Hay un tipo de carrera de larga distancia que, pese a su exigencia (o quizá gracias a ello), gana adeptos. Quienes finalizan un ultramaratón se consideran ganadores; cruzar la meta equivale a un triunfo personal y todo lo adicional, un regalo.
Más largas que un maratón, los ultramaratones han despertado tanto interés como polémica, al obligar incluso a los participantes más preparados a comprobar su tolerancia física y mental al esfuerzo más extenuante.
El más duro de los ultrafondistas
Entre los aventureros del año 2013, la revista Outside Magazine incluyó al ultracorredor Kílian Jornet i Burgada, un enjuto y fibroso joven convertido ya en el mejor y más consistente especialista de carreras extremas que se recuerda.
El catalán Kílian Jornet (Sabadell, Barcelona, 1987) ha llegado con 25 años a la cúspide de la élite profesional de un deporte minoritario que ha despertado la atención del gran público desde el éxito del ensayo Born to Run de Christopher McDougall.
Nacidos para correr
El ensayo es un homenaje a una de las actividades que nos ha hecho como somos: la fisonomía humana, explica McDougall, se adecúa a la carrera de fondo, una herencia evolutiva heredada de la caza por persistencia.
Músculos, glándulas sudoríparas, glúteos y talón de Aquiles permiten al ser humano correr durante horas por cualquier terreno, más allá de su edad, lo que garantizó la supervivencia de la especie antes de la llegada de mejores herramientas.
Los corredores de élite, como el propio Jornet, compiten por ganar y mejorar marcas en carreras en las que acabar es ya un éxito. Pero los llamados ultramaratones no son el dominio exclusivo de jóvenes atletas que corren varias horas al día: abundan corredores mayores de ambos sexos en busca de una experiencia que les acerque a un nuevo límite personal, físico y cognitivo, en entornos a menudo elegidos por su belleza.
Sobre límites personales
Otro ultrafondista español, el también catalán Josef Ajram, resume en el título de un ensayo de 2012 lo que muchos ultracorredores hallan en carreras que a menudo duran una jornada entera, o incluso varias: “No sé dónde está el límite pero sí sé dónde no está”.
El propio Christopher McDougall aporta ejemplos de superación de personas de mediana edad e incluso mayores de sesenta años, así como culturas tradicionales que usaron la carrera de larga distancia por distintos motivos, como los tarahumara mexicanos.
Pese a su exigencia, en los ultramaratones abundan los casos de extraordinaria superación personal, mientras las tragedias suelen ser raras, gracias al aumento de las exigencias y medios en las principales carreras extremas.
El primer ganador del ultramaratón más largo
Cuando, en 1983, Cliff Young, un australiano de 61 años con aspecto campechano, se inscribió en la carrera de larga distancia considerada más dura del mundo, la ultramaratón de Sídney a Melbourne (celebrada anualmente entre 1983 y 1991), los medios especularon sobre si había perdido el juicio.
Young, un granjero de patatas de Beech Forest (Victoria, Australia), insistió en correr la primera edición de la carrera en mono de trabajo y zapatillas de goma. Lo que nadie esperaba es que ganara, llevándose los 60.000 dólares australianos concedidos al primer puesto.
(Imagen: el granjero australiano Cliff Young -1922-2003- ganó una ultramaratón de 875 kilómetros -!- con 61 años)
El secreto de Cliff Young es congruente con la tesis sostenida por Christopher McDougall en Nacidos para correr: como si se tratara de un representante de la ancestral caza por persistencia, Young corría más lento, pero mantenía su ritmo y no paraba durante horas para dormir, así que le bastaron 5 días, 15 horas y 4 minutos para cubrir una distancia de 875 kilómetros (544 millas).
La historia de Cliff “Forever” Young (como le catalogó un medio australiano) recuerda a Micah True, alias Caballo Blanco, protagonista de Nacidos para correr.
Empatía y victoria
Hay otros ejemplos que relacionan la carrera de fondo con un ejercicio que combina esfuerzo físico con muchos otros atributos: estrategia, fuerza de voluntad, concentración, tolerancia al esfuerzo extremo, dosificación, compenetración entre mente y cuerpo, etc.
El maratón de Nueva York de 2009 dejó otro momento para la posteridad similar a la victoria de Cliff Young en la ultramaratón de Sídney a Melbourne: la “aventura” (sólo puede calificarse así) de la veterana corredora Derartu Tulu en la categoría femenina de la clásica neoyorquina.
La favorita era la británica Paula Radcliffe, campeona del mundo y récord mundial en la distancia.
Derartu Tulu: sobre correr a los 37 años (y después de un parto de riesgo)
Nadie apostaba, en cambio, por Derartu Tulu, con 37 años, medalla de oro en los 10.000 metros de Barcelona 92. El año 2009 era muy diferente para ella: corría por afición, celebración de la vida y superación personal, declararía más tarde; había estado a punto de morir durante el parto por cesárea de su segunda hija.
Hasta cerca del final, la carrera había ido según lo previsto: Radcliffe estaba en el grupo de cabeza, del que también Tulu formaba parte. Entonces, la Radcliffe empezó a sentirse mal e hizo amago de abandonar. Tulu, en lugar de aprovechar el momento para escapar, ayudó a la británica a retomar el ritmo.
Paula Radcliffe volvió a desfallecer y la situación se repitió, con Tulu ayudando a la contrincante, que le recomendó que la dejara para avanzar. Finalmente, la empatía de Derartu Tulu dio sus frutos de un modo impensable al principio de la carrera: se ocupó de que su rival llegara a la meta y, a la vez, ganó su última gran carrera con 37 años.
Caza por persistencia: orígenes de la carrera de fondo
Según la teoría de la caza por persistencia, hay una razón por la cual un deportista de élite en la cúspide de su carrera, como el ultrafondista y escalador Kílian Jornet, encontraría a algunos de sus adversarios entre el sexo opuesto y los mayores.
Christopher McDougall explica el fenómeno en Nacidos para correr: la caza por persistencia suponía seguir a la presa, incapaz de sudar y modular el esfuerzo con la eficiencia humana, durante decenas de kilómetros, a menudo jornadas enteras.
Para los cazadores-recolectores, tenía más sentido perseguir a la presa en grupo, de manera que cualquier miembro que se atrasara en demasía constituía un estorbo: los mayores y las mujeres, a menudo con niños a cuestas, lograban un ritmo y resistencia tan estables como los jóvenes cazadores.
Riesgos de acercarse a los límites físico y mental
Si un maratón puede provocar que profesionales como Paula Radcliffe desfallezcan con el mínimo problema de cansancio, alimentación o falta de concentración -acontecimientos frecuentes en carreras a las que hay que viajar, en ocasiones poco antes de que se produzcan-, los ultramaratones multiplican los riesgos para el corredor.
Los ultrafondistas no niegan el riesgo, pero lo relativizan debido a la recompensa obtenida: dejar atrás antiguos límites y barreras infranqueables personales para acercarse a un nuevo estadio sin límite y hacer bueno el título del mencionado ensayo del barcelonés Josef Ajram: no sabemos dónde está el límite, pero sí sabemos dónde no está.
Sobre correr durante horas en lugares inhóspitos
Incluso los ultrafondistas más expertos han sufrido imprevistos en ultramaratones y en las igualmente exigentes sesiones de entrenamiento intensivo, en las que arriesgan su condición física e incluso la vida.
Un error de planificación o un brusco cambio de tiempo que requiera mayor ropa de abrigo o alimento, o dificulte la comunicación, pueden causar una tragedia.
El propio Kílian Jornet tuvo que ser rescatado junto a una acompañante de la cara norte del pico alpino L’Aiguille du Midi, cercano a Chamonix, Francia, donde Jornet se entrena: cambió el tiempo y una equivocación colocó a los dos deportistas en un aprieto, sin apenas abrigo ni alimentos.
Un equipo de élite evitó más problemas, lo que no evitó la queja del Ayuntamiento de Chamonix, al comprobar que Jornet sube a los picos más escarpados con equipamiento y zapatillas de corredor, en lugar del tradicional material de montaña.
El ultrafondista que subió y bajó del Montblanc en 8 horas
Jornet no tiene intención de reducir el ritmo y usar el más pesado y rígido material de escalada para ascender a cimas como el Mont Blanc usando su cara sur.
Con un puñado de alimentos, crampones -que usó a la altura de la Cresta Innominata del macizo- y abrigo ligero, el ultrafondista-escalador cubrió el ascenso desde Courmayeur hasta el pico más alto de Los Alpes en 6 horas 17 minutos, y un rápido descenso hasta Chamonix situó el tiempo total en 8 horas 42 minutos. Los alpinistas experimentados suelen cubrir el mismo recorrido en 3 días.
Cuando acabar es vencer
Los aficionados que compiten por mejorar su marca personal o vencer viejos límites físicos y mentales deben superar riesgos más mundanos, pero igualmente mortales: por ejemplo, se producen más muertes por intoxicación hídrica (beber demasiado durante una carrera larga, como un maratón o un ultramaratón) que por deshidratación.
Sólo conociendo las propias condiciones físicas y posibilidades, así como estableciendo rutinas que aumenten ese conocimiento, es posible determinar si ha llegado el momento de correr un ultramaratón.
Quienes no han corrido siquiera un puñado de maratones, aconsejan los ultrafondistas, deberían probar primero con carreras de 42.195 metros, casi siempre celebradas sobre terreno suave y urbano o periurbano, lo que reduce la posibilidad de lesiones e imprevistos.
Celebrar nuestra tolerancia al esfuerzo
La tesis de Christopher McDougall, así como de algunos estudios aparecidos en los últimos años -que en ocasiones han estimulado otros estudios con conclusiones opuestas-, acumula evidencias, físicas y mentales, de la idoneidad del físico y la mente humanas para emprender largas carreras, a menudo de 100 millas (160 kilómetros), o casi 4 maratones.
La caza por persistencia -todavía practicada por los san que permanecen con el estilo de vida de cazadores-recolectores- o el ejemplo tradicional de los tarahumara, con mensajeros que corrían entre pueblo y pueblo por las aisladas montañas del norte de México, son actividades que demuestran nuestra tolerancia por el esfuerzo moderado prolongado, a diferencia de lo que ocurre con otros mamíferos superiores.
Más allá del propio género humano, los primates en general tienen una duración de vida superior a la de otros mamíferos porque evolucionaron hasta quemar un 50% menos de calorías a diario, según un reciente estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.
Empezando por los cimientos
Pero nuestra tolerancia genética al esfuerzo prolongado y consistente en general y a la carrera de fondo en particular no garantiza resultados inmediatos.
Sólo la perseverancia y las pruebas de resistencia que supongan nuevos límites (5.000 metros, 10.000, medio maratón, maratón, combinación de deportes, etc.), aportarán pistas acerca de la idoneidad de atreverse con una ultramaratón.
Muchos lectores de Nacidos para correr, así como entusiastas de la carrera de fondo, se plantean los riesgos y recompensas de un ultramaratón, entendida como carrera más larga que un maratón (más de 42,195 kilómetros, o 26.2188 millas), a menudo por terrenos que incluyen tramos escarpados, pedregales y malas condiciones meteorológicas.
Erin Beresini explica en Outside magazine el tipo de corredor que este tipo de pruebas atraen: quienes aprecien el esfuerzo físico más allá del kilómetro 42, que supondrá haber superado la distancia de una maratón.
Gente que paga por llegar a la extenuación física y mental
Para el entrenador de ultrafondistas Jimmy Dean Freeman, que corrió su primera carrera de 50 millas en 2005, después de asistir a un evento deportivo en que tomó la palabra Dean Karnaces, ultracorredor y autor del ensayo Ultramarathon Man, “se trata de la voluntad de estar realmente incómodo para alcanzar nuevas cotas de iluminación personal”.
La definición de Freeman puede resultar tan atractiva para unos como cercana al masoquismo -o más allá de éste- para quienes no han experimentado los beneficios a largo plazo del esfuerzo físico continuado.
Sea como fuere, tanto Jimmy Dean Freeman como Dean Karnazes o los mencionados Christopher McDougall, Kílian Jornet y Josef Ajram, así como el “anciano” Cliff Young, creen que el ultrafondismo es mucho más que una competición.
Pros y contras de un ultramaratón
He aquí algunos pros y contras sobre plantearse si correr o no un ultramaratón, ambos en Hacker News.
Para los osados, hay algunos artículos orientativos donde empezar con el plan, así como consejos de expertos como el propio Dean Karnazes.
Difícilmente hay perdedores en etapas donde uno cruza la meta al final del día -o de varios días- tras haber corrido y escalado durante toda la jornada, a menudo cubriendo distancias entre 50 y 100 millas (entre 80 y 160 kilómetros)… o ascendiendo y descendiendo a la carrera macizos imponentes.
Los 9 ultramaratones más exigentes
He aquí un listado con las carreras a pie más exigentes del mundo según Outside magazine:
Sus condiciones objetivas implican que los participantes deben conocer al detalle su potencial físico y mental: es una travesía por el Sáhara de 247 kilómetros (154 millas) y 6 jornadas. La arena es fina y absorbe parte del esfuerzo, lo que añade dificultad a las ya de por sí exigentes condiciones ambientales.
Carrera de 147 millas (236 kilómetros) ascendiendo desde el Gran Cañón hasta la cúspide de la formación geológica de la Gran Escalinata (Grand Staircase), con el desierto de Utah en medio. La carrera recorre una de las regiones áridas más diversas y cromáticas del mundo pero también exigentes: se realiza en 7 días en que los participantes transportan su cobijo y alimentos. Los corredores superan un desnivel total de 5.700 metros (19.000 pies).
El ultramaratón que permite recorrer 142,6 millas (229 kilómetros) por la Amazonia. Pese a tratarse de una carrera en descenso, esta carrera de supervivencia de 5 jornadas en que los corredores transportan consigo todo lo necesario, se sucede por tramos impenetrables llenos de peligros, con temperaturas tropicales, terrenos rocosos y una humedad bochornosa. Hay que cruzar ríos y riachuelos en polea tirolesa.
Iniciada a mediados de los 70, es considerada una de las pruebas fundadoras del fenómeno del ultrafondismo, con 135 millas (217 kilómetros) a lo largo del Death Valley, el lugar más caluroso de Estados Unidos. Y sí, la carrera acontece durante el mes más caluroso, Julio. Desde su inicio, en el altiplano Badwater, hasta el monte Whitney, al otro lado del valle, los corredores sortean un desnivel de 13.000 pies (3962 metros). Un detalle más: es una carrera sin descanso, en la que los corredores deben realizar el recorrido de un tirón.
5. Hardrock 100
Sobre el papel, las 2 jornadas en las que se sucede la carrera, de 100 millas, son asumibles por cualquier corredor que haya probado la larga distancia con cierto éxito. La exigencia del terreno explica el porqué del “conservadurismo” de los organizadores en la distancia elegida: se sucede a lo largo de las montañas de San Juan cerca de Silverton, en Colorado, conocidas por sus pedregales, con ascensos y descensos que contabilizan una cifra récord: 33.992 pies (10.360 metros).
6. Spartathlon
Un ultramaratón con ecos históricos, como el propia maratón. Spartalón recorre 246 kilómetros (153 millas) entre Atenas y Esparta por terrenos poco transitados, que rememoran la carrera del mensajero Filípides entre ambas ciudades en el año 490 aC. Los persas habían desembarcado en Maratón y los atenienses pedían ayuda a Esparta para hacerles frente. La cursa tiene lugar en septiembre, cuando el calor es todavía asfixiante la mayoría de jornadas. Una dificultad añadida: los corredores deben finalizar la cursa en menos de 36 horas y cumplir con los parciales de 75 puntos de control.
7. Fat Dog 100
Celebrada en la Columbia Británica, Canadá. Un recorrido de 120 millas por un paisaje escarpado 2,5 horas al norte de Vancouver. La carrera asciende desde el nivel del mar hasta las escarpadas rocosas, entre riachuelos, prados, lagos alpinos, laderas nevadas y bosques de coníferas.
8. 6693 Ultra
En ninguna otra carrera todavía activa terminar equivale tanto a haber ganado: sólo 11 personas han concluido este recorrido por el territorio canadiense del Yukón, con la tundra y nieve perpetua propias de una localización 66 grados al norte del Círculo Polar Ártico, temperaturas extremas y viento huracanado, combinando esquí de fondo y raquetas.
9. H.U.R.T. 100
Haciendo honor a su nombre, el propio concepto de la carrera atrae sólo a quienes quieren probar su límite físico y mental: 100 millas (160 kilómetros) en el clima tropical de Honolulú, Hawaii, en un recorrido que destaca por su constante desnivel; sólo es posible correr de manera consistente en un puñado de secciones del recorrido.