Las zonas más vibrantes de las grandes ciudades son prohibitivas para quienes más aportan a su regeneración, pero los últimos aspirantes no tiran la toalla e idean maneras de vivir en el centro: compartir piso, regenerar microapartamentos… e incluso convertir trasteros y sótanos.
Nuevas tecnologías y un renovado interés por las reconversiones de espacios inverosímiles en zonas apetecibles ha revivido un fenómeno de arquitectura e interiorismo “underground”, más relacionado en el imaginario colectivo con bares pirata de la Ley Seca y viviendas-búnker para “survivalistas” (“preppers”).
Del sótano de Max Estrella a los nuevos sótanos introspectivos
Por no hablar del sótano mal alumbrado donde vive sus últimos días Max Estrella, el viejo poeta evocado por Valle-Inclán en su obra teatral Luces de Bohemia. El esperpento, ni más ni menos.
Los apartamentos en sótanos son la última posibilidad de quienes no se resignan a vivir en la zona céntrica que les atrae.
Son, en cierto modo, el otro extremo del espectro (en valor percibido por unidad de superficie) de los cotizados -y prohibitivos- apartamentos en áticos soleados.
Acondicionar una pequeña vivienda implica estudiar maneras de sacar el máximo partido al espacio con la mínima cantidad de superficialidades, lo que a menudo se materializa en:
- reivindicar del minimalismo;
- editar bienes innecesarios (“decluttering“);
- diseño tridimensional (pensar en centímetros cúbicos, y no en metros cuadrados);
- favorecer mobiliario y utensilios que concentran más utilidades en menos espacio, tales como muebles convertibles e incluso muebles-apartamento (una pieza convertible para todo o casi todo);
- evitar el diseño estático y centrarse en la función que se desea lograr a través de elementos estructurales que se adaptan al uso: tabiques móviles que incorporan servicios y logran varias “habitaciones” en un único espacio;
- etc.
Análisis de las migajas de la gran ciudad
Para muchos jóvenes profesionales, entre ellos los arquitectos y diseñadores industriales y de mobiliario que les asisten para lograr el máximo uso y servicio con el mínimo espacio e inversión, la última Frontera de las grandes ciudades se encuentra en los pequeños espacios desaprovechados. Las migajas.
En retrospectiva, los centros de las ciudades más apetecibles han atraído siempre a las vanguardias artísticas y profesionales… hasta que en lugares como París, Londres o Nueva York la conversión de destartalados locales y factorías alcanzó un coste prohibitivo en décadas anteriores.
En los últimos años, incluso los barrios “redescubiertos” (menos apetecibles hace apenas una década) son demasiado caros para quienes aspiran a instalarse allí: Brooklyn en Nueva York, Oakland o East Palo Alto en la bahía de San Francisco, etc.
O cambiar de ciudad, o descubrir lo que otros no valoran
Un estudio del censo estadounidense muestra cómo muchos recién graduados optan cada vez más por ciudades medianas amables con vida vibrante, opciones laborales y espacios residenciales asequibles.
Quienes no se resignan y mantienen vivo su interés por los barrios más vibrantes de las ciudades más cosmopolitas buscan la nueva Frontera de los espacios descartados hasta hace poco.
Cuando incluso los microapartamentos notan la presión de la elevada demanda, viejos trasteros e incluso antiguos lugares oscuros e insalubres, tales como pequeños sótanos, son vistos con una perspectiva distinta.
(Vídeo: “Apartamento LEGO” en Barcelona; Kirsten Dirksen entrevista a Christian Schallert, que se inspiró en el preciso interior de los yates que conoció de pequeño para concebir, con ayuda de la arquitecta Barbara Apolloni, un microapartamento de diseño en un antiguo palomar del Born barcelonés)
Sacar partido de… un palomar, un garaje y un sótano
En *faircompanies, hemos tenido oportunidad de observar las posibilidades que esconden lugares que, observados antes de la reforma, provocarían la preocupación o incluso el horror de cualquier pariente interesado en ofrecer una segunda opinión acerca del potencial de un espacio.
Es lo que ocurrió a, entre otros:
- Christian Schallert, propietario de un antiguo trastero-palomar del Born, en Barcelona, que lo reconvirtió en un ático con todas las comodidades (y bautizamos como “apartamento LEGO” por su modularidad);
- Jérémie Buchholtz, el propietario de un pequeño garaje sin luz natural ni valor inmobiliario en Burdeos, reconvertido en un espacioso loft con fachada de cristal para atraer la luz exterior (al que llamamos “maison garage” y del que se hizo eco, tras nuestro vídeo, incluso The New York Times -eso sí, citándonos en el vídeo relacionado-);
- o Steve Sauer, que vio potencial en el diminuto sótano -con pequeña ventana al nivel de la calle- de un edificio del centro de Seattle y lo convirtió en una microvivienda “de lujo” (los mejores materiales, extrema personalización y adaptación a las necesidades del morador); el propio Sauer lo bautizó como “pico-vivienda”. El vídeo de Kirsten logró, una vez más, el interés de la prensa especializada (Core77, FastCompany, etc.).
Espacios asequibles en centros neurálgicos: Gulliver busca residencia
Para materializar su visión acerca de un palomar en la Barcelona medieval, un garaje en el centro de Burdeos o un pequeño trastero en el centro de Seattle, Christian Schallert, Jérémie Buchholtz y Steve Sauer se armaron de ingenuidad y paciencia, puesto que la incredulidad sobre el potencial que ellos veía no afectaba sólo a sus familiares, sino incluso a profesionales de interiorismo y las reformas.
Los tres espacios no sólo se han convertido en una sensación en Internet: vídeos virales, artículos en publicaciones de gran tirada o incluso -en el caso de la “maison garage”, interés del equipo de redacción de The New York Times.
En mayo de 2013, The New York Times volvió a citar el trabajo de Kirsten Dirksen grabando la vida de jóvenes profesionales en espacios urbanos de tamaño irrisorio, sirviéndose de un titular que no deja lugar a dudas a la complejidad del reto de lograr que un microespacio pase de la habitabilidad a incluso la confortabilidad: Gulliver busca alquiler: la nueva fascinación con las viviendas diminutas (Elizabeth A. Harris, The New York Times).
Más servicio en menos espacio: habitabilidad de pequeños lugares inverosímiles
El interés por extraer el máximo potencial de pequeños espacios -incluso los más inverosímiles- en las grandes ciudades evoluciona a medida que lo hacen las mentalidades, la tecnología e incluso los materiales: las viviendas pasan de elementos de propiedad sujetos a estrictos códigos y convenciones, a habitáculos flexibles, adaptables, capaces de concentrar más servicio en menos espacio.
Los pioneros en las reconversiones de microespacios más radicales han inspirado remodelaciones que copan interés en bitácoras de diseño y arquitectura. El equivalente a esta nueva Frontera de las viviendas inverosímiles en planificación urbanística es el “lean urbanism” o mínimo urbanismo viable.
En viviendas diseñadas para aprovechar antiguos sótanos, su nivel de habitabilidad depende del acceso a iluminación y ventilación naturales: claraboyas, trampillas y ventanas con salida a patios y a la calle determinan si un espacio podría ser considerado “vivienda”.
Quién decide qué es habitable: dialéctica entre habitabilidad y libertad individual
Los códigos de edificación son estrictos con los elementos de seguridad básica en habitáculos que no han sido originalmente diseñados como viviendas (es el caso de la mayoría de trasteros y sótanos con acceso a luz y ventilación naturales).
Si las viviendas pequeñas son un tema peliagudo debido a su fricción con las convenciones tradicionales establecidas por los códigos de edificación, trasteros y sótanos pertenecen más bien al subgrupo de lo improbable.
Un artículo en un diario canadiense sobre apartamentos en sótanos alimentó una polémica que desbordó a su autor, Bob Aaron, que contestó con una réplica también publicada por The Star.
Algunos lectores expusieron a Aaron sus temores, ya que semejantes espacios se podían convertir, en su opinión, “en un campo de minas para los desinformados”.
La apuesta de Steve Sauer: personalizar un pequeño sótano con una solución de calidad y a medida
Cualquier remodelación de un espacio pequeño situado por debajo del nivel de la calle, como el de Steve Sauer en Seattle, implica un elevado riesgo de inviabilidad… pero también en un acicate para innovar, tal y como muestra el mencionado Pico Apartment de Sauer.
Steve Sauer y otros residentes en microespacios inverosímiles con los que hemos conversado en los últimos años, reivindican su derecho a acondicionar estos espacios y a vivir en ellos si demuestran de manera objetiva que éstos les acogen en condiciones óptimas de habitabilidad.
Su mensaje, actitud y decisiones arquitectónicas y de interiorismo han posibilitado remodelaciones ahora celebradas en las bitácoras de tendencias. Designboom, por ejemplo, recoge la reconversión de un sótano en Poznan, Polonia, en vivienda de encanto al destacar dos puntos fuertes a menudo obviados en espacios similares:
- acceso a luz natural desde el techo, maximizado con la remodelación;
- y arcos de ladrillo del siglo XIX (ahora descubiertos.
Casas introspectivas diseñadas hacia el interior
Los nuevos espacios que surgen de pequeños locales, trasteros, sótanos y otros lugares convergen con otras tendencias, como la redescubierta afición por actividades introspectivas tales como la lectura, la meditación, contemplar y divagar, etc.
En Japón, donde interiorismo y paisajismo parten de un ideal estético de raíces panteístas (sintoísmo, budismo zen), conceptos como la transitoriedad de la existencia influyen sobre el diseño de un jardín o un espacio. El ideal estético wabi-sabi celebra la imperfección, el buen envejecimiento, la aspereza (paso del tiempo, tránsito del individuo y la naturaleza, etc.).
De ahí que muchas viviendas japonesas se diseñen hacia el interior, a menudo limitando la cantidad de luz. En Japón, las casas sin ventanas exteriores, las cuales apenas facilitan la luz interior mediante aperturas cenitales y estancias abiertas hacia un patio interior, se han convertido en símbolo de introspección.
Edificar una casa en honor a un poeta
El arquetipo, ya demolido, de estas casas sin ventanas que se abren hacia el interior, fue diseñado por Toyo Ito en 1976: la Casa Blanca en U (White U house) fue edificada para honrar la muerte de un familiar, un acontecimiento que transforma lo cotidiano y, por tanto, puede alterar el diseño de estancias, viviendas y jardines zen.
El efecto lumínico e introspectivo de una vivienda o apartamento en un sótano, con iluminación natural limitada, se aproxima al de viviendas como la mencionada White U House.
En Corea del Sur, un admirador del poeta coreano Yoon Dong-joo encargó una vivienda minimalista e introspectiva en su honor; así nació Earth House, una vivienda de planta rectangular edificada bajo el nivel del suelo. Tanto el patio como los ventanales filtran la luz que supera el boscaje circundante, adentrándose en las estancias en semipenumbra.
Una segunda oportunidad para un pequeño búnker de la II Guerra Mundial
Las viviendas que aprovechan sótanos no son exclusivas de las ciudades más prohibitivas: inspirándose en la larga tradición en varios países de acondicionar cuevas, aparecen proyectos que reivindican la belleza, tranquilidad introspectiva y habitabilidad de… viejos búnkeres situados en Centroeuropa.
El estudio arquitectónico belga B-ILD se encargó del espartano acondicionamiento de un búnker de cemento para convertirlo en pequeña vivienda veraniega en medio de la naturaleza.
El edificio se integra en el entorno circundante como si se tratara la versión en miniatura de un templo abovedado de la cultura minoica, o encarnara acaso la versión de cemento de una vivienda semienterrada, empleada por culturas ancestrales para beneficiarse de la inercia térmica.
El pequeño edificio abovedado reduce su iluminación natural y comodidades a lo esencial, mientras un porche de madera independiente instalado junto a la diminuta elevación de terreno sobre el búnker semisumergido, sirve de porche o estancia diurna al aire libre.
Del ideal estético japonés a la sabiduría ancestral mediterránea
La estética del interior de este pequeño búnker vacacional recuerda, más que a los horrores de la guerra, a la aspereza intemporal reivindicada por el ideal estético japonés wabi-sabi.
Pero las estructuras semienterradas con reminiscencias de culturas mediterráneas como la minoica tienen su contrapartida contemporánea también en su paisaje originario: la Casa Aloni se sumerge en la seca y suave pendiente de un altozano en la isla griega de Antiparos, en las Cícladas, fusionándose con el entorno y, de paso, logrando una inercia térmica y ventilación cruzada que regulan su temperatura interior en verano e invierno.
Los arquitectos suizos SeARCH y CMA demostraron en 2009 en Vals, Suiza, que una vivienda enterrada con fachada bien orientada en una pendiente puede convertirse en un retiro moderno con todas las comodidades y con una inercia térmica que reduce la necesidad de climatización según avanzan el día y las estaciones.
El hueco que deja una esfera imaginaria en una pendiente
La fachada de esta casa alpina semienterrada en la localidad suiza de Vals se acomoda a la pendiente describiendo el orificio que dejaría una esfera al ser retirada de una base que siguiera su forma.
Cuevas, edificios semienterrados o incluso búnkeres demuestran, como las viviendas japonesas sin ventanas interiores y orientadas hacia un patio interior, que una claraboya, una buena ventilación y decisiones acertadas de interiorismo pueden convertir un sótano sin uso en una barata y céntrica vivienda introspectiva, ideal para meditar, escribir o realizar cualquier otra tarea introspectiva.
La arquitectura moderna y la estética wabi-sabi evocan el potencial de las viviendas orientadas hacia un patio interior; la misma mentalidad puede inspirar remodelaciones en espacios especialmente oscuros y comprimidos.
Cuando la trampilla cenital es suficiente: el microapartamento vertical parisino
Alban Diner no vive en un sótano, pero su pequeña casa vertical tiene un único punto de luz. Dos jóvenes arquitectos parisinos convirtieron el trastero de Diner, de 25 metros cuadrados de planta pero una sorprendente verticalidad, en un microapartamento con 4 plantas que aprovecha un único punto de luz natural -una claraboya en el techo- para iluminar todo el espacio.
Marc Sirvin y Clémence Eliard, del estudio Agence SML, reconocen que su diseño de la “maison stairwell” se inspira en los estrechos apartamentos verticales de Tokio: usaron superficies blancas y de rejilla metálica para absorber la máxima luz natural posible, que se escurre hasta la base de la estancia.
Los apartamentos en sótanos carecen de la iluminación y el prestigio social de los áticos céntricos, pero evitan su sobreprecio.
En cuanto a sus limitaciones, las posibilidades creativas de un espacio silencioso y con luz tenue pueden comprobarse en la apreciación que muchos residentes de viviendas unifamiliares tienen a sus -acondicionadas- estancias bajo el nivel del suelo.
10 viviendas por debajo del nivel del suelo
Andy Warhol realizó una de sus primeras películas en el sótano bajo su casa donde vivía su madre, mientras la escritora y periodista Ruth McKenney inspiró su serie de artículos para The New Yorker que conformaron el posterior libro My Sister Eileen en su experiencia compartiendo el lúgubre y diminuto apartamento en un sótano de Greenwich Village.
Recopilamos a continuación 10 apartamentos y viviendas bajo tierra con soluciones para maximizar el espacio y la luz natural en estos espacios introspectivos.
1. Pico-apartment de Steve Sauer en un pequeño sótano de un edificio céntrico (Seattle, Estados Unidos)
2. Maison Garage: pequeña vivienda moderna y minimalista edificada en un viejo garaje por Matthieu de Marien (Burdeos, Francia)
3. Sótano con paredes de ladrillo visto, arcos del siglo XIX y claraboya cenital por Mili Mlodzi Ludzie (Poznan, Polonia)
4. Pequeña casa de campo con interior espartano en búnker de cemento y porche al aire libre por Studio B-ILD (Fort Vuren, Holanda)
5. Casa enterrada en una colina con fachada esférica Villa Vals por SeARCH & CMA (Vals, Suiza)
6. Ampliación de casa georgiana con acondicionamiento de sótano con luz cenital por Norton Ellis (Londres, Reino Unido)
7. Galería artística bajo el nivel del suelo en interior de antiguo edificio militar por Bureau SLA (Fort Asperen, Holanda)
8. Casa Aloni con estructura regular soterrada en la pendiente de un altozano en isla griega por Deca Architecture (isla de Antiparos, Cícladas, Grecia)
9. Casa minimalista e introspectiva Earth House con planta y patio soterrados por BCHO Arquitectos (Seúl, Corea del Sur)
10. Garaje bajo tierra convertido en oficina arquitectónica por Carlo Bagliani (Génova, Italia)