Los biocombustibles son producidos fundamentalmente a partir de aceites vegetales y grasas animales.
El llamado “biofuel” o combustible ecológico no ha empezado, ni mucho menos, en la era de Internet y las tecnologías de la información.
El biocombustible debutó oficialmente en la Exposición Universal de 1900, a la que acudió el ingeniero alemán Rudolph Diesel con algunos vehículos, uno de los cuales contaba con un motor propulsado con aceite de cacahuete refinado, aunque el empleo industrial de motores capaces de funcionar con combustibles alternativos a los derivados del petróleo tuvo que esperar hasta 1973.
En este año, Brasil respondió a la crisis mundial del petróleo, provocada por la subida de precios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), con el inicio de la producción en masa de etanol a partir de caña de azúcar.
En la actualidad, la industria de los biocombustibles constituye un confuso sector que produce distintas mezclas de combustible vegetal con combustibles fósiles: desde el estándar europeo de incluir al menos un 5% de biodiesel en todo el gasóleo comercializado en la UE hasta el cada vez más aceptado “gasohol” en Estados Unidos (un 10% de etanol y un 90% de gasolina) o el etanol puro que se emplea en el 40% de los coches brasileños, según la Asociación de Combustibles Renovables.
- Biodiesel: derivado de aceites vegetales y grasas animales; su uso puede incrementarse al poder diluirse en distintas cantidades con cualquier tipo de combustible diesel.
- El reciclaje y adecuado procesamiento del aceite empleado por empresas de comida rápida, como McDonalds o Burger King, conocido como WTO (de “waste vegetable oil” o “desechos de aceite vegetal), será empleado en motores diesel adaptados.
- Etanol: alcohol derivado del procesamiento de diversas plantas, puede ser empleado sin la necesidad de mezclarse con otros combustibles en motores ligeramente modificados. También puede ser empleado en motores duales, capaces de emplear gasolina (pura o en distintas mezclas) y etanol. Sin ir más lejos, el 70% de los nuevos coches brasileños son vehículos flexibles con tanques separados para etanol puro o una mezcla de gasolina y etanol.
Europa domina la industria del biodiesel, gracias a los subsidios europeos destinados al desarrollo de combustibles alternativos para reducir a medio plazo la dependencia energética de la UE, que pretende que el 5,75% de la energía empleada en todos los vehículos europeos sea biocombustible en 2010.
El principal productor mundial de etanol es Brasil, donde prácticamente la totalidad de las estaciones de servicio ofrecen etanol puro. El mayor país latinoamericano quiere ser totalmente autosuficiente energéticamente hacia finales de 2007.
Un acalorado debate tiene lugar en la nueva industria acerca de la viabilidad y conveniencia de emplear combustibles vegetales a partir de la producción masiva de determinados tipos de aceite.
Un reciente estudio sobre los dos mayores tipos de cultivo para biocombustible estadounidenses, la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos concluyó que el biodiesel producido a partir de la planta de soja es más eficiente de producir y su combustión menos contaminante que el etanol producido a partir del maíz.
Sea como fuere, incluso si la producción total de soja y maíz fuese destinada a la producción de combustible, la cantidad obtenida no causaría un impacto relevante en una industria tan dependiente de otros combustibles.
Según algunos investigadores, la mayor esperanza para el biocombustible procede de plantas no comestibles, como diversas herbáceas y plantas leñosas, capaces de crecer en zonas marginales que no requieren el empleo intensivo de regadío, fertilizantes o pesticidas.