El Instituto Jane Goodall quiere compatibilizar los viajes de ocio con la participación en proyectos de conservación y preservación de la cultura y la biodiversidad africanas.
Por Álex Lasmarías
El turismo puede convertirse en un importante elemento de desarrollo para las frágiles economías africanas, pero también puede ser un funesto ingrediente que contribuya a acelerar el proceso de degradación del entorno que ya es palpable en algunos puntos del continente.
En colaboración con Koan Consulting y la Sociedad Española de Ecoturismo, el Instituto Jane Goodall, fundado por la eminente primatóloga, plantea la opción del turismo responsable como solución para evitar los efectos perniciosos del desembarco de visitantes en África sin renunciar a su potencialidad socioeconómica.
El concepto es sencillo: utilizar nuestro periodo de estancia en alguno de los destinos propuestos por el programa para colaborar con los diferentes proyectos de conservación o ayuda al desarrollo que se llevan a cabo en el lugar que hayamos elegido.
Las misiones del visitante
A través del programa Ecoviajeros, el turista que lo desee, puede desarrollar cuatro tipos de misiones en su lugar de acogida sin que exista obligatoriedad alguna de participar en ninguna de ellas.
Una de las opciones es colaborar en proyectos orientados a la recogida de datos como, por ejemplo, utilizar su cámara fotográfica para documentar la problemática medioambiental de la zona o colaborar en tareas de inventario de la flora y la fauna autóctonas.
Una segunda alternativa es participar en proyectos de formación y asumir temporalmente el rol de docente para ayudar a concienciar a la población local sobre aspectos esenciales de conservación del medio o en materias altamente demandadas como la informática o el aprendizaje de lenguas europeas.
Para quien no rechace el trabajo físico durante su periodo vacacional, también existe la posibilidad de desarrollar proyectos de construcción de infraestructuras o de implantación de prácticas y cultivos ecológicos.
Y, por último, el proyecto ofrece la oportunidad de participar en lo que el Instituto Jane Goodall ha bautizado como ‘misiones de aprendizaje obligado’.
En estas misiones, el turista tendrá ocasión de entrar en contacto con la población local y su cultura para realizar actividades como talleres de cocina o conversar con los ancianos del lugar para conocer la historia del territorio y de las etnias de acogida.
Por el momento, tres destinos
El proyecto Ecoviajeros ha creado tres rutas a disposición de quienes quieran ser partícipes de la experiencia. Senegal y permiten viajar hacia las regiones de País Basari y Baja Casamance. La tercera se dirige al archipiélago atlántico de Cabo Verde y, más concretamente, a la Isla de Fogo.
Tras el verano de 2008, se programarán nuevos viajes y se ampliará el catálogo de destinos con la incorporación de proyectos en Gambia, Etiopía, Congo y Tanzania, donde los viajeros podrán colaborar con las actividades de preservación de la población de chimpancés que la propia Jane Goodall desarrolla en el Parque de Gombe.
Próximamente, Ecoviajeros dará también el salto a Latinoamérica y establecerá nuevos programas en Panamá y Costa Rica.
Especial sensibilidad a la hora de confeccionar las rutas
Los turistas que decidan convertirse en Ecoviajeros se encontrarán con unas rutas que han sido confeccionadas siguiendo criterios de responsabilidad social y medioambiental.
A la hora de crear la nómina de establecimientos de acogida y empresas colaboradoras en los lugares de destino, el Instituto Jane Goodall ha apostado por lugares e instituciones que funcionen respetando escrupulosamente aspectos como el uso de energías renovables, el reciclaje de residuos, la construcción eficiente y sostenible, la apuesta por el comercio justo, el uso racional de recursos como el agua y la contratación en condiciones dignas de mano de obra local.
Este esfuerzo ha sido recompensado con el reconocimiento y la ayuda que prestan al proyecto entidades como Casa África y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
Varias formas de convertirse en Ecoviajero
Al tratarse de una iniciativa impulsada por una entidad sin ánimo de lucro, el turista puede optar por diversas opciones a la hora de diseñar sus vacaciones.
El proyecto nos permite seguir por libre las rutas propuestas por el Instituto, contactar con un agente local al llegar a nuestro destino para planificar nuestra estancia o, por el contrario, recurrir a los servicios de alguna de las agencias de viajes colaboradoras (por ejemplo, Años Luz Viajes) para que nos resuelvan todas las cuestiones relacionadas con la logística del desplazamiento.
Dos de las rutas tienen como destino
- Proyecto Ecoviajeros.