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15 cabañas de retiro y observación de la naturaleza

Los refugios para observar la naturaleza viven su edad dorada. Entusiastas de la vida al aire libre, arquitectos, conservacionistas y abanderados de la contemplación, la soledad y el retiro temporal para el cultivo introspectivo encabezan el interés renacido por los chozos y abrigos apartados.

Si bien las nuevas cabañas silvestres absorben tradiciones constructivas dispares, comparten un objetivo: mimetizarse con su entorno, servir de refugio y a la vez permitir la observación sin perturbar el ritmo del paraje donde se instalan.

Los pequeños refugios minimalistas invitan a la introspección

Sonidos, olores, costumbres animales permanecen inalteradas, mientras el residente temporal de la cabaña de retiro estudia una especie determinada, fotografía el bosque, lee, medita o, simplemente, contempla.

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Los refugios de observación de la naturaleza recuperan la esencia de la tradición arquitectónica, el mínimo común denominador de recursos empleados para obtener un edificio -permanente o efímero, estático o nómada- con la máxima versatilidad en el mínimo espacio. Más allá del edificio griego clásico, decía Marco Vitruvio, la cabaña primitiva es la construcción que más se acerca al ideal arquitectónico.

(Re)aprender el sentido del abrigo humano

Las nuevas cabañas de observación natural pretenden:

  • recuperar la esencia arquitectónica, sirviéndose de fuentes como la canónica (arquitectura clásica, tecnología, materiales técnicos y herramientas de precisión) y la tradicional (arquitectura de los pueblos, a menudo adaptada al contexto con mesura y economía);
  • mimetizarse con el entorno, para garantizar la armonía entre edificio y alrededores, pero también para no perturbar el ritmo del bosque y facilitar tanto la contemplación como el trabajo y la actividad (retiro, meditación, lectura, trabajo creativo) en el interior del abrigo;
  • usar la menor cantidad posible de materiales, integrando el edificio en un contexto o lenguaje de patrones compuesto por el chozo y sus alrededores (de acuerdo con obras como A Pattern Language, de Christopher Alexander);
  • lograr que el edificio se comporte como un árbol: un sistema estructural capaz de desarrollar varias tareas que garantizan el equilibrio de luz, sombras y ventilación de acuerdo con el emplazamiento, la hora del día y la estación del año;
  • facilitar la fusión cognitiva entre individuo y alrededores fomentando la experiencia de flujo;
  • convertir el interior en una parte abrigada del exterior que actúe como el escenario de un teatro, adaptando los elementos en función del uso y el visitante.

El flujo de la naturaleza

Para autorrealizarse, es necesario “vivir de acuerdo con la naturaleza”, aconsejaban filosofías de vida clásicas como el estoicismo. Esta idea intemporal, presente en varias filosofías de vida occidentales y orientales, recuperó la vocación panteísta de los primeros pobladores humanos. Y, a partir de los clásicos, el panteísmo ha llegado a nuestros días.

Para Marco Vitruvio, edificar (o llevar a cabo cualquier otra empresa propulsada por el intelecto humano) en contra del flujo natural tenía tan poco sentido como acercarse de manera consciente a cualquier catástrofe:

“(…) las cosas se producen de acuerdo con la voluntad de la naturaleza, no para satisfacer el placer del hombre, sino realizando un cálculo de probabilidad”. Según Vitruvio, recopilar el máximo conocimiento de la naturaleza de un lugar o cuestión garantizaba el servicio y pervivencia de una construcción humana (fuera un edificio o cualquier otro artilugio).

Conocerse mejor observando el entorno

“Según la naturaleza” tenía para los estoicos y panteístas del Renacimiento y la Ilustración el significado otorgado por Heráclito: observar el entorno contribuía a conocerse a uno mismo, sirviéndose de la razón. Asomarse a la providencia natural era comprender la divinidad.

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Para los estoicos y sus seguidores panteístas (entre otros, Baruch Spinoza, Gottfried Leibniz, René Descartes, Immanuel Kant), el devenir de la existencia, simbolizado en el río presocrático, es equiparable a la tradición filosófica del “tao” oriental.

La impermanencia y fluidez son observables, dicen los clásicos grecorromanos y los filósofos taoístas, cuando el individuo es consciente de sí mismo, porque es entonces cuando puede fundirse con su entorno.

Ahora sabemos que, literalmente, perdemos la conciencia de nuestra existencia individual cuando practicamos la contemplación, divagamos o paseamos, pensando en todo y en nada, por el bosque.

La psicología llama a este fenómeno experiencias de flujo, y son el equivalente cognitivo de los “baños forestales“.

Efectos físicos y espirituales del contacto con la naturaleza

Pero no sólo la contemplación de bosques y entornos naturales, a través de paseos por caminos frondosos o cualquier otra actividad (recolección de frutos silvestres, caza, etc.), han sido ensalzados como método para estimular el bienestar o el pensamiento creativo.

El contacto con espacios naturales, reivindicado tanto por las tradiciones oriental y occidental, fortalece la salud, según estudios recientes. Durante una visita al bosque, el individuo se embebe de sustancias volátiles beneficiosas (fitoncides, aceites esenciales vegetales), a través de la respiración y la traspiración.

Los baños forestales han recuperado su popularidad ancestran en Japón (shinrin-yoku) y Corea del Sur (samrimyok), mientras el concepto inglés “earthing” se refiere al mismo tipo de actividad recreativa beneficiosa, descrita por Clinton Ober, Stephen T. Sinatra y Martin Zucker en un ensayo con el mismo nombre.

Y, observando la naturaleza, ambas tradiciones concluían que es inverosímil obstaculizar su devenir, su crecimiento y decrecimiento, influencias, etc. La simetría del entorno natural domesticado contrastaba con el flujo natural, observable durante el paseo, el retiro y la contemplación.

Desde entonces, el ingenio, conocimiento y creatividad se han asociado con la inmersión en el bosque.

Aventureros de la vida sencilla en sus retiros apartados

El retiro en la naturaleza responde al ideal virgiliano y aventurero de la vida sencilla, atractivo tanto para ciudadanos ilustres y miembros destacados de la sociedad -son célebres los paseos bucólicos de innumerables personalidades- como para infinidad de trotamundos solitarios, desde el poeta Walt Whitman al joven aventurero Christopher McCandless, protagonista de la novela y película Into the Wild.

El “otium ruris” u ocio rural de la sociedad romana, recomendado por los filósofos estoicos para fortalecer el ánimo en el entorno rural cultivando un ocio activo (eufemismo de actividad relajada), respondía al ideal virgiliano de vida en el campo, un entorno natural humanizado centrado en la actividad rural de la villa.

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Desde entonces, el retiro virgiliano y la observación de la naturaleza se han asociado a la espiritualidad y el anhelo de introspección del ser humano: observando el entorno, el individuo se asomaba también a su interior, escuchándose a sí mismo, prestando atención y reflexionando sobre el momento, el devenir, la alabanza de la vida sencilla.

Sobre ideales naturales e impermanencia

El Renacimiento se inspiró en los anhelos de retiro productivo y observación de la naturaleza de los clásicos. Así, el “beatus ille” (canto a la dicha de la vida sencilla de Horacio) sintetizaría las aspiraciones de una época de redescubrimiento de las enseñanzas de los clásicos:

  • beatus ille (dichoso aquél que…); 
  • carpe diem (atrapa el día);
  • locus amoenus (realidad amena, que tiene tanto que enseñarnos); 
  • y tempus fugit (el tiempo que corre). 

El ser humano volvía a mirar hacia su interior y, con la razón (método empírico) y la introspectiva (filosofías de vida), ampliaba su visión de lo exterior. Renacía la consciencia, ya presente en los presocráticos y en la filosofía oriental arcaica, de la impermanencia.

El paisaje rural más humanizado contrasta con el retiro en la naturaleza salvaje, imperturbada por la actividad humana, la Arcadia utópica de las Églogas de Virgilio y sus equivalentes en otras tradiciones, recuperada por la modernidad.

Orígenes del panteísmo moderno

Pensadores como Baruch Spinoza, Gottfried Leibniz y John Toland, recuperaban a inicios de la Ilustración la idea presocrática del devenir, ya presentada por Heráclito y recuperada más tarde por los estoicos: el panteísmo. Lo divino se hallaba en todas las cosas y, por tanto, las partes y el todo eran lo mismo. La visita a la naturaleza era, por tanto, un reencuentro con uno mismo, ya que el individuo era parte integrante del Universo.

Con la Ilustración, corrientes idealistas más nostálgicas con los ideales arcadianos recuperan la fuerza de la época clásica; el romanticismo (el trascendentalismo estadounidense o el idealismo europeo), buscaron a menudo la autorrealización del individuo en el refugio espartano en medio de la naturaleza.

Coincidiendo con el romanticismo de mediados del siglo XIX, varios autores europeos evocaron, desde Portugal a Escandinavia, paisajes naturales morados por druidas y otros personajes del paganismo ancestral.

Sobre el retiro en entornos naturales

En medio de la naturaleza, el individuo hallaba el retiro ideal para mirar hacia el interior y proyectarse hacia el exterior, así como lograr el desapego entre pensamientos y sensaciones.

El cultivo introspectivo, la soledad, el ascetismo, el tránsito espiritual, se han relacionado a lo largo de la historia con el retiro, más o menos estricto, en lugares apartados de la civilización.

Los chozos, cabañas, retiros, pequeños abrigos improvisados en lugares apartados, dieron lugar a tradiciones como la costumbre, todavía presente en lugares de Escandinavia y Norteamérica, de construir y conservar pequeños refugios de madera en la inmensidad del bosque, que son usados, mantenidos, reparados, cuidados y limpiados con esmero por visitantes anónimos de paso en el lugar.

Cabañas escondidas en la naturaleza

El retiro voluntario y temporal en entornos naturales sirvió como acitate de las ideas más influyentes de personajes que, de un modo u otro, cambiaron la historia.

La práctica del retiro temporal en entornos apartados es también imprescindible para los estudiosos de la naturaleza, que a menudo observan comportamientos animales durante largos períodos, al abrigo de una cabaña camuflada camuflada en el sotobosque o que se balancea en su dosel.

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Pero las cabañas de retiro y observación, a menudo diminutas y mimetizadas en el entorno, no sólo son usadas por motivos espirituales, para resguardarse de la dureza de la intemperie o como escondrijo para la paciente observación científica.

Todo tipo de creadores se han servido de la inmersión introspectiva que proporcionan para crear; desde escritores a filósofos y compositores musicales, pasando por todo tipo de artesanos.

Experiencias de flujo

Para que la actividad introspectiva (contemplación, meditación, estudio, trabajo, lectura, etc.) se convierta en una experiencia de flujo, en las que se produce un desapego entre pensamientos y sensaciones físicas y el individuo pierde la noción del tiempo, absorbidos por la actividad que les ocupa, la cabaña de retiro tiene que cumplir con su objetivo sin estridencias. Proporcionar abrigo, fundirse con el ritmo natural marcado por el entorno.

Marco Vitruvio: “Para que nuestros diseños de casas particulares sean correctos debemos, en primer lugar, tomar nota de los países y climas en los que se construyen”.

15 cabañas de retiro en la naturaleza

Recopilamos a continuación 15 cabañas de retiro y observación de la naturaleza, diseñadas para mimetizarse con el entorno y facilitar el cultivo de la introspección.

1. Camera Obscura por AA Visiting School Eugene 2012

Un grupo de estudiantes de arquitectura de Eugene, Oregon, localidad reconocida por haber mantenido su espíritu contracultural desde los años 60, son los responsables del proyecto Camera Obscura.

Camera Obscura es fruto de un encargo de los profesores del curso: diseñar y construir en 10 días un abrigo que intensificara y reflejara el bosque.

El resultado: una efímera cámara cilíndrica edificada sobre un armazón recubierto con finas láminas de madera de tonos que funden el edificio con su entorno inmediato. La cámara cuenta con una ranura de entrada en su base, que evoca el orificio de los troncos de árbol huecos, así como una apertura en su techo circular.

Camera Obscura cobija e invita a su morador temporal a reflexionar sobre el entorno circundante, y facilita la introspección.

El edificio efímero podría servir como puesto de observación científica o fotográfica del entorno, dadas sus formas orgánicas y mimetización con el entorno. Asimismo, el material tiene escaso impacto y vuelve a la tierra como nutriente. Intemporal, respetuoso, ascético.

2. L’observatoire por CLP Architects

Los arquitectos Daniel Concha, Fanny Landeau, José Prieto de CLP Architects firman una diminuta, orgánica y a la vez racional pequeña torre de madera para la contemplación de la naturaleza y la introspección en medio del bosque.

Usando distintos tipos de madera y con un presupuesto muy limitado, los arquitectos han logrado una cabaña vertical conformada por pequeños cubos que parecen seguir apilándose en su parte superior, para así avanzar hacia el dosel del bosque.

Este pabellón de observación incorpora aperturas en distintos cubos aleatorios de sus cuatro fachadas, introduciendo el entorno en el interior y estimulando las experiencias de retiro más fructíferas para el bienestar y la creatividad.

L’observatoire concurrió a Archi<20, una competición que tuvo lugar en una reserva natural de Muttersholtz, Alsacia, cuyos proyectos no debían superar una superficie de 20 metros cuadrados ni superar un presupuesto de 7.000 euros.

3. Cocoon 1 por Micasa Lab

La firma de diseño suiza Micasa Lab firma Cocoon 1, una esfera transparente que invita tanto a la introspección individual como a observar el entorno, que literalmente rodea al morador por todos los flancos.

La esfera de metacrilato transparente se asienta sobre una base del mismo material y cuenta, en su mitad inferior, como si se tratara de un fluido multicolor adaptado a las leyes de la gravedad, con un mueble reconfigurable con varios cajones coronado por una superficie para descansar, meditar, leer, practicar yoga, etc.

El punto débil de Cocoon 1 se convierte en su mayor ventaja: al tratarse de un cobijo de retiro transparente, cumple de una tacada con los 2 objetivos de Micasa Lab:

  • su morador informa de manera gráfica y diametralmente clara sobre su necesidad de disfrutar de un momento introspectivo;
  • y su superficie transparente ofrece al individuo completo acceso con el entorno circundante, facilitando el desapego entre pensamientos y sensaciones, la divagación, la creatividad, las experiencias de flujo, etc.

4. Rope Pavilion por Kevin Erickson

El Pabellón de Cuerda es una construcción ligera y con vocación nómada y efímera creada por el arquitecto Kevin Erickson en Winnipeg, capital de la provincia de las grandes praderas canadienses de Manitoba, al poniente de Ontario.

El Pabellón de Cuerda recoge la tradición de los pueblos nativos canadienses, sirviéndose de materiales sostenibles, artesanales, fácilmente obtenibles y reemplazables localmente: madera y cuerda trenzada con fibras vegetales.

El pabellón ha sido erigido junto al río Assiniboine, que se convierte en los meses de invierno en la pista no artificial de esquí de fondo y patinaje más larga del mundo.

En esta ruta de recreo, las temperaturas pueden caer por debajo de los -40º Celsius, por lo que se han emplazado chozos para cobijarse y calentarse cada kilómetro.

Combinando un armazón de madera que parece tensarse con las cuerdas tensadas que aglutinan sus paredes, el Rope Pavilion de Kevin Erickson cumple con su función y, a la vez, mantiene a sus moradores ocasionales en contacto permanente con un entorno dramático, a través de las paredes traslúcidas y una apertura superior, similar a la existente en muchas tiendas de pueblos nómadas norteamericanos y euroasiáticos.

Una delicia para los sentidos que sabe explicar una historia de generaciones, “entiende” la dramática naturaleza invernal de las grandes praderas canadienses e invita a la introspección.

5. Black Teahouse por A1Architects

Las casas de té poblaron las rutas tradicionales de Japón durante siglos, ofreciendo cobijo y retiro temporal a viajeros de todo tipo, desde comerciantes a monjes o ascetas, pasando por todo tipo de buscavidas.

Si alguna nueva construcción ha sabido atrapar de manera humilde, sosegada y magistral, combinando la sencillez y el minimalismo con la aspereza de la rusticidad y la naturaleza, es Black Teahouse. Ocurre que esta casa de té ha sido erigida en el corazón de Europa, en la localidad de Česká Lípa de la República Checa.

Sus autores, Lenka Křemenová y David Maštálka de A1Architects, han erigido la pequeña y ligera cabaña de madera a orillas de un estanque con un jardín de inspiración oriental, que se funde con el pinar circundante.

Black Teahouse constituye un lugar privilegiado para observar el entorno y abandonarse a la contemplación, meditación, divagación. Nada sobra, nada más es necesario.

6. Miner’s Shelter por David Frazee

Taliesen West, en el desierto de Arizona, se convirtió en el emplazamiento de la oficina de invierno de Frank Lloyd Wright, que ahora alberga una escuela de arquitectura y nos recuerda que el retiro más fructífero, el que permite cultivar el interior y, a la vez, sentirse parte del espacio circundante, también puede practicarse en entornos áridos.

David Frazee decidió aprovechar los cimientos de un edificio abandonado (un refugio de minero de los años 80) para erigir su cabaña de recogimiento, circundada por las formas imposibles de una áspera vegetación con vocación de supervivencia.

En la pequeña cabaña, de construcción sólida y aislada contra las temperaturas extremas, predominan el minimalismo y los acabados de cemento, que le otorgan un aspecto contemporáneo y a la vez intemporal: el interior podría corresponder a una pequeña alcoba romana o el espacio de creación y meditación de un joven profesional, como es el caso.

David Frazee no se conforma con estudiar arquitectura y, con la construcción de su peculiar dormitorio universitario para ascetas, pone en práctica su vocación y aspiraciones. Qué mejor manera de entender el arte de erigir y habitar que erigiendo y habitando.

7. Tourner autour du Ried por StAndré-Lang Architectes

Tourner autour du Ried es otro de los edificios de retiro y observación del entorno en concurrir al certamen Archi<20 de la localidad alsaciana de Muttersholtz.

Los condicionantes del concurso: el edificio no puede superar los 20 metros cuadrados y un presupuesto de 6.000 euros, limitaciones con las que los organizadores lograron lo que se proponían: agudizar el ingenio de los participantes, que optaron por formas orgánicas y materiales locales, baratos y a menudo biodegradables (alimento para el entorno en lugar de un problema).

Tourner autour du Ried es un edificio circular con tejado ligeramente inclinado y de mayor superficie que la base, cuyo centro se encuentra a la intemperie y los bancos circundantes se disponen como si se tratara de un diminuto coliseo.

Su forma permite al morador escrutar todo el espacio circundante, mientras se protege de la intemperie por un muro compuesto por mazorcas de maíz embebidas en paneles sujetos por una red metálica convencional, similar a la usada en las escuelas e instalaciones deportivas.

El uso de madera para el armazón de la estructura en combinación con las ingeniosas paredes de paneles con mazorcas de maíz, otorgan al edificio un aspecto orgánico, creativo y natural, con un toque de humildad y, a la vez, una cierta chispa de ingenuidad, similar a la existente en muchos edificios de Antoni Gaudí.

Una económica delicia para practicar la introspección y el disfrute del espacio circundante.

8. Hypercubus por Studio WG3

Los arquitectos Matthias Gumhalter y Christian Reschreiter de Studio WG3 firman Hybercubus, una pequeña cabina minimalista y con el aspecto pulido del diseño de precisión.

Hypercubus es una estructura rectangular que desafía la gravedad asentando únicamente uno de sus extremos sobre los cimientos, mientras el otro aparece suspendido, dando sentido a las escaleras necesarias para “escalar” hasta su fachada acristalada que, a diferencia del armazón de la estructura, mantiene su perpendicularidad con el suelo.

Hypercubus ha sido diseñado como una pequeña vivienda de retiro, al incorporar dormitorio, cocina y lavabo en su reducido interior, de diseño acristalado e igualmente minimalista.

Sus creadores conciben Hypercubus como la base de un nuevo concepto de turismo que prioriza la introspección por encima del lujo superfluo y los emplazamientos convencionales.

9. Tiny Studio Cabin por Riley McFerrin

Las cabañas para crear han sido usadas como pequeños estudios de escritura, artesanía, composición musical, pintura, etc. A menudo instaladas en entornos naturales, emulan el estilo de antiguas casas de campo de madera reducidas a su esencia.

Tiny Studio Cabin ha sabido mantener el espíritu de las intemporales cabañas de escritor con un aspecto rejuvenecido y contemporáneo otorgado por una cristalera que acerca lo circundante al interior del habitáculo.

La cabaña es obra de Riley McFerrin de Hinterland Design y fue encargada por una ilustradora de libros para niños residente en la costa de la Columbia Británica, Canadá, como espacio de trabajo e introspección.

10. Le Plongeoir por SPRAY Architecture

Le Plongeoir es otra cabaña de observación de la naturaleza y retiro elegante, económica y con poco impacto medioambiental presentada al certamen Archi<20 2012 celebrado en la localidad alsaciana de Muttersholtz (Francia).

Sus creadores, SPRAY Architecture, han erigido un espacio rectangular con un interior de 14 metros cuadrados y suelo en pendiente, suspendido sobre uno de los extremos (que sirve como fachada) y los 6 pilares que conforman el armazón de madera.

Se trata de una económica edificación efímera que se sirve de madera (para el armazón y algunas superficies de contrachapado), así como de policarbonato translúcido para las paredes, cuya disposición en forma de reja impide la incidencia de los rayos más potentes y deja pasar los más oblicuos del invierno (o la mañana y el final del día, cuando se trata de verano).

El edificio parece desmaterializarse y fundirse como un terrón de azúcar sobre el entorno natural de su emplazamiento.

11. Pabellón Ecológico en Alsacia por Studio 1984

Una techumbre de latón, unas balas de paja para las paredes, unos listones de madera para armar la estructura, unas decenas de metros cuadrados de madera de contrachapado, y la estructura de la cristalera.

Con estos materiales, Studio 1984 ha sido capaz de armar una elegante cabaña de observación con aspecto vernacular y materiales económicos, accesibles localmente y asequibles.

El Pabellón Ecológico en Alsacia se sirve de la forma constructiva de las granjas tradicionales de centroeuropa, si bien su construcción es más rápida y asequible, sin restar al edificio ni elegancia ni consistencia.

Si bien ha sido erigido con materiales económicos y biodegradables, su aspecto, más que rústico y deshilachado, denota la precisión y el minimalismo de los diseños simétricos y planificados con esmero. La espectacular y minimalista vidriera frontal contribuye a crear esta sensación.

Una estructura que invita a la introspección, donde uno es capaz de imaginar las experiencias introspectivas de un Henry David Thoreau contemporáneo.

12. Cocoon Tree por Berni Du Payrat

Cocoon Tree es una ligera esfera impermeable diseñada para suspenderse en el dosel del bosque, asida por 12 puntos de sujeción a las ramas de distintos árboles, un retiro de introspección que acerca al individuo al entorno.

La esfera, compuesta por un flexible y resistente armazón de aluminio recubierto de una lona sintética, puede ser montada tanto por el usuario como por un equipo de escaladores sugerido por el diseñador de este retiro de observación de la naturaleza, Berni Du Payrat.

Este retiro, que puede suspenderse tanto a decenas de metros del suelo como a dos palmos de éste, se adapta a las condiciones de trabajo y observación de los trópicos, donde predominan las lluvias y el calor intenso: incorpora un mecanismo de aire acondicionado propulsado por energía solar y eólica.

Cocoon Tree pesa 58 kilogramos (130 libras) mide 3 metros de diámetro, incluye un espacioso colchón, ventanas con mosquiteras y otros detalles para hacer más cómoda la experiencia de retiro. 

13. Steel Box en Marfa por Candid Rogers

La Caja de Acero del arquitecto Candid Rogers es una estructura de acero con dos platas y porche edificada en un entorno natural de las afueras de Marfa, en Texas, cuyo alargado porche maximiza el reducido espacio interior, 320 pies cuadrados (30 metros cuadrados) sumando ambas plantas.

Según su arquitecto, Steel Box es un abrigo mínimo de retiro para lograr un reposo consciente, para disfrutar del áspero paisaje del suroeste de Estados Unidos.

Tanto la estructura principal como la techumbre del porche son metálicas, aunque el juego de sombras y la ventilación regulan la temperatura del espacio, dominado por la cocina-comedor de la planta baja, que se funde con el porche, y un altillo más introspectivo con dormitorio y zona de trabajo.

14. Home Box por Architech

Han Slawik y Sonja Tinney son los responsables de Home Box, una reducida construcción modular con el tamaño de un contenedor logístico convencional, dispuesto en vertical y dividido en 3 plantas.

La idea de la firma es lograr un método de construcción modular personalizable, que facilite la concepción de modelos personalizados de Home Box.

Tan fácil de transportar como un contenedor logístico, los Home Box han sido concebidos como cabaña de introspección para nómadas y urbanitas, aunque su versatilidad podría configurar, por ejemplo, pequeñas poblaciones compuestas por pequeñas edificaciones verticales con estructura y acabados de madera, diseño y cerramientos de calidad y acabado minimalista.

Dispuesto en cualquier entorno apartado, la altura de Home Box facilita el estudio del entorno.

15. The Box por Ralph Erskine

The Box es una diminuta casa erigida en los años 40 en Suecia por el arquitecto británico Ralph Erskine y, en muchos aspectos, un espacio precursor del actual movimiento de las casas pequeñas.

The Box es una vivienda austera, confortable, con amplios ventanales, chimenea, cocina integrada en el salón comedor, lavabo y un colchón suspendido en el techo cuando no está en uso, que sirve también de sofá cuando es necesario.

Atraído por los ideales de vida sencilla y funcionalismo, Erskine vivió en la diminuta casa con su mujer y dos hijas, rodeada de naturaleza, durante 4 años, pese a las dimensiones del interior (19 metros cuadrados, o 210 pies cuadrados). 

Los 20 metros cuadrados del interior se multiplican con la conexión visual que, desde el confortable y cálido interior, el individuo realiza con el entorno natural exterior, a unos pasos del espacioso porche.