Las ciudades del futuro se asemejarán menos a suburbios sobre ruedas con aire “steampunk” o vergeles sostenibles en el desierto a lo Masdar City, y quizá más a la movilidad con escaso impacto de los pueblos nómadas.
En pleno auge de la autosuficiencia, las casas pequeñas, a menudo móviles, permiten fijar la residencia según preferencias o necesidades. Eso sí, la normativa va por detrás de la tendencia y, a menudo, las casas pequeñas son inscritas como edificio adicional o vehículo recreativo.
Viejos y nuevos intereses urbanísticos a pie de calle
En ciudades como San Francisco y zonas suburbiales como Silicon Valley, el precio de la propiedad aumenta tanto por la demanda como por la legislación que penaliza la nueva construcción residencial y la densidad urbanística.
Un urbanismo más iterativo y a pie de barrio, capaz de entender la realidad y aspiraciones de propietarios, residentes y quienes aspiran a instalarse, podría formar parte de la solución. San Francisco y Silicon Valley no tendrían más que copiar el modelo de innovación de su sector tecnológico.
En busca del “mínimo apartamento viable”
No es tan fácil. San Francisco se ha convertido, a su pesar, en paradigma de la tensión urbanística entre viejos y nuevos residentes, así como entre aquellos con bajo y alto poder adquisitivo.
Parte de la tensión ha sido alimentada por el éxito de las empresas tecnológicas de la zona y la aspiración de muchos de sus trabajadores a vivir en la ciudad. Décadas de regulación de alquileres han creado precios astronómicos en los pocos espacios vacantes que carecen del estricto control municipal.
Y la solución, o al menos parte de ella, podría venir de una nueva gestión del urbanismo y el sector inmobiliario. Tim O’Reilly, fundador de O’Reilly Media, se pregunta cuál es el “mínimo producto viable” de la renovación urbanística, comparando así el concepto de “lean startup” -o empresa tecnológica que aprende iterativamente a medida que avanza- como el de “lean urbanismo”.
(Vídeo: incluso sin restricciones económicas ni de espacio, las casas mantienen su atractivo como opción constructiva -o “deconstructiva-)
Especulando sobre un urbanismo flexible, iterativo, que aprenda de los errores
¿Se puede iterar con el urbanismo de un modo similar a como ha logrado hacer la industria tecnológica de Silicon Valley? Tim O’Reilly cree que sí, sobre todo al comprobar cómo viejos edificios industriales de Brooklyn son ocupados poco a poco por nuevos proyectos, reformados sobre la marcha y según las necesidades.
O’Reilly cita también el concepto de urbanismo táctico de Jason Roberts, próximo a algunas ideas sobre urbanismo y casas pequeñas de expertos como Jay Shafer.
¿Son las casas pequeñas una pieza adaptable, iterativa y modular para el nuevo “urbanismo táctico” que posibilitaría el “lean urbanism”, o mínimo producto viable para un urbanismo más inclusivo y flexible en el futuro?
Urbanismo táctico, casas pequeñas y microapartamentos
Sea como fuere, O’Reilly cree que el urbanismo del futuro exhortará más a los ciudadanos y les pedirá que participen para así experimentar y comprobar los modelos que mejor funcionen e instaurarlos a mayor escala, una vez comprobados los resultados en determinadas zonas.
Repasamos ahora el impacto de la tendencia de las “casas pequeñas”, así como su potencial para convertirse en el “producto mínimo viable” del urbanismo del futuro.
El interés por los espacios pequeños abandona poco a poco el espacio independiente y logra el interés de un público más amplio y global, sobre todo joven, interesado por la autosuficiencia, la vida sencilla y métodos para lograr el mejor resultado posible en el “menor espacio viable”.
Sobre la (re)descubierta fascinación por las moradas diminutas
Una prueba del creciente interés son los nuevos artículos y reportajes en medios tradicionales de prestigio, desde The New York Times a la televisión generalista.
También se multiplican las bitácoras y aparecen nuevos vídeos, documentales, foros en torno a casas pequeñas, microapartamentos, autocaravanas, pequeños botes que sirven como vivienda…
El canal en YouTube de Kirsten Dirksen es otra prueba de este mayor interés: el documental We the Tiny House People -grabado, editado y publicado por la propia Kirsten en YouTube- va camino del millón de visionados, 10,000 “likes” y buena nota de algunos de sus espectadores en IMDb, dos años después de su lanzamiento.
“We the Tiny House People”, dos años después
Desde que Kirsten publicara We the Tiny House People (23 de abril de 2012: artículo de TreeHugger sobre el estreno), han llegado otros documentales sobre la temática, todos explorando los canales de producción y distribución tradicionales (varias personas, cierto presupuesto, estreno en teatros y festivales, distribución digital (iTunes, Netflix, etc.) y DVD, etc.
Entre ellos, los documentales realizados en Estados Unidos con financiación colectiva Tiny: A Story About Living Small (2013, Merete Mueller y Christopher Smith); y Small is Beautiful (2014, Jeremy Beasley, Bridget Johnson y Kelly Nardo), todavía sin estrenarse y en busca de financiación.
En Europa, Jesper Wachtmeister, de la productora sueca Solaris Film, firmó en 2013 el documental sobre la misma temática Microtopia, también en inglés.
Interés por métodos menos materiales de autorrealizarse
Asimismo, el 7 de julio de 2014 se estrena en la televisión estadounidense la serie televisiva Tiny House Nation.
Si a los documentales que se refieren específicamente a pequeñas moradas, añadimos aquellos que tratan esta temática y otras relacionadas con la autosuficiencia, los estilos de vida alternativos o la vida sencilla, el número de títulos se multiplica:
- desde el segundo documental estrenado por Kirsten Dirksen en YouTube, Summer of (family) love (viaje familiar en autocaravana con entrevistas a destacados propietarios y abogados de las casas pequeñas en el Pacífico Noroeste de Estados Unidos);
- al recién estrenado (con mayor presupuesto, tanto en teatros como en iTunes Estados Unidos) Burt’s Buzz (2013, Jody Shapiro) documental sobre la vida de Burt Shavitz, cofundador de la empresa de cosmética orgánica Burt’s Bees (las abejas de Burt), un abogado de la vida sencilla a medio camino entre los viejos libertarios panteístas de las zonas rurales de Nueva Inglaterra y un Walt Whitman contemporáneo.
Recorrido del “movimiento de las casas pequeñas”
La biografía de Burt Shavitz entronca con los preceptos de autosuficiencia, vida sencilla y libertad que pretende evocar el autodenominado “movimiento de las casas pequeñas“.
Buena parte de estos documentales, así como los artículos en medios de gran difusión y la insistencia monotemática de las bitácoras y fórums sobre casas pequeñas, se centran en los aspectos más positivos de reducir el tamaño de la morada y, con ello, simplificar la vida material ahorrando en el proceso.
Confrontar lo esencial de la existencia
Hay tantos matices como historias autobiográficas en la tendencia que aboga por la autosuficiencia en casas pequeñas: desde emuladores del retorno panteísta-filosófico a la naturaleza (a lo Henry David Thoreau en Walden) a urbanitas que quieren vivir en los barrios más vibrantes -y a menudo caros-, aunque ello implique vivir en apartamentos a menudo compuestos por una o dos habitaciones y entre 10 y 40 metros cuadrados de superficie total.
Entre las principales ventajas:
- menos espacio implica un ejercicio por conservar sólo lo esencial y desproveerse de posesiones superfluas que ocupan espacio y captan interés, por el simple hecho de permanecer;
- casas pequeñas, microapartamentos, autocaravanas, caravanas, casas árbol, botes-vivienda, etc. son espacios más reducidos que viviendas y segundas residencias convencionales;
- los micro espacios sirven a menudo de vivienda transitoria, pabellón de invitados o estudio de trabajo (o meditación, contemplación, etc.), pero también como alojamiento temporal mientras se estudia; o residencia con lo esencial mientras se repaga una deuda, se construye una casa, etc.;
- al concentrar materiales y servicios en menos espacio, su precio por metro cuadrado es muy superior al de una vivienda convencional, si bien su reducido tamaño garantiza que el precio desembolsado es casi siempre más similar al de un vehículo de gama media-alta que al de una vivienda tradicional;
- además de costar menos, las casas pequeñas garantizan aspectos importantes para muchos de sus entusiastas, como garantizar un cierto nomadismo (de ahí la tendencia de las casas sobre ruedas, a menudo remolques adaptados); o un impacto medioambiental muy reducido.
La cada vez más débil correlación entre tamaño y estatus
En Estados Unidos, donde la superficie media de las viviendas creció desde los 165 metros cuadrados de 1978 a los 230,3 metros cuadrados de 2007, el tamaño medio de las casas pequeñas sin ruedas se sitúa en la frontera psicológica -y legal, al ser el tamaño mínimo permitido en los códigos de edificación más restrictivos- de los 500 pies cuadrados 46 metros cuadrados, explicaba Bethany Lyttle en un artículo de 2007 para The New York Times, durante los inicios del llamado “movimiento de las casas pequeñas”.
Las casas pequeñas sobre ruedas tienen una superficie muy inferior a 46 metros cuadrados y típicamente ocupan plantas de 8 por 20-25 pies (2,5 por 6-7,5 metros), 120 pies cuadrados de espacio habitable (11,14 metros cuadrados).
Este tamaño implica que, a diferencia de la vaga recomendación de la arquitectura moderna de mediados del siglo XX, donde la forma sigue a la función, en las casas pequeñas la forma “debe” seguir a la función, ya que cualquier error de diseño o acumulación afecta las condiciones de vida.
Aprendiendo de los mejores diseños y experiencias
De ahí que los espacios pequeños enfaticen el diseño por encima del tamaño, los elementos con varios propósitos, el mobiliario multifinción (“transformable” es la expresión más usada), así como electrodomésticos y diseños que optimizan el espacio vertical, ante el constreñimiento de la superficie.
Los diseñadores, constructores e interioristas de casas pequeñas, tanto aficionados como profesionales, reconocen inspirarse en el comprimido, preciso y eficiente interior de los vehículos de recreo mejor diseñado, desde pequeñas embarcaciones a caravanas Airstream.
En el atractivo y potencial de las casas pequeñas, reside el ideal contemplativo mayor autosuficiencia y una vida más sencilla, que afronte de cara lo esencial de la existencia, razón que había llevado a Thoreau a vivir una temporada en una cabaña construida por él junto al lago Walden.
Sobre el estigma de las casas baratas
Pero este espíritu, influido por el panteísmo y el libertarismo de los pioneros estadounidenses, es también la principal debilidad del movimiento de las casas pequeñas: su polaridad, temporalidad, tendencia al aislamiento voluntario, ausencia de “comunidad” y características alejadas de la ortodoxia convierten a las casas pequeñas en víctimas de restricciones legales.
Muchos códigos de edificación incluyen tamaño el concepto de superficie mínima habitable, prohibiendo cualquier vivienda legal por debajo de un tamaño determinado (y, por ende, que sea el propio residente quien decida si donde vive es digno o no según su estilo de vida y expectativas).
Cuando son observadas en su individualidad, las viviendas pequeñas, estáticas y sobre ruedas, carecen del estigma que ostentan los parques de caravanas y “tract homes” (casas modulares baratas) en Norteamérica.
Los primeros intentos por desarrollar comunidades o “urbanizaciones” de casas pequeñas que superen el estigma social de los “trailer parks” han suscitado interés entre medios, constructores y personas interesadas.
Un nuevo tipo de urbanización de casas pequeñas
Jay Shafer, pionero de la tendencia, habla sobre el potencial de las urbanizaciones de casas pequeñas en una entrevista con Kirsten Dirksen.
Como Tim O’Reilly, Jay Shafer cree que los habitantes de la ciudad o el suburbio del futuro participarán más en las decisiones de proximidad, incluidas las relacionadas con el propio diseño urbanístico. No todo serán casas pequeñas, pero las casas pequeñas (en ocasiones, modulares, efímeras, sobre ruedas, etc.) formarán parte de la nueva ecuación.
Diógenes del siglo XXI
Falta saber si las casas pequeñas son en efecto un estilo de vida aspiracional y atractivo o, por el contrario, pierden poco a poco la frescura conceptual que conservan, para convertirse en una casa barata más.
Infinidad de viviendas californianas, escandinavas, japonesas, firmadas por Peter Zumthor o Renzo Piano, apelan al optimismo.