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Usar Google Earth como herramienta de denuncia

Las características de la cita dominical con el Penedès suelen repetirse: viaje en tren de cercanías a media mañana, tras haber acompañado el café con el periódico; parada en una estación de l’Arboç; y, una vez llegamos casa de mis padres, el bebé Inés puede explayarse, entre las lechugas de un pequeño huerto y las pinzas de la ropa que hay junto al tendedero, uno de sus juguetes más preciados. 

Después de comer, siempre damos un placentero paseo, rodeados de viñas y olivares que producen el recomendable aceite de oliva de la variedad arbequina. Desgraciadamente, algunos desaprensivos usan lo apartado de este camino semi-rural para descargar los restos de la última obra realizada en su casa. Imagino en esta entrada modos innovadores de denuncia de este tipo de prácticas, tales como usar tecnología gratuita a nuestro alcance (Google Maps, Google Earth) para mostrar a los desaprensivos que ya no hay lugares “en la sombra”, donde puedan dejar su basura sin tratar.

Paseo

  • Una prometida actualización de esta entrada. Puedes consultar esta galería fotográfica, en la que transcurre el paseo dominical descrito.

Sobre todo en primavera, Kirsten y yo aprovechamos los domingos para acercarnos en tren al Penedès, región vitivinícola catalana dividida administrativamente -sin demasiado sentido- en tres comarcas y dos provincias: el Alt Penedès y El Garraf, en Barcelona; y el Baix Penedès, en Tarragona.

Ir a Llorenç del Penedès es un modo de salir de Barcelona, desentenderse de las obligaciones cotidianas y, de paso, dar un paseo y comer bien.

Las características de la cita dominical con el Penedès suelen repetirse: viaje en tren de cercanías a media mañana, tras haber acompañado el café con el periódico; parada en una estación de l’Arboç; y, una vez llegamos casa de mis padres, el bebé Inés puede explayarse, entre las lechugas de un pequeño huerto y las pinzas de la ropa que hay junto al tendedero, uno de sus juguetes más preciados.

A continuación, Kirsten y yo solemos escaparnos a hacer un paseo. El itinerario, repetido casi ininterrumpidamente, es delicioso, entre viñas y olivos de la modalidad arbequina (ver situación exacta y detalles cartográficos del camino en Google Maps).

Reminiscencias toscanas

La mitad del recorrido es asfaltada, aunque apenas pasa algún coche del vecindario, atajando desde Llorenç a La Bisbal del Penedès por esta vía local.

A ratos, uno se encuentra ante un pequeño edén mediterráneo, que podría estar en Provenza o la Toscana; aunque el recorrido tiene también las miserias de todo patio trasero metropolitano: no del todo rural, no del todo urbanizado. No faltan, en estas fechas, rojas amapolas a un lugar y otro de la carretera.

El resto del recorrido es, más propiamente, un camino de tierra, aunque apenas a un centenar de metros transcurre la AP-7 y, justo al otro lado de la vía, el circuito de Idiada suele añadir más ruido de motores al constante runrún de la autopista.

Si a ratos uno parece encontrarse en la Toscana, en otras ocasiones el lugar aporta detalles de Nueva Jersey (el símil puede entenderse mejor visionando este vídeo): en 5 kilómetros cuadrados, se suceden autopistas y carreteras, un circuito automovilístico, polígonos industriales, industria química, industria cristalera y cementera, y la lista sigue. El paisaje rural se encuentra en retirada.

Siguiendo con el recorrido, cuando el ruido de la autopista es ya patente, aparece la bien cuidada torre trocopiramidal de la Casa Murada, una Masía del siglo XIII al XV que uno nunca esperaría encontrarse aquí (imagen de la masía y lugar exacto en el mapa).

Las pequeñas ventanas góticas de la torre dan un aire de otra época a este rincón del Penedès, que acaba 50 metros más allá, cuando el peaje de la autopista y un pequeño puente que cruza el nudo viario aparecen a menos de 200 metros.

Vertidos ilegales

Justo en este pequeño tramo del paseo, que transcurre paralelo a la autopista y al circuito, cuando se deja atrás la Casa Murada, ha aparecido en las últimas semanas un pequeño vertido ilegal. En tanto que rincón poco transitado, parece un lugar ideal para quien prefiera abandonar los escombros de una obra a tratarlos de la manera regulada, dada la nula vigilancia y lo apartado del camino.

El pequeño vertido no tiene el más mínimo interés para casi nadie. Lo hemos notado quienes disfrutamos de uno de los últimos paisajes de este rincón geográfico que se resisten a ser afeados, pese a estar literalmente encajonado entre una urbanización (Priorat de Banyeres), un pueblo (la Bisbal del Penedès) y la autopista AP-7.

Castellet, a pocos kilómetros de este lugar, es otro pequeño lugar que se resiste a ser “homogeneizado” por la fuerza metropolitana barcelonesa, que ahora planea la construcción del centro de logística más grande de Cataluña (CIM, o Centro Integral de Mercancías) en la zona, que ha provocado protestas (blog de la plataforma No Fem el CIM -no hagamos el CIM- para más información sobre las protestas).

Parece que tanto el Alt como el Baix Penedès se han convertido en un lugar predilecto para realizar vertidos de obras, tanto legales como ilegales.

El Penedès es uno de los lugares donde las concesionarias de las obras de AVE, la ampliación de la Línea 9 del metro de Barcelona y la construcción de la nueva terminal del aeropuerto de El Prat, así como empresas subcontratadas, depositan la tierra removida durante las obras.

La cara menos amable de las infraestructuras más ambiciosas que se realizan en la zona de influencia de Barcelona puede comprobarse en localidades del Alt Penedès como Gelida, Subirats y Sant Llorenç d’Hortons, donde varios propietarios de las fincas de la zona han aceptado la tierra sobrante a cambio de una compensación, aunque se han abierto varios expedientes debido a la cantidad de las tierras vertidas y su composición.

La tierra transportada a estos vertederos es usada habitualmente para allanar tierras que se emplean a continuación para el cultivo de la viña, por ejemplo. Es necesario contar con permisos para realizar este tipo de actuaciones.

Entre las numerosas irregularidades detectadas, destacan descargas muy superiores a las comunicadas, presencia de materiales contaminantes entre las tierras transportadas y cobros ilegales.

Dos metros cúbicos de irresponsabilidad personal

El pequeño vertido del camino de la Casa Murada (apenas un par de metros cúbicos de escombros: ladrillos, cemento, alguna tubería) en Banyeres del Penedès, no es comparable al volumen de los vertederos expedientados en los pueblos vecinos del Alt Penedès.

La impunidad con que cualquiera puede vaciar los restos de la obra que hace en casa en donde le plazca, no obstante, preocupa, además de llevarnos a otras épocas.

Parece fácil salir impune de una actividad tan deleznable como abandonar la chatarra propia, ya proceda de obras públicas o de la reforma de casa, en cualquier lugar. Incluso en un lugar tan hermoso como el descrito. Prometo fotos.

De momento, los únicos vertidos que he fotografiado son los del centro de tratamiento de residuos de Kimbriki (ver galería fotográfica), en Sídney, Australia.

El centro de Kimbriki se encuentra en las antípodas de los vertidos ilegales catalanes, y no sólo geográficamente: no sólo se trata convenientemente cada residuo que entra en el recinto, sino que se reciclan puertas, estructuras de madera, cristales, muebles y materiales de todo tipo, a los que se da una segunda oportunidad útil, en lugar de ser enterrados.

Pese a las positivas sorpresas de un vertedero gigantesco como el de Kimbriki, el lugar conserva un aspecto monstruoso y apocalíptico (comprobar en estas fotos: primera visión apocalíptica, segunda y tercera).

Lo visitamos en enero de 2008 junto a su director de operaciones, Peter Stephenson, en un día oscuro y lluvioso del verano austral.

Modos interactivos de denuncia

El pasado domingo, mientras paseaba junto a los escombros del pequeño vertido, meditaba sobre el mejor modo de denunciar este tipo de actuaciones, más allá de comunicarlo a las autoridades locales, como han hecho los vecinos de los pueblos del Alt Penedès.

Tratando de seguir la conversación con Kirsten y, a la vez, hilvanando la idea, pensé en servicios de cartografía a través de Internet (la llamada geoweb) como Google Maps y Google Earth, donde cualquier usuario puede trazar un recorrido en cualquier del mundo y señalar en éste tantos puntos y altos en el camino como desee. Cada punto puede incorporar una pequeña explicación, fotografías e incluso vídeos.

Como explicamos en el reportaje De The Whole Earth a la geoweb, Google Maps (accesible desde Internet), Google Earth (es necesario descargaruna aplicación en el ordenador) y servicios similares permiten a cualquiera con conexión a Internet añadir información y contenidos propios (texto, fotografías, vídeo) a unas determinadas coordenadas geográficas. En Google Maps, esposible crear, editar y compartir itinerarios, como el que incluyo en este enlace sobre el paseo descrito.

“Una vez establecida la relación entre un contenido (vídeo, fotografía, usuario, blog, noticia, presentación, itinerario personal) y un lugar geográfico determinado (latitud y longitud), cualquier otro usuario puede consultar estos contenidos mientras navega por el mapa del mundo.

Y no es hablar en sentido figurado: los nuevos servicios de la geoweb permiten pasear (mejor dicho, volar) por una representación detallada del Planeta Tierra”, decimos en el reportaje mencionado.

Mientras pasaba junto al pequeño vertido, imaginé llevar conmigo una cámara de fotos o, mejor aún, un móvil con cámara de fotos y conexión a Internet decente (un iPhone, pongamos, aunque todavía no esté disponible en España). Podría haber realizado una foto y confirmado la situación exacta del vertido.

A continuación, podría haber incluido una foto y una descripción de lo encontrado en un mapa que uno puede guardar y compartir del modo que le parezca (enviar por correo a autoridades, medios de comunicación y ONG; publicar en una página web o blog, incluir en Google Earth como documento KML, etcétera).

Vigilante electrónico

Se abren nuevas oportunidades con servicios cartográficos gratuitos que pueden ser personalizados. Más irreal que denunciar un vertido ilegal a través de Google Maps, Yahoo Maps o Microsoft Live Maps, es pensar que todas las personas y empresas se comportarán del modo más cívico y respetuoso con el paisaje y el medio ambiente de ahora en adelante. No todos realizamos vertidos; del mismo modo, el civismo no ha llegado a todos los rincones del territorio.

¿Qué se puede hacer, además de denunciar a las autoridades locales, cuando aparece un vertido ilegal en cualquier sitio? Históricamente, los medios de comunicación y las organizaciones sin ánimo de lucro se han ocupado de vigilar la actuación de los gobiernos y las personas.

Tanto los medios como las ONG siguen cumpliendo con su papel, aunque la llegada de Internet, con sus herramientas de participación, ofrece a cualquiera una potente herramienta de difusión y denuncia.

Cualquier ciudadano puede denunciar una situación determinada; también un vertido. Leyendo las últimas entradas del blog oficial de Google Earth, sigo pensando que este programa, que acaba de estrenar una nueva versión gratuita (la 4.3 beta, más estable, con vistas más espectaculares y con herramientas de navegación más sofisticadas) para Windows, Mac y Linux, es una potente arma de denuncia.

Por ejemplo, un usuario de Google Earth puede asociar fotos a unas coordenadas usando Panoramio, un servicio ideado por emprendedores españoles que fue adquirido el año pasado por Google y que asocia las fotos del usuario con Google Maps y Google Earth.

Debido a que el formato KML se ha convertido en un estándar usado por otros servicios de cartografía, incluidos los de Microsoft, las fotos de Panoramio pueden aparecer en Microsoft Live Maps (equivalente a Google Maps) y en Microsoft Virtual Earth (equivalente a Google Earth).

  • Cualquiera puede añadir fotos usando Panoramio, Flickr y servicios similares, ponerlas en el mapa y dejar bien claro que se trata de un retrato, un paisaje o una situación de denuncia: un vertido ilegal, por ejemplo.
  • El proyecto Viewfinder, un proyecto que pretende situar las fotos en la disposición y ángulo exactos de donde fueron tomadas y mostrarlas en Google Earth. La tecnología de Viewfinder quiere simplificar el proceso de situar las fotos en el lugar y perspectiva exactas de donde fueron tomadas.

Por ejemplo, si la imagen tomada aparece junto a lugares que han sido cartografiados de manera tridimensional por Google, el usuario puede hacer coincidir la imagen exactamente con el entorno, a través de una herramienta de comparación en Google Earth (ver vídeo explicativo del proceso).

La tecnología de Viewfinder sigue siendo complicada de aplicar; a poco que se simplifique su uso, su potencialidad es extraordinaria, como puede comprobarse en este otro vídeo.

La geoweb como herramienta de denuncia

En junio de 2007, Google anunció Google Earth Outreach, un conjunto de herramientas para que las ONG puedan promover su causa o denunciar situaciones a través de ficheros KML personalizados en Google Earth.

Existen seis apartados: medio ambiente y ciencia, salud pública, educación y cultura, desarrollo global y servicios sociales.

Según The Economist, sólo en Google Earth, 850.000 usuarios han contribuido con millones de anotaciones y más de 1 millón de imágenes. Los usuarios compiten por la calidad de sus contribuciones, y pronto podrían hacerlo por la importancia de sus denuncias.

Si los medios de comunicación son a menudo criticados por extraer de su agenda informativa situaciones humanitarias o medioambientales que siguen siendo urgentes o intolerables, es más difícil apagar el interés informativo de la contribución de miles de usuarios en servicios como Google Maps o Google Earth.

Varios gobiernos no democráticos, temerosos de que sus ciudadanos usen medios sociales como los mencionados o como YouTube y servicios similares, para denunciar situaciones determinadas e informarse de qué ocurre en tiempo real, imponen censuras y filtros en el acceso a estos servicios, a menudo con el consentimiento tácito de las propias empresas que proporcionan los servicios, como Google, Yahoo o Microsoft, entre otras firmas con presencia en Myanmar, China, Pakistán o Corea del Norte, entre otros países.

Incluso Australia se plantea censurar determinados contenidos de Internet, con el pretexto de librar a sus ciudadanos de contenidos indeseables.

Ya se trate de derechos humanos, ya sea incivismo o agresión medioambiental, la geoweb y otros servicios (como las bitácoras o los portales para compartir vídeos o fotografías) se postulan como un arma de denuncia cargada de futuro.

Imagino un servicio especializado, por ejemplo, en que los usuarios introdujeran documentación gráfica y documental relacionada con vertidos ilegales alrededor del mundo. El nombre del proyecto sería algo así como JunkDenouncers.com. Por cierto, he echado un vistazo a la disponibilidad del dominio y está libre a fecha de hoy. ¿Alguien se anima?

Ficheros KML para no olvidar los problemas del mundo

Existen numerosos ejemplos sobre la potencialidad de Google Earth (y servicios similares) para promover la concienciación medioambiental o el respeto de los derechos humanos, entre otros valores.

Medio ambiente en Google Earth:

  • HealtyPlanet.org: el profesor Mark Mulligan, del Kings College de Londres, ha desarrollado un proyecto propio usando Google Earth. El objetivo es que los usuarios del servicio ayuden las áreas del mundo que requieren atención medioambiental; éstos pueden convertirse en “guardianes de la tierra” y atender la porción de territorio que deseen. Se puede donar dinero tanto para ayudar a la protección de las áreas seleccionadas como para que Mulligan siga desarrollando el proyecto.
  • Capas sobre medio ambiente en Google Earth: contenidos de Greenpeace; ARKive (especies en peligro); Unicef (necesidades de agua y saneamiento); UNEP (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA en castellano).
  • Sobre el aumento en el nivel de los océanos debido al cambio climático: Rising Sea Levels (animaciones que muestran qué ocurriría en lugares como Nueva York si los casquetes polares se derriten con rapidez).
  • Niveles de calidad del aire en distintas localizaciones, a partir de los datos facilitados por el Informe de Calidad del Aire de la EPA (Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos).
  • Año Polar Internacional: colección de contenido para Google Earth sobre la situación de los polos, así como de proyectos científicos en marcha para estudiar el entorno ártico.
  • Fusión del hielo en los océanos: dramática animación de la fusión a lo largo del tiempo del hielo existente en los océanos, con información del National Snow and Ice Data Center (Centro Nacional de Datos sobre la Nieve y el Hielo, NSIDC en sus siglas en inglés; datos desde 1979 hasta marzo de 2008).
  • Indios del Amazonas usando Google Earth: cómo los grupos indígenas aprenden a usar Google Earth y tecnología GPS para proteger la selva amazónica.
  • Estudio del impacto medioambiental causado por la prospección de gas en el Upper Green Valley de Estados Unidos.
  • Oposición de los vecinos de Santa Cruz, California, a la tala de un bosque próximo. Los vecinos pararon los planes de tala usando Google Earth.
  • Vista de la Tierra desde el espacio, con o sin nubes, ajustable al mes actual. Las nubes y depresiones meteorológicas emulan las existentes, prácticamente en tiempo real (la información se actualiza cada 15 minutos).

Derechos humanos en Google Earth:

  • Memorial del Holocausto.
  • Google EarthWaterAid: organización internacional que pretende facilitar agua potable a las poblaciones más desfavorecidas del mundo.
  • Unicef: Acceso al agua y la sanidad en el mundo.
  • Refugiados de las Naciones Unidas, a partir de datos proporcionados por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR en sus siglas en español; UNHCR en sus siglas en inglés). El proyecto sirve para observar en el mapa los diferentes proyectos de protección a los refugiados que la ONU lleva a cabo en todo el mundo.

Sin el ánimo de situar el pequeño vertido del camino de la Casa Murada, en Banyeres del Penedès, en esta lista de recursos, la geoweb es un nuevo altavoz abierto a la participación de cualquiera, con el único rasero tecnológico: es necesario contar con unos conocimientos informáticos mínimos, así como con Internet.

Para acabar, retomo los dos párrafos que cerraban el reportaje que elaboramos hace unos meses sobre la temática:

“Difícilmente la geoweb sea capaz de cambiar el mundo o eliminar sus injusticias. Supone, no obstante, una poderosa herramienta que hace muy difícil que determinadas zonas del planeta “desaparezcan” o sean ‘oscurecidas’ informativamente. Allí donde haya una especie en peligro, una catástrofe medioambiental, una matanza indiscriminada, habrá más focos de atención.”

“No hay imágenes en tiempo real en Google Earth (de momento). Tampoco las hay en la visión del mundo que pretendía explicar, antes de la llegada de Internet, la CNN.”