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Habitáculos sobre vías: la 2a. vida de vieja infraestructura

¿Qué uso puede dársele a una infraestructura tan regular, homogénea y duradera como las viejas vías férreas abandonadas a su suerte en lugares remotos? 

Una nueva generación de diseñadores e inventores, muchos de ellos amateur, propone desde convoyes de viviendas modulares itinerantes sobre vías a vehículos para la exploración individual. 

Son exploradores del concepto “low-high tech” y, quizá, pioneros de nuevos sectores tecnológicos.

Sobre superar la crisis de inventores e industrias

En una ocurrencia ya famosa, el cofundador de Paypal e inversor de capital riesgo Peter Thiel se refirió a la falta de innovación rompedora más allá del sector de las tecnologías de la información con una frase lapidaria: “Queríamos coches voladores, y a cambio nos dieron 140 caracteres”.

La ocurrencia persigue a Thiel, que tiene que explicarla en cada entrevista que concede o acto público al que acude. No es nada más que una metáfora, pues -Thiel explica- quizá la idea de los coches voladores sea simplemente una mala idea, y Twitter se ha convertido en una herramienta útil para quienes han sabido adaptarla a sus necesidades.

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Muchos en Silicon Valley dan la razón a Peter Thiel, cuya clase sobre innovación en Stanford reconvertida en ensayo (Zero to One) gracias a los apuntes tomados por uno de sus alumnos, es uno de los alegatos más lúcidos y decididos sobre el papel de la innovación en las sociedades.

Pensar sobre el futuro inspirándose en lo obsoleto

¿Qué ocurrió con el futuro? Estudiantes, inversores, filósofos y futurólogos no quieren enzarzarse ahora en sesudas definiciones sobre qué es “futuro” y cuál será la tecnología de dicho futuro, sino aprovechar años -en muchos casos, décadas- de materiales y tecnologías cada vez más maduras para crear los productos con que todos han soñado.

El sudafricano afincado en California Elon Musk, también cofundador de Paypal y fundador de Tesla Motors y SpaceX, es uno de los empresarios e inversores en crear nuevos productos y tecnologías que den vida a nuevos sectores y, a su vez, sirvan de base para ir todavía más allá.

En lugar de centrarse únicamente en un mero desarrollo incremental (mejorar, diferenciar o abaratar lo existente), laboratorios y pequeñas empresas -o gérmenes de pequeñas empresas- cacharrean con motores, materiales, sistemas de colaboración en tiempo real, impresoras y fresadoras de control numérico para prototipar el futuro. O, dicho con más propiedad, pedazos de futuro en forma de productos y servicios.

En busca del patinete levitador (“hoverboard”)

Medios de transporte público que multipliquen por varios enteros la velocidad de los trenes más rápidos (Hyperloop, una propuesta de Elon Musk); vehículos personales voladores que combinen la flexibilidad del automóvil con la libertad de movimiento de un pequeño helicóptero o avioneta; vehículos personales motorizados que se desplazan erguidos sobre dos ruedas (el ya veterano Segway)…

O, por qué no, las primeras aproximaciones serias a monopatines (patinetas) con motor para desplazarse por lugares interurbanos a velocidad considerable y con suficiente autonomía como para evitar la recarga constante.

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Kirsten Dirksen nos muestra en un reciente vídeo cómo unos estudiantes de robótica fundaron Boosted Boards en San Francisco, empresa inspirada en la cultura “maker” que ha diseñado y fabricado el primer precedente serio -y todavía terrestre- del monopatín levitador de Regreso al futuro, el “hoverboard“:

Más allá de la mejora incrementalista

La firma de capital riesgo del propio Peter Thiel, Founders Found, se autodefine como una gestora con vocación efectiva de tecnologías del futuro, puesto que “creemos que el abandono del apoyo de tecnologías transformadoras en favor de inversiones más cínicas e incrementalistas, ha roto [el auténtico, valioso o crucial papel de] el capital riesgo”.

Pero la tecnología más puntera no sólo está compuesta por grandes pasos hacia adelante, sino también en adoptar y aprovechar la mejor tecnología previa, como infraestructura, materiales, cultura organizativa y tolerancia por el riesgo, abaratamiento de procesos de diseño y producción bajo demanda y en tiempo real.

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Incluso la tecnología y las infraestructuras más obsoletas a simple vista o en el primer análisis serio constituyen un filón potencial para nuevas ideas, tan rompedoras como los sueños más inspiradores que llegan -en forma de proyectos para ser analizados- a la mesa de Founders Fund (firma de capital riesgo del propio Peter Thiel), Andreessen Horowitz, etc.

Los mejores desechos de la era industrial: un inventario al alcance de cualquiera

He aquí una pequeña muestra de tecnologías con potencial centradas en aprovechar viejas ideas, productos o infraestructuras:

  • contenedores logísticos (transportables, estándar, apilables, resistentes, económicos, disponibles) como nueva unidad básica (o pieza LEGO; o equivalente a la unidad de medida ideal japonesa, “ken“, equivalente a un tatami) para proyectos de arquitectura y urbanismo “ligeros” (“lean urbanism”);
  • viejos edificios, antiguas colonias fabriles, puentes y viaductos en desuso como base para nuevos proyectos urbanísticos, industriales, turísticos o una combinación de estas posibilidades; diseñadores y estudios arquitectónicos han propuesto, por ejemplo, colonias de viviendas modulares instaladas en los pilares de grandes viaductos, a menudo situados en localizaciones de interés -cursos fluviales, depresiones montañosas y horcajos de difícil acceso, depresiones con vistas a valles o al mar, etc.;
  • grandes navíos de transporte de contenedores logísticos o de prospección petrolera a punto de ser desguazados que podrían albergar una pequeña colonia utópica junto al puerto de alguna ciudad vibrante;
  • ingentes cantidades de materiales y piezas industriales desguazadas y abandonadas en basureros o incluso junto a viviendas: materiales y objetos manufacturados de sectores como el del automóvil o el de la construcción podrían servir de base para nuevos productos de alta tecnología (desde las casas prefabricadas del futuro hasta nuevas familias de vehículos);
  • vías férreas en buen estado o fácilmente reparables que se encuentran en desuso, tanto en redes públicas como privadas, para permitir el desplazamiento de nuevos vehículos y convoyes sobre vías férreas, que podrían activar un nuevo tipo de urbanismo y turismo nómada, convirtiendo contenedores en viviendas o habitaciones, creando nuevos vehículos automotores más ligeros y, por ejemplo, translúcidos, etc. 

Qué queda de la era del ferrocarril

Varias de las tecnologías e infraestructuras en desuso u obsoletas descritas se pueden combinar con la última mencionada, referida a la infraestructura ferroviaria en desuso.

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Muchas antiguas vías se extienden por zonas con insuficiente demanda de pasajeros y mercancías como para justificar su explotación; en la Europa continental, donde la decisión de explotar vías férreas ha recaído históricamente sobre las administraciones, aquellas localizaciones clausuradas coinciden con las que no afectan el rédito político.

Por su carácter a menudo aislado y pintoresco, destacan las infraestructuras ferroviarias proyectadas -a menudo a inicios de la Revolución Industrial- para conectar industrias con centros puertos y centros de mercancías; o las que recorrían territorios de explotación agrícola, ganadera, minera o forestal.

El potencial de vías férreas sin usar en parajes remotos

Varias de las rutas ferroviarias más famosas del mundo, desde el Transiberiano al Orient Express, pasando por la que conecta Estados Unidos o Australia de costa a costa, se mantienen parcial o totalmente gracias a su interés turístico.

Otras rutas igual o más pintorescas aunque, eso sí, más cortas que los grandes viajes en tren de la época romántica, no han corrido la misma suerte y las vías permanecen en desuso, cubiertas por la maleza y a la espera de caer en el olvido y, quizá, alcanzar en el futuro el estatus de “ruina” de viejas civilizaciones…

Vías férreas por el Medio Oeste y la Costa Oeste de Estados Unidos (incluyendo la que recorre los condados vitivinícolas y forestales -con los únicos bosques de secuoyas del mundo- desde las afueras de San Francisco hasta Oregón, al norte), así como extensas rutas de México y el resto de Latinoamérica, Europa, Asia Central y África, han sucumbido ante el desinterés del mercado y la política.

El ferrocarril que conectaba las Grandes Llanuras y el Oeste de Estados Unidos

Desde *faircompanies hemos tenido oportunidad de visitar tramos de algunas de estas rutas, tanto por el Suroeste de Estados Unidos como por la antigua ruta ferroviaria que conectaba San Francisco con el Noroeste del Pacífico por la costa.

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En este último caso, la ruta interior que conecta los Estados de la Costa Oeste desde Los Ángeles hasta Seattle, se mantiene tanto para el transporte de mercancías como para los románticos del ferrocarril que prefieran cubrir en tren las 1.377 millas (2.216 kilómetros) de distancia entre el sur de California y Seattle.

El tren de pasajeros Amtrak que cubre la ruta se denomina Coast Starlight pese a descender desde Eugene (Oregón) a través de Sacramento, Emeryville, Oakland y San José, rodeando la bahía de San Francisco por su interior.

El resto de líneas a través de la Costa Oeste ahora en desuso, como la West Coast o la Cascade, conectaban a través del nudo ferroviario de Seattle con la Great Northern Railway, la línea férrea que vertebró el norte del país más allá de las Grandes Llanuras desde el Pacífico hasta Saint Paul, Minnesota en su extremo más oriental, entre 1857 y 1970.

(La imposibilidad de) Visitar en tren el valle vitivinícola de Alexander

Algunos de los tramos en desuso de esta inabarcable extensión del Oeste estadounidense (sólo la Great Northern Railway cubría 8.368 millas -13.467 kilómetros-) se adentran por dramáticos paisajes cuya belleza es difícil de experimentar desde el aire o la autopista. 

Tramos de las Montañas Rocosas y las inmediaciones de Yellowstone, en el interior, o parajes con la belleza del vitivinícola Alexander Valley -condado de Sonoma, dos horas al norte de San Francisco-, son atravesados por vías olvidadas.

El vecino norteamericano del sur comparte con Estados Unidos la belleza y aislamiento de algunos de sus parajes más apartados… así como el desuso de las vías férreas que los atraviesan. 

Buena parte de la red ferroviaria mexicana fue abandonada en 1995 debido, en favor del transporte de pasajeros y logístico tanto aéreo como por carretera.

Una “sonda de exploración” -sobre vías férreas- del paisaje mexicano

La rápida degradación de esta infraestructura llevó a los artistas conceptuales Iván Puig y Andrés Padilla (Los Ferronautas), a diseñar la Sonda de Exploración (SEFT-1), un vehículo retro-futurista con reminiscencias Mad Max, Airstream y sonda retro de la Nasa para, literalmente, “explorar” los paisajes que se abren desde la ventanilla del vehículo a lo largo de los 5.500 kilómetros de vía férrea en México y más allá… tanto al norte como al sur, a través de Centroamérica y Sudamérica.

El vehículo privado y totalmente operativo diseñado por Iván Puig y Andrés Padilla les llevó entre 2010 y 2012, a menudo a través de viaductos imposibles, cordilleras olvidadas y espesos bosques húmedos, hasta Ecuador. 

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Puig y Padilla documentaron el trayecto con vídeos, fotografía y notas que se convirtieron en una exposición itinerante que llegó a Londres en el verano de 2014.

¿Y si, como han demostrado Los Ferronautas con su particular romanticismo retro-futurista, la infraestructura en desuso tuviera una segunda oportunidad? Podrían vehículos y habitáculos (habitaciones, viviendas, oficinas sobre ruedas), recorrer las vías férreas en desuso desde la Costa Este a la Costa Oeste de Norteamérica, o desde Alaska hasta la Tierra del Fuego?

Una ciudad sobre ruedas: edificios modulares sobre vías muertas

Un concurso arquitectónico de la pequeña localidad noruega de Åndalsnes inspiró al estudio arquitectónico Jagnefalt Milton para crear A Rolling Master Plan, una serie de pequeños y sencillos edificios y con distintas formas prefabricados sobre plataformas con ruedas para desplazarse por vías férreas.

Los edificios de Jagnefalt Milton para el plan urbanístico de Åndalsnes, con exterior de madera y amplios ventanales, se desplazarían tanto sobre las vías en desuso ya existente como sobre cualquier nueva vía construida. Al tratarse de unidades autónomas sobre ruedas, éstos se moverían de un lado a otro según los usos y eventos planeados, la estación del año, etc.

La propuesta A Rolling Master Plan incluye, entre las unidades sobre vías férreas, un hotel móvil, una piscina y una sala de conciertos.

Cápsulas transparentes para explorar ferrocarriles urbanos abandonados

A medio camino entre la visión artística de Iván Puig y Andrés Padilla, cuya Sonda de Exploración retro-futurista sobre raíles carece de planes industriales, y el barrio modular sobre ruedas A Rolling Master Plan de los suecos Jagnefalt Milton, el estudio francés de diseño urbanístico HeHe ha diseñado Métronome y M-Blem, prototipos de vehículo privado cilíndrico y transparente para el “surfeo del futuro”, o desplazarse por vías férreas abandonadas.

Métronome y M-Blem se engloban dentro del plan conceptual Train Project de HeHe, y el estudio lo considera un estudio artístico preliminar para convertir el transporte más pesado y centralizado en una oportunidad para la exploración ligera e individual.

El tren de los equipamientos culturales

La preexistencia de una red ferroviaria puede ser también un método efectivo para acercar equipamientos a lugares que carecen de ellos. En Ecuador, la firma de diseño Al Borde reconvirtió un viejo tren en desuso tras la clausura de la vía férrea que recorría en el Vagón del Saber, un convoy que realiza paradas junto a comunidades remotas, convirtiéndose en equipamiento cultural itinerante.

El Vagón del Saber recuperó una ruta que llevaba 12 años en desuso, con el consiguiente riesgo de degradación irreversible. Los vagones renovados se convirtieron en espacios ventilados que amplían su superficie con toldos retráctiles que convierten la superficie de un contenedor logístico sobre ruedas en un centro social, un teatro, un aula o un centro de información itinerantes. 

Los vehículos y modelos conceptuales para reutilizar infraestructura férrea a medida que cae en el olvido combinan su espíritu retro-futurístico con la ingenuidad de los primeros diseños que avanzan tendencias e invenciones potenciales.

Norry: si hay vía, podemos usarla

Además de los diseños mencionados, cacharreros y “makers” de todo el mundo trastean con diseños y materiales a su alcance para “surfear” las vías abandonadas, a menudo con un cierto halo “western” futurista, steampunk o à la Mad Max, aunque no faltan proyectos que parecen surgidos del cuaderno de El Principito

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En Camboya, por ejemplo, la falta de alternativas de transporte y la imaginación han iniciado una barata, segura e imaginativa tendencia en el transporte familiar y de mercancías: el norry, o plataforma -a menudo de madera o bambú- sobre dos ejes situados en las vías abandonadas proyectadas por Francia, antigua metrópolis colonial.

Es el caso de los diseños “minimalistas” de HeHe para Eslovaquia (para transportar cosas por la vía) y Estambul (una pequeña plataforma acolchada para desplazarse por las redes de tranvía en desuso).

Cuando no hay nada más que quitar: un palé para “surfear”

Antoine de Saint-Exupéry, autor de El Principito, tenía una idea minimalista sobre el diseño industrial que partía de su propia experiencia al mando de máquinas como los vehículos y avionetas que pilotó hasta su muerte.

Según Saint-Exupéry, “se consigue la perfección no cuando no hay nada más que añadir, sino cuando no hay nada más que quitar”. Adaptando esta idea a la reutilización de vías muertas, en este caso vías de tranvía, surge un vehículo portátil, barato, elaborado con un objeto logístico tan ubicuo o más que el contenedor logístico: el palé de madera (EUR-pallet): el Tramboarding.

El Tramboarding es apenas un palé con cuatro ruedas que, encajadas sobre las vías de un tranvía, permiten a cualquiera deslizarse por la calzada con suavidad, aunque también permitiría mover mercancías sin esfuerzo. 

El diseño, realizado por el artista eslovaco Tomas Moravec y probado en Bratislava, funcionaría también en Antwerp, Basilea, Belgrado, Berna, Fráncfort, Helsinki y Zurich, entre otras ciudades con red de tranvía de ancho adecuado y tramos en desuso.

Primeras iteraciones de un sector high-low tech

Contenedores y palés logísticos, así como vías férreas abandonadas, carecen del romanticismo de objetos menos comunes y de carácter cultural o artesanal.

No obstante, su naturaleza estándar, coste marginal a la baja y durabilidad convierte a objetos como contenedores e infraestructuras tales como vías muertas en una oportunidad para experimentar con nuevos sectores retro-futuristas. 

¿Equipamientos culturales, turísticos, residenciales, laborales o una combinación de éstos, capaces de moverse con las oportunidades y las estaciones, en busca de aventura y naturaleza? Quizá ocurra, o quizá no. 

De momento, contamos con las primeras propuestas artísticas y conceptuales consistentes.

10 habitáculos y medios de tansporte diseñados para aprovechar vías férreas

A continuación enumeramos diez proyectos para reutilizar vías férreas abandonadas, desde conceptos básicos que recuerdan el ferrociclo, una plataforma ligera sobre la vía a la que se acopla una bicicleta convencional para desplazarse a pedales por la vía.

Otros vehículos a pedales adoptan un chasis de 4 ruedas para acoplarse a la vía con mayor naturalidad.

1. Vehículo retro-futurista Sonda de Exploración Ferroviaria Tripulada SEFT-1 por Iván Puig y Andrés Padilla (México)

2. Ciudad modular móvil A Rolling Master Plan que se desplaza sobre vías férreas en función del uso y la estación por el estudio sueco Jagnefalt Milton (concurso municipal de Åndalsnes, Noruega)

3. Vehículo cilíndrico con estructura metálica y cubierta transparente Métronome y para “surfear” por vías periurbanas abandonadas por HeHe (The Train Project, París, Francia)

4. Vehículo cilíndrico transparente M-Blem para “surfear” por vías abandonadas por HeHe (The Train Project, París, Francia)

5. Convoy ferroviario Vagón del Saber con unidades reconvertidas en habitaciones ventiladas de toldo retráctil para eventos por Al Borde (Ecuador)

6. Sistema de transporte individual entre Zilina y el centro artístico de Stanica por HeHe (The Train Project, Eslovaquia)

7. Plataforma “hazlo tú mismo” -DIY- de bambú con ejes sobre vías abandonadas “norry” (Battambang y otras ciudades, Camboya)

8. Cápsula futurista individual transparente con forma de diamante para desplazarse sobre una vía de tranvía por HeHe (Valenciennes, Francia)

9. Palé sobre ruedas para desplazarse “surfeando” sobre vías de tranvía abandonadas por Tomas Moravec (Bratislava, Eslovaquia)

10. Vehículo a pedales “hazlo tú mismo” -DIY- sobre dos ejes con ruedas (de 17, 12 o 6 pulgadas) para desplazarse por llanuras remotas de Norteamérica por Rail Riders (Estados Unidos)