¿Un coche con sólo 2 ruedas que se mantiene erguido incluso parado? Mantener el equilibrio como un Segway parece futurista, pero los primeros girocoches datan de principios del siglo XX.
Ahora, Daniel Kim, un ecléctico emprendedor estadounidense de 30 años, desempolva el concepto con el C1: parte coche, parte motocicleta, parte Segway.
Coches sobre 2 ruedas
Hay expertos del mundo del automóvil que, como Benoit Jacob, jefe de diseño de la división eléctrica de BMW, opinan que la movilidad del futuro será con cuatro ruedas o con ninguna.
Tras estudiar las propuestas en bicicletas eléctricas, vehículos personales y motocicletas eléctricas de varias compañías europeas y estadounidenses, en *faircompanies tenemos más reservas al respecto y, más que debilitarse, aumenta la oferta sobre 2 ruedas.
Los girocoches pretenden llevar a los vehículos de 2 ruedas a un nuevo estadio de desarrollo, más allá de incluir motor eléctrico y nuevos materiales, sistemas de conducción, geolocalización y seguridad activa y pasiva, etc. Pero los girocoches, vehículos de dos ruedas que, con el uso de giróscopos, mantienen siempre su equilibrio, convierten la innovación técnica en conceptual.
La diferencia entre una bicicleta o una motocicleta y un girocoche consiste en que, en los dos primeros casos, el equilibrio dinámico es proporcionado por la fuerza del usuario (bicicleta) o motor (motocicleta); mientras que, en el girocoche, el equilibrio procede de la fuerza niveladora de uno o más giróscopos.
La agilidad y escaso impacto ecológico de los vehículos de 2 ruedas
La movilidad del futuro, hasta que alcance el estadio de desplazamiento “sin ruedas“, como aventura Jacob, tiene un futuro brillante sobre 2 ruedas, sobre todo gracias a la nueva época dorada de la bicicleta y a avances que mejoran radicalmente la estabilidad y facilidad de conducción de motocicletas y vehículos personales.
Entre los motivos que aseguran un futuro brillante a este tipo de vehículos, destaca su menor inercia y consumo energético durante el desplazamiento y, por tanto, menor impacto ecológico que los vehículos con 4 ruedas, más pesados.
Además, 2 ruedas no equivalen a motocicleta o bicicleta. Entre los avances que garantizan el futuro de la movilidad privada sobre 2 ruedas destaca el mencionado giróscopo, que otorga equilibrio a estos vehículos e impide que caigan por su propio peso cuando no están en movimiento, o que una colisión lateral los desestabilice completamente.
Las fuerzas estabilizadoras del equilibrio mecánico
Como aprende cualquier niño cuando monta por primera vez en bicicleta, la inercia del movimiento del vehículo a pedales mantiene al conductor a salvo de una caída y, en cambio, la pérdida de esta inercia hace que, si no lo impedimos, la bicicleta caiga a un lado u otro por su propio peso.
Poco después de que la bicicleta se popularizara en las ciudades europeas, León Foucault inventó el giróscopo. Ambas tecnologías, el vehículo a 2 ruedas y el equilibrio que el péndulo de Foucault concede a un eje de simetría, parecían condenadas a encontrarse en el futuro.
En los últimos años, aparecen finalmente vehículos con diseños dispares que integran sensores giroscópicos para mantener un equilibrio que cuesta creer a nuestro cerebro a simple vista. Es el caso del Segway (2001), cuyo único eje de 2 ruedas mantiene la plataforma vertical sobre la que se desplaza el usuario siempre derecha.
C1, un coche de 2 ruedas que se mantiene erguido incluso estacionado
Ahora, el emprendedor californiano Daniel “Danny” Kim combina el equilibrio del giróscopo en su prototipo C1, un vehículo de 2 ruedas con carrocería de coche burbuja que se mantiene en equilibrio incluso cuando está totalmente parado o, más importante, cuando es desestabilizado por un impacto lateral o maniobra brusca.
Kirsten Dirksen de *faircompanies entrevistó a Danny Kim, fundador de Lit Motors, en el taller de la startup en San Francisco. Kim nos explica que prefirió empezar desde cero con el diseño de su C1, uno de los dos vehículos que su compañía comercializará en breve (el otro es un escúter plegable y con espacio de carga para países en desarrollo).
Diseño minimalista, especificaciones futuristas
El C1 es un vehículo valiente, cuyo diseño tiene la vocación pulcra y minimalista de compañías ajenas al sector del motor (Kim menciona los diseños de Apple con recurrencia).
Pero donde el vehículo brilla realmente es en su propia concepción tecnológica, que no encaja en ninguna categoría de vehículo: sensores giroscópicos para mantenerse en equilibrio como el Segway, 2 ruedas como una motocicleta y carrocería cubierta como un automóvil (o coche burbuja; también ciclocoche).
Kim también ha integrado a fondo el uso del C1 a través de una aplicación para teléfonos inteligentes, que controla la recarga de la batería de su motor eléctrico, así como su estado técnico y conducción.
Como ocurrió en los años 50 con los coches burbuja europeos (tales como el Messerschmitt KR200 “Kabinenroller”), el C1 de Lit Motors trata de instaurar un nuevo segmento: un automóvil tan pequeño y eficiente como sea posible, conservando su carrocería; o, visto desde el otro extremo, una motocicleta convertida en turismo.
El vehículo tiene la agilidad y prestaciones de una motocicleta (aceleración de 0 a 100 kilómetros/hora -de 0 a 60 mph- en 6-8 segundos; batería eléctrica con rango de 241 kilómetros -150 millas- con una sola carga); y la atención por la seguridad y la estabilidad de un coche.
Comodidad de conducción, estabilidad, seguridad
La verdadera osadía del C1 es su equilibrio y lo que ello conlleva en cuanto a comodidad de la conducción, seguridad y facilidad de estacionamiento, al no requerir ninguna muleta adicional para mantenerse derecho, ni siquiera cuando se ejerce presión continuada sobre sus laterales.
Sea visto como una motocicleta con carrocería de automóvil que no cae ni siquiera estacionada, o como un coche burbuja que ha sustituido las tres ruedas del Messerschmitt KR200 o los 2 ejes asimétricos del Isetta, el C1 no sólo incorpora las mejoras exigibles de cualquier vehículo burbuja diseñado en la actualidad.
Sin desmerecer el diseño, la carrocería ligera y resistente, el motor eléctrico o la integración con nuestra identidad digital a través del teléfono inteligente, el giróscopo es el auténtico avance del Lit Motors C1, su verdadera “killer app”, una característica que le sitúa en el futuro, un paso por delante de cualquier motocicleta o coche burbuja en cuanto a estabilidad y equilibrio en la conducción.
Volante de inercia
Hace apenas una década, el concepto del que parte el C1 habría resultado todavía más atrevido: un vehículo que comparte tecnología de estabilización (giróscopo) con el teléfono inteligente (iPhone 4S) que interacciona con él habría resultado propio de una película de ciencia-ficción hace apenas unos años.
La tecnología tras la que el C1 se mantiene erguido es tan interesante como elemental. Kim emplea volantes de inercia que contrarrestan al movimiento rotativo causado por la gravedad del vehículo o incluso por una fuerza incidiendo sobre éste.
Los volantes de inercia incluido son proporcionalmente más potentes que los incorporados por el Segway y otros vehículos que tienen que superar una presión inferior. Proporcionan 179,7 kgf m (kilopondios, o kilogramos de fuerza por metro), o 1.300 libras de fuerza por pie.
Como la potencia del giróscopo impediría el giro y otras maniobras, el C1 incorpora un sistema electrónico que analiza las necesidades a cada instante y, como consecuencia, aumenta o reduce la presión sobre los volantes de inercia, como explica Domenick Yoney en AutoblogGreen.
Lo mejor de un coche, una motocicleta, un Segway
La startup Lit Motors no es una empresa automovilística convencional. La oficina de San Francisco en la que su fundador, Danny Kim, recibió a *faircompanies, se parece más a la sede de una empresa de Internet o al taller de un centro especializado en prototipos artesanales de diseño industrial futurista.
Lit Motors se beneficia de la cultura del desarrollo ágil, hasta hace poco asociado sobre todo al desarrollo de software, pero ahora aplicado también a una nueva generación de empresas del motor, muchas de las cuales comercializan vehículos eléctricos.
Es la intención de la startup de Danny Kim, que ultima los preparativos de sus dos primeros modelos, el futurista C1 con giróscopo y la moto escúter plegable y con espacio para carga.
La rígida innovación del transporte privado
Desde su oficina de artesano, Danny Kim está replanteándose varias de las fronteras rígidas que han hecho de los distintos segmentos del transporte privado establecimientos estancos, donde la innovación es aplicada con rigidez y siempre de acuerdo con los cánones que han demostrado un éxito técnico y comercial previo.
Pese a la importancia que Kim otorga a la interacción ágil y desenfadada con los dos vehículos que ultima su compañía, cree que el único modo que reducir dramáticamente el coste del C1 es produciendo suficientes unidades, según el mandato de las economías de escala.
El dilema de la producción a gran escala para aumentar la competitividad de sus productos es uno de los hándicap al que se enfrentan pequeñas empresas y artesanos cualificados de los países ricos. Porque las economías desarrolladas, faltas de ofertas de trabajo, deberían animar a sus jóvenes más brillantes a que sigan la estela de emprendedores como el propio Danny Kim.
Daniel Kim cree que, con un volumen de producción de 10.000 unidades, el C1 podría venderse a 16.000 dólares.
El advenimiento de la llamada movilidad sostenible parece haber cambiado la situación. Sólo en la Costa Oeste, varias empresas fabrican motocicletas eléctricas (Zero Motorcycles del emprendedor Neil Saiki -entrevistado por *faircompanies-, Mission Motors, Brammo) y coches eléctricos, con Tesla Motors como principal aspirante a consolidarse.
Estas compañías desarrollan, no obstante, una mera versión eléctrica de vehículos convencionales. El C1 de Lit Motors, en cambio, se atreve con la siguiente frontera, más allá de la imancipación de los combustibles fósiles: el propio concepto de vehículo y su estabilidad.
Una nueva época dorada para los inventores
El taller de Daniel Kim es el lugar adecuado para trabajar en un vehículo situado en la intersección entre el vehículo personal con giróscopo, la motocicleta eléctrica y el microcoche eléctrico.
Pese a sus 30 años, el taller de Kim en el barrio de San Francisco de SOMA no sólo es el espacio creativo del que parten los dos remarcables diseños de Lit Motors. Al contrario, los vehículos Cargo Scooter y C1 son la última obra de un artesano del diseño industrial.
Una muestra: durante la visita de *faircompanies y tras enseñarnos sus dos vehículos, Kim nos mostró otros trabajos, tales como unas gafas de lectura, una guitarra de madera y tantos otros objetos e ideas, con prototipos o todavía sin ellos.
La mesa de trabajo de Lit Motors
Este eclecticismo ha contribuido a que las innovaciones del C1 huyan de lo convencional. El prototipo de Lit Motors se merece el reconocimiento por la originalidad de la propuesta. La estabilización del giróscopo logra convertir una motocicleta eléctrica con carrocería en un coche de 2 ruedas, con las consiguientes mejoras en movilidad, maniobrabilidad, tamaño e impacto ecológico, sin por ello renunciar a la seguridad.
El taller donde todo ocurre (Lit Motors design house) es un paseo por la evolución creativa de Daniel Kim hasta llegar a los dos vehículos que pretende comercializar.
En el primer piso, Kim aparca su Land Rover con motor biodiésel, un proyecto al que dedicó 7.000 horas de trabajo. Trabajando por su cuenta y aprendiendo sobre la marcha, en un año y medio había reducido a la mitad el consumo de combustible.
Primero la actitud y, con perseverancia, el resto
La conversión del Land Rover fue simplemente un primer paso. “Crecí en Portland, Oregón. El movimiento DIY -hazlo tú mismo- es muy popular allí, y la locura de los SUV estaba en su punto álgido. Todos mis amigos se estaban fabricando sus propias bicicletas y bolsas, mientras yo decidí mejorar la eficiencia de mi propio coche.
El segundo piso del taller está dedicado a la motocicleta Cargo Scooter. Con una inversión mínima y, eso sí, perseverancia y mucho trabajo (reconoce dedicar mucho tiempo a sus proyectos), Kim concibió el prototipo de motocicleta de carga plegable por 5.000 dólares. Según sus cálculos, el mismo trabajo con similares resultados costaría a la mayoría de compañías entre 100.000 y 500.000 dólares.
C1: el “iPhone rodante”
Finalmente, el tercer piso del taller de Lit Motors alberga el proyecto C1, vehículo que su creador ve como “un iPhone sobre ruedas”: minimalista, pionero, con funcionalidades que, una vez mostradas al usuario, éste se pregunta por qué no han aparecido en vehículos comerciales anteriores.
A diferencia de Steve Jobs, Daniel Kim no cuenta con el crédito de décadas de trabajo ni con los ilimitados recursos de una compañía global. Quizá esta sea, sin embargo, su principal ventaja.
Parte de cero y él domina, desde la mesa del inventor, todos y cada uno de los detalles de su vehículo. Sin herencias envenenadas ni estructuras burocráticas que coarten su dedicación.
Girocoches: los precursores tecnológicos del C1
El concepto del girocoche, un vehículo de 2 ruedas que usaba el péndulo de Foucault para mantenerse derecho, apareció descrito primero en un libro de ciencia ficción de 1911, de Kenneth Brown: Two Boys in a Gyrocar: The story of a New York to Paris Motor Race.
El primer prototipo de girocar, el Schilovski Gyrocar, fue encargado en 1912 por el conde ruso Pyotr Shilovsky. La compañía británica Wolseley Tool and Motorcar Company se encargó de desarrollarlo y entregarlo en Londres en 1914.
El vehículo era pesado (2,75 toneladas), poco potente y difícil de maniobrar, pero incluía hasta 6 espaciosas plazas en un diseño descapotable.
En 1927, Louis Brennan desarrolló un girocoche más ligero y operativo con la ayuda económica de John Cortauld. El vehículo, con motor eléctrico, se equilibraba con dos giroscopios que rotaban uno contra el otro, situados bajo los asientos delanteros.
Años 60: Ford Gyron y Gyro Transports Systems Gyro-X
En 1961, Ford exhibió un vehículo conceptual bautizado como Gyron, únicamente con dos ruedas y giroscopios estabilizadores. El prototipo no estaba siquiera en funcionamiento, y la marca dejó claro que no iba a proseguir con la idea ni planeaba comercializar girocoches:
Poco después, en 1967, la empresa californiana Gyro Transport Systems lanzó el modelo Gyro-X, vehículo giroscópico con 80 caballos de potencia, 200 km/h (125 mph) de velocidad punta y aceleraciones propias de una motocicleta. El vehículo cayó rápidamente en el olvido:
Un siglo después de los primeros intentos para comercializar un coche giroscópico, el C1 desempolva la idea, esta vez no sólo con la intención de crear un prototipo como visión del futuro, sino un modelo versátil, rápido, atractivo, suficientemente económico.