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Arreglar la educación: de Sócrates a la escuela alternativa

La educación logra resultados a largo plazo, mientras la política rinde cuentas a corto: este dilema frena la calidad educativa en muchos países, más preocupados por rencillas que por la calidad de su enseñanza troncal.

Pero, ¿hay iniciativas para que los países en la cola de la clase alcancen el grupo de los mejores? En los países de la OCDE (último informe sobre educación), el futuro pasa por aprovechar el potencial de Internet, abrazar la evaluación continua de profesorado y alumnado, premiar la meritocracia y no parar de experimentar.

Y una sorpresa: quizá las escuelas alternativas de todos los tiempos escondan secretos que nos ayuden a mejorar la competencia de los alumnos. ¿Se situará el epicentro de la educación del futuro en la intersección estratégica entre humanidades y ciencias?

Obsesionados con la forma, desinteresados del fondo

Los estudios periódicos sobre educación en los países desarrollados (informe PISA) demuestran que los países con una enseñanza menos politizada y más sensible a la meritocracia y autogestión de maestros y alumnos consiguen mejores resultados.

La educación es también una labor de consistencia. Los países de la OCDE que consistentemente logran los peores resultados cambian de modelo educativo con frecuencia, y nuevas leyes se imponen a modelos anteriores que a duras penas han sido aplicados con rigor (España ha tenido 12 leyes educativas desde finales de los 70). 

Es el caso de España, que ha mejorado sus resultados históricos, pero se ha preocupado más por disputas políticas y cosméticas que por asegurar un puñado de principios básicos que aseguren la calidad de las principales asignaturas troncales. 

Educación y política en los países que mejoran su educación

La educación no es amiga de la política: la primera sólo da resultados a largo plazo, mientras la segunda se somete al mandato legislativo como mínimo cada cuatro años (en el caso de España, al ser una competencia de las comunidades autónomas, hay dos mandatos legislativos que en ocasiones, más que colaborar se dedican a realizar contraórdenes).

Otros países han logrado resultados dramáticamente mejores que los españoles con recursos muy similares. Más que dinero, los países con los mejores modelos educativos han optado por la meritocracia, la formación y exigencia a los profesores (los buenos son reconocidos; los malos deben rendir cuentas).

Mejoras en Finlandia, Corea del Sur, Reino Unido…

Una vez los maestros tienen la autonomía para mejorar sus clases, los alumnos perciben el cambio a la larga. Este es uno de los secretos del modelo finlandés, que desde los años 80 ha pasado de la negligencia a la vanguardia de la OCDE.

El caso de Corea del Sur es tan espectacular como el finlandés. En los años 60, los indicadores de Corea del Sur eran más similares a los de la Etiopía colonial que a los de su vecino Japón o los países occidentales (hace 50 años, Corea del Sur era más pobre que dos tercios de los países del África subsahariana). 

En las últimas décadas, su modelo educativo, celoso con la meritocracia aunque estricto con los menos brillantes para los estándares occidentales, se ha situado en la cabeza de la OCDE. 

Países con un modelo educativo con desigualdades dramáticas, como el británico, han puesto en práctica en los últimos años un programa que se adapta a la realidad de los barrios conflictivos y, en lugar de sobreproteger o estigmatizar a los alumnos, se centra en el control de calidad de las clases y el seguimiento personalizado de cada caso.

No es cuestión de dinero ni de becas-comedor: sobre corporativismos

Sectores celosos de su oficio y con actitudes que en ocasiones recuerdan el corporativismo, como el de docentes en España, Grecia y otros países a la cola, no pueden esgrimir que el problema sea sólo la falta de recursos.

En su serie de artículos para Vanity Fair sobre la crisis de la deuda soberana en los países del sur de Europa durante la Gran Recesión, de la que sólo ahora se empieza a salir, el periodista económico y escritor Michael Lewis (autor de, entre otros ensayos, Moneyball, que inspiró la película homónima), recordó a los europeos que muchas reivindicaciones responden a intereses concretos de grupos de presión, y la educación no es ajena al fenómeno.

A propósito de los intereses corporativistas que impiden que avance la educación, en el reportaje de Michael Lewis sobre Grecia para Vanity Fair (octubre de 2010), leemos: 

“El sistema educativo público griego es testigo de una impresionante ineficacia: uno de los sistemas con peores resultados de Europa, emplea sin embargo cuatro veces la cantidad de maestros por alumno que el sistema de más alto rango, el de Finlandia”. 

Qué importa que ineficiencias como estas campen a sus anchas en los sistemas educativos, si se puede poner el acento sobre otras cuestiones y así “pasarlo por alto”. 

Mantener la dirección, perfeccionar sobre la marcha

Si los países europeos pretenden que sus ciudadanos tengan la mejor preparación educativa para un mundo cambiante y atento a los nuevos conocimientos en las próximas décadas, deberán apostar por un modelo educativo y mantener sus contenidos esenciales a largo plazo, modificando aquellos aspectos que se demuestren mejorables con la práctica. 

Y ello puede lograrse con mayor cintura en la gestión y la supervisión profesionalizada de los centros educativos, ahora a merced del voto corporativista de profesores y alumnos, que evitan por sistema cuestiones que afecten sus intereses a corto plazo. 

Aprendiendo del “desarrollo ágil” de software

El sector educativo debería reaccionar y adaptarse según modelos como el del desarrollo ágil de software, aplicado también en las empresas más innovadoras. Los principales modelos educativos alternativos han usado a lo largo de la historia un modelo similar al propugnado por el desarrollo ágil:

  • iteración;
  • autonomía docente;
  • mejora a través del ensayo y error y la comunicación fluida entre docentes y alumnos;
  • fomento de la inteligencia flexible (razonamiento, creatividad) en detrimento de la inteligencia cristalizada (memorización per se, sin crítica ni asimilación real);
  • meritocracia;
  • atención personalizada al potencial de los alumnos (la excusa es que no se puede hacer sin más dinero y docentes: Finlandia y Corea del Sur refutan esta falacia);
  • promover el interés e iniciativa autodidacta;
  • etc.

Y qué decir del modelo educativo español. La recién aprobada reforma educativa (una más) sólo tiene el apoyo del Gobierno y será derogada por el resto de fuerzas a la primera oportunidad. No sólo se han comprometido públicamente a ello, sino que algunas comunidades autónomas han anunciado que no la aplicarán en sus territorios.

Sobre la obsesión de (algunos) alumnos y docentes por separar universidad y empresa

Si hay un territorio ideologizado en España, es el educativo. Mientras tanto, los maestros siguen sin ser distinguidos en función de sus méritos y trayectoria, y el sistema prosigue premiando a la media (se busca un mínimo común denominador educativo aceptable), castigando a los que requieren atención personalizada: 

  • los más capaces, por un lado; 
  • y los que retrasan al resto, por el otro.

La educación secundaria y universitaria son los casos más preocupantes en el sur de Europa en general, y en España en particular. Cualquier intento de relacionar las necesidades del tejido productivo con el currículo académico de los alumnos es interpretado por docentes y alumnos como una injerencia intolerable de la “empresa privada” en la educación pública. 

Y en este círculo vicioso se sigue discutiendo. Mientras tanto, las asignaturas troncales siguen sin cuidarse, los maestros no son incentivados para mejorar su currículo y esforzarse en las clases, y los alumnos prefieren ir llenando el expediente, a la espera de un título que no les situará en perspectivas laborales halagüeñas.

Discutiendo sobre lo que genera polémica y réditos políticos

No obstante, el acento de los medios recae sobre los aspectos más politizados y susceptibles de lograr mayores adhesiones a una causa política concreta entre la opinión pública: recortes de ayudas y becas-comedor, supuestas imposiciones de modelos lingüísticos, supuestas imposiciones políticas a la comunidad docente, y así sucesivamente.

Atendiendo a las pruebas de calidad de la enseñanza en los países desarrollados, los expertos recetan varias estrategias a quienes deben mejorar más el nivel de sus estudiantes, así como relacionar su educación con el tejido productivo y las perspectivas de futuro del país.

Sobre el papel, iniciativas como el Proceso de Bolonia, iniciativa de la Unión Europea y países asociados (Turquía, Rusia), que pretende homogeneizar el funcionamiento de las universidades europeas para facilitar el intercambio de titulados e introducir sistemas de evaluación homologables entre profesores y alumnos.

El Proceso de Bolonia: los intereses corporativistas no lo quieren

El Proceso de Bolonia pretende hacer más transparente la educación universitaria en toda Europa siguiendo criterios que promueven la evaluación continua entre docentes y alumnos (aprendizaje permanente, destrezas, competencia), la relación entre universidad y tejido productivo o el tránsito de estudiantes entre distintos centros.

Este es uno de los motivos por los que los objetivos del plan de Bolonia tiene detractores poderosos entre profesores y estudiantes en España y el resto de Europa, donde se pone el acento en la “mercantilización” de la universidad pública (¿es relacionar materias con empresas mercantilizar, o aumentar su utilidad?), la falta de financiación y el “intervencionismo” europeo. 

De poder aplicarse con éxito y tener continuidad en el tiempo, el Proceso de Bolonia podría derivar en una universidad auténticamente paneuropea, con mayor movilidad, transparencia, meritocracia y homologación curricular.

Estabilidad, consistencia, transparencia, meritocracia, polimatía, filosofía

Más allá de Bolonia, entre las recetas discutidas por expertos en educación y administraciones de todo el mundo, destacan:

  • elegir un modelo equilibrado; quizá no contente a nadie al 100%, pero serviría de punto de partida;
  • mantener en el tiempo sistema elegido: países como España cambian sistemáticamente las leyes educativas, al no existir un consenso sobre lo básico y ampliarse -a veces, por rédito político- las discrepancias; el corto plazo de la política y las tensiones políticas en países descentralizados dificultan la aplicación sostenida de un programa donde los principales grupos de presión involucrados estén de acuerdo con lo fundamental;
  • instaurar un sistema más flexible y meritocrático, que premie el esfuerzo y la evolución de profesores y alumnos: un seguimiento personalizado profesores y alumnos no tiene por qué implicar más dinero, pero sí algunas políticas impopulares entre los intereses corporativistas de ambos colectivos;
  • meritocracia: el modelo educativo de la Europa continental se ha centrado históricamente en lograr una buena calidad media, sacrificando a cambio el potencial de los mejores, y premiando de manera desproporcionada tanto la falta de esfuerzo como la limitación intelectual;
  • fomento de la polimatía: fenómenos como Internet, la robotización y la deslocalización crearán una división entre quienes se eduquen para ofrecer servicios con difícil sustituto (programación e ingeniería informática, consultoría, marketing, oficios creativos que fusionan distintas disciplinas) y quienes aporten servicios sustituibles por máquinas o trabajadores en otros países; la polimatía, o fomento del dominio de distintas materias, será clave en el nuevo orden productivo mundial, dicen los expertos;
  • evitar errores históricos como ningunear la filosofía: mientras Steve Jobs reconoció a Walter Isaacson, autor de su biografía, que su secreto profesional había sido situarse en el vértice entre las humanidades y las ciencias, nuevas legislaciones apartan asignaturas como la filosofía del currículum de educación secundaria, como en España; craso error, considerando que la evolución es la opuesta (un curso hace furor en Harvard: el de filosofía oriental).

Sobre floreros preparados y ciudadanos preparados

La educación no puede permanecer inmutable a los nuevos retos, dicen los expertos: nuevos retos sociales y en el mercado laboral, paro juvenil elevado, necesidad de “inventar” nuevas tipologías de trabajo, etc.

Un informe de Pew Internet aventura que la educación deberá ser más abierta, asequible y completa.

Según Pew Internet, la educación superior deberá ser algo más que el cumplimiento de un trámite administrativo que otorga potestad para desarrollar una tarea, y aproximarse más a la realidad cambiante.

La educación reglada y presencial conservará su preponderancia, sobre todo en las primeras etapas del desarrollo, pero la educación no presencial se abrirá paso en universidades y cursos que priorizarán la enseñanza de habilidades, más que la evaluación o el valor simbólico y administrativo de un título homologado.

Programar es la nueva segunda lengua

Hasta ahora, la integración tecnológica en las aulas no ha satisfecho a nadie en la OCDE y los países emergentes, al haberse puesto el acento en la tecnología (por ejemplo: comprar y mantener ordenadores, tabletas, etc.) más que en el contenido, o en las reglas que la hacen funcionar.

Pero varios fenómenos surgidos fuera de la educación convencional podrían cambiar las políticas erráticas:

  • por primera vez, se entiende la importancia de “aprender el lenguaje”, más que tener el objeto: el segundo idioma (o el tercero en comunidades bilingües) del futuro será, para muchos, la programación, que entronca con el auge de sectores estratégicos en el futuro como el hardware libre y la “Internet de las cosas”;
  • varias “academias” -gratuitas o de pago, generalistas o especializadas- se sirven de Internet para ofrecer cursos. Clive Thompson escribía en Wired en 2011 acerca del potencial de Khan Academy y sus alternativas;
  • auge de los programas educativos experimentales, que prometen mejorar el resultado de los alumnos, incluso los que viven en entornos desfavorecidos; Joshua Davis dedica un artículo en Wired a este fenómeno.

La educación experimental vuelve a la actualidad, tras el éxito de programas en escuelas situadas en entornos desfavorecidos de Estados Unidos, Reino Unido, India o México, entre otros. 

Wired explica los progresos en una escuela de la localidad de Matamoros, en el norte de México, un entorno más conocido por la pobreza y la violencia que por la excelencia educativa. 

Innovación pedagógica

En el centro de Matamoros visitado por Wired, se ha otorgado a los alumnos mayor control sobre su propio aprendizaje, ahora más personalizado.

La escuela José Urbina López de Matamoros es uno de los muchos centros que evalúan los logros de la educación experimental desde la época clásica:

  • 470 a.C.: Sócrates nace en Atenas. Se convierte en un maestro de cabello largo que permite a sus alumnos alcanzar sus propias conclusiones, siempre que fuesen razonadas. Su sistema, el método socrático, conserva intacta su utilidad 2500 años después;
  • 1907: Maria Montessori abre su primera escuela infantil en Roma, donde los niños eran animados a jugar y aprender por sí mismos; el éxito observado por los pedagogos estadounidenses de visita en la escuela propagaron el método por todo el mundo, todavía vigente;
  • 1919: abre la escuela Waldorf en Stuttgart, Alemania, basada en ideas del filósofo Rudolf Steiner. Promueve el aprendizaje automotivado. Actualmente existen 1.000 escuelas que imparten pedagogía Walforf en 60 países;
  • 1921: A.S. Neill funda la escuela Summerhill, donde los alumnos podían decidir entre atender la lección o salir fuera, con libertad para jugar por cuanto tiempo fuera necesario”;
  • 1945: Loris Malaguzzi se presta voluntario para enseñar en una escuela devastada por la guerra en Reggio Emilia, Italia. Nace el método de autoaprendizaje Reggio Emilia;
  • 1967: Seymour Papert, discípulo del psicólogo infantil Jean Piaget, colabora en el nacimiento de Logo, un lenguaje de programación que los niños pueden aprender por sí mismos; se convierte desde entonces en un defensor de la importancia de la tecnología práctica en el proceso de aprendizaje;
  • 1999: Sugata Mitra inicia sus experimentos educativos en Nueva Delhi, donde niños intocables aprenden informática por sí mismos;
  • 2006: Ken Robinson realiza una charla TED Talks que se convierte en una sensación. Su título: “cómo las escuelas matan la creatividad“. Según Robinson, los estudiantes deberían tener la libertad de errar y perseguir sus propios intereses creativos.

Los niños que aprenden solos: Célestin Freinet y sus discípulos

La idea de conceder protagonismo y corresponsabilidad a los alumnos a una edad temprana se ha revalorizado con el trabajo del científico Sugata Mitra, que ha dedicado la última década a desarrollar un modelo educativo experimental que parte de la propia capacidad de autonomía observada entre los niños a los que se ofrece la oportunidad (y responsabilidad) de aprender divirtiéndose.

No es una apuesta nueva: el pedagogo francés Célestin Freinet, maestro herido en la Gran Guerra que suplió sus dificultades para hablar en voz alta con proyectos que otorgaban a los niños libertad y responsabilidad en su aprendizaje. 

Freinet comprobó que los alumnos de la escuela, incluso los más díscolos, se involucraron y buscaron nuevas cotas de aprendizaje al tener que elaborar un periódico en clase: debían buscar información, ampliarla, contrastarla, así como imprimirla en su propia imprenta casera. 

Maquinaria cognitiva humana y escolarización

Las ideas de Freinet tuvieron popularidad en la España republicana y en centros aislados durante el franquismo y el retorno de la democracia, pero sus ideas más innovadoras (como el “tanteo experimental” o aprendizaje con experiencias) cayeron en desuso, pese a mantenerse en programas educativos con más buenas intenciones que aplicación sobre el terreno. 

Muchos de los avances de su pedagogía fueron ninguneados por el acento del pedagogo en la inspiración marxista de muchas de las ideas, pero el proceso de aprendizaje que propugnaba tenía tintes más libertarios (propios del libre pensamiento universal) que adoctrinadores.

Los nuevos pedagogos experimentales, como Sugata Mitra, desempolvan la idea de otorgar a los niños la decisión de hasta dónde quieren llegar, sin limitar su desarrollo de acuerdo con tradiciones administrativas ajenas a la evolución cognitiva individual.

Nuevos estudios empíricos, así como un interés renovado por la evolución histórica de las escuelas experimentales, pondrán a prueba los actuales modelos educativos.

Psicólogos evolutivos especializados en aprendizaje infantil como el investigador del Boston College Peter Gray, creen que la maquinaria cognitiva humana es básicamente incompatible con la escolarización convencional, sus tiempos y liturgia.

Según Gray, los niños motivados por la curiosidad y el juego deducen grandes cantidades de información sobre el mundo que les rodea, pero cuando alcanzan la edad escolar se les exige amoldarse a unos patrones demasiado pobres y estrictos.

Sobre currículum y aprendizaje genuino

“Estamos enseñando a los niños que sus preguntas genuinas no importan -explica Gray a Wired-, que lo que importan son las cuestiones del currículum. Ese no es la manera que la selección natural ha diseñado para que aprendamos. Nos ha diseñado para resolver problemas y averiguar cosas que forman parte de nuestra vida real”.

Los modelos escolares que se han adaptado a estos estudios cognitivos, como la escuela finlandesa, han pasado de situarse en la cola de la OCDE a principios de los 90 a liderarla en 2003.

Mientras tanto, otros países prosiguen con sus interminables rencillas sobre las formas, evitando el fondo y dejando las asignaturas troncales en manos de profesores que pueden estar motivados o desmotivados, pueden ser buenos o malos, ya que no hay manera de evaluarlo y actuar en consecuencia.

Sócrates: “El grado sumo del saber es contemplar el por qué.”