Siguiendo la costa, el norte de la Bahía de San Francisco alberga al residencial y bienestante condado de Marin, al que le sigue el condado de Sonoma, conocido por la calidad de sus vinos y lo pintoresco de sus viñedos, sólo comparables a los que se encuentran unas millas hacia el este, en el condado de Napa.

Una de las pocas ciudades de Sonoma que no han padecido grandes fluctuaciones en el precio de la vivienda es el comercial y pintoresco pueblo de Healdsburg, con una cierta densidad urbana, varias calles con la actividad comercial de pequeños negocios comerciales y liberales y una legión de jóvenes que no pueden pagar los altos precios de su mercado inmobiliario, sobre todo en plena crisis.

En este pueblo de la región vinícola al norte de San Francisco, Jenine Alexander decidió no quedarse de brazos cruzados y construir su propia casa, al comprobar que el precio medio de la vivienda asciende en Healdsburg a medio millón de dólares.

Se trata de una pequeña casa móvil, construida sobre un remolque para poder ser movida con celeridad, bien concebida, cuyo interior se mantiene fresco en verano, mientras es sencillo conseguir el resultado opuesto en invierno.

Con la ayuda de madera y otros materiales obtenidos de restos de obras y reparaciones en la zona, Jenine Alexander, que ha trabajado en el pasado en el sector de la construcción, logró construir su casa con su propio trabajo y una inversión económica de menos de 3.500 dólares.

Alexander contó con la inspiración de un libro sobre bricolaje que le habían regalado, Your Dream Home: How to Build it for Less than $3,500.

En el vídeo, Jenine Alexander nos explica, con su buen castellano con acento de California, cómo consiguió construir su mini-casa móvil y, a la vez, convertir en una oportunidad de realización personal el problema del acceso a la vivienda en una situación de crisis como la actual.