Barack Obama ha dedicado sus primeros días de presidente en funciones a refutar las políticas más dudosas de su predecesor en el cargo y a preparar un plan de estímulo que no sólo tiene en cuenta el montante económico, sino también sus efectos a largo plazo sobre Estados Unidos.
El plan incluye una decidida apuesta por el desarrollo de las tecnologías limpias, con el objetivo subyacente de generar a medio plazo los millones de puestos de trabajo de “cuello verde” (relacionados con las energías renovables, o la producción de coches ecológicos, entre otros). Realizamos una comparativa entre el plan de rescate demócrata en Estados Unidos y las principales medidas impulsadas por el Gobierno de Zapatero en España.
Mientras Estados Unidos parece apostar más por tecnologías y reformas que pueden ofrecer réditos a largo plazo, España parece nerviosa ante la destrucción de empleo y ha planeado volver a crear los mismos puestos que tan fácilmente se han destruido: se impulsa obra civil pagada con dinero público. Pan para hoy y hambre para mañana.
El ritmo de destrucción de empleo preocupa al nuevo presidente: en lo que llevamos de año, se han destruido 200.000 puestos de trabajo en Estados Unidos, mientras en 2008 se perdieron 2,6 millones, la cifra anual más alta desde 1945.
Yes, you must
No hay tiempo que perder en política exterior (Irak, Afganistán, conflicto en Oriente Próximo) y política económica.
Nada más estrenar el cargo, Obama habló por teléfono con Mahmud Abbas (primero) y Ehud Olmert (después) sobre el conflicto palestino-israelí.
La herencia que recibe en Oriente Próximo no puede estar más envenenada, con un débil alto al fuego que puede saltar por los aires en cualquier momento.
No obstante, existe el consenso tácito de dar unas semanas, acaso meses, de gracia al nuevo presidente, de modo que ni medios de comunicación, ni élites intelectuales ni siquiera la oposición republicana realizan una sola crítica -todavía- a Obama.
El nuevo presidente ha apelado a la unidad y a los valores fundacionales del país para salir de la actual situación de crisis, y ha dado con el tono adecuado.
Pero el período de gracia no puede durar mucho, con la economía en su peor situación en décadas. La luna de miel será corta.
The Economist titulaba con un Yes, you must (en alusión al “Yes, we can” empleado en la campaña): “el fenómeno Obama es ahora el presidente Obama: él y sus seguidores deberían prepararse para una larga batalla”.
Y el nuevo presidente se ha puesto a trabajar, tras encontrarse con una Casa Blanca tecnológicamente en la era de la Guerra Fría; él, un adulto de 47 años que al fin y al cabo usa el correo móvil, entiende el poder de la web social y se ha convertido en el primer presidente de Internet (antes, Roosevelt fue el de la radio; Kennedy, el de la televisión; Obama, el primer presidente con poder para entender cómo “reiniciar” la Casa Blanca, en palabras de Wired).
Salarios en el equipo, Guantánamo y plan de estímulo
Tras congelar los salarios de su equipo político y de asesores y prometer transparencia, anunció medidas más estrictas para gestionar el apoyo económico de grupos de presión o personas ajenas a la Administración.
La intención: evitar que los grandes incentivos “condicionen” la política de Washington.
Obama habló repetidamente durante la campaña sobre los efectos perversos que ha tenido sobre el sistema sanitario estadounidense el gran poder de disuasión que el lobby de la industria farmacéutica, entre otros grupos de presión, ha mostrado en los últimos años.
Asimismo, el pasado jueves ordenó el cierre del campo de detención de Guantánamo en menos de un año.
Rumsfeld, Rove y Cheney, son apellidos que Obama quiere hacer olvidar rápidamente a la opinión pública estadounidense.
Sin prácticamente tiempo para leer los editoriales publicados en la prensa sobre sus primeros días en el cargo, el nuevo presidente anunciaba el lunes 26 de enero su plan de estímulo económico de 825.000 millones de dólares, en el que la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático actúan como piedra angular.
El plan incluye:
- La profunda remodelación del sector energético estadounidense para incrementar rápidamente la producción de energías renovables -siguiendo el ejemplo de países como Alemania, España y Japón, explicaba el propio Obama días atrás-, disminuir la dependencia energética del país y reducir la generación de gases contaminantes derivada de la producción de electricidad.
- Acelerar las leyes federales y estatales para imponer límites de emisiones en los automóviles más estrictos, en concordancia con las políticas impulsadas desde la Unión Europea y demandadas en Estados como California. Las nuevas leyes pretenden impulsar la producción de coches más eficientes y limpios, “una prioridad -según Obama- ara nuestra seguridad, nuestra economía y nuestro planeta”. De paso, el nuevo presidente revoca la permisiva legislación sobre emisiones promovida por la Administración Bush. La idea es incentivar la producción de coches eficientes (híbridos que pueden conectarse, eléctricos y otras tecnologías) en suelo estadounidense para generar, de paso, puestos de trabajo con alto valor añadido.
Ambas iniciativas pretenden crear 5 millones de puestos de trabajo con alto valor añadido en 10 años.
Se han equivocado quienes apostaron que la profunda crisis económica aparcaría las ideas de la nueva Administración de estimular la mayor economía del mundo creando puestos de trabajo verdes.
De los 825.000 millones de dólares del plan de estímulo, 210.000 serán empleados para crear empleo en infraestructuras y, sobre todo, el pujante sector medioambiental.
Trabajos verdes en Estados Unidos, obra civil en España
El plan de estímulo anunciado por Obama contrasta con la política para crear empleo a corto plazo por el gobierno español, centrado en generar puestos de trabajo en el sector que ha agudizado la crisis en España: la construcción.
El conocido como plan de ayuntamientos (englobado dentro del Plan Español para el Estímulo de la Economía y el Empleo, Plan-E) destina 8.000 millones de euros a solucionar proyectos en localidades de toda España catalogados como “obra pública urgente”.
La experiencia española en obra civil es reconocida internacionalmente, aunque no todo el dinero será destinado a trabajos que ofrezcan más beneficios a la sociedad que la creación de un puesto de trabajo precario y temporal.
La creación de un plan estatal para el desarrollo de un coche eléctrico íntegramente español, por ejemplo, o el aumento de la investigación en un sector en que España ya es puntera como el de las energías renovables, crearía puestos de trabajo con un valor añadido más alto.
Nadie duda de que la mayoría de los 8.000 millones de euros será destinada a proyectos que tendrán una cierta función social.
Aunque también financiará edificios fantasma (en los que nos estamos especializando), así como pistas de monopatín y de “scalextric”.
Con mi debido respeto hacia estas actividades, España puede perder la primera oportunidad desde hace siglos en situarse en la auténtica vanguardia del mundo. ¿Por qué no crear un Green New Deal español?
La política estrella anunciada hace unas semanas por José Luis Rodríguez Zapatero, que el lunes se sometía a las preguntas de los asistentes al programa televisivo Tengo una pregunta para usted, consiste en financiar proyectos de obra civil que serán gestionados por ayuntamientos de todo el país, a través de la subvención directa de los costes de cada proyecto aprobado.
Un modo rápido de crear empleo y evitar el aumento de paro a corto plazo. Más allá de estas ventajas, que ayudarán a maquillar el astronómico número de parados, la iniciativa parece prolongar la dependencia del país de sectores productivos que requieren poca formación y dependen de los ciclos económicos. Y la recesión será larga.
Políticas progresistas
El presidente estadounidense ha reiterado durante los meses de campaña su intención de impulsar cuanto antes las políticas progresistas que más apoyo recibieron durante la campaña electoral.
Se espera su rápida intervención a favor de varias políticas progresistas a las que el partido Republicano se ha opuesto firmemente:
- Cierre de la prisión de Guantánamo: Obama impulsará una nueva política de lucha contra el terrorismo “consistente con nuestros valores y nuestros ideales”. Ello significa cumplir con los acuerdos de la Convención de Ginebra y abolir la tortura y el vacío diplomático existente para los presos de Guantánamo.
- Invitación al Ejército estadounidense a desarrollar planes de retirada de las tropas de Irak.
- Cambio de los procedimientos para promover la divulgación de información clasificada, a través de la Ley de Libertad de Información (Freedom of Information Act).
- Ayudas a grupos de planificación y asociaciones de prevención del sida y otras enfermedades de transmisión sexual, a través de políticas de educación activa. La anterior Administración había retirado el apoyo a estas asociaciones por considerarlas pro-abortistas.
- Investigación con células madre, que había sido vetada por George W. Bush.
La situación del mundo
Dada la crisis, muchos dudaban acerca de la sostenibilidad de las primeras medidas estructurales anunciadas por Obama, que recibe una herencia económica desastrosa y ya no está de campaña electoral.
Mientras tanto, el último estudio promovido por la agencia científica NOAA, que depende del Departamento de Comercio de Estados Unidos, asegura que el cambio climático es irreversible.
No es el primer estudio que asegura que, independientemente de la rapidez de las acciones que se lleven a cabo para atajar el cambio climático, los efectos de los gases emitidos hasta el momento son suficientes para mantener las temperaturas altas en el mundo durante 1.000 años.
Acostumbrados a medir el tiempo en generaciones humanas, 1.000 años suena peligrosamente a “problema que ya arreglarán las generaciones futuras”.
¿Promover un Green New Deal?
Más allá del hecho de que el aire limpio alarga la vida, una razón de peso más para reducir drásticamente las emisiones con efecto invernadero, Barack Obama reconoce el importante papel de Estados Unidos en la lucha contra el cambio climático.
Obama ha declarado que su país “liderará la lucha contra el cambio climático“.
Con esta afirmación, el nuevo presidente demuestra de nuevo formar parte de una generación más cercana a Internet que a los “baby boomers”, hasta ahora controladores absolutos de la política estadounidense.
Y eso es bueno para el mundo.
¿Qué trabajos verdes promoverá Obama?
Fast Company, inspirada por la intención de Obama de crear 5 millones de nuevos puestos de trabajo con alto valor añadido y poco riesgo de deslocalización, publica un artículo exponiendo los 10 mejores puestos de trabajo “verdes” para la próxima década.
El listado de Fast Company con los 10 mejores trabajos sostenibles (trabajos de “cuello verde”) de la próxima década:
- Agricultor: Estados Unidos tiene 2 millones de agricultores, con una media de edad de 55 años, métodos basados en el uso de fertilizantes derivados del petróleo y la explotación indiscriminada de latifundios con monocultivos modificados genéticamente. La agricultura urbana y ecológica son el futuro y hay mercado. Que se lo pregunten a Michael Pollan, autor del libro The Omnivore’s Dilemma.
- Profesional forestal: la explotación forestal requiere dominar las finanzas internacionales, la conservación y el desarrollo sostenible. La deforestación, que provoca una cuarta parte de los efectos del cambio climático, comporta una colosal oportunidad para la compensación de créditos de CO2 y la reforestación.
- Instalador de energía solar: instalar paneles solares térmicos y fotovoltaicos es una actividad en aumento en Estados Unidos y el resto del mundo.
- Constructor de edificios sostenibles: con el impulso de certificaciones ecológicas para edificios como los estándares LEED y el aumento de la concienciación sobre los efectos del cambio climático, la construcción sostenible es la oportunidad para el sector de la obra privada y civil en los próximos años.
- Fabricante de turbinas para molinos eólicos: como bien sabe la firma española Gamesa, uno de los líderes mundiales en este sector, la energía eólica tiene un brillante presente en países como España y un mejor futuro, gracias a la apuesta de Estados Unidos, China e India para su desarrollo.
- Biólogo especializado en conservación: la labor iniciada por personalidades académicas como E.O. Wilson debe ser continuada. Uno de los trabajos más necesarios para el mundo. Estará cada vez mejor pagado.
- MBA verde y emprendedor sostenible: mira por dónde, los MBA ya no miran hacia Wall Street, sino hacia la sostenibilidad. Los “emprendedores medioambientales”, o “enviropreneurs” son una esperanza para el desarrollo sostenible y la economía. Sus proyectos encontrarán capital.
- Profesional del reciclaje: uno de los trabajos más necesarios en Estados Unidos, principal generador mundial de basura (Nota: el vertedero de Nueva York se divisa desde la Estación Espacial Internacional).
- Desarrollador de sistemas sostenibles: la nueva economía verde necesita el desarrollo de software y servicios especializados, así como su integración. Firmas como Xerox se han reinventado en torno a la consultoría verde.
- Plafinicador urbanístico: ciudades y regiones de todo el mundo ya han empezado a competir por el desarrollo de sistemas de planificación urbanística no sólo con una pequeña huella ecológica, sino incluso beneficiosos para el medio ambiente.
Todo está por hacer y todo es posible.