Las herramientas que nos llevarán más lejos no han variado desde hace 25 siglos. Son cuatro: el método socrático para avanzar en el conocimiento de algo usando la razón y, relacionados con éste, la lógica aristotélica, las matemáticas y la filosofía.
En un mundo que demanda aprendizaje constante y capacidad de adaptación, los más jóvenes tienen la oportunidad de cultivar la polimatía usando la herramienta de conocimiento más accesible y universal que ha existido: la Internet ubicua.
Polimatía al alcance de quien se lo proponga
Con un acceso cada vez más asequible, Internet ha hecho realidad el sueño de Vannevar Bush en los años 40, cuando imaginó Memex, dispositivo de acceso al conocimiento con documentos interconectados como un sistema neuronal, concepto precursor del hipertexto.
Los filósofos clásicos ya recomendaban la polimatía, o dominio de varias materias, a sus discípulos, desde las matemáticas a la geometría, pasando por la física y las filosofías de vida (o “cómo vivir“).
Veinticinco siglos después de que se fundaran las principales escuelas filosóficas griegas, los expertos destacan que los oficios con más futuro combinan conocimientos específicos con capacidad de razonamiento y una formación sólida en humanidades.
Pivotando entre humanidades y ciencias
Steve Jobs lo explicitó en su biografía autorizada, escrita por Walter Isaacson: su secreto profesional consistió en situarse en la intersección entre las humanidades y las ciencias, lo que le capacitó para reconocer genialidades técnicas y darles la estética y usabilidad de las grandes herramientas.
(Imagen: Viajero frente a un mar de nubes -1818-, de Caspar David Friedrich; representa la autorreflexión kantiana)
Steve Jobs es uno de los creativos universales que inspiran a los nuevos polímatas, de una lista con profundas raíces en los grandes momentos e invenciones de la humanidad.
Los polímatas están sobrerrepresentados en las obras universales en todos los campos, y también en los grandes avances desde la rueda, explica James Fallows en The Atlantic.
Estrategias cognitivas para exprimir nuestro potencial
Los filósofos clásicos (Sócrates y su método de conocimiento; Aristóteles y su lógica) coinciden con los psicólogos y neurocientíficos en que divagando y cultivando la introspección (“razonando”) se obtienen las mejores ideas (y soluciones).
Ferris Jabr indaga de nuevo en Scientific American y Salon en la necesidad del cultivar nuestra capacidad para “sonar despiertos” o mirar a nuestro alrededor con la frescura que logran los niños debido a que una mayor porción de su vida cotidiana incluye experiencias noveles, a diferencia de la más rutinaria existencia de un adulto.
Sobre la actitud ante el Ahora y la percepción del tiempo
Ello explicaría por qué las personas que aprenden a divagar y a cultivar la introspección (“soñar despiertos”, en definitiva), alargan también la percepción de su existencia: su capacidad para pensar y relacionar ideas, conceptos y experiencias en un presente despreocupado les permite vivir más intensamente.
Según la ciencia, el tiempo pasa más lentamente para los niños porque viven experiencias novedosas a diario, y los adultos con mayor habilidad para lograr retos cotidianos recuperarían esta capacidad infantil para lograr que el presente (el Ahora) sea más intenso.
La percepción del presente, la capacidad para divagar y disfrutar de lo que hacemos hasta perder en ocasiones la noción del tiempo o de nosotros mismos (la ciencia llama a este desapego -logrado con la lectura, la meditación, practicando deporte, trabajando- “experiencia de flujo“), nos ayudan a razonar de modos originales, a menudo ajenos a la ortodoxia.
La relajación más productiva
Ello explicaría por qué inventos, teorías u obras de arte memorables hayan partido de ideas o soluciones logradas en momentos de “descanso“, o en el trepidante momento cognitivo del duermevela o el propio sueño profundo: al estar relajados, nuestra mente explota posibilidades ajena a la presión de la conciencia.
La polimatía se retroalimenta con la divagación, pero la calidad de las ensoñaciones está relacionada con nuestra capacidad para razonar.
En contra de las ideas plenamente deterministas, hay métodos para mejorar nuestra manera de razonar y -literalmente- aumentar nuestra inteligencia.
Varios estudios apuntan que ejercicios adecuados aplicados con consistencia mejoran la calidad de nuestro razonamiento, explica Andrea Kuszewski en Scientific American.
Lectura reflexiva: sobre aprender de otros
Uno de los ejercicios que mejoran nuestra competencia razonadora (o “caja de herramientas” cognitiva) es la lectura reflexiva, las buenas historias y experiencias de otros (estudio): una manera de aprender rápidamente lo que otros han desarrollado a menudo como testamento existencial.
Sócrates proponía avanzar en lo que uno conoce formulando preguntas que nos acerquen a conocer mejor lo que nos rodea, y esta existencia basada en el uso de la razón era, según él, la autorrealización del ser humano, que a medida que avanza en conocimientos tiene mayor certeza de lo poco que sabe a ciencia cierta.
Además del método que lleva su nombre para demostrar con cualquier idea, concepto o situación de la realidad usando la lógica dialéctica, Sócrates recomendaba probar los límites de la propia existencia: ejercitándonos, leyendo los escritos de otros.
Sócrates, sobre el ejercicio: “Ningún hombre tiene el derecho de ser un aficionado en la materia de educación física. Es una vergüenza para una persona llegar a vieja sin comprobar la belleza y la fuerza de la que su cuerpo es capaz”.
(Imagen: La muerte de Sócrates -1787-, por Jacques-Louis David)
Y sobre leer: “Usa tu tiempo en mejorar a través de la lectura de otros hombres, para así aprender con facilidad aquello por lo que otros han trabajado duramente”.
La versátil caja de herramientas de los polímatas
Más allá de cuánto tiempo o brillantez necesitemos para mejorar o alcanzar la excelencia en lo que nos propongamos (la dosis exacta de voluntad, preparación y estilo de vida varía en cada individuo; el ensayista Malcolm Gladwell cree que se requieren 10.000 horas de entrenamiento para destacar en algo), la caja de herramientas básica de los polímatas incluye lo mismo que hace 25 siglos.
El set básico consta de las utilidades universales que fomentan el razonamiento, el espíritu crítico, la creatividad.
Proponemos, como herramientas esenciales para autorrealizarnos y disfrutar probando nuestros límites (quizá legando algo remarcable): el método socrático, la lógica, las matemáticas y la filosofía.
Método Socrático
Método racional de indagación en la verdad a través de la dialéctica. Dos o más interlocutores entablan una discusión en la que uno presenta sus tesis o conjeturas, rechazadas, ampliadas o mejoradas por su interlocutor.
Se formulan preguntas alrededor de una idea, que son contestadas a medida que surgen, defendiendo un punto de vista que debe comportarse de manera sólida ante los retos dialécticos mostrados por el contertulio.
El acierto de un punto de vista prevalece cuando el oponente se contradice a sí mismo.
El desaparecido periodista británico nacionalizado estadounidense Christopher Hitchens, conocido por sus reportajes en Vanity Fair y por su labor de divulgación de los valores vigentes de la Ilustración (refutando dogmas políticos -de izquierda y derecha- y religiosos), explicaba en una vídeo-entrevista para Reddit que el método socrático es una lucha racional entre argumentos, “una especie de proceso de eliminación”.
Según Hitchens, “no es un debate per se, pero sí un buen modo de ordenar la mente, mejor que congregarse en un templo a recibir encantamientos regulares”.
Lógica aristotélica
Aristóteles, fundador de la lógica que sustenta el empirismo (gracias al uso de su obra por los escolásticos, las figuras del Renacimiento, la Época Moderna -empirismo inglés, etc.- y la Ilustración -positivismo, etc.-) y la ciencia moderna, desarrolló su lógica como ampliación práctica del método socrático.
Aristóteles consideraba la lógica como la obra de su vida, una herramienta que podrían usar quienes aspiraran a lograr la virtud usando la razón; por eso sus trabajos sobre lógica se compilan en el “órganon” (literalmente, “herramienta”): la primera investigación del razonamiento válido.
Para la escritora y filósofa objetivista Ayn Rand, “la filosofía de Aristóteles fue la Declaración de Independencia del intelecto. Aristóteles, el padre de la lógica, debería recibir el título del primer intelectual del mundo, en el sentido más puro y noble de esa palabra”.
“No importa qué residuos de platonismo existieran en el sistema de Aristóteles. Su logro incomparable consiste en que definió los principios esenciales de una visión racional de la existencia y la conciencia humanas: que sólo hay una realidad, la que percibe el individuo y que existe como un objetivo absoluto (lo que significa: más allá de la conciencia, deseos y sentimientos de cualquier perceptor); que la la tarea de la conciencia de un hombre es percibir, y no crear, realidad; que las abstracciones son el método del hombre para integrar su material sensorial; que la mente del ser humano es su única herramienta de conocimiento; que A es A.”
Matemáticas y filosofía
Las matemáticas y la filosofía son a la vez el origen y la consecuencia del método socrático y la lógica aristotélica.
Con las herramientas de Sócrates y Aristóteles para indagar en la verdad usando la razón, se profundiza en:
- la ciencia formal que sigue en el razonamiento lógico para estudiar las propiedades y relaciones entre entidades abstractas: las matemáticas;
- y el estudio, usando argumentos racionales (aunque experimentales y especulativos), de las grandes cuestiones humanas (existencia, conocimiento, verdad, moral, lenguaje, mente, belleza, etc.): la filosofía.
Profundizar en las cuatro herramientas implica conocer sus estrechos lazos con mayor profundidad. Así, por ejemplo, el lenguaje humano y la programación integran lógica y matemáticas aplicadas (la programación orientada a objetos deriva del cálculo integral y diferencial).
El método socrático (dialogando hasta profundizar en la verdad o refutar hipótesis débiles); la lógica (construyendo proposiciones como Aristóteles o el método lógico –álgebra booleana– de los buscadores que nos ayuda a obtener mejores respuestas en Google); las matemáticas (desde el cálculo a las matemáticas aplicadas, como la computación); y la filosofía (que engloba a las tres anteriores)…
Internet, fruto de la aplicación colectiva de las cuatro herramientas, es el lugar para empezar a indagar sobre ellas.