La energía fotovoltaica produce electricidad limpia para consumir y vender a la red, a diferencia de la energía solar térmica (sólo empleada para el agua sanitaria). ¿Se trata de un modo accesible de obtener independencia energética?
En España, desde 2003 es posible elegir la compañía eléctrica a la que queremos comprar energía. Al menos sobre el papel, ya que en ocasiones, como ocurre con industrias desreguladas con más éxito (la de las telecomunicaciones, por ejemplo), poner en práctica el derecho de elegir una eléctrica supone darse de bruces con la realidad.
Las eléctricas españolas se han repartido, literalmente, el territorio, de manera que no es posible, por ejemplo, vivir en el centro de Barcelona o Madrid y querer contratar la energía que usamos a una empresa que genere energía con métodos exclusivamente renovables.
Una cosa es estar concienciado y la otra es querer deshacerse de un contrato energético con compañías que producen la mayor parte de su energía con plantas que funcionan con carbón o, como mal menor, con derivados del petróleo.
En los últimos meses, el debate energético en España parece haber girado en torno a la calidad del suministro, debido al gran apagón sufrido en Barcelona en julio de 2007, que dejó sin luz a miles de usuarios durante días. Lo único conseguido: una pelea entre Red Eléctrica y Fecsa-Endesa, para dilucidar públicamente de quién es la culpa de lo ocurrido.
Anteriormente, el debate había girado en torno a una interminable opa sobre Endesa que, pese a no afectar al consumidor, no dejó espacio para cualquier otro debate.
¿Qué ocurre si miles de consumidores están más interesados por conocer cómo pueden autogestionar la energía que consumen o en comprar energía limpia que en asistir a las polémicas mencionadas? Internet puede servir como punto de inicio de una investigación que lleva a usuarios de toda España a plantearse la instalación de, por ejemplo, paneles solares fotovoltaicos.
Optar por la energía solar
El despegue de la energía solar ha sido potenciado por el Código Técnico de la Edificación (CTE), que exige que los nuevos hogares tengan un consumo energético limitado y obliga a colocar captadores y placas solares para obtener agua caliente sanitaria (ACS); y por el Plan de Energías Renovables 2005-2010, que incentiva a quienes instalen energía fotovoltaica hasta garantizar un buen retorno de la inversión realizada, algo muy valorado en un momento de crisis en el sector de la construcción.
- Obtener agua caliente sanitaria apenas requiere trámites. Se obtiene mediante una instalación de energía solar térmica.
- Todo lo contrario si se trata de energía solar fotovoltaica, que permite convertirse en productor de energía. Se requiere permiso de obra; el visto bueno del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio; darse de alta como productor; pedir el impacto ambiental de la obra al Ministerio; cumplir con las reglamentaciones de cada comunidad autónoma; finalmente, también es necesario pedir la conexión con la compañía eléctrica.
Conocer el origen de la energía que consumimos
En 2003 se inició en España, a petición europea, la liberalización del mercado de la energía eléctrica. Se puede elegir la empresa eléctrica a la que se contrata electricidad. No obstante, a los problemas de cambiar de compañía se añade uno más: si lo que queremos es contratar energía “limpia”, producida íntegramente con métodos renovables, sólo se puede recurrir a una sola empresa en toda España.
Se llama Electra Norte, una empresa con sede en Asturias, que genera y distribuye energía creada sin combustibles fósiles a todo el Estado. Según Electra Norte:
- Sus fuentes son sólo renovables.
- Utilizan energía eólica como principal fuente de suministro (95% de la producción); minihidráulica (4%); y fotovoltaica (1%).
Electra Norte es la única compañía en España que se compromete, por contrato, a garantizar que “el 100% de la electricidad que consuman nuestros clientes será generada (…) a partir de fuentes renovables con bajo impacto sobre el medioambiente.”
Más allá de la oferta de esta empresa, prácticamente desconocida, el consumidor se encuentra indefenso ante lo que Greenpeace considera “campañas engañosas y con evidentes probabilidades de fraude”.
La organización se refiere a las ofertas de “energía verde” ofrecidas por Iberdrola; las de luz y gas de Endesa, en las que siempre está presente la “sostenibilidad”; la de “ahorro energético” de Unión Fenosa; la de Gas Natural, que llega a regalar electricidad en función del aumento del consumo (a más consumido, más energía regalada).
Ninguna de las compañías mencionadas puede garantizar por contrato que la energía que ofrecen al consumidor ha sido generada en su totalidad con fuentes renovables.
Una alternativa a comprar energía limpia: producirla uno mismo
Existe una respuesta del consumidor interesado en emplear energía limpia, o en no usar energía alguna, en todas las actividades cotidianas en las que sea posible, como en el consumo en el hogar o en la segunda residencia.
Cualquier persona, empresa o institución puede instalar paneles solares fotovoltaicos:
- Una instalación solar fotovoltaica convierte al consumidor en productor.
- La energía conseguida puede consumirse en el hogar o venderse a la red convencional. Esta energía está regulada a un precio de 0,4 euros por kilovatios-hora (kw/h), si la potencia instalada no supera los 5 kilovatios.
- Convertirse en productor autogestionado implica, primero, calcular la instalación fotovoltaica que se desea realizar y calcular su precio, que se puede amortizar en unos años. Además, entre el 15% y el 40% se puede recuperar sin necesidad de amortizar la instalación con el consumo y venta de energía, gracias a las subvenciones públicas existentes.
Los trámites para poner en marcha una instalación fotovoltaica son complicados. Además de las fuentes informativas independientes y las relacionadas con las administraciones (Instituto para el Ahorro y la Diversificación de la Energía, etcétera), existen entidades como la Asociación de Servicios Energéticos Básicos (SEBA), con sede en Barcelona.
SEBA es una organización de consumidores sin ánimo de lucro que, ante la falta de información concisa sobre la autogestión energética, asesora a miembros y personas interesadas sobre la producción propia de energía sostenible.
- Para la organización, el objetivo es que cualquiera, en cualquier ubicación, pueda instalar energía solar, microhidráulica o eólica, con el único límite del propio presupuesto con que se cuenta; ya se trate de generar energía para autoconsumo o para venderla a las eléctricas.
- SEBA se ha especializado en la recuperación de núcleos rurales abandonados: las casas o masías aisladas pueden restaurarse y autogestionar su energía. Las casas que, además, quieren conectarse a la red eléctrica, también son ayudadas a ello.
- El único requisito para recibir el asesoramiento es la cuota de socio.
La organización prepara una propuesta técnica y económica a quienes quieren ser autónomos energéticamente. SEBA “se encargará de la gestión de las subvenciones, la selección del instalador, puesta en funcionamiento, formación sobre el buen uso de la instalación y su mantenimiento“. La organización tiene alrededor de 700 socios.
Producir energía eléctrica y verterla en la red
Si lo que nos hemos propuesto es producir energía limpia para que nuestro gasto energético se lleve a cabo con fuentes renovables, existe un escollo relacionado con el funcionamiento del propio sistema eléctrico.
Como Sònia Blasco, de SEBA, explica a faircompanies, “si un usuario quiere amortizar la instalación fotovoltaica vendiendo la energía generada a la red, esta energía se mezcla con el caudal existente en la red, producido también con fuentes no renovables.
La paradoja es que, mientras el usuario vende energía limpia, al estar conectado a la red, la propia electricidad que consume proviene del caudal común.”
Este sistema permite amortizar una instalación fotovoltaica. Sin embargo, no garantiza al consumidor que la energía que consume es limpia.
Las empresas eléctricas no parecen interesadas en ayudar a la Administración a que pueda dirimirse claramente de dónde proviene lo que uno consume. ¿Por qué un usuario puede optar por alimentos, ropa y transporte con una pequeña huella ecológica y, en cambio, se debe conformar, por obligación, a consumir electricidad generada por carbón?
Una factura eléctrica clara y estándar: primer paso para el consumo energético crítico
Una ley de julio de 2006 obliga a las eléctricas a detallar en la factura el origen de la electricidad vendida al consumidor. En la práctica, la información que se da en la factura continúa siendo deficitaria.
Pero ahora queda por ver cómo se dará esa información en la factura, para que sea fácilmente inteligible. La ley obliga a que el diseño de la factura sea igual en las diferentes compañías, pero poco más. Por eso, Greenpeace ha propuesto un etiquetado que siga unas premisas más exigentes:
- La compañía eléctrica ha de dar información sobre el origen de la electricidad que vende, con un listado estándar de fuentes de energías.
- El impacto ambiental relacionado con la emisión de CO2 (principal responsable del cambio climático) y la producción de residuos radiactivos debe incluirse claramente en la factura.
- Información comparativa de la media del consumo del cliente con la media del sector.
- Un organismo independiente, como la Comisión Nacional de Energía, debe ser el encargado de la elaboración y verificación de los datos.
Las tarifas eléctricas continúan siendo subvencionadas en España. Como denuncian varias organizaciones, la tarifa es inferior a los precios de la electricidad en el mercado. Según Greenpeace, “mientras se mantenga una tarifa inferior a los costes de mercado, es imposible que exista ninguna oferta comercial de electricidad.”
La energía solar
La energía solar parece abrirse paso finalmente en uno de los países europeos con más horas de sol. La regulación del Estado garantiza la rentabilidad de las instalaciones solares durante 25 años.
El retorno de la inversión efectuada, que los expertos sitúan entre un 8% y un 12%, ha provocado que usuarios particulares y empresas se hayan lanzado a instalar huertas solares. Aunque instalar una huerta solar y conectarla a la red eléctrica no es tan sencillo.
La energía solar recibe inversiones, tanto particulares como empresariales, en toda España. El objetivo es situarse en cabeza en el uso de energía solar, como ya ocurre con la energía eólica, donde Iberdrola y Acciona, dos empresas españolas, rivalizan por el liderazgo mundial.
Según las previsiones del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE), el 1% de la potencia eléctrica española provendrá de los paneles fotovoltaicos en 2010.
Los fenómenos que han impulsado la energía fotovoltaica son “la proliferación de huertas solares, la irrupción de pequeños electrodomésticos alimentados con baterías solares o la construcción de viviendas bioclimáticas”, según una información de El País.
El Plan de Energías Renovables 2005-2010 tenía como objetivo para 2010 que hubiera en España una potencia fotovoltaica de 400 megavatios (MW), apenas el 1% de toda la instalada en España. La meta se alcanzará en 2008 y, dadas las proyecciones de instalación de las distintas comunidades autónomas, la energía solar fotovoltaica podría superar las metas previstas, muy poco ambiciosas.
En 2000 había instalados 2,85 megavatios de producción fotovoltaica; en 2004, 37. A finales de 2006, 137 megavatios. Mientras se espera superar los 400 en 2008, ya hay peticiones en Extremadura para instalar 900 vatios más. En Castilla-La Mancha, 600; y en Andalucía, las peticiones formales ascienden a casi 200. Las empresas del sector hablan de 6.000 megavatios proyectados en España, y la mayor patronal de energías renovables, APPA, eleva la cifra a 18.000.
Instalaciones de energía solar fotovoltaica en España (Fuente: diario El País)
Potencia instalada en megavatios, en 2006:
- Navarra: 25,24.
- Castilla y León: 15,32.
- Comunidad Valenciana: 13,83.
- Andalucía: 12,24.
- Cataluña: 7,20.
- Canarias: 6,28.
- Castilla-La Mancha: 6,07.
- Murcia: 5,30.
- Madrid: 5,02.
- País Vasco: 4,57.
- La Rioja: 3,10.
- Baleares: 2,61.
- Galicia: 1,79.
- Aragón: 1,54.
- Extremadura: 0,61.
- Cantabria: 0,53.
- Asturias: 0,36.
Evolución de la potencia fotovoltaica instalada en España, en megavatios:
- 2000: potencia total, 11,8 / potencia instalada, 2,4.
- 2001: 5,6 / 3,8.
- 2002: 20,5 / 4,9.
- 2003: 27 / 6,5.
- 2004: 37,4 / 10,4.
- 2005: 57,6 / 20,3.
- 2006: 118,2 / 60,5.
Según Javier García Breva, director general de la empresa de energía solar Solynova, de Castilla y León, “España cuenta con un 35% más de irradiación solar que otros estados como Alemania, pero que sin embargo tenemos una producción diez veces inferior a la suya. La Unión Europea nos obliga a que hasta el 2010 multipliquemos por cinco el esfuerzo que hemos hecho hasta ahora con respecto a la energía solar fotovoltaica.”
Electricidad producida con energías renovables, incluyendo la energía hidroeléctrica (Fuente: New Energy Finance):
- España: Proporción actual de energía verde sobre el total: 17,2% / objetivos del país para 2010: 29,4%.
- Italia: 16,5% / 29,4%.
- Francia: 11% / 21%.
- Alemania: 10,4% / 12,5%.
- Estados Unidos: 10% / No hay objetivos federales, aunque sí regionales (en 21 Estados).
- China: 7,7% / 15% (*en 2020, en lugar de 2010).
- Gran Bretaña: 4,1% / 10,4%.
- Japón: 3% / 7%.
Suministro total mundial de energía en 2004 (Fuente: The Economist):
- Petróleo: 34,3%.
- Carbón: 25,2%.
- Gas: 20,9%.
- Nuclear: 6,5%.
- Renovables: 13,1% (Biomasa, 10,4%; hidroeléctrica, 2,2%; geotérmica, 0,41%; eólica, 0,064%; solar, 0,039%; mareas, 0,0004%).
País ideal para la energía solar
Una central de 10 megavatios tiene la potencia necesaria para abastecer el consumo doméstico de 5.000 familias. 400 megavatios de energía fotovoltaica instalada (previsión para 2010 que se alcanzará en 2008), servirían para abastecer a 200.000 familias. 6.000 megavatios equivaldrían a abastecer a 3.000.000 de hogares. 18.000 megavatios instalados (las previsiones más optimistas, de APPA), supondría abastecer a 9 millones de familias.
Como los objetivos de la energía fotovoltaica para 2010 del Ministerio se van a cumplir ya, al haberse alcanzado más del 80% de los 400 MW previstos, el gobierno ha decidido elevar los objetivos a 1.200 MW, pero tiene previsto recortar su retribución, algo que no ha gustado a la incipiente industria de la energía solar. No habrá prima más allá de los 25 años y la retribución se reduce de 0,44 euros el kilovatio por hora a 0,31 en el caso de las huertas o parques solares.
Desde el 26 de mayo de 2007, se garantiza que las instalaciones de entre 0,1 y 10 megavatios recibirán unos 41 céntimos por kilovatio producido durante los primeros 25 años de funcionamiento. Después, el precio baja hasta los 33 céntimos. Como producir un kilovatio en España ronda los 25 céntimos, la prima garantiza recuperar la inversión con creces.
Instalar paneles solares fotovoltaicos es, en estos momentos, un negocio rentable que, sin embargo, no garantiza al consumidor privado que entrega energía limpia y obtiene, a cambio, también energía limpia.
De momento, el modelo dice que se puede vender energía limpia a buen precio; eso sí, consumiendo electricidad que proviene de fuentes desconocidas.
Alimentos orgánicos, locales o de comercio justo. Ropa de tejidos orgánicos que tratan respetuosamente a sus trabajadores. Bicicleta. Producción fotovoltaica. ¿Consumo eléctrico derivado del carbón? Al fin y al cabo, vivimos en un momento en que todavía conviven el iPod y el motor de combustión, el ordenador portátil y las plantas de cogeneración eléctrica con carbón.