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Cómo compensar nuestro CO2 (II)

La falacia sobre las emisiones de CO2 de un individuo (y 2): nuevos proveedores de derechos de emisiones ponen a punto sus “paquetes de CO2” para que los ciudadanos con sentimiento de culpa compensen los gases contaminantes que emiten en sus actividades.

La compensación de emisiones de CO2 permite teóricamente a una empresa, institución o individuo contrarrestar el impacto sobre el medio ambiente de sus actividades invirtiendo en proyectos que eliminarían, sobre el papel, el CO2 generado.

No obstante, la compra de derechos de emisión (“carbon offsetting”) ha sido calificada como “el Salvaje Oeste” por un especialista y “una actividad llena de agresivos vendedores de petróleo” por representantes de compañías aéreas. La nueva industria de los derechos de emisión pretende vender un producto tan intangible y poco regulado que es a menudo demasiado difícil conocer exactamente qué estamos comprando.

Dejando a un lado la controversia sobre si los proyectos de compensación de derechos generan mucho o acaso algún impacto real (Primera parte de esta serie), el negocio marcha viento en popa para las empresas facilitan estos servicios.

Durante los últimos dos años, el mercado de derechos de emisión ha pasado de tener una docena de empresas vendiendo “offsets” con un volumen de negocio valorado en 6 millones de dólares a más de 60 empresas vendiendo planes de compensación por un valor de 100 millones de dólares, según Abyd Karmali, representante de ICF International.

Se espera que este mercado alcance los 600 millones de dólares en 2009.

Parece ser sólo el principio. Para Ingo Puhl, director de operaciones de uno de los nuevos proveedores, 500ppm, el mercado crecerá exponencialmente “en términos de mercado potencial, debido a que ahora intervenimos en menos del 1% de las emisiones”. Aunque un informe reciente sobre el nuevo sector concluye que la mayoría de este dinero podría no ser utilizado nunca para reducir efectivamente las emisiones de dióxido de carbono que se pretenden contrarrestar.

Tan sólo un 25% del dinero es destinado a proyectos de compensación de emisiones

En diciembre de 2006, investigadores de la Iniciativa Climática Tufts publicaban un informe sobre la industria de compensación de derechos, en el que se concluía que la calidad de los estándares de estas empresas intermediarias varía enormemente; de ahí que uno de sus revisores opinara que “es el Lejano Oeste”.

Las empresas de compensación de emisiones son tanto ONG como empresas privadas; mientras el informe asegura que esta distinción no indica una mayor o menor calidad en el proyecto o el “offset” (compensación), sí señala, en cambio, que las empresas con afán de lucro “son menos comunicativas sobre su situación financiera y tienden a tener mayores costes administrativos.”

Quizá haya una razón para la falta de transparencia. En el caso de las empresas de “offseting” con afán de lucro, menos de la mitad -un 43,4%- del dinero obtenido de los clientes que desean compensar sus emisiones se destina en realidad a proyectos, mientras que la media de las ONG que actúan en el sector asciende a un 81,6%. No obstante, los autores del informe indican que esta diferencia podría ser el resultado de una definición más amplia de “puesta en marcha de un proyecto” por parte de las ONG.

Cleanairpass, una empresa canadiense en el sector, consiguió los resultados más pobres en destinación de recursos a proyectos, al dedicar únicamente un 25% de sus ventas a la compensación de emisiones de dióxido de carbono. Al otro lado del espectro, las cuatro mejores empresas en este indicador, todas con estatuto de ONG, fueron:

  • Carbonfund.org: 93%.
  • CarbonCounter.org: 90%.
  • Atmosfair: 80%.
  • Myclimate: 80%.

¿Cuánto vale una tonelada de “neutralidad” de nuestra huella de carbono?

Las firmas de compensación de derechos también cobran cantidades radicalmente diferentes para ayudar al cliente a calcular las emisiones de CO2 derivadas de su actividad. Según un análisis de la industria llevado a cabo por Clean Air – Cool Planet , la gama de precios en la cartera de compensaciones posibles varía entre los 5 dólares (3,8 euros) y los 25 dólares (19,1 euros) por tonelada, con una media situada en los 10 dólares (7,6 euros).

Mientras los autores del análisis constatan que no existe una necesaria correlación entre el precio de las compensaciones y la calidad de los proyectos llevados a cabo con éstas, alertan de que “si algo suena demasiado bien para ser verdad, quizá no sea verdad.”

Los métodos de cálculo empleados por los intermediarios del sector también varía ampliamente. Para lograr determinar cómo las distintas empresas valoran el coste y calculan las emisiones del cliente relacionadas, por ejemplo, con el uso frecuente del avión en los desplazamientos, los analistas de Tufts estudiaron las diferencias de cálculo existentes en el mercado comparando cómo las empresas de compensaciones contabilizaban un mismo vuelo.

Las diferencias son más que constatables. En la ruta aérea Boston-Washington DC, hallaron diferentes cálculos de cantidades de CO2 emitidas: desde 0,19 toneladas por pasajero (Climate Care) hasta las 0,48 toneladas calculadas por la firma Atmosfair. En el cálculo de un vuelo de largo alcance (entre Boston y Fráncfort), la diferencia era incluso mayor: de 1,43 toneladas de CO2 calculadas por The CarbonNeutral Company a 4,14 toneladas (Atmosfair).

¿A qué se debe la diferencia? Los analistas apuntan a los diferentes factores que los “offsetters” (empresas de compensación de emisiones) analizan para llevar a cabo sus cálculos, tales como la distancia de vuelo (vuelos de corta distancia emplean de media más combustible), la eficiencia en la relación entre espacio y número de pasajeros, el empleo de la clase business en lugar de la convencional, el tipo de avión y el forzante radiativo que éste provoca (consistente en medir en qué cantidad altera la radiación que entra a la atmósfera la emisión de un gas determinado; las estelas, o nubes artificiales formadas por la condensación de las emisiones de combustible de un avión, son causantes activas del efecto invernadero).

Según los analistas del informe sobre el sector, “la firma Atmosfair cuenta con el más detallado y documentado método de cálculo”. Los productos de compensación de emisiones de Atmosfair y Climate Friendly fueron valorados como “excelentes”, mientras Carbonfund, The CarbonNeutral Company, Climate Care, Offsetters y Terrapass calculan las emisiones “a la baja”.

El Gold Standard

Pese a la inexistencia de una regulación obligatoria en la incipiente industria de la compensación de derechos de emisión, las empresas del sector pueden atenerse a estándares voluntarios. El más riguroso es el llamado Gold Standard, concebido por las ONG WWF, SSN y Helio International y apoyado por 42 organizaciones en todo el mundo.

Los proyectos certificados a través de la medición Gold Standard se centran en el apoyo a “un cambio radical de comportamiento (a saber, el abandono de un estilo de vida que depende del petróleo y su economía, basada en el empleo de combustibles fósiles).” Por lo tanto, rechazan proyectos de plantación de árboles, plantas hidrológicas a gran escala (de más de 15 megavatios) y obtención de energía a partir del tratamiento de residuos a través de la incineración. En cambio, apoyan únicamente los proyectos relacionados con dos conceptos:

  • Energías renovables: solar, biomasa, biogás y biocombustibles líquidos (si son capaces de producir electricidad), energía eólica, geotérmica e hidroeléctrica de pequeña capacidad (hasta 15 megavatios).
  • Eficiencia energética: potenciación de la eficiencia en instalaciones industriales, domésticas, transporte, sector público, sector agrario y sector comercial.

La regulación de compensación de emisiones Gold Standard se centra en proyectos que apoyan “soluciones a largo plazo” y de “desarrollo sostenible en el ámbito local”, dejando a un lado los proyectos de reforestación, incluso pese a que la ONU los apoya para conseguir objetivos de compensación de emisiones. “Nuestro objetivo es promover fuentes de energía que reducen las emisiones desde el mismo inicio. La población y repoblación forestal no consiguen este objetivo de cambio de comportamiento (por ejemplo, eliminando las emisiones desde el principio). La captura de CO2 en los bosques se produce al cabo del tiempo y Gold Standard no incluye la captura de CO2 en su ámbito.”

Las empresas de compensación de emisiones que cuentan con proyectos certificados bajo los criterios de Gold Standard incluyen Myclimate, Atmosfair y Climate Friendly.

Ranking de offsetters

Mientras las empresas que ofrecen productos de compensación de emisiones de CO2 mejoran sus estándares, cuando los dos analistas que mencionamos en este artículo publicaron sus hallazgos -diciembre de 2006-, los proveedores de proyectos de compensación se clasificaban del mismo modo que aparecen a continuación.

Análisis de compañías de derechos de emisión de la Inciativa Climática Tufts (listadas alfabéticamente en cada categoría):

Lista de Clean Air – Cool Planet -mejores proveedores de derechos de emisión en la actualidad- (listados alfabéticamente): AgCert/DrivingGreen, Atmosfair, CarbonNeutral Company, Climate Care, Climate Trust, CO2balance, NativeEnergy, Sustainable Travel/MyClimate.