Tim O’Reilly reta a la nueva generación de emprendedores. El intelectual, editor de libros y sitios web sobre nuevas tecnologías, así como organizador de eventos en Silicon Valley y acuñador del término “Web 2.0”, es reconocido por su buen olfato para prever tendencias disruptoras en los mercados cultural y tecnológico.
O’Reilly ha publicado en los últimos meses varios artículos y concedido entrevistas donde mascullaba una idea que finalmente difundió como presentación en la conferencia ETech, hace unos días. En ella, lanza un mensaje a los emprendedores, que han estado hasta ahora “entretenidos en lanzar servicios absurdos para enriquecerse rápidamente”, en lugar de ofrecer soluciones a un mundo que padece graves problemas climáticos, epidemias y la peor crisis en décadas.
El mensaje de O’Reilly: los emprendedores deben “trabajar en cosas que importan”. Pero, ¿cuáles son las cosas que importan? Echamos un vistazo a las tesis de Tim O’Reilly y las situamos en su contexto. Sigue leyendo.
Al tajo (pero no cualquier tajo)
“Los retos más grandes del mundo son a su vez las mayores oportunidades”. Tim O’Reilly, discurso “Work on stuff that matters“, ETech Conference en San José (California), marzo de 2009.
La Bahía de San Francisco acogió uno de sus muchos eventos relacionados con las nuevas tecnologías entre el 9 y el 12 de marzo.
ETech, que tuvo lugar en San José, se autodefine como “la Conferencia de Tecnologías Emergentes de O’Reilly”, y el evento insignia de O’Reilly Radar, un medio on-line influyente en Silicon Valley y fundado por el editor y organizador de eventos tecnológicos Tim O’Reilly, un “baby-boomer” con aire juvenil, aspecto de despistado intelectual siempre vestido con ropa cómoda y deportiva, una pragmática tendencia que forma parte de la personalidad de muchos habitantes de la Bahía de San Francisco.
Un californiano de origen irlandés con especial olfato tecnológico
Tim O’Reilly (sus notas en Twitter), un gurú que esconde tras su atuendo casual una visión tecnológica que le llevó a acuñar el término Web 2.0 para designar a una nueva oleada de aplicaciones web llegada a partir de 2004, al amparo del éxito del modelo publicitario propugnado por Google, cree que ha llegado el momento de que una nueva generación de emprendedores trabaje en “cosas
que importan al mundo“.
Este estudiante de letras puras nunca ha visto a la tecnología como un fin en sí mismo y su personalidad ecléctica e interdisciplinar (en contraposición al diletantismo sin ton ni son que practican otros) es muy tenida en cuenta en un lugar famoso por ofrecer dinero a ideas innovadoras que en cualquier otro sitio del mundo podrían no ser entendidas o ser simplemente catalogadas como disparatadas.
O’Reilly no sólo publica los libros sobre ciencia computacional y programación más respetados en Estados Unidos (a través de O’Reilly Media); sus eventos son igualmente seguidos por analistas, blogueros y público próximo a las tendencias tecnológicas que siguen emanando desde la Bahía de San Francisco.
Debido a que en sus conferencias coinciden los expertos y empresarios del momento en nuevas tecnologías e Internet (Web 2.0 Conference) y también en desarrollo sostenible y tecnologías limpias en general (la mencionada Emerging Technology Conference, o ETech), el propio Tim O’Reilly es uno de los personajes con mayor acceso a la información tecnológica relevante en este mundo.
De ahí que sea invitado regularmente a participar en el Foro Económico Mundial de Davos, cuya edición de 2009 ha sido especialmente irrelevante, sin presencia de pesos pesados de la nueva Administración de Estados Unidos.
Trabajar en “cosas que importan”
¿A qué se refiere Tim O’Reilly cuando reta a los emprendedores tecnológicos a trabajar en ideas que realmente importen a la sociedad?
Siguiendo la línea de la Administración Obama, Tim O’Reilly cree que la situación económica actual, tan profunda que pone en tela de juicio el sistema de supervisión de las instituciones económicas y los propios cimientos del capitalismo, es una oportunidad inmejorable para trabajar en soluciones que transformen radicalmente el mundo.
La prescripción de O’Reilly es toda una declaración de principios que no renuncia al idealismo y a valores como la búsqueda de un futuro mejor para la humanidad, la expansión más democrática posible del conocimiento o la extensión de modelos sostenibles a todos los ámbitos de la sociedad.
Como si este licenciado en Clásicas por la Universidad de Harvard, impulsor del software libre y del lenguaje de programación Perl, no renunciara a los valores contraculturales que le llevaron desde su Cork natal (Irlanda) a Silicon Valley.
O’Reilly utilizó ETech como escenario para concretar su manifiesto Trabajar en cosas que
importan (“Work on stuff that matters”):
- Trabajar en algo que te importe más que el dinero: hay que atreverse, según O’Reilly, con modelos de negocio que no se obsesionan con los beneficios trimestrales e inician su andadura sin beneficios instantáneos.
- Crear más valor del que uno puede acaparar para sí mismo: la “accountability” (mantener una genuina honradez en el negocio y devolver a la sociedad parte de los beneficios). La responsabilidad social bien entendida entronca con esta idea.
- Construir un modelo simple y dejarlo evolucionar: en el nuevo ecosistema económico, los buenos productos son los que lograr proporcionar plataformas para que clientes, colaboradores e incluso competidores puedan usar para copar sus propias necesidades y generar sus propios productos. ElPC, la World Wide Web o Twitter son algunos garantes de esta mentalidad, según O’Reilly.
- Aumentar lazos con quienes aumentan tu alcance: los sistemas con mayor proyección necesitan ser diseñados para adoptar innovación externa. Google ha logrado aumentar la difusión de productos como GoogleMaps permitiendo a terceros crear aplicaciones personalizadas de este servicio cartográfico gratuito.
- Ser generosos al apoyar el trabajo de otros: cada vez será más importante mantener relaciones profesionales sólidas con individuos que compartan valores similares de colaboración y beneficio mutuo, lo que permite aprovechar la tracción de ideasdisruptoras y reduce costes en tiempos especialmente delicados.
La prescripción de Tim O’Reilly alimenta el sueño emprendedor desde el epicentro mismo del capital riesgo y el tejido educativo y empresarial que ha permitido a SiliconValley mantenerse relevante pese a que las propias tecnologías de la información hacen cada vez menos decisivo el lugar de procedencia de una empresa o idea para lograr el éxito.
Perseguir el dinero rápido con ideas absurdas
En una entrevista a Los Angeles Times, O’Reilly argumenta que Silicon Valley se ha apartado de la pasión y el idealismo que propulsan la innovación a seguir en su lugar lo que él llama la “loca persecución del pavo -dólar- con ideas cada vez más estúpidas”.
Algunos emprendedores, prosigue en la entrevista, se han instalado una burbuja de realidad hecha a medida, aislados de la pobreza, las enfermedades, el calentamiento global y otras ideas que están depredando el planeta.
Los emprendedores deberían seguir el modelo, según O’Reilly, de algunas de las empresas tecnológicas con más éxito del mundo, entre ellas Google (impulso de Google.org) o Microsoft (impulso de la Fundación Bill & Melinda Gates).
El contexto no es el más halagüeño para que la presentación de Tim O’Reilly tenga la mayor difusión. Se confirma que la producción de bienes de consumo y servicios ha caído en picado (tanto en Europa como en Estados Unidos, Japón y las economías emergentes). No hay vuelta de hoja y nos encontramos en una recesión sólo comparable a la de los años 30.
Pero los momentos de crisis no sólo provocan despidos masivos en pequeñas y grandes empresas; también aumenta el alumnado en las escuelas de negocio y los profesionales liberales emplean tradicionalmente los momentos coyunturales más delicados para reciclarse profesionalmente o fortalecer su formación.
El momento de los emprendedores
También en marzo de este año (¿será la primavera?), el semanario británico The Economist publica un informe especial sobre emprendedores.
El artículo subtitula “ser emprendedor se ha convertido en algo cool” y prosigue con una inspiradora cita de Víctor Hugo:
“Se puede resistir a un ejército invasor; pero no se puede resistir a una idea cuyo tiempo ha llegado”.
La revista, que nunca firma sus artículos como mandato de estilo desde su fundación en el siglo XIX, sentencia: “Hoy, ser emprendedor constituye esa idea”.
Según The Economist, asistimos al triunfo de las mentalidades industriosas y las personas con mayor capacidad de adaptación al cambio. El uso masivo del ordenador, el teléfono móvil e Internet ha derribado barreras sociales y económicas en todo el mundo y cualquiera puede ser emprendedor.
Hoy, dice el artículo, “incluso los innovadores sin acceso a grandes sumas de dinero pueden alcanzar mercados hasta hace poco vetados, sólo accesibles a las grandes organizaciones”.
Entre los ejemplos aportados, se reconoce el liderazgo conseguido por un ejército de blogueros que, muchas veces en pantuflas y desde sus casas, han logrado construir fieles audiencias, en ocasiones mayores que las de los propios medios de comunicación tradicionales.
El desarrollo de la computación en nube (“cloud computing“, conjunto de tecnologías que permiten ofrecer servicios a través de Internet por la fracción del precio necesario hace unos años y con superiores garantías técnicas, favorece la gestación de ideas sin necesidad de capital.
Es, asimismo, fácil encontrar potentes aplicaciones que, o bien son gratuitas y no requieren descarga (residen en la web), o bien son de código abierto y acceso libre (véase el espectacular crecimiento del sistema operativo Linux, a través de distribuciones como Ubuntu, en segmentos como el de los Netbook).
El teléfono móvil constituye otro de los pilares de esta revolución capitaneada por emprendedores, pese a que muchos de ellos no cuentan con dinero y siguen trabajando desde casa, tiempo después de haber puesto en marcha sus negocios.
Existen 3.300 millones de usuarios de telefonía móvil, o el 50% de la población mundial. Prácticamente la restante mitad tiene acceso indirecto a esta tecnología, por muy pobre y remota que sea su situación.
Ello ha provocado que países como Kenia se encuentren entre los lugares con un mayor número de ideas
innovadoras que emplean la telefonía móvil como canal.
La propia conferencia ETech de O’Reilly se encargó de dar eco mundial a algunas de estas innovaciones (cobertura de Wired) en sectores como el de los servicios de banca a través de SMS y otros sistemas móviles.
En un mundo en que ser emprendedor supone no tomar demasiados riesgos económicos y alcanzar fácilmente y sin necesidad de pagar peaje alguno una audiencia potencial de millones de personas, la recomendación-reto de Tim O’Reilly (“trabajar en cosas que importan”) adquiere su merecida importancia.
Prioridades para un mundo más sostenible, según ETech
Una de las presentaciones que más ha resonado tras la celebración de ETech es la de Jeremy Faludi, un académico de Stanford que colabora con el sitio Worldchanging.com y forma parte de Project Frog, una empresa que ha ideado una manera de ensamblar edificios prefabricados, modulares y ecológicos, sin huella ecológica perceptible e ideales para ser usados como escuelas.
La presentación (versión íntegra en PDF), partía de una interesante premisa: “si pudieras diseñar algo para crear un mundo más sostenible, ¿qué elegirías?”
Obviamente, existen tantas respuestas como inquietudes y experiencias personales que cualquiera podría aportar. Gracias a Internet, además, es posible acceder a un volumen de información abrumador sobre cualquier temática.
De ahí la valía del ejercicio de Faludi con su presentación: existe un conjunto de temas especialmente importantes, necesarios para crear un mundo más sostenible, donde habrá oportunidades para emprendedores avispados e ideasdisruptoras. Muchas de éstas se llevarán a cabo sin capital inicial y generarán productos y servicios con un alcance mundial.
Las prioridades para mejorar el mundo y trabajar en “cosas que importan” (siguendo el consejo de Tim O’Reilly), según Jeremy Faludi (ordenadas de mayor a menor importancia):
- Ciudades: pese a que las urbes concentran la mayoría de las otras prioridades, constituyen una entidad en sí mismas porque la planificación urbana puede llevarse a cabo a escala macro y estructural. Son necesarias tecnologías para reducir la polución; materiales baratos, duraderos y sostenibles; reconversión de antiguas zonas industriales en vibrantes zonas de innovación, etcétera.
- Edificios: deben pensarse en el contexto en que son construidos y actuar como un árbol, tal y como propugnan ideas como la permacultura. La creación de edificios que requieran cada vez menos energías puede aumentar drásticamente la eficiencia de las ciudades.
- Transporte: la tradicional apuesta por el automóvil en zonas del mundo como Norteamérica ha facilitado un modelo urbano disperso y con un impacto ecológico muy superior al de zonas donde la población se concentra en núcleos urbanos bien conectados con redes de transportes públicos. El transporte, tanto privado como público, cambiará drásticamente en los próximos años. Los coches eléctricos son una apuesta inminente.
- Comida y agricultura: repensar la agricultura para crear comida de calidad, sana y con una huella ecológica inferior. La población mundial usa el 8% del agua consumida, la industria el 22% y la agricultura acapara el 70%. Producir alimentos como la carne roja supone un derroche de agua y alimentos, además de contaminar más que la industria del automóvil.
- Generación de electricidad: Jeremy Faludi recuerda que la electricidad que consumen los hogares de todo el mundo sigue siendo producida mayoritariamente en plantas de generación energética que funcionan eminentemente con carbón. La minería contamina acuíferos y daña ecosistemas, mientras la quema de combustibles fósiles es uno de los instigadores del cambio climático.
- Planificación familiar: la población mundial aumenta peligrosamente. Contribuir a parar el crecimiento de la población mundial reducirá la huella ecológica del ser humano en su conjunto.
- Igualdad para las mujeres: se ha demostrado que el aumento de derechos de la mujer y su acceso a la educación reduce drásticamente la tasa de natalidad en los países menos desarrollados, a la vez que aumenta la riqueza de una sociedad.
- Otras industrias: la producción química, la industria papelera, la producción de cemento o la fabricación de dispositivos electrónicos y electrodomésticos son ámbitos con un gran impacto sobre el medio ambiente. Encontrar tecnologías disruptoras en estos sectores tendría un impacto positivo inmediato sobre el mundo.
Existen varios ámbitos necesitados de emprendedores que quieran dedicar su genuino esfuerzo y energía positiva en “trabajar en cosas que importan”. Recordando el citado artículo de The Economist, los trabajos de cuello verde son una idea cuyo tiempo ha llegado.
Trabajar en cosas que merezcan la pena. El mundo tiene la oportunidad de aprovecharse del ejército invasor de emprendedores.
Desde cualquier rincón del mundo y sin necesidad de grandes cantidades de dinero, éstos perfeccionan las ideas que podrían contribuir a hacer de su hogar, barrio, distrito, ciudad, comarca, nación, país, continente, mundo, un lugar mejor.