Hemos evolucionado para movernos, y no precisamente cortas distancias. Las pruebas concluyentes están en el diseño de nuestra anatomía. Ello explicaría que podamos correr durante horas evitando el colapso, una ventaja evolutiva heredada de nuestro pasado de cazadores y recolectores.
Hemos nacido para correr, explica Christopher McDougall en su ensayo Born to Run. Los chimpancés carecen de tendón de Aquiles, y nuestro músculo glúteo mayor (desplazamiento y resistencia), así como el ligamento nucal (mantiene la cabeza erguida en movimiento), están más desarrollados que en otras especies.
Predisposición natural al esfuerzo regular y concienzudo
Sin embargo, ¿por qué corremos tan lentamente, al menos en comparación con otros mamíferos superiores? Nuestras glándulas sudoríparas aclaran el interrogante: sudamos más y mejor que cualquier otro mamífero superior, lo que nos permite correr enormes distancias durante largos períodos.
El biólogo Dennis M. Bramble expone que no es casual que tengamos “un extraordinario sistema de refrigeración“, ideal para correr en entornos calurosos.
Otra prueba de nuestra habilidad en la carrera de fondo es el rendimiento femenino en la carrera, que se acerca al masculino a medida que aumenta la distancia, debido a una mayor resistencia de la mujer.
Caza persistente
Evolutivamente, hemos elegido correr de un modo consistente, en lugar de competir en velocidad, para resistir a cualquier presa escapándose. Nuestra anatomía demuestra que nuestros antepasados usaron la caza por persistencia como estrategia para suplir su dieta con proteína animal. Aún hoy, recuerdan los antropólogos, sobreviven grupos aislados que cazan a sus presas persiguiéndolas, hasta que éstas se rinden de cansancio.
Y, como todavía muestran grupos supervivientes de cazadores y recolectores en entornos de sabana como los san, en el sur del continente africano, cazar era una tarea familiar, que mantenía al grupo en movimiento permanente.
Lo que también explicaría que las personas que corren asiduamente tengan una marca parecida a los 19 y a los 65 años, con un pico de rendimiento a los 27 años: en el pasado, jóvenes y mayores debían seguir el ritmo del grupo, mientras los adultos en el cénit de su fortaleza (27 años) atesoraban mayor resistencia y velocidad, para asumir la responsabilidad de la caza.
Las implicaciones de haber nacido para movernos
Las enfermedades más más mortíferas del mundo desarrollado, como las cardíacas, la hipertensión, los accidentes cerebrovasculares, la depresión y hasta doce tipos de cáncer, eran desconocidas en el pasado.
Según Dennis M. Bramble, los cazadores y recolectores evitaron el surgimiento de estas enfermedades moviéndose constantemente. “Simplemente mueve tus piernas. Porque si no crees que has nacido para correr, no estás sólo negando la historia. Te estás negando a ti mismo”, sentencia Christopher McDougall en Nacidos para correr.
Las enfermedades más debastadoras del mundo desarrollado, donde abundan el sedentarismo y la dieta occidental (hipercalórica, con alimentos precocinados, bebidas carbonatadas y azúcares, carne roja), apartan a las personas de lo que Bramble y McDougall creen que es su tendencia evolutiva, el estado para el que nacieron: el esfuerzo físico regular y la baja ingestión calórica.
El estilo de vida sedentario, origen de enfermedades físicas y mentales
Los estudios muestran cómo un estilo de vida sedentario no sólo deteriora nuestra salud, sino que incrementa las posibilidades de padecer depresión y ansiedad, además de minar nuestra autoconfianza.
Por el contrario, correr no sólo previene la aparición de las principales enfermedades de las sociedades con estilo de vida sedentario y alimentación rica en grasas y productos precocinados. Para los corredores asiduos, el riesgo de padecer depresión o ansiedad es combatido por las endorfinas, conocidas como “runners high“. Literalmente, colocón de corredores.
Produciendo canabinoides y opiáceos mientras corremos
Las endorfinas (de “endógeno” y “morfina”) son opioides que funcionan como neurotransmisores y aumentan durante el ejercicio. El incremento de su producción ha sido definido por los investigadores como “pura felicidad, alegría, un sentimiento de unidad con uno mismo y/o con la naturaleza, tranquilidad sin fin, armonía interna, energía sin límite y reducción de la sensación de dolor”.
No suena mal. Ni es tampoco casual que correr con regularidad aumente la secreción de endorfinas más que cualquier otra actividad física, sin ayuda de sustancias externas. De ahí que varios estudios muestren que el ejercicio regular es más efectivo que los antidepresivos para tratar la depresión clínica.
Haber nacido para correr (como el escritor Haruki Murakami, los tarahumana mexicanos, Abebe Bikila o los san del África austral, entre otros) premia, a través de mecanismos naturales como la secreción de enforfinas, la actividad física regular.
Correr para entender -y fortalecer- mecanismos de excelencia
Y correr regularmente está más relacionado de lo que parece, sugiere Haruki Murakami, con los mecanismos de excelencia en cualquier actividad. El escritor explica que nada ha influido más sobre la consistencia de su obra que pasar cada mañana por el reto de correr 6 millas (9,6 kilómetros) durante una hora.
Y hay evidencias científicas que corroboran la intuición de Murakami. Un estudio realizado en ratas muestra que los ejemplares que se ejercitan crean células cerebrales más preparadas para superar la ansiedad, creando un cerebro más resistente al estrés. Más preparado, pues, a combatir los retos personales del día a día. Un corredor de fondo, expone Murakami, no es tan distinto de un escritor.
Las personas que se ejercitan, demuestran los estudios e intuye Murakami en De qué hablo cuando hablo de correr, fortalecen su confianza por que son, literalmente y en sentido biológico, más felices.
Son también más resistentes y entienden los beneficios duraderos de la recompensa surgida del tesón y el trabajo consistente. Conscientemente, se ejercitan cada día, luchando contra la pereza, la falta de tiempo o los compromisos irremplazables. Cuando uno es capaz de superar los obstáculos físicos y anímicos, construye inconscientemente mecanismos para superar escollos familiares o laborales.
Correr descalzo para no lesionarse (como nuestros antepasados)
Antes de contar con calzado protector y acolchado, éramos corredores. Y, como todos los niños hacen a la mínima oportunidad, preferíamos correr descalzos. Aumenta en el sector del calzado la tendencia a reducir la rigidez y acolchamiento de los modelos.
En los últimos años, coincidiendo con el libro de Christopher McDougall e investigaciones como la del profesor de biología evolutiva Daniel E. Lierberman, empresas de calzado y corredores han desarrollado “zapatillas mínimalistas” para correr lo más parecido posible a nuestros antepasados. O hacerlo como Abebe Bikila en Roma 1960, donde ganó la maratón corriendo descalzo.
Entre los posibles beneficios de correr descalzo o con zapatillas minimalistas, sugieren estudios como el del investigador australiano Craig Richards, destacan el fortalecimiento de la musculatura y el descenso de lesiones en el tendón de Aquiles, que han aumentado entre los corredores a medida que las zapatillas deportivas más usadas han incrementado su acolchamiento, rigidez y resistencia al impacto.
Primer paso del corredor minimalista: fortalecer los pies
Ahora, una nueva generación de zapatillas se decanta por el diseño minimalista. Eso sí, aunque crece la literatura apoyando los beneficios de la modalidad, expertos como Sean Murphy, ingeniero de New Balance, recomiendan que cualquier interesado en correr descalzo o con zapatillas minimalistas debe adaptarse poco a poco al nuevo estilo para fortalezer piel, musculatura y ligamentos, así como evitar rozaduras y lesiones.
Asimismo, Murhpy y otros expertos en calzado deportivo creen que es necesario más conocimiento científico sobre la materia. Correr descalzo imita a nuestros ancestros o a pueblos de corredores de fondo como los san o los tarahumara. Eso sí, hay estudios que demostrarían los beneficios de correr tanto descalzo o con zapatillas minimalistas como hacerlo con modelos especialmente acolchados. De ahí que Murphy anime a más investigadores a mostrar sus resultados.
Simon Bartold, consultor de investigación para la firma de calzado deportivo Asics, cree que los defensores del calzado minimalista para correr “están propagando una campaña de desinformación”. A diferencia de competidores como Nike, New Balance o Adidas, Asics no ha desarrollado de momento zapatillas minimalistas para correr.
Corredores de fondo como el propio Christopher McDougall, autor de Born to Run, explican que han dejado de padecer lesiones desde que corren descalzos.
Presentamos a continuación diez modelos de zapatilla minimalista diseñada para correr.
1. Nuestro propio pie
Hemos evolucionado para correr descalzos y, si hacerlo reduce las lesiones y refuerza nuestra posición y musculatura, el mejor calzado que podemos usar cuando salgamos a correr es ninguno. Correr descalzo es la zapatilla deportiva más sofisticada.
La investigación de Daniel E. Lieberman sugiere que el ser humano ya era un experimentado corredor de fondo hace 2 millones de años, cuando cazaba a sus presas persiguiéndolas hasta su extenuación.
Correr descalzo es el modo natural de desplazarnos. Con 200.000 terminaciones nerviosas, 33 músculos principales, 28 huesos y 19 ligamentos, el pie humano es una obra maestra biomecánica. Un calzado rígido y excesivamente acolchado neutraliza la perfección de su diseño.
Un calcetín o una zapatilla minimalista son las alternativas más similares a correr descalzo, con la ventaja de que una mínima protección evitaría heridas superficiales y rozaduras, así como mayores peligros. La mejor protección para el corredor descalzo es un sistema de supervisión igualmente sofisticado: el ojo humano.
Para quienes quieren fortalecer su pie con una zapatilla deportiva minimalista sin, por ello, arriesgarse a padecer rozaduras o lesiones durante la adaptación, New Balance ha diseñado el modelo Minimus.
Las zapatillas Minimus son un calzado de transición hacia modelos más minimalistas. Han sido diseñadas para fortalecer los músculos de la planta del pie y así evitar la pronación.
La rejilla superior se sujeta al pie para dar la sensación de que se corre descalzo. Asimismo, no es necesario llevar calcetines, ya que el interior está revestido para tal efecto.
Pesan 228 gramos y su suela tiene 4 milímetros de grosor.
3. Vibram FiveFingers Bikila LS
Cuando la firma italiana Vibram, conocida por sus suelas de caucho, diseñó el primer modelo de FiveFingers hace unos años, pensó en aficionados al remo y yoguis.
Su diseño, creyeron, era demasiado radical para que calara entre otros deportistas. No obstante, las FiveFingers, cuyo nombre describe su diseño en forma de guante (cada dedo del pie tiene un habitáculo independiente), fueron adoptadas por corredores, aficionados al fitness y atletas profesionales de distintas disciplinas.
Las FiveFinger Bikila LS son las zapatillas minimalistas que más se acercan a la sensación de correr descalzo sin que el corredor se arriesgue a pisar un cristal o una piedra afilada. No han mutado el modelo original, aunque han reforzado la suela y la sujeción superior para evitar rozaduras en carreras de larga distancia.
La firma Terra Plana se ha convertido, junto a Vibram, en el principal exponente del calzado minimalista. También en el precio de sus modelos más conocidos, superior a la competencia.
La gama Vivo Barefoot de Terra Plana compite con las Vibram FiveFinger por la primera posición entre los modelos diseñados específicamente para correr más mimimalistas.
El modelo Evo II M tiene una suela de 4 milímetros, resistente a pinchazos, interior extraíble para su lavado y rejilla interna diseñada para su uso sin calcetín.
Su tejido superior permite la transpiración y está recubierto con nilón como protección contra el agua.
Nike comercializa varias zapatillas minimalistas para corredores. Las Nike Free Run 2 (o Free Run+ 2, que incluye sensor Nike+) combinan flexibilidad, corta distancia con el suelo, ligereza, malla interna para su uso sin calcetín, con beneficios de zapatillas para correr tradicionales, sobre todo mayor protección y acolchamiento.
Se trata de la evolución del modelo Nike Free original. Básicamente, han aumentado la sujeción, transpirabilidad y flexibilidad.
6. Merrell Barefoot Trail Glove
Merrell es otra de las compañías con una gama completa de calzado minimalista. Sus Barefoot Trail Glove han sido diseñadas para principiantes en ejercitarse sin calzado acolchado que quieren evitar lesiones o rozaduras en la transición.
Han sido diseñadas para fortalecer el pie e incluyen una aplicación en iOS que recomienda empezar con paseos de 30 minutos para fortalecer el pie y, en 40 días, poder correr sin riesgo.