El cartón constituye un símbolo del gasto y sus excesos. También un ejemplo de esperanza y creatividad: cuando un niño es capaz de convertir unas cajas de cartón en un irresistible juego arcade, se atisban las posibilidades del cartón como material estructural fácil de obtener, barato, reciclado, reciclable, con escaso impacto, efímero.
Muchos de nosotros hemos creído tener un -a menudo ilusorio- momento de inspiración mientras sosteníamos el cilindro de cartón de un rollo de papel higiénico acabado.
Perfecto para improvisar alguna manualidad con nuestros hijos, pensamos. Desde teléfonos unidos por cordeles a todo tipo de artilugios efímeros. Pero este momento-Eureka es tan efímero y delicado como la poca resistencia del cilindro ante los agentes externos.
Material omnipresente al que no prestamos atención
El cartón es abundante, barato, ubicuo gracias a su uso en todo tipo de embalajes, a menudo reciclado y reciclable, universal.
(Imagen: Cardboard House, una casa modular de cartón)
Como el papel, el cartón es otro derivado universal de pasta de celulosa que aumenta su porcentaje de uso reciclado. No obstante, y pese al uso creciente de sistemas de embalaje menos aparatosos, con menos cantidad y más material reciclado, el cartón sigue presente tras la mayoría de compras.
Se experimenta con el uso de embalaje natural y biodegradable que “crece” para adaptarse a las necesidades (envoltorios y estructuras fúngicas a base de micelios), el plástico biodegradable o los polímeros de plástico convencionales (dependientes del petróleo); pero el cartón se sigue imponiendo en costes y disponibilidad.
Voluminosos objetos invisibles
Ante la abundancia de cartón abandonado en cualquier entorno urbano, seamos nosotros o nuestros vecinos los responsables de su gasto, se ha adoptado hasta ahora una actitud pasiva, indolente, que convierte el cartón desechado en cualquier esquina (en el peor de los casos) o en cualquier contenedor municipal (en el mejor de ellos, ya que al menos se garantizaría su correcto tratamiento y reciclaje), en un objeto invisible, inservible, desechado.
(Imagen: Un proyecto DIY -“hazlo tú mismo”- para iPad).
Los desechos, la basura, como cualquier fenómeno con una incidencia central en entornos urbanos, puede estudiarse desde varios puntos de vista:
- la recogida y el tratamiento de esos desechos;
- la cultura y civilidad de una comunidad (al depositarlos en lugares correctos a horas determinadas, por ejemplo);
- o la imaginación y creatividad con que algunos de estos desechos se transforman en objetos útiles.
(Re)pensar el cartón
Sin abandonar la mirada curiosa, escrutadora y creativa de las ideas originales, como las pensadas por primera vez por una mente que no ha caído en la inercia de los procesos mecánicos (por ejemplo, la mente infantil), el cartón es un material recuperable, más allá del reciclaje convencional.
El cartón ya usado, a menudo el contenedor o embalaje del bien de consumo adquirido, pierde cada vez más a menudo su estatus de objeto aparatoso que nuestra mirada acostumbrada suprime, como restando importancia al espacio ocupado por un bulto urbano reconocible, que pronto será retirado de nuestra vista.
(Puente de cartón sobre el río Gardon, Francia, diseñado por el japonés Shigeru Ban.)
Un creciente número de personas, desde niños a diseñadores amateurs, entusiastas de los proyectos de bricolaje y “hágalo usted mismo” (DIY), y diseñadores industriales, ven en las cajas de cartón el material de construcción de objetos útiles, protagonistas de una funcionalidad, y no meras comparsas como hasta ese momento.
Una alternativa efímera al contrachapado
En ese momento, el envoltorio o continente se convierte en objeto o contenido. El cartón es, al fin y al cabo, barato, abundante, con escaso impacto, reciclado y reciclable; es efímero, aunque con la suficiente resistencia para determinados usos, y con un comportamiento ante fenómenos como el sonido equivalente al de materiales mucho más costosos, menos abundantes y más contaminantes.
(Imagen: Re-Ply Chair, butaca de cartón reciclado, por Dan Goldstein).
El cartón es uno de los materiales contemporáneos más abundantes y con menor coste en todo el mundo y, por sus características técnicas, más similar a los materiales de origen vegetal y animal más usados durante milenios por los pueblos nómadas de las grandes rutas y extensiones de Norteamérica, Euroasia o América del Sur.
Volviendo la mirada a las culturas nómadas
Emulando a los nómadas ancestrales, los nuevos nómadas, a menudo jóvenes urbanos que cambian de dormitorio o apartamento según evoluciona su situación, reducen sus posesiones e invierten en un puñado de productos básicos, que a menudo caben en una mochila o pequeño trastero.
El resto de los objetos acumulados en una u otra habitación, apartamento o ciudad (desde el dormitorio de casa o la Universidad a compartir piso en el centro de la ciudad, además de viajes que surgen de la nada, a menudo prolongados), tienen procedencias aleatorias.
(Imagen: miniaturas de cartón de Daniel Agdad).
Escrutando a algunos amigos, la procedencia de algunos de sus objetos secundarios, aquellos que no consideran cruciales y que donarán en la próxima mudanza, es tan variopinta y creativa como requiere la inestable situación económica de muchos de ellos. Hay objetos, desde muebles a libros (físicos), obtenidos en:
- la calle;
- rastros;
- páginas de intercambio, trueque y venta de segunda mano (Craigslist en Estados Unidos, Loquo y servicios similares en España);
- donación de familiares, amigos, conocidos;
- mudanzas y “ventas de garaje” (mucho más habituales en Estados Unidos que en Europa);
- Ikea.
Los objetos que rodean a nuestras posesiones imprescindibles
Basándonos en esta pequeña encuesta, los objetos que rodean la existencia nómada suelen tener un uso menos intensivo y marginal que otras posesiones, tales como la ropa, el ordenador personal, la mochila, el teléfono móvil, el libro electrónico, etc.
Su coste es muy reducido, como también lo es su utilidad. No son objetos decisivos, definitivos, y continuarían siendo secundarios si optáramos por las versiones más caras y pomposas.
(Imagen: base de cartón para iPad).
Quienes optan por el nomadismo, a menudo jóvenes y profesionales que optan por acumular más experiencias que posesiones, se sienten igualmente atraídos por otra tendendencia al alza: el minimalismo, o renunciar a las posesiones materiales más superficiales para vivir mejor y gastar menos (y, de paso, depender menos de la acción de compra para obtener bienestar).
Renunciar a objetos -y gastos- innecesarios para vivir mejor
A menos compra impulsiva y menos endeudamiento, razonan quienes practican un minimalismo material consciente, menor interdependencia entre el bienestar individual y lo que nos rodea, por muy humilde que sea.
Filosofías de vida clásicas (socratismo, eudemonismo aristotélico, cinismo, estoicismo), creencias orientales (taoísmo, confucianismo, budismo) y tanto psicología como neurología modernas relacionan bienestar individual y la renuncia consciente a la compra impulsiva, que premia los mecanismos de gratificación instantánea (como ocurriría, por ejemplo, con una adicción).
El desapego consciente con respecto a objetos que no son decisivos para el bienestar, como el mobiliario que nos acompañará temporalmente mientras permanezcamos en una habitación o ciudad, simplifica la vida y libera al individuo de preocupaciones añadidas o deudas económicas. Favorece, decían los estoicos, la independencia física y espiritual.
Cartón: el material que recuperaron los “millenials”
Por su escaso coste -a menudo nulo-, impacto reducido y aceptación natural de la temporalidad y el nomadismo, el cartón se adapta, como material estructural, a la generación de “millenials”, o Generación Y, los nuevos buscavidas, que deben ingeniárselas con su polifacetismo -y el multiempleo- para iniciar su carrera profesional y pagar facturas.
Como el polifacetismo y la polimatía (dominar varias materias, situarse en el vértice entre humanidades y ciencias), el minimalismo es una opción al alza que opta por disponer de un puñado de objetos personales imprescindibles, de buena calidad y que nos acompañarán el máximo tiempo posible, y adquirir otros productos sólo si es necesario.
(Imagen: Chaise longue con estructura de cartón y funda de fieltro, por Piquattropunto Design Studio).
Los productos satélite, menos decisivos -ya sean donados, alquilados, comprados en el rastro, recuperados de la calle, o improvisados por uno mismo-, serán concebidos cada vez más como servicios en la III Revolución Industrial, dominada por manufacturas personalizadas, de pequeña tirada, producidas de nuevo donde se usan, en detrimento de la hasta ahora dominantes economías de escala.
Tendencias de la III Revolución Industrial
La tendencia más creativa y económica, influida por el perfil polímata, obligadamente frugal y nómada de los jóvenes “millenials”, para obtener productos-como-servicio baratos, personalizados y locales consiste en dar nuevo uso a productos descartados (devolver la dignidad a la “basura”), o hacerse uno mismo una pieza de mobiliario sirviéndose de una caja de cartón, por ejemplo.
El diseñador industrial mexicano afincado en Barcelona Adrián Candela, explica a Kirsten Dirksen en un vídeo para *faircompanies cómo surgió la idea de hacerse mesitas de noche y muebles de recibidor, entre otras piezas, usando cajas de cartón descartadas.
Adrián y su novia viajan y han cambiado de piso en distintas ocasiones, lo que les obliga a prescindir de objetos que no pueden llevarse consigo.
Victor Papanek, precursor del mobiliario nómada
Inspirado por el concepto de mobiliario nómada desarrollado por el diseñador nacido en Austria 1923 y emigrado a Estados Unidos, Victor Papanek, Adrián Candela anima a cualquiera a coger una caja de cartón y, con la ayuda de las instrucciones que él mismo facilita (siguiendo los principios del hardware de código abierto), diseñar un mueble nómada.
El proceso es enriquecedor y convierte al usuario en parte del proceso de creación (se disipan las fronteras entre diseñador y creador) y en creador de servicios a medida cuando éstos son necesarios, usando materiales sostenibles, disponibles gratis en la calle, reciclados y reciclables, efímeros, biodegradables.
Devolviendo a los objetos su espíritu esencial de herramientas humanas
La mención y tributo de Adrián Candela a Victor Papanek no es aleatoria. Tras estudiar diseño y arquitectura en Europa, ya en Estados Unidos Papanek trabajó con el arquitecto Frank Lloyd Wright y se interesó por la antropología.
Su interés por la existencia y tradiciones nómadas ancestrales que habían garantizado la supervivencia de navajos, inuit y balineses llevaron a Papanek a explorar diseños esenciales, desprovistos de ornamentaciones innecesarias que desviaran el objeto de su papel esencial como herramienta humana.
En el ensayo escrito conjuntamente con James Hennessey, Nomadic Furniture, Victor Papanek sintetizó su convicción de que los productos, herramientas e infraestructuras debían ser responsables para las comunidades donde se usaban y para el medio ambiente, décadas antes de que la ecología o la responsabilidad social abandonaran su nicho marginal.
De Victor Papanek a Adrián Candela
Como material abundante, ligero, biodegradable, reciclado y reciclable, a menudo gratuito, el cartón es un material que se adapta al concepto de mobiliario nómada explorado por Papanek y sus seguidores contemporáneos, tales como Adrián Candela.
El vídeo-reportaje de Kirsten Dirksen sobre el mobiliario efímero de Adrián Candela diseñado con cartón ha suscitado interés desde su publicación en *faircompanies y el canal de YouTube de Kirsten Dirksen, hace apenas unas horas.
Desde entonces, el proyecto de mobiliario de cartón DIY con la ayuda de manuales obtenibles por Internet de manera libre y gratuita, reúne decenas de comentarios en YouTube, la mayoría de ellos positivos.
Entre ellos:
“Idea interesante para diseñar nuestro entorno. Uno puede crear fácilmente muebles adaptados y reemplazarlos [por diseños estables y de calidad] a medida que obtenga el dinero”.
“Qué idea más fantástica. Soluciona muchos problemas para la gente que cambia a menudo de residencia. Respetuoso con el medio ambiente, evita el consumo y es reusable. Gran solución para un estilo de vida nómada”.
También existen las críticas, la mayoría constructivas, así como la ironía relacionada con la poca resistencia o carácter efímero del cartón.
Actitudes constructivas
Paradójicamente, las características del cartón constituyen la principal ventaja para su uso como material de diseño nómada, según Adrián Candela. Todo depende de cómo veamos lo que tenemos a nuestro alcance y qué actitud adoptemos para acomodar nuestro entorno.
Candela ha optado por la creatividad, extrayendo el máximo partido a objetos y materiales invisibles para la mayoría de nosotros.
Compilamos a continuación algunos proyectos y objetos cotidianos confeccionados con cartón. Se trata tanto de objetos artesanales como de modelos comerciales.
1. Fabricantes de mobiliario y utensilios de cartón
Internet conecta a entusiastas de todo tipo de campos y el cartón tiene también su espacio.
(Imagen: muebles de cartón de Chairigami).
Además de proyectos artesanales y amateur, disponibles a través de comunidades y tiendas en línea como Etsy e Instructables, varias empresas aprovechan la ubicuidad de la Red para presentar sus productos al público mundial.
Tres ejemplos:
- Kartonbett, firma suiza de mobiliario e interiorismo de cartón.
- Chairigami, firma estadounidense especializada en fabricar mobiliario de cartón, a partir de modelos propios y sugeridos. Según Chairigami, “nuestro producto es económico, ligero y completamente reciclable”.
- Les Cartonistes Associés, colectivo francés que elabora muebles de cartón con aire fantástico y psicodélico.
2. Mobiliario de cartón
(Imagen: patente de la silla de cartón de Frank Gehry).
Otros diseñadores y artesanos se han especializado o han experimentado con algún mueble concreto de cartón. Es el caso del diseñador industrial Adrián Candela, que muestra en un vídeo para *faircompanies cómo confeccionar una mesita de noche o mueble de recibidor con una caja de cartón, regla, lápiz, cúter, instrucciones y algo de práctica.
La firma Karton, por ejemplo, ha desarrollado una cama reforzada en este material, mientras el diseñador Ivan Parati se atreve con un sofá modular de piezas hexagonales que pueden disponerse según las necesidades.
El arquitecto Frank Gehry también ha flirteado con el cartón, diseñando una silla en este material.
Uno de los sectores con mayor tradición comercial en el uso de papel y cartón es el de la iluminación, influido por el minimalismo de la tradición oriental.
Hay lámparas de cartón para hacer uno mismo, modelos de diseño e incluso proyectos experimentales en Instructables.
El mobiliario de oficina también se apunta al fenómeno, con mobiliario diseñado por Karton o SmartDeco, entre otras firmas.
3. Interiorismo comercial a base de cartón
Usuarios de *faircompanies nos han sugerido algunos de los proyectos más originales con cartón como material central.
La pequeña firma GEA tiene su taller de exposición en Schrems, Austria. La firma se dedica al diseño de mobiliario minimalista de madera y colchones con materiales tradicionales que el usuario puede probar en las habitaciones bed & breakfast disponibles junto al taller.
En estas habitaciones, los armarios están elaborados con cartón reforzado usando una técnica de ensamblaje similar al contrachapado, que logra su consistencia a partir de finas capas de madera. En los armarios en exposición de GEA, varias capas con distintos tipos de cartón han sido ensambladas entre sí.
4. Un restaurante taiwanés con mobiliario de cartón
En Taiwán, una empresa ha desarrollado un nuevo concepto de centro comercial con el cartón como material predominante y, siempre que es posible, estructural.
Por ejemplo, un restaurante del “parque creativo” Carton King en la localidad de Taichung cuenta con un restaurante con interior de cartón: todo su mobiliario, desde mostradores a servilleteros, sillas, mesas, separadores interiores y arcos decorativos, han sido erigidos con cartón reforzado.
Sillas y mesas cumplen con su cometido decorativo y estructural: su sistema reforzado garantiza su estabilidad y durabilidad. Cualquier elemento del restaurante puede sustituirse prácticamente al instante y por un coste testimonial.
5. Bicicleta de cartón de 20 dólares: económica, durable y comercialmente viable
El emprendedor israelí Izhar Gafni está más cerca de culminar su sueño: comercializar una bicicleta confortable, resistente, biodegradable y con un coste en torno a 20 dólares.
El material que ha usado es un compuesto de cartón y polímeros orgánicos que convierte al material en resistente al agua y al fuego. La estructura resultante es, según Gafni, resistente y ligera: la bicicleta pesa 9 kilogramos (20 libras), la mitad menos que un modelo convencional.
La bicicleta carece de partes de metal, las llantas -sólidas- son de caucho reciclado y la cadena procede de la correa de distribución de un automóvil.
El proceso de fabricación de la bicicleta de Izhar Gafni conjuga dotes de artesanía e ingenuidad inventiva con la última tecnología. Este vídeo lo muestra.
6. Juguetes de culto y pequeña tirada: un gramófono de cartón en miniatura y una casa de muñecas
Eric San, Kid Koala, ha lanzado una edición limitada de su álbum 12 Bit Blues que incluye plantillas e instrucciones para armar un gramófono de cartón en miniatura. Basta con usar el disco en miniatura incorporado en el kit y girar con el dedo… funciona.
Hace unas décadas, muchos de los juguetes que nuestros abuelos y bisabuelos regalaban a nuestros padres en los años 40, 50 y 60 eran de cartón. Siguiendo esta tradición, entusiastas y artesanos recuperan esta tradición.
Cartabianca vende a través de Etsy la casita de muñecas Villa Cartabianca, elaborada con cartón.
Hay decenas de proyectos similares en las comunidades on-line de artesanía, manualidades y proyectos de “hazlo tú mismo”, tales como Etsy e Instructables.
7. Casitas de juego y de trabajo
Las cajas de cartón más voluminosas -por ejemplo, el embalaje de grandes electrodomésticos- se convierten a menudo en pequeños habitáculos para los más pequeños, en celebraciones improvisadas y fiestas de cumpleaños.
Pero los más grandes también se sirven de cartón para diseñar pequeños habitáculos de introspección, ideales para concentrarse trabajando, leyendo, meditando, etc.
También pueden adquirirse casitas de introspección prefabricadas, concebidas con cartón reforzado. Es el caso de Cardboard House, una atractiva estructura triangular que se entrega sin montar y puede ser erigida en 6 horas.
Si bien su precio (35.000 dólares) la sitúa fuera del alcance de muchos, Cardboard House es un ejemplo de las posibilidades estructurales del cartón reforzado, que cuenta con muchas de las ventajas del contrachapado, si bien su precio e impacto ecológico son muy inferiores.
8. Edificios y estructuras provisionales
El cartón es abundante, asequible y se adapta a cualquier forma y estructura, no importa la escala. Estas características lo han convertido en material ubicuo para la escenografía teatral o los decorados publicitarios en grandes eventos o convenciones, así como en protagonista de campañas de todo tipo.
Por ejemplo, un concesionario automovilístico de Zurich, Suiza, ha elaborado un gigantesco radiocasete de cartón (estilo “boombox” años 80) con todo lujo de detalles. En su interior se escondía un Mini Cooper.
El arquitecto japonés Shigeru Ban, conocido por sus proyectos de arquitectura temporal, así como por el uso de materiales estructurales tan poco convencionales en arquitectura como el papel o el plástico, es el diseñador de una estructura temporal de cartón en el parque Gorky de Moscú.
Se trata de un pabellón de 2.400 metros cuadrados sostenido por las reconocibles columnas de cartón usadas por Shigeru Ban en otras ocasiones, dispuestas en una fachada oval acristalada de 7,5 metros de altura. Como otros edificios temporales erigidos con cartón por Ban, el pabellón, que incluye librería y cafetería, dedicará su sala polivalente a actos culturales hasta finales de 2013.
Shigeru Ban es conocido por edificios temporales como la iglesia de papel y cartón Nagata-Ku en Kobe, Japón, erigida en 1995 y desmantelada en 2005; o el puente peatonal de cartón usado para sortear el río Gardon, en Francia.
La iglesia de Kobe y el puente sobre el río Gardon emplearon tubos de cartón, recuperados de nuevo por Ban en el pabellón del parque Gorky.
Asimismo, la compañía de danza de Atlanta The Lucky Penny y los arquitectos de la misma ciudad Mack Scogin y Meril Elam han diseñado y erigido un edificio de cartón de 2 plantas en el campus de la Universidad de Georgia Tech.
El proyecto ha sido financiado de manera colectiva a través de Kickstarter y ha contado con la colaboración de la empresa de embalaje MeadWestvaco.
9. Aparatos informáticos y electrónicos
Pequeñas firmas y diseñadores industriales han explorado el cartón como material predominante en el diseño exterior de aparatos informáticos y electrónicos.
Es el caso del ordenador con unidad de proceso de cartón Recompute PC que, pese a su carcasa de cartón, es totalmente funcional.
También han aparecido radios de cartón con un elegante y minimalista estilo retro, capaz de agradar al propio Dieter Rams, cuyos diseños en Braun en los años 50 y 60 han inspirado a empresas como Apple.
Y, en el mercado de dispositivos electrónicos de cartón, no pueden faltar los periféricos de iPod e iPad, como Eco-Amp, un amplificador de cartón para iPod; también hay amplificadores para iPod a imagen y semejanza de un viejo radiocasete “boombox”; así como numerosas bases para iPad.
Ikea, paradigma del mobiliario económico, modular y ensamblable por el usuario con la ayuda de sus conocidos manuales, también ha experimentado con el cartón en varios productos. Entre ellos, una cámara digital con exterior de cartón.
Entre los complementos para los aparatos más populares, hay numerosos proyectos, tanto artesanales y amateur como con vocación comercial, de diseño de fundas para teléfono inteligente y tableta.
10. Experimentando: expresiones artísticas y vehículos de cartón
El arte no es ajeno a un material reciclado, reciclable, fácil de conseguir, omnipresente, efímero, moldeable. Hay propuestas de Andy Barrett o Daniel Agdad, entre otros.
Mientras se debate la idoneidad del cartón como material estructural para mobiliario o pequeñas casas de recreo o introspección, un equipo de la Aston University del Reino Unido ha desarrollado y probado con éxito un automóvil de hidrógeno con carrocería de contrachapado y cartón.
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