No hace falta ver An Inconvenient Truth (Una verdad inconveniente; “una llamada urgente y angustiosa, pero excelentemente articulada, a tomar conciencia del calentamiento global”, según lo describía J.M. Martí Font para El País Semanal), el serio y trabajado documental de 90 minutos en el que el ex vicepresidente Al Gore, para darse cuenta de que el ritmo actual de consumo energético, privado e industrial, no es sostenible.

Mientras nos preguntamos cómo los actores más influyentes de la sociedad (políticos, responsables empresariales, instituciones educativas) serán capaces de liderarnos hacia un cambio de mentalidad y hábitos que permitan ahorrar energía y respetar los recursos de que disfrutamos, ya existen herramientas que hacen más que deshojar la margarita: el mejor modo de gastar menos energía es quizá ponerse manos a la obra y saber cuánta energía gastamos en nuestra vida cotidiana y por qué.

Entre las herramientas a nuestro alcance, destaca Wattson, un pequeño aparato electrónico que controla el gasto energético de los electrodomésticos, aparatos electrónicos e informáticos conectados a la red eléctrica.

Según los estudios, los aparatos apagados o en el llamado “stand by”, o permanentemente conectados. Basta con instalar un sensor cerca del cuadro eléctrico para controlar los distintos consumos.

El receptor, inalámbrico, puede instalarse en cualquier lugar. Wattson, capaz de calcular el gasto instantáneo o anual de los electrodomésticos, “ofrece la información y conocimiento que necesitamos para reducir el consumo y el gasto energético que realizamos”, asegura la firma británica DIY Kyoto (Do it Yourself Kyoto), responsable del desarrollo del producto.

Wattson puede conectarse al ordenador para aportar nuestros datos a una comunidad en línea que estudia el cambio que supone el ahorro energético de cada usuario. “Si conectas Wattson a tu ordenador, te permitirá formar parte de una comunidad on-line.”

“En el centro de nuestra filosofía se encuentra una comunidad de Internet a través de la que cada usuario de Wattson puede comprobar cómo su ahorro energético individual produce un beneficio tangible para el colectivo”.

Los usuarios pueden comparar su gasto energético con el de otros miembros de la comunidad, así como compararlo con las cotas de gasto medias de cada país.