el secreto estructural del origami a través de su nueva empresa: Jupe.
Con el lema de «Just add land» (simplemente añade un terreno) y un modelo de marketing y ventas inspirado en las presentaciones, pedido personalizado y posibilidad de «encargar» (previo pago de un adelanto) en empresas como Tesla, Jupe es un habitáculo transportable de alta gama para instalar sin quebraderos de cabeza en un terreno o en el patio trasero de una vivienda con terreno. El habitáculo puede funcionar tanto de manera autónoma («off-grid») como conectarse a la red de manera sencilla.
Jupe se centra tanto en la experiencia del usuario como en el diseño de producto de firmas de bienes físicos que han inspirado su modelo en empresas tecnológicas como Apple, pionera en un marketing de marca indisoluble de su aplicación práctica. Más allá de las principales críticas recibidas por quienes creen que su diseño es demasiado alienante o atrevido, o simplemente demasiado caro, Jupe es una «vivienda» al estilo «glamping» que se despliega con la espectacular sencillez del origami.
A diferencia de Kasita, el anterior proyecto de Wilson, Jupe ha creado un habitáculo y lo comercializa como un bien más próximo a un automóvil que como una casa miniaturizada, con un rasgo de ingeniería que se convierte en su detalle de marca y prácticamente razón de ser: la capacidad para convertir un paquete bidimiensional en un sofisticado refugio tridimensional gracias a un despliegue inspirado en el origami.
Aplicar principios del origami a la arquitectura
Pese a la sencillez del concepto, el interior del habitáculo ha sido concebido concienzudamente, en la línea del interiorismo de los vehículos recreativos de alta gama y las casas de «glamping» más sofisticadas y futuristas. Pero las aplicaciones del modelo de la marca (de «flat-pack» a vivienda en un instante) van más allá y podrían extenderse a usos humanitarios o de emergencia, tales como hospitales de campaña inspirados en la misma transición desde estructura plana colapsada a edificio capaz de desplegarse en un instante.
Tanto el modelo comercial de Jupe como sus diseños conceptuales, entre ellos las unidades hospitalarias de campaña diseñadas en el contexto de la pandemia de coronavirus (Jupe Plus, una UCI «ligera» de emergenca; Jupe Care, una unidad de recuperación para pacientes no críticos con necesidad de cuidados intensivos; y Jupe Rest para el descanso in situ del equipo médico), concentran todos los servicios del habitáculo en la base.
Esta plataforma se comprime en paquete plano («flat-pack»), para después encontrar su lugar en la estructura una vez desplegada, un concepto que nos recuerda modelos transformables propios de series de manga y ciencia ficción.
Entre las ventajas del modelo, destacan tanto la facilidad y rapidez de montaje como su transportabilidad: según la información facilitada por la compañía californiana, el empaquetado plano de estos habitáculos desplegables es tan compacto y ligero que una camioneta pick-up con remolque plano de 12 metros (el estándar estadounidense de 40 pies) podría transportar en un solo viaje 24 unidades hospitalarias, o 500.000 en un único barco de mercancías.
Las posibilidades de escalabilidad del modelo comercial y sus versiones conceptuales son, por tanto, ambiciosas y están atentas a las economías de escala.
Estructuras inflables con pliegues de origami
La sencilla flexibilidad del origami no inspira sólo artilugios que se despliegan desde un plano bidimensional para lograr su tridimensionalidad en el mundo DIY (es el caso del bote de Paul Elkins) o la empresa privada: el mundo académico explora el uso potencial de diseños desplegables con técnicas que recuerdan el origami para su futura aplicación en viviendas de emergencia, habitáculos en contextos bélicos o incluso en un urbanismo posible para otros planetas.
La escuela de ingeniería y ciencias aplicadas John A. Paulson, en Harvard, ha desarrollado varias estructuras inflables desplegables; sin embargo, muchas de estas estructuras han sido diseñadas para mantenerse desplegadas en un contexto de presurización y requieren presión constante para mantenerse estables, lo que podría producir problemas o colapsos eventuales sobre los pliegues de origami de su tejido y armazón.
Con ayuda de un material suficientemente flexible y resistente, así como la combinación de principios geométricos básicos para, mediante la combinación de triángulos, una estructura puede desplegarse, adaptarse a distintas formas o configuraciones, o volver a su estado plegado para facilitar su transporte.
Los habitáculos conceptuales de Harvard parten de una exploración intensiva que originó un artículo científico publicado en Nature: Estructuras de origami multiestables e inflables a escala métrica. El artículo especifica varias formas geométricas surgidas del origami tradicional que se comportan de manera estable en al menos dos modos, uno bidimensional y otro «desplegado» o tridimensional, y que pueden adaptarse al diseño industrial o la arquitectura.
Futuro asegurado para las mejores ideas ancestrales
Otros ámbitos donde interesa la estructura angular y geométrica del origami son el del mobiliario, tanto el informal/comercial (a menudo realizado con cartón, como la creada por Zach Rothholz en New Haven, Connecticut (vídeo de su firma de diseño, Chairigami), como el conceptual, con vistas a aplicaciones en zonas de emergencia o la exploración espacial.
Una técnica de origami conocida como pliegue de mapa Miura se usó para transportar y desplegar en el espacio los paneles solares de Space Flyer Unit, un satélite japonés. Investigadores de la NASA han creado prototipos similares que, construidos a escala, podrían pasar de unas dimensiones de 2,7 metros (8,9 pies) de la estructura radial compactada a 25 metros (82 pies) de diámetro de los paneles desplegados.
Existen diversas conjeturas acerca de las razones que condujeron a Tesla a atreverse con un diseño tan angular para su Cybertruck, entre ellas las características de la aleación metálica ultrarresistente empleada en la carrocería, pero no ha escapado la explicación poliédrica: futuros modelos podrían usar un diseño igualmente angular, aunque desplegable y flexible para carrocerías de vehículos que debieran enviarse al espacio.
Más allá de la especulación sobre el futuro a partir de una técnica recreativa ancestral japonesa que hace volar la imaginación al transformar un simple papel en todo tipo de objetos, parece que ha llegado el momento para explorar el potencial de aplicaciones para nuestro tiempo y planeta.
A menudo, los diseños aparentemente más rompedores parten de ideas sencillas con una larga tradición a sus espaldas, de la bella abstracción matemática a partir de sólidos platónicos, o de la emulación directa de la naturaleza.