Cualquier referencia a las supuestas vivienda y ciudad del futuro identifica las energías renovables como tecnología indispensable para un urbanismo que haga más con menos. ¿Puede la empresa que quiere popularizar el coche eléctrico hacer lo mismo con tejados, cubiertas, pavimentos e incluso ventanas solares?
En las próximas décadas, a medida que baje el precio de la generación eléctrica con renovables y aumenten los incentivos para reducir el malgasto energético y el uso de combustibles contaminantes, viviendas y ciudades generarán parte de su propio sustento (energía, movilidad o incluso alimentos serán las nuevas “capas” de un urbanismo que aumenta la densidad de sus servicios).
Asimismo, materiales y diseños deberán afrontar eventos extremos más violentos y frecuentes y ofrecer más utilidad por metro cuadrado de superficie, así como proporcionar su propio sustento energético. Tesla cree que el techo solar es el complemento que necesita su esquema de energía y movilidad no contaminantes.
Tejado solar, almacenamiento energético y coche eléctrico
Un diagrama ya manido de la vivienda del futuro combina generación y almacenamiento eléctricos con conexión a la red eléctrica (que será capaz de medir el flujo energético en todos sus tramos) y al sistema de carga rápida del vehículo eléctrico: la novedad estriba en el interés de compañías de peso por materializar este esquema energético; con Tesla en la ecuación, nadie se toma este diagrama con frivolidad.
Una actualización estética y tecnológica de los paneles solares los podría convertir al fin en la fuente de energía limpia y descentralizada que abandone al fin el nicho de eterna promesa: ¿son los paneles solares con aspecto de cubierta convencional la mejora necesaria para masificar esta tecnología, o sólo un coste igual o inferior al de las cubiertas actuales los convertirá en producto de masas?
Coincidiendo con las expectativas suscitadas por productos que abandonan el nicho de usuarios pioneros y acaparan atención, como el futuro coche eléctrico utilitario de Tesla, el Model 3, varias empresas quieren averiguar si ocurriría algo similar con paneles solares que parezcan un tejado convencional (…y sean económicamente competitivos).
¿El momento de los paneles solares camuflados?
De momento, al menos dos compañías apuestan por paneles solares camuflados en forma de cubierta convencional para que la captación solar se haga ubicua y permanezca invisible, Tesla y Dyaqua:
- ya sea camuflando la captación solar en forma de tejado de aspecto high-tech;
- o bien tomando la estética y textura de la madera, la arcilla, la piedra o el cemento para imitar azoteas, tejas o tejuelas convencionales.
Tesla opta por el aspecto moderno y racional con sus nuevos “paneles solares camuflados” que estarán disponibles en 4 modelos, mientras la empresa italiana Dyaqua prefiere la segunda opción: tecnología solar que imite los tejados tradicionales.
La rentabilidad de un tejado solar camuflado
¿Pueden los paneles solares convertirse en el tejido por defecto en las cubiertas de viviendas, oficinas, fábricas e infraestructuras, o nos encontramos ante un nuevo anuncio efectista del prolífico Elon Musk? Varias pistas invitan al optimismo a medio plazo:
- descenso del coste de los paneles solares, acompañado de una mejora relativa de la eficiencia de los paneles fotovoltaicos (que todavía capturan un pequeño porcentaje de la radiación solar por unidad de superficie);
- atractivo conceptual de un producto que equivalga a una “Internet para la energía”, fomentando la autonomía y descentralización no sólo del consumo de electricidad, sino de su producción;
- potencial para crear negocios “de usuario a usuario”, o P2P, como el tan publicitado como complejo (y contrario al interés de las empresas energéticas) mercado energético libre en una “red eléctrica inteligente” que permitiera (o, al menos, no prohibiera por decreto, como en varios Estados norteamericanos o en España) la compraventa energética entre empresas y usuarios.
Tras el último anuncio de Tesla, los analistas comprenden mejor el interés de Tesla por adquirir la firma de energía solar SolarCity: con la tecnología de captación solar, cualquier dueño de una batería doméstica Powerwall y de un vehículo eléctrico como los de la marca podría consumir energías renovables en casa y en su vehículo, sin depender de fuentes cuya generación no controla.
La misma estética, más servicios
Densidad y conectividad en las ciudades aceleran la innovación, explican autores como el veterano tecnófilo Steward Brand (Whole Earth Discipline, 2009) o el divulgador científico Steven Johnson (Where Good Ideas Come From, 2010), entre otros.
El abaratamiento de componentes es una de las condiciones para la popularización de una tecnología, pero no la única:
- los usuarios influyentes en los centros urbanos contribuyen a decidir qué invenciones se popularizan y cuáles se diluyen en el marketing de las eternas promesas, como el auto de hidrógeno, que siempre aparece en una lejanía confortable para los fabricantes automovilísticos;
- también influye la normativa: nuevas leyes en ciudades (San Francisco, por ejemplo) y países (nueva norma en Francia) pretenden generalizar el uso de energía solar, pero sólo el atractivo y utilidad reales de la tecnología lograrán generalizarla en viejas y nuevas construcciones.
Y Stewart Brand, defensor de posturas que él cataloga de “eco-pragmáticas” por su impacto positivo pese a su impopularidad (como el uso de la energía nuclear o los cultivos genéticamente modificados para, respectivamente, suplir la demanda energética y alimentaria que el mundo necesitará en las próximas décadas), cree que las ciudades del futuro se parecerán a las actuales, pero concentrarán más conocimiento y servicios en menos espacio y usando menos material.
Hacia viviendas y ciudades con servicios que se autoabastecen
El fundador de Whole Earth Catalog cree que los edificios se adaptarían mejor a nuevos avances si se desarrollan conceptualmente con distintos niveles (o capas de corte: emplazamiento, estructura, exterior, servicios, plano espacial y acondicionamiento interior); una tecnología solar mejor integrada podría sustituir a las antiguas tejas en la capa exterior del edificio.
El uso de paneles solares en tejados, cubiertas o carreteras para generar una energía que los propios consumidores podrían almacenar y usar o revertir a la red, es uno de estos mecanismos para que las viviendas y ciudades del futuro mantengan su apariencia y atractivo y, a la vez, generen la energía que consumen.
La compañía italiana Dyaqua asegura que su sistema de superficies solares es apto para tejados, muros, pavimento y conjuntos urbanos con la orientación solar adecuada.
Ahora, empresarios como Elon Musk creen que ha llegado el momento de que la energía solar y el almacenamiento doméstico de renovables se masifiquen. Para lograrlo, y mientras no mejoren las tecnologías de transporte energético y de almacenamiento de larga distancia, las ciudades deberán producir su propia energía de manera limpia y económica.
Lo mejor de la energía solar sin su impacto visual
Siguiendo el planteamiento de entusiastas y teóricos de la autosuficiencia como Bill Mollison (acuñador del término “permacultura”: explicaba que sus postulados eran subversivos, al enseñar autosuficiencia alimentaria y energética), la apuesta de Musk sugiere que son los propios usuarios quienes deben tomar la iniciativa y generar su propia energía, convenciendo a arquitectos, constructores y profesionales instaladores.
El plan de Musk no consiste en vender paneles solares convencionales a cualquier urbanita despistado, antes de que éste recapacite y concluya que: o no tiene dónde instalar los paneles; o la inversión es demasiado costosa para garantizar un retorno atractivo; o la normativa impide instalar los propios paneles por su impacto.
Lo que Tesla y otras firmas ultiman son tecnologías que el usuario conocería y demandaría por su nombre comercial, capaces de producir y almacenar energía a título individual, sin impacto visual ni grandes inversiones, lo que repercutiría en su rentabilidad.
Más allá de la capa de marketing
Para lograr la nueva relación entre usuarios y energía solar doméstica, estos empresarios deberán primero convencer con sus técnicas y productos que lo que ofrecen no es más de lo mismo:
- las grandes granjas solares y eólicas, instaladas en lugares alejados de los consumidores, requieren una gran inversión y una superficie cuanto más grande mejor para mejorar su rentabilidad, lo que las aleja todavía más de los consumidores urbanos;
- mientras el impacto económico y visual de las renovables en el entorno doméstico las hacen únicamente viables en viviendas unifamiliares (con un único propietario), complicando su popularización en el tipo de edificio más corriente en ciudades y su área de influencia: la propiedad horizontal, o edificios con múltiples propietarios.
La apuesta de Tesla y Dyaqua implica que las cubiertas solares que se parecen y cuestan como un tejado convencional, en conjunción con soluciones de almacenamiento económicas y efectivas, podrían hacer más por la energía solar que cualquier compleja regulación o esquema de subsidios.
Inspirándose en Steve Jobs (aunque falto de su elocuencia y capacidad de sugestión, que suple con una frenética actividad empresarial a la altura de Thomas Edison), el consejero delegado de Tesla, Elon Musk, cuida la coreografía e impacto de sus presentaciones de producto como un compositor de ópera.
Tesla de las tejas solares
Tesla ha aprendido a aprovechar las expectativas que sus anuncios de producto suscitan entre sus incondicionales, y el anuncio de Solar Roof y Powerwall 2 (combinación para captar y almacenar energía solar, respectivamente) sigue el esquema de aceptar depósitos de clientes por un producto que todavía no ha salido de fábrica, algo ya experimentado con los lanzamientos de producto anteriores.
Cuando la prensa y el entorno tecnológico aún digieren la ambición y plausibilidad de todos los planes de Tesla (popularizar el coche eléctrico, convertirse en plataforma tecnológica para otras marcas, crear la mayor factoría del mundo y ofrecer almacenamiento energético al consumidor final, entre otras metas), Musk anunció la tarde del 29 de octubre ante un curado auditorio en la sede de Universal Studios en Los Ángeles su intención de “hacer sexy” la energía solar.
Para lograrlo, el consejero delegado de Tesla y SpaceX, así como inversor/instigador de SolarCity y OpenAI, anunció en el set de producción de la serie Desperate Housewives que las casas de la serie,
“son, en realidad, casas solares. ¿Os habíais dado cuenta?”.
Acto seguido Musk presentó un producto en colaboración con SolarCity (firma dirigida por sus primos, Peter y Lyndon Rive, que será absorbida por Tesla tras una compra valorada en 2.200 millones de dólares, efectiva el 17 de noviembre de 2016 si no hay cambios) que nadie había visto llegar en una empresa asociada hasta hace poco sólo con el coche eléctrico: tejas de vidrio de 4 estilos distintos con células fotovoltaicas integradas que apenas se distinguen de las tejas convencionales.
Imitando terracota, pizarra, madera o vidrio liso
Con Solar Roof, todo depende del ángulo desde donde se mire:
- desde la calle, las células fotovoltaicas pasan desapercibidas en tejados que superarían cualquier normativa local exigente sobre el aspecto exterior de edificio y cubierta;
- no obstante, la vista superior descubre una red fotovoltaica interconectada, integrada por tejas high-tech.
Las tejas cuentan con tres capas, que sólo se aprecian exponiendo las piezas a la luz y cambiándolas de perspectiva: una célula fotovoltaica protegida en su interior, un filtro translúcido con el color elegido; y una capa superior de vidrio texturizado que varía en forma o rugosidad, para imitar la teja de barro, la pizarra, la tejuela de madera y una tejuela lisa de aspecto futurista.
El nuevo producto -en los mencionados acabados toscano, pizarroso, rugoso y liso- se ha diseñado como complemento de la unidad de almacenamiento energético doméstico de Tesla, Powerwall, cuya versión 2, también anunciada en Los Ángeles, almacena 14 kWh, más del doble que el modelo original, que costará en torno a 5.500 dólares (la empresa no ha anunciado todavía el coste de las cubiertas solares).
Energía de un tejado solar
Si bien los tejados solares camuflados en combinación con baterías para almacenar la energía producida son una promesa comercial materializada, los escépticos con el anuncio de Tesla (o con el producto análogo de la italiana Dyaqua) son críticos con lo que consideran dos limitaciones de este paso hacia la autosuficiencia energética: su escasa capacidad no permite desconectarse de la red eléctrica con garantías, incluso en entornos con gran captación solar.
Sobre el papel, y según el anuncio de Tesla, Powerwall 2 puede suplir las necesidades de una vivienda convencional de 4 habitaciones durante todo un día.
Leyendo la letra pequeña, no obstante, llega la realidad: los 14 kWh de capacidad de la segunda versión de la batería doméstica de Tesla sirven para iluminar el espacio mencionado, cubrir las necesidades de sus enchufes y mantener un refrigerador durante una jornada, pero cualquier otra demanda exigente (climatización, caldera de agua, lavadora, horno, etc.) requeriría una batería con una capacidad muy superior.
Pioneros de instalaciones off-grid y generadores eléctricos de reserva propulsados con instalaciones solares prefieren sistemas de captación y almacenamiento de 30 kWh, el doble de Powerwall 2.
El producto de Tesla podría reducir el coste de este tipo de instalaciones, facilitando a medio plazo la proliferación de sistemas semiautónomos o completamente autosuficientes, con o sin conexión a la red eléctrica convencional.
El recorrido doméstico de las renovables
Tesla promete, por tanto, estética, capacidad, integración (de momento, con batería doméstica y vehículo eléctrico) y, sobre el papel, rentabilidad. Según la firma dirigida por Elon Musk, el coste de la instalación es inferior al de una cubierta tradicional equivalente, una vez calculada la amortización energética durante la vida útil del tejado.
¿Podrá la nueva generación de paneles solares camuflados en tejados de aspecto convencional crear un mercado masivo de autogestión energética, al combinar captación con baterías domésticas como Powerwall 2 y sus competidoras (LG Ressu, SonnenBatterie)?
De momento, esta apuesta por la autonomía energética topará con regulaciones hechas a medida de compañías energéticas, interesadas en que los nuevos sistemas de almacenamiento permanezcan -salvo en casos de viviendas aisladas- como instalación supletoria de emergencia, supeditadas a la red de suministro convencional.
El papel del sector tradicional
El techo solar de Tesla y su batería de pared Powerwall aspira a más que a sistema autónomo de emergencia durante apagones y desastres.
Si los planes anunciados por la compañía se materializan y el producto se consolida en mercados concienciados como el californiano o el alemán, la integración de estos combinados de renovables se podría acelerar, creando un nuevo mercado y competidores locales de peso.
Sería entonces cuando las compañías energéticas apostarían por, o bien evolucionar y competir con sus propios productos, o convertirse en meras comparsas de esta evolución descentralizadora de la generación y suministro de renovables, asumiendo un papel pasivo análogo al de las viejas compañías de telecomunicaciones durante el despliegue y florecimiento de Internet.