Internet proporciona una flexibilidad sin precedentes para muchas ocupaciones, hasta el punto que es posible trabajar desde prácticamente cualquier lugar donde se pueda instalar una conexión, sea física, móvil o por satélite.
Paralelamente, aumenta el interés por temáticas como la vida sencilla, un paradigma que reduce el impacto del individuo sobre el entorno y le libera de grandes cargas económicas, lo que a su vez repercute sobre su proyecto vital: cuanto menor el dinero prestado, menor presión económica y mayor libertad de horarios.
Entre las decisiones que pueden facilitar la autonomía personal y la libertad de horarios (para trabajar en lo que nos apetece, dedicarnos al estudio, etc.), destaca la práctica consistente de la frugalidad, mediante una filosofía de vida coherente, al estilo de los Clásicos.
El lujo de vivir frugalmente
Vivir frugalmente es, para muchos, tan apetecible y lujoso como cualquier proyecto vital basado en acumular infinidad de lujos.
Pero abrazar con criterio la vida sencilla puede ser tan dificultoso como dedicar los mejores años de nuestra vida a trabajar sin descanso fuera de casa para pagar supuestos lujos que no podremos disfrutar durante nuestros años más briosos.
Aspiraciones y preocupaciones
La crisis económica, energética y medioambiental de los últimos años se puede afrontar de muchos modos, pero difícilmente se puede obviar, ya que afecta los mismos fundamentos de la sociedad basada en el crecimiento que surgió tras el fin de la II Guerra Mundial.
Los jóvenes de los llamados países ricos comparten un rasgo común: más educados que sus antecesores, lo tienen más difícil para acceder a niveles de consumo anteriores.
Ocurre, afortunadamente para los jóvenes adultos de hoy, que consumo no equivale a bienestar ni a realización personal, por mucho que la cultura pop en la que nos hemos criado hayan equiparado ambos indicadores. No es así.
Sobre casas minimalistas y filosofía de vida
Ganar mucho dinero no proporciona felicidad duradera ni permite comprar una filosofía de vida coherente. Tener dificultades para comprar una casa o seguir con el ritmo de consumo de nuestros padres no nos convierte automáticamente en desgraciados, desposeídos, infelices.
Si el espacio en el que trabajamos o vivimos es una proyección de nuestros valores y aspiraciones, un abrigo frugal, sencillo y minimalista puede no sólo ahorrar quebraderos de cabeza económicos, sino también proyectar nuestras aspiraciones a nuestro entorno más inmediato.
Confrontar nuestra vida material
Una casa pequeña y minimalista obliga a su usuario a “editar” su vida material, o realizar el sano ejercicio de confrontar todas las posesiones materiales que ha ido acumulando con los años, muchas de las cuales apenas valora o utiliza; acaso nunca tuvieron un valor elevado, más allá del placer obtenido con su compra (impulsiva).
Una casa pequeña también puede ser un espacio de trabajo a la altura del usado por escritores, pensadores, filósofos, músicos, arquitectos.
Editar nuestra casa (y vida)
Una casa reducida en la que sus habitantes hayan pasado por el proceso de reducir sus posesiones tiene otras ventajas:
- Menos estresante: cualquier objeto ante nosotros ocupa un espacio, acarrea una historia, requiere un mantenimiento, reclama una parte (aunque sea insignificante) de nuestra atención.
- Más atractiva: las casas con decoración diáfana, ausentes de objetos y obstáculos acumulados, a menudo reflejan la personalidad de sus moradores.
- Más fácil de mantener y limpiar: cuando cada actividad se convierte en una carrera de obstáculos, hay menos tiempo para dedicarlo a las tareas que anhelamos. Más cosas implica más dinero y necesidad de mantenimiento. Tener poco y de calidad satisface a cada vez más gente.
- Invita al usuario a reflexionar, meditar, centrar su mente.
Habitación, cobijo, abrigo, lugar de estudio
No es casual que centros de recogimiento (estudio, descanso, meditación) y espacios de creación coincidan en que la habitación de estudio debe ser sencilla, desprovista de adornos y cosas acumuladas. Tampoco lo es que la habitación de Mohandas Gandhi emule la cabaña junto al lago Walden que Henry David Thoreau construyó con sus manos.
Cuando hablamos de una casa pequeña, sin pretensiones desaforadas, minimalista, con simpleza rústica, imaginamos una construcción que se acerque a nuestros ideales de estos atributos, por lo que la construcción variará en función del bagaje cultural, procedencia, experiencia y aspiraciones de cada uno de nosotros.
No obstante, la casa minimalista cuenta con varios atributos comunes. He aquí algunos atributos de una casa minimalista:
- Mobiliario justo.
- Superficies libres.
- Decoración que refleje nuestra personalidad.
- Calidad por encima de cantidad.
El significado de minimalismo
(Afortunadamente), no hay una fórmula única e infalible para crear una casa minimalista, ya que el resultado dependerá de las necesidades y aspiraciones de cada cual.
Una casa pequeña, liberada de objetos y cosas que no son esenciales, tendrá un aspecto distinto cuando su morador es un único inquilino que apenas ha superado la veintena, que la casa minimalista de una familia; o la vivienda de una pareja con hijos adultos emancipados; o la de una pareja o individuo de la tercera edad.
El clima, localización y entorno cultural en que usuario y abrigo interaccionan también influirán sobre la casa.
Superar necesidades artificiales y sueños inclusivos
Emprender el proceso de vivir de un modo sencillo y minimalista, ausente de pretensiones y necesidades artificiales, puede ofrecer beneficios inmediatos.
Superar la necesidad artificial de alcanzar o mantener un tren de vida determinado puede liberar la tensión que abriría el camino a nuevas oportunidades.
Empezando por replantearse los retos personales. Y, de paso, establecer una filosofía de vida.
Simplificar la vivienda, el vestuario, la vida. La felicidad y la realización personal dependen menos de los mercados internacionales de lo que creemos.
Una aspiración, la de alcanzar la plenitud y la tranquilidad, que no tenemos por qué posponer. Porque este sueño se puede realizar con tan poco dinero como tengamos o consideremos.
Los objetos ocupan algo más que espacio
A continuación, recopilamos 10 casas minimalistas prefabricadas, que han sido diseñadas para reducir su impacto ecológico y potenciar el bienestar de sus moradores.
Todas invitan a dejar en la puerta lo que no sea estrictamente esencial.
1. Read-Nest: elegante y minimalista nido de estudio y lectura
Read-Nest rinde honor a su nombre. Es un diminuto habitáculo de madera concebido para convertirse en privilegiado espacio personal de estudio y recogimiento, a la manera de las cabañas de escritor. Tras diseñar este “nido de lectura” en 2007, el estudio Dorte Mandrup Arkitekter se ha ganado el respeto de colegas de profesión y seguidores del small house movement.
La estructura cuenta con todas las comodidades relajarse y leer envueltos de luz natural, sea instalándola en el patio trasero o en medio de la naturaleza.
Read-Nest combina un diseño elegante y minimalista donde predomina el ángulo recto. La estructura y el mobiliario interior, construido estructuralmente, utilizan un claro abedul contrachapado sin acabados. La tonalidad y la ausencia de barnices infiere al espacio, iluminado y amplificado, sorprendente desahogo y sencilla elegancia zen.
El mobiliario interior, así como los detalles del exterior de Read-Nest, son personalizables. Pese al escaso espacio interior (10 metros cuadrados), hay una generosa librería, además de cama y mesa.
La generosa ventana incluye un repecho para sentarse cómodamente, con o sin cojín. El tragaluz aporta luz cenital y la posibilidad de combinar la lectura, el estudio, la meditación o la mera tranquilidad de la siesta o el duermevela con una mirada al dosel del bosque, el cielo estrellado, etc.
El diseño danés se ha ganado el prestigio de saber conjugar elegancia minimalista con una cierta rusticidad nórdica. En Escandinavia, la madera no sólo predomina en el mobiliario, sino en la propia estructura de muchas viviendas y edificios.
Read-Nest destila la elegancia del diseño danés bien entendido en una casa de 9,8 metros cuadrados que más de uno cambiaría por mayores espacios peor diseñados, menos flexibles y ausentes del esfuerzo conceptual necesario para conseguir bienestar en el mínimo espacio requerido.
2. Yeta Log Cabin: elegante cabaña de leñador contemporánea
Tras estudiar la cabaña revestida con troncos, al estilo de las construcciones de leñadores, buscadores de oro y pioneros de Norteamérica, uno imagina a una reencarnación contemporánea de Walt Whitman o Jack London aparcando la bicicleta junto a su porche, observando el entorno natural justo antes de ponerse a leer o a escribir en su reducido, diáfano y acogedor interior, iluminado por una acristalada pared frontal.
Como cualquier diseño que se funde con lo natural sin chirriar ni buscar filigranas, Yeta Log Cabin del estudio italiano Lab Zero incluye infinidad de deliciosas interpretaciones del papel de la arquitectura y su relación con el entorno.
La cabaña, de forma rectangular, imita desde la perspectiva de la pared posterior a una pila más de troncos en el claro del bosque, preparados para ser transportados. Dos troncos dispuestos de manera vertical a cada lado, como conteniendo la verticalidad de la madera amontonada, reafirman esta sensación.
Todo cambia desde la perspectiva lateral y frontal. Una tarima frontal de madera actúa de porche y funde la inmensidad del exterior con el recogimiento del interior de la cabaña, con un impacto ecológico reducido y energéticamente autosuficiente.
La Yeta Log Cabin incluye cocina, lavabo, ducha, paneles solares y espacio para cama y sillón, sofá-cama, una pequeña librería y escritorio, etc., pese a su tamaño reducido (3,81 de anchura x 4,42 de largo x 3,27 metros de altura; o 12,5 x 14,5 x 10,75 pies).
La cabaña, construida con madera producida con métodos sostenibles, no ha sido tratada con ningún producto. Asimismo, se garantiza la autosuficiencia con paneles fotovoltaicos e iluminación LED, además de captador de agua de lluvia, que es potabilizada con filtros de carbono.
Las aguas negras son capturadas en un tanque independiente, mientras las aguas grises pueden ser reaprovechadas.
Un incontestable ejercicio de elegancia partiendo de algo aparentemente tan poco sofisticado como un conjunto de troncos apilados.
3. Módulo 10×10: micro-casa prefabricada para la vida sencilla
La vida sencilla no sólo es practicada por los humildes, sino que aumentan los ciudadanos de países acomodados, tanto quienes tienen una situación financiera delicada (jóvenes sin trabajo, por ejemplo) como quienes, simplemente, creen que ha llegado el momento de repensar su filosofía de vida, su sueño de realización personal.
Se trate de un nuevo American Dream o no, muchos seguidores de la vida sencilla se han sentido atraídos por la autonomía financiera y geográfica que aportan las microcasas y pequeñas cabañas minimalistas, a menudo prefabricadas, concebidas para facilitar su transporte, ensamblaje y cambio de ubicación.
Es el caso de la microcasa Módulo 10×10 de Stación-ARquitectura Arquitectos, una estructura modular de planta rectangular diseñada inicialmente para acomodar familias sin recursos en torno a Monterrey, la capital industrial del norte de México, aunque su diseño económico la adecúan, por ejemplo, como refugio temporal para atender a refugiados, desplazados, etc.
La microcasa consiste en un armazón metálico fácil de ensamblar y con dimensiones adaptables a cada individuo o familia, en el que se insertan varios paneles de madera reciclada. Uno de los espacios incluye una ventana abatible.
La casa Módulo 10×10 tiene en cuenta el calor extremo experimentado en el norte de México durane la mayor parte del año. Para mitigar sus efectos, los diseñadores han incorporado un techo con lucernas practicables para refrescar pasivamente el interior con ventilación cruzada, en función de la hora del día y la estación del año.
La casa se instala sobre cemento y una plataforma de neumáticos reciclados. Stación-ARquitectura ha usado bambú en el interior de la casa y el tejado, mientras una sencilla viga de madera actúa como escalón de entrada.
Barata, con escaso impacto ecológico, adecuada para entornos especialmente áridos y fácil tanto de transportar como de ensamblar y personalizar con colores, paneles distintos (por ejemplo, de madera contrachapada, bambú, etc.).
Interesante y útil muestra de innovación inversa (diseño barato que, por su acierto y conveniencia, acaba interesando a un público objetivo más amplio).
4. Spacecraft: minimalista cabaña de madera para fundirse con el entorno
Su nombre podría llevar al equívoco, ya que Spacecraft no es una brillante cabaña de alguna aleación de metal con detalles cromados y diseño futurista con el entrañable aire retro de los años 50 y 60.
Se trata de una sencilla cabaña de 14,86 metros cuadrados (160 pies cuadrados) con una estructura diáfana y ligera de madera local de cultivo ecológico, cuyo espacio frontal se abre al exterior a través de una pared acristalada.
Sobre una plataforma suspendida a un pie del suelo, Spacecraft está inspirada en la simpleza rústica de las casas japonesas del siglo XIX.
Patrick Lang, Tina Hulett, Kristopher Moller y Ryan Hattig, fundadores de WildFarm collaborative, tratan de evocar en concreto la casa japonesa de los jardines de Huntington en Pasadena, sur de California, así como las torres de vigilancia de madera para los salvavidas en la playa de Malibú.
Spacecraft es el resultado, condensado en la mínima expresión, que conserva el carácter diáfano, confortable y en armonía con el entorno de la casa japonesa tradicional.
Según sus creadores, “Spacecraft fue construida para responder a la pregunta que nos hemos hecho en WildFarm desde su fundación. ¿Cómo puede el ser humano vivir de un modo más inteligente entre la belleza gratificadora de la naturaleza? Creemos que construyendo hábitats informados e influenciados por el entorno”.
Por este motivo, la cabaña se reduce a la mínima expresión, aunque conservando toda la comodidad y funcionalidad, al proporcionar un abrigo ligero y fácil de instalar en el entorno, que se funde con él a través de sus paredes acristaladas.
Un lugar para trabajar, relajarse y vivir en recogimiento, que puede instalarse tanto en el patio trasero de casa como en medio del bosque.
5. Cabaña Woody35: 35 metros bien diseñados agrandados con ventanales
La arquitecta Marianne Borge demuestra es posible construir una casa modular de madera acogedora que incluya todas las comodidades y, a la vez, conserve un interior diáfano y sencillo, en el que domina la claridad amplificadora del abedul contrachapado sin tratar.
Estudiando el espacio, la principal sorpresa deparada por Woody35 son sus dimensiones, 35 metros cuadrados (350 pies cuadrados). Woody35 hace honor, por tanto, a su nombre, y conjuga el estilo de las cabañas de lamas madera centroeuropeas y nórdicas con el diseño racional.
Woody35 evoca la simplicidad rústica del diseño industrial escandinavo, evitando los detalles rústicos que sobrecarguen o aumenten la sensación de peso.
Pese a sus 35 metros cuadrados, incluye una generosa sala de estar con chimenea que multiplica su espacio gracias a un tejado de doble altura que distancia el techo del usuario, y a una doble puerta corredera de cristal que, unida a una generosa ventana lateral, funde el exterior con el interior.
La cabaña alberga cocina, habitaciones, lavabo y ducha exterior, además de un porche de tarima que, diseñado como una continuidad de las paredes de lamas, rodea la casa.
Marianne Borge explica que “el punto de partida de Woody35 fue construir un diseño duradero y sostenible”.
“Es una cabaña muy eficiente con madera que no requiere mantenimiento. La disposición de las habitaciones mantienen el libre contacto entre el interior y el exterior, aumentado con grandes puertas correderas de cristal que proporcionan luz natural y una vista diáfana al exterior”.
Un diseño limpio y contenido, sosegado, intemporal y a la vez contemporáneo, gracias a los ángulos rectos y a la ausencia de acabados.
6. Cabaña Pine Forest: un balcón de madera sobre la colina
Como en otras disciplinas, las constricciones estimulan proyectos arquitectónicos creativos que, a menudo, superan planes surgidos en situaciones boyantes y entornos socialmente considerados como idílicos.
La firma Balance Associates Architects se dispuso a diseñar la cabaña Pine Forest sobre la pendiente de un bosque, el primer reto que tuvieron que superar. El segundo fue la situación económica del cliente.
Ambas limitaciones han influido sobre el resultado final, una elegante e intemporal cabaña de madera que bascula sobre un asiento de cemento que alberga el sótano, construido a su vez sobre la pendiente de la colina.
La planta cuadrada de la casa se abre hacia la parte trasera, donde un generoso balcón suspendido sobre la pendiente invita a la contemplación del exterior.
Para mantener los costes del proyecto ajustados, se eligieron materiales y métodos de construcción económicos, a la vez de reducir el espacio habitable sin por ello afectar a la calidad de vida de sus ocupantes, que disfrutan de las vistas al exterior a través de los ventanales que conectan la sala de estar con el balcón, orientado hacia la montaña.
La casa constituye, según la firma arquitectónica, una declaración de principios: la arquitectura sostenible y de calidad puede adaptarse a cualquier presupuesto sin renunciar a calidad ni resultado estético.
Tanto las paredes exteriores como interiores están forradas de madera contrachapada de abedul sin tratamiento adicional, lo que infiere claridad y simpleza rústica y racional, ajena al tradicional estilo recargado de las casas de campo.
La disposición del tejado, con cornisas que favorecen la refrigeración pasiva, bloqueando el sol cenital del verano y el mediodía y dejando entrar el sol oblicuo de la mañana, el atardecer y los meses invernales.
Una casa que promete envejecer con la elegancia de quien hace de la frugalidad su filosofía de vida.
7. Rolling Hut (cabaña rodante): acercar la cabaña al paisaje, y no al revés
El paisaje cambia con las estaciones del año, como también lo hacen nuestras expectativas, necesidades o trabajo.
El arquitecto Tim Kundig de OSKA Architects diseñó la pequeña estructura con refrigeración pasiva Rolling Hut (literalmente, cabaña rodante), para que la ligereza y adaptabilidad de la pequeña casa se adaptara al entorno y el inquilino, y no al contrario.
Rolling Hut parte de un sobrio diseño contemporáneo con cierto aire post-industrial, gracias a la combinación de vigas y armazón de metal sin barnizar y madera de abedul contrachapado sin tratar.
Su planta rectangular se sostiene sobre cuatro sólidas columnas con ruedas, que permiten que la estructura pueda literalmente rodar sobre el paisaje de una propiedad.
Rolling Hut se puede transportar sin apenas esfuerzo, por ejemplo, desde el abrigo de un bosque hasta la orilla de un lago en función de la estación del año.
Las primeras unidades de la cabaña han sido diseñadas para ser dispuestas a lo largo de un valle fluvial, buscando el calor de otras cabañas en invierno y, en la primavera, aventurándose hacia rincones más solitarios.
Pese a su ligereza y movilidad, la cabaña incorpora un interior más cómodo y acogedor que una tienda o caravana, además de levantarse sobre el suelo y mejorar las vistas, evitar inundaciones o grandes nevadas repentinas, etc.
La vida no sólo transcurre en los 18,5 metros cuadrados (200 pies cuadrados) del interior de la cabaña, sino también en la generosa terraza cubierta con el elevado techo que evita la luz cenital y permite la oblicua.
Una acertada revisión de la cabaña en el bosque de Thoreau.
8. Sunset Cabin: cuando la cabaña es cobijo de los atardeceres
Hay casas que no se entienden sin observar el entorno para el que fueron concebidas, ya que su humilde espacio interior supone únicamente el recogimiento necesario del descanso o el estudio. El resto, se obtiene del generoso paisaje, que ofrece recursos y amplitud de miras.
Sunset Cabin es uno de estos edificios. La pequeña cabaña está situada sobre un lecho rocoso a la orilla arbolada del sur del lago Simcoe en Ontario, Canadá.
Su diseño se integra con los alrededores hasta tal punto que parece seguir el ritmo de las estaciones, adaptándose a cada una de ellas. Se estudió, por ejemplo, la incidencia del sol sobre las lamas de madera y las paredes con puertas acristaladas para evitar el sol veraniego y atraer el sol bajo.
Se trata de una revisión contemporánea de las cabañas construidas en Norteamérica por pioneros de origen europeo del norte, en medio de una naturaleza majestuosa y entonces despoblada.
Su planta es de 25,5 metros cuadrados (275 pies cuadrados), aunque en su interior no hay restricciones ni se echa de menos el espacio, ya que la cabaña se abre al paisaje del lago con paredes acristaladas, parcialmente recubiertas irregularmente con lamas de madera, rememorando diseños antiguos con un toque contemporáneo.
Un generoso dormitorio de matrimonio se asoma a la orilla arbolada del lago a través de puertas acristaladas, conectadas a su vez a un balcón que invita a la contemplación.
Esta rememoración de las cabañas forestales de los pioneros canadienses, como la describe su autor, Michael Taylor de Taylor Smyth Architects, fue prefabricada en un aparcamiento de Toronto en un período de 4 semanas sin demasiados quebraderos de cabeza.
La prefabricación redujo los costes, al reducir el tiempo de construcción y la mano de obra necesaria. Tampoco fue necesario alterar el paisaje.
9. Cabañas Morerava: arquitectura contemporánea con espíritu indígena e intemporal
El estudio de arquitectura AATA recibió el encargo de diseñar una cabaña ligera, atractiva y con un aire universal e intemporal, siguiendo preceptos como el minimalismo y el ideal de diseño japonés wabi-sabi (simpleza rústica).
A partir del diseño original, las Cabañas Morerava serían emplazadas en un hotel de turismo rural de la remota isla chilena de Pascua, un proyecto finalizado en 2010.
El diseño de las cabañas tuvo que afrontar varios retos: minimizar los costes de transporte y construcción y, sobre todo, el impacto ecológico sobre la frágil y remota isla de Pascua, paradigma universal del colapso de las civilizaciones, cuando no respetan los recursos naturales que las sostienen.
Teniendo en cuenta los mandatos, AATA ideó un diseño rectangular prefabricado de madera sin tratar, sobre una tarima que se mantiene ligeramente sobre el suelo, sin requerir cimientos ni instalaciones que impliquen movimientos de tierras, etc.
Las cabaña tiene un diseño alargado al que se accede por las escaleras sobre uno de los extremos. Tras cruzar un pequeño porche frontal cubierto con el mismo tejado de dos aguas que recorre toda la estructura, se llega a la acristalada parte frontal, que funde exterior con interior.
El original tejado de lamas de madera se convierte a su vez en pared elevada de la estructura, lo que favorece la ventilación y evita la incidencia del sol sobre el interior. En un lateral, una línea de ventanas al nivel del suelo ilumina el interior, sin por ello calentarlo.
En el lateral opuesto, más bajo debido a la inclinación del tejado, la línea de ventanas se sitúa a la altura del rostro del inquilino, lo que favorece la sensación de ligereza y contacto con el exterior.La temperatura subtropical de la isla se mantiene confortable con ventilación cruzada entre la línea de ventanas de ambos laterales.
Para el diseño de la cabaña, se tuvieron en cuenta detalles como el tamaño de los módulos industriales de la madera empleada. Así, la modulación entre pilares es de 120 centímetros, la mitad de una lama estándar, reduciendo así al mínimo el gasto de material, transportado en barco hasta la isla. Cada cabaña incluye, asimismo, un panel fotovoltaico para autogestionarse energéticamente.
Las cabañas Morerava conjugan escaso impacto ecológico, modularidad, simpleza rústica y un cierto toque de mínimo común arquitectónico, presente en las construcciones de las civilizaciones de la Polinesia.
10. Hardanger Retreat: como un pequeño barco vikingo varado en un fiordo noruego
La limitación de recursos, el respeto por el medio ambiente, una cierta concienciación ecológica y un conocimiento profundo por el paisaje influyeron sobre la pequeña cabaña de madera Hardanger Retreat, que se asoma a un fiordo noruego sobre una pequeña tarima de madera suspendida en un bosque.
La pequeña cabaña de madera, con un diseño tan compacto y diáfano que parece prepararse para deslizarse colina abajo hasta arribar a las aguas del fiordo, es el resultado del empeño personal de dos jóvenes arquitectos noruegos, Todd Saunders y Tommie Wilhemsen, que emplearon sus ahorros a principios de la pasada década para hacer el proyecto realidad.
Con el poco dinero de que disponían, Saunders y Wilhemsen compraron un pequeño terreno en Hardanger, a orillas de uno de los fiordos más espectaculares de Noruega.
Con ayuda del carpintero Mats Odin Rustøy y respetando hasta el árbol más pequeño del entorno, construyeron la pequeña cabaña energéticamente autosuficiente, que incluye dos ventanales en sus laterales, así como una amplia puerta acristalada sobre un porche erigido con la misma madera, desde donde se observa el fiordo.
Minimalista, tan elegante como un mueble escandinavo, con mínimo impacto ecológico y capaz de convertirse en aliado para meditar, leer, trabajar. Pocos espacios tan pequeños son tan atractivos e invitan tanto a fundirse con el exterior.
Hay que estar preparado para merecer un abrigo como el retiro Hardanger.